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lunes, 15 de agosto de 2016

Bienvenidos a Pensamiento

Ernest Hemingway en un bar en la  Havana (date unknown)
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LA ACERA DEL LOUVRE

En 1843 se inauguró en la céntrica esquina de San Rafael y Prado un café y sala de bailes cuyo propietario era Juan de Escauriza. Era de dos plantas y se consideraba el mejor de la ciudad; su nombre fue El Louvre. Durante el transcurso del siglo en este café y en el edificio contiguo de similar factura se estableció el Hotel Inglaterra, uno de los más frecuentados de La Habana. Hacia 1891, el hotel fue transformado y unificado, y se consideraba de primera clase. Como fue uno de los establecimientos más activos y concurridos del siglo pasado, cuenta con una notable trayectoria de hechos históricos. En 1879, en un banquete en los altos del Louvre José Martí pronunció un combativo discurso a favor de la independencia de Cuba, y en 1890, poco antes de ser reconstruido, se hospedó Antonio Maceo en él durante su estancia en La Habana.

Cuando La Habana estaba aún rodeada por la fuerte muralla  que la protegía contra piratas, corsarios e invasores, en la capital que surgía a extramuros se levantaba una edificación de dos pisos, era el año 1844, conocida como por café y salones de Escauriza, era el futuro de lo que es hoy, el hotel Inglaterra. 
Muy cerca de allí y alineado en la calle de San Rafael, se levantaba el esplendoroso teatro Tacón, hoy en remodelación, orgullo de La Habana, escenario de las mejores compañías artísticas del orbe y uno de los de mayor capacidad del mundo. 

Aquella esquina de Prado y San Rafael, se fue transformando con el tiempo, en un gran centro cultural de la capital, donde el amor a la vida y la aspiración de una libertad plena, se fueron convirtiendo en reflejo de la nacionalidad en desarrollo. 

Las autoridades españolas prohiben los bailes en dichos salones, para  proteger en su exclusividad a los que tenían lugar en el teatro Tacón, (el gobernador del mismo nombre era socio de Pancho Marty, el negro dueño del recinto del teatro), aquella situación molestó mucho a la aparente y bullanguera juventud criolla de aquella época, que se divertía en el Escauriza, la respuesta fue dirigida por los chicos que lanzaron ponches de leche a los españoles uniformados, hubo sangre y deportaciones, fue ademas este suceso, la primera señal de un nuevo período, en la vida de la juventud habanera de aquellos tiempos. El singular suceso fue bautizado como la Batalla de la leche .....después la Acera del Louvre. 
El café cambió de nombre al comprarlo en 1863, don Joaquin Payret quien lo reconoció como ¨Le Louvre¨, que daría lugar a la llamada Acera del Louvre, cuya extensión llegaba a la calle San Miguel, pronto toda la calle comenzaba a llenarse de sentido histórico. 
En 1866 se protagonizo en dicha acera, otro encuentro entre  españoles y criollos, cuando unos comerciantes peninsulares, ofendieron la memoria del reconocido científico cubano Ramón de Zambrana, al devolver sus papeletas, para una función de beneficio que se desarrollaría en el teatro Tacón, en favor de su viuda. 
Terminada la guerra de los 10 años y en medio de una etapa aparentemente pacifica, y a la que José Marti nombró el  Reposo turbulento, volvieron los muchachos a la acera ya veteranos y con  graduación militar, precisamente en el café, Marti contribuyo a la  ebullición de la lucha con un discurso, en homenaje al periodista Adolfo Marquez Sterling, que resultó al mismo tiempo, un alegato incisivo contra el autonomismo. 
Un lugar que es por excelencia muestra de la importancia de  dicha acera lo es el hotel Inglaterra, construido con mosaicos refulgentes adornado en oro, que fueron fabricados en Sevilla y adornado con rejas repujadas, que aun hoy pueden disfrutarse como muestra de un conjunto armonioso. En el mismo se hospedó por varios meses, el  general Antonio Maceo, esta ocasión fue aprovechada, para hacer que en ese tiempo, la acera fuera lugar de un movimiento y bullicio nunca antes visto. 
En la ya famosa Acera del Louvre, un militar español, después de los sucesos del tristemente celebre fusilamiento de los estudiantes de medicina, el 27 de noviembre de 1871, acusados injustamente de profanar una tumba en el cementerio Cristóbal Colón, rompió su espada en señal de protesta por dicho acontecimiento, demostrando lo que  sentían los ciudadanos españoles dignos, que vivían en la isla en aquel entonces, alegando; que por encima de la patria España, estaba la unidad y la justicia. Con el paso del tiempo Nicolás Estevaez, que así se llamaba el mismo, se destaca en España como escritor y político republicano. 
En el 1927, el historiador de la ciudad Emilio Roig de Leuchsenrring, develó una tarja en su honor, muy cerca de otra, que había sido colocada en recordación a los 40 jóvenes, que habían caído en las  guerras de independencia y que eran asiduos a ese lugar, ambas, se encuentran en dos columnas frente del hotel Inglaterra y a la vista de todos los paseantes de dicha acera.
Un paseo por la Acera del Louvre
 Este lugar abarca la cuadra del paseo del Prado, delimitada por las calles San Rafael y San Miguel, comprendía en sus inicios el café El Louvre, la edificación continua que se unificaría para convertirse en hotel, la barbería, el café y los salones de baile Cosmopolitana, una confitureria y bomboneria, un estanquillo de periódicos y revistas, tanto nacionales como extranjeras, terminando hacia San Rafael y San  Miguel, el famoso hotel Telefrago actualmente en remodelación, en cuyos bajos se hallaba el no menos celebre café, “Los Helados de París”. 
Otro dato muy importante, seria, recordar el escudo del marquesado de Perinat, que se halla en el 4to piso del hotel Inglaterra, entregado a la esposa de un depositario de rentas reales, el señor don Guillermo Perinat y Ochoa, esta criolla nace en las villas, en un lugar conocido por el nombre de Cienfuegos y recibió dicho marquesado de  Perinat, de manos de la reina de España María Cristina de Habsburgo y Lorena, por todos los servicios de caracter benéficos y por los méritos que había alcanzado su esposo. 
Existe también en esa acera pero en el lobby del Inglaterra, una bailarina que fue hecha por el mismo Perinat, el cual era un aficionado a la escultura y que tomara como modelo a la española Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, con la cual dicho caballero mantenía una amistad profunda y sincera. 
La fama de dicha escultura ha sido siempre famosa en La Habana, como si la misma danzara por siempre en dicha acera. Existen escudos representando la unificación de España, ocurrida mediante el matrimonio de Isabel la católica, del reino de Castilla y Fernando del reino de Aragón. 
Por la famosa y conocida acera del Louvre han transitado personas ilustres y reconocidas a nivel mundial, músicos, actores, líderes religiosos o políticos. 
1887- Sara Bernhart y Mazzantini 
1879- José Martí 
1890- Antonio Maceo, general de nuestras luchas independentistas 
1890- Julián del Casal 
1910- Manuel Márquez Sterling 
1910- Rubén Darío 
1920- Raúl Capablanca 
1920- Ramón Fonts 
1920-Enrico Caruso 
1922- Gabriela Mistral 
1931- José Mojica 
Todas estas personas y muchas otras personalidades, constituyeron parte de lo mas selecto del arte mundial, que nos deleitaron desde el celebre teatro Tacón y el teatro Payret, ambos, enclavados en el museo del prado habanero, el primero sólo separado por la calle  San Rafael y el segundo a menos de 100 metros en diagonal del hotel Inglaterra. Caminaron muchas veces por la acera del Louvre y admirados también, contemplaron el estilo arquitectónico que allí se impone, siguiendo las corrientes neoclásicas, pero también encontramos techos de mosaico de una belleza voluptuosa, unido a cierto eclectisismo de los interiores. 
A modo de conclusión podemos decir; que cada país tiene sus lugares pintorescos e históricos, la Acera del Louvre fue por siempre un lugar donde concurrían corresponsales, diplomáticos y hasta espías, pero pocos han sido tan populares como el Louvre y el hotel Inglaterra, monumento nacional en la actualidad, ambos son  parte  del casco histórico de la ciudad de La Habana y quizás pudieran ser con el tiempo, patrimonio  de la humanidad, pues conservan a pesar de los años transcurridos desde su creación, los deseos de libertad y la historia mas bella de este pueblo y en especial; de la ciudad de La Habana, antes, villa de San Cristóbal. 



En la acera contigua a la manzana del teatro Tacón, hoy Garcia Lorca, poco después de ser construido el famoso Coliseo, se fueron construyendo vistosas edificaciones dedicadas a servicios públicos como café, restaurantes y hoteles. Esta acera desprovista de portales se convirtió en uno de los círculos mas céntricos y concurridos de La Habana. Fue el lugar preferido de la juventud para sus reuniones y también un foco de conspiración y de manifestación en contra del régimen colonial español. 
El nombre de la Acera del Louvre, se debe al café homonimo establecido en los bajos del Hotel Inglaterra muy célebre por sus helados. La céntrica acera fue el escenario de la agitada vida social habanera por más de medio siglo. Era el verdadero corazón de la ciudad. Allí se produjeron hechos de verdadera trascendencia política e histórica, como la protesta pública contra el fusilamiento de los 8 estudiantes de medicina en 1871, realizada por el militar español Nicolás Estevánez. En estos momentos sigue allí la Acera del Louvre, si bien el hotel que se construyó ya no recibe la visita de los jóvenes cubanos sino de los turistas que pagan con dólares, pero de todas maneras hay un grupo que ameniza las tardes y los cubanos pueden mirar  desde afuera el desarrollo de la actividad. En esta acera hay decorados de Amelia Pelaez y otros artistas cubanos de la plástica.

Julián del Casal y de la Lastra (1863-1893)


 Poeta cubano y uno de los iniciadores del modernismo, que nació en La Habana, en 1863, y murió en la misma ciudad, en 1893. Estudió con los jesuitas y comenzó la carrera de Derecho, pero la abandonó. Trabajó en la Intendencia General de Hacienda, de donde se vio obligado a cesar a causa de un artículo que escribió sobre el capitán general y su familia, aparecido en La Habana Elegante, primero de una serie titulada La Soledad de la Habana; aquí, su nombre de guerra era "El Conde de Camors". Colaboró en El Fígaro desde 1886 y, más tarde en El HogarLa DiscusiónEl País yLa Caricatura, en los que se sirvió de diversos seudónimos como "Hernani" o "Alceste". En 1888 realizó un viaje a Madrid en el que entabló amistad con Salvador Rueda y Francisco A. de Icaza. También fue amigo de Juana Borrero y de Rubén Darío, a quien conoció en 1892. Joven todavía, enfermó de tuberculosis y murió repentinamente en casa de un amigo. A su muerte le dedicaron importantes artículos José Martí y Rubén Darío.
Su obra, influida por Baudelaire, los parnasianos y simbolistas franceses, está llena de sincero y profundo pesimismo, en la línea de Leopardi. Su poesía expresa, por una parte, la neurosis, la tristeza y el hastío; por otra, un ideal esteticista absoluto. Sus publicaciones en vida fueron Hojas al viento(1890) y Nieve (1892), que contiene sus mejores poemas: NihilismoRondelesRecuerdo de la infancia, etc. Póstumamente apareció Bustos y rimas(1893), donde figuran también excelentes semblanzas críticas. El Consejo Nacional de Cultura de Cuba publicó sus "Poesías y Prosas completas" en tres tomos (1963-1964). Sin duda, uno de los poemas más característicos, con todos los ingredientes del modernismo más subido de tono, es el soneto "Mis amores" subtitulado "Soneto Pompadour":
Amo el bronce, el cristal, las porcelanas,
las vidrieras de múltiples colores,
los tapices pintados de oro y flores
y las brillantes lunas venecianas.
Amo también las bellas castellanas,
la canción de los viejos trovadores,
los árabes corceles voladores,
las flébiles baladas alemanas;
el rico piano de marfil sonoro,
el sonido del cuerno en la espesura,
del pebetero la fragante esencia,
y el lecho de marfil, sándalo y oro,
en que deja la virgen hermosura
la ensangrentada flor de su inocencia.

Enciclopedia Universal Multimedia ©Micronet S.A. 1999/2000

La voladura del Maine el 15 de febrero de 1898 en el puerto de La Habana, Cuba. Equipo de Baseball entre los muertos.

Ultima foto de los peloteros antes de morir en el Maine

Por: Félix Julio Alfonso López


  Entre los fallecidos estaba casi completo un equipo victorioso de béisbol. Integrado por jóvenes marineros, la estrella del equipo era el pitcher negro William Lambert, un fogonero oriundo de Hampton, Virginia, quien poseía buena velocidad, una excelente curva y gran control. En un ambiente de confraternidad racial impensable en los torneos oficiales de Grandes Ligas y guiados por Lambert, el equipo del Maine había ganado el campeonato naval de béisbol de la marina estadounidense, derrotando 18 a 3 al conjunto del USS Marblehead, en diciembre de 1897, apenas tres meses antes de la catástrofe. El torneo se celebró en Cayo Hueso, donde el navío recibió la orden de dirigirse a la Isla, y allí abandonaron a la cabra que era la mascota del equipo, única sobreviviente junto al jugador John H. Bloomer. Se sabe que otro de los peloteros del barco, C.H.Newton, había hecho el toque reglamentario para apagar las luces, como era habitual, a las 9 y 10 de la noche. Media hora después sólo quedaría del conjunto campeón su última fotografía, en la que miran serenos a la cámara y el pitcher negro aprieta en su mano izquierda una blanca pelota. Me gustaría pensar que de no haber ocurrido la explosión, quizás el domingo siguiente los peloteros del Maine hubieran podido bajar a tierra y disputar un partido de exhibición contra una novena local, como se hizo frecuente después durante el periodo de ocupación militar, y los Estados Unidos no hubieran tenido entonces el pretexto que buscaban para iniciar la guerra contra España. Me gustaría iaginar que tal vez un juego de pelota habría cambiado la historia. 

El Maine

Arnold Martínez y su pintura de Café


René  León

  La ciudad de Ybor City fue fundada por don Vicente Ybor, en el año de 1885. A finales del siglo XIX, y principio del XX, sería el centro cigarrero y de tabaco más importante de Estados Unidos. Hoy sólo se ven viejos edificios algunos olvidados, que están siendo reconstruidos, para hacer de la ciudad una atracción turística.
  Acompañado de mis hijas llegue al taller y galería de Arnold Martínez. Conocido pintor del Oeste de la Florida. Sus cuadros se encuentran en museos e importantes galerías del estado.
  Su obra es extensa y única,  pues introdujo un estilo diferente, basado en una pintura preparada con café al estilo cubano, que lo mezcla algunas veces con té de diferentes partes del mundo, o el vino de Oviedo, o extracto de tabaco.
  Su arte tiene una dimensión y estilo, de recuerdos de su niñez cuando jugaba en las calles de Ybor. El trata de llevar a sus cuadros, las costumbres del ayer, la vida peculiar de esos años, que se van perdiendo en el tiempo, y le da un alcance y valor más bello.
  Su proyecto con el café da inicio en 1980. El coge café y lo prepara al estilo cubano, lo deja hervir, hasta que se convierte en una pasta; lo mismo hace con el té, y con él tabaco. Sus cuadros pintados con la mezcla del café son de un color carmelita que va del claro al oscuro, y al ser mezcla con el té le da un color más claro.
Cuando se encontraba en Tampa la cervecería de  Anheuser-Busch, que eran o son dueños de Busch Gardens, le encargaron una serie de pinturas de animales que están en peligro de extinción, que actualmente adornan la galería de Busch Gardens. Otras una serie de pinturas del tiempo de la los tiempos pasados. La presencia de los cubanos en la cultura de la ciudad, una sobre José Martí en Dos Ríos. El trata en su mezcla de materiales buscar un simbolismo en la pintura. La ayuda de los tabaqueros cubanos en Ybor cuando la guerra contra España. El lleva la magia de sus pinceles a una creación de gran colorido y belleza.
  Cuando uno entra en su galería, lo primero que llama la atención es el olor del café. Colgado de las paredes, pinturas con diseños atrevidos, como los tradicionales. La viveza y seriedad de ella, lo pone en un lugar privilegiado entre los pintores de hoy.

 El mensaje de la pintura, es al igual que el café y el té que é utiliza de diferentes partes del mundo, que luego lo mezcla para que la unión de más color y belleza a sus cuadros.  El día que fui a su galería me dijo: “así los hombres de diferentes naciones se deben unir y mezclar un abrazo fraternal, para mantener la Paz Mundial.” 

El 70 Aniversario del Asesinato del Poeta Federico García Lorca


(El crimen. Antonio Machado)

  Federico García Lorca fue detenido el 16 de agosto por el ex diputado de la CEDA Ramón Ruiz Alonso y conducido al Gobierno Civil. Todo parece indicar que la denuncia contra García Lorca fue realizada por el propio Ruiz Alonso, quien la redactó respaldado por otros miembros de la CEDA en Granada. El documento subrayaba, el apoyo del poeta al Frente Popular y su amistad con Fernando de los Ríos . Federico García Lorca no pertenecía a ningún partido político, pero era un artista moderno, de izquierdas, que había colaborado con la República llevando la cultura al pueblo. Es por tanto, un enemigo para un régimen autoritario, para aquellos que interrumpirán el discurso del rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, con gritos de “¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!”. El 19 de agosto los fascistas lo llevaron al monte con otros varios, en un camión, allí lo soltaron, y mandaron, abriendo el vehículo: -Corred.
  Estaban en el Barranco de Viznar. Obedecieron los prisioneros y una lluvia de balas acabó con sus vidas. Así murió el poeta español Federico García Lorca.
“Se le vio, caminando entre fusiles,/ por una calle larga,/ salir al campo frío,/ aún con estrellas, de la madrugada./ Mataron a Federico/ cuando la luz asomaba./ El pelotón de verdugos/ no osó mirarle la cara./ Todos cerraron los ojos;/ rezaron: ¡ni  Dios te salva!/ Muerto cayó Federico./ -sangre en la frente y plomo en las entrañas-/ ...Que fue en Granada el crimen/ sabed- ¡pobre Granada! -, en su Granada”.

José Bernardo Pacheco, Estrellas sobre Alabama, Ediciones Cuzcatlán, San Francisco, Ca, 2006.

Mi muerte no cambiará los destinos de Cuba



Narciso López

(Tomado de Huellas de Gloria,  Frases Históricas Cubanas,
Emeterio S. Santovenia, Editorial Trópico, La Habana, 1928)

Iniciada el 13 de septiembre de 1798, la vida de Narciso López tocó las más contradictorias situaciones en el problema de la emancipación americana. En su juventud encontró a Venezuela, su patria trabajando por hacerse libre. Su lanza se alzó para ayudar a los enemigos de la independencia. Continuando al servicio de los ejércitos reales, luego de ser expulsados de Venezuela, pasó a Cuba y a España. En España obtuvo concepto de militar aguerrido y valiente y altas preeminencias. Trasladado a Cuba y nombrado teniente gobernador de la jurisdicción de Trinidad, allí tomó su evolución hacia los principios antes combatidos. Por su Por su compenetración con los gobernados, negándose a emplear la opresión burocrática propia de aquella época de la historia de Cuba, fue separado del cargo. Rompió entonces, en el mundo de sus pensamientos, la alianza que a España lo había unido. Los incondicionales de España, a su turno, lo espiaron, lo persiguieron, lo acosaron. Surgieron así dos bandos irreconciliables. Tras el fracaso del movimiento que debió estallar en Las Villas a mediados de 1848 y la toma de Cárdenas el 19 de mayo de 1850, empeñando López en no abandonar el proyecto de arrojar de Cuba a las autoridades españolas, sobrevino la expedición del Pampero,  generadora de una lucha encarnizada, sin cuartel entre el caudillo y sus adversarios.
  Comprendió Narciso López, apenas organizadas las operaciones que siguieron a su desembarco en las Playitas del Morrillo, el 12 de agosto de 1851, que el país no lo secundaba. En Vuelta Abajo, de igual modo que en Puerto Príncipe y en Trinidad, el pueblo no había penetrado en el sentido de la revolución, ni se había detenido, consiguientemente, a analizar la pureza de los medios empleados ni el alcance de sus consecuencias. No faltaban defensores del ideal cubano, prontos a la inmolación. Pero no se experimentaban los efectos de la acción intensa de un partido o la extraordinaria de un apóstol. Los conspiradores de la víspera abandonaron al invasor. Los españoles, en diversas columnas, echaron numerosas fuerzas sobre él, que se alejó de Las Pozas, se internó en el bosque, peleó en el asiento de El Cuzco, vivaqueó en Peña Blanca, repelió fiera acometida en el cafetal de Arrasti y sostuvo en el de Frías combate contra otro general, Manuel de Enna, quien, mortalmente herido, no tardo en sucumbir. La desgracia lo condujo a saber cómo sus soldados, hechos prisioneros en Bahía Honda, en Candelaria, en San Cristóbal, en plena selva, eran fusilados sin forma alguna de proceso. Realizó un postrer esfuerzo en Manitorena al enfrentarse a las tropas mandada por Elizalde. Disperso el contingente insurrecto, vagando a la ventura, ya por el demolido ingenio Aguacate, ya por las serranías de Arroyo grande, en la vertiente meridional de la cordillera de los Organos, por cumbres casi inaccesibles, bajo los rigores de un cruel temporal de agua, fue López a caer en manos de un traidor, protegido suyo de otros días, José Antonio Castañeda, quien lo entregó, en Pinos el Rangel, el 29 de agosto de 1851, a sus enemigos.
  La campaña de Vuelta Abajo, no menos desastrosa que breve, sirvió a los adversarios de la independencia de Cuba para asestar el golpe de gracia a los esfuerzos redentores realizados por López. Apenas enterados de su proximidad a playas cubanas, se excedieron en diligencias para recibirlo con hostilidad. A despecho de sus afanes, de la actividad de sus tropas y del denuedo   _Morrillo, hasta el trance de Pinos del Rangel, el infortunio se obstinó en perseguir a los expedicionarios del Pampero.
  La furia de los intransigentes se desató sobre Narciso López tan luego como se consumó el desastre de Pinos del Rangel. Una vez aprehendido, lo trasladaron de San Cristóbal a Mariel, pasando por Guanajay, donde un español noble, Manuel Bustamante, tuvo abiertos sus brazos para el caído. De Mariel a La Habana lo condujeron en el bajel Pizarro. A las och de la noche del 31 de agosto llegó López a la capital de la Isla. Todo, a partir de ese momento, fue tormentosamente acelerado. En las horas transcurridas de las once de aquella noche a las siete de la mañana del 1ro de septiembre de 1851, entró en capilla, dictó sus disposiciones de última voluntad y subió las gradas del patíbulo, levantado en el campo de La Punta. . Al borde ya de lo desconocido, brotaron de sus labios estas palabras proféticas:

-         Mi muerte no cambiará los destinos de Cuba.

-          

LOS CABILDOS AFRO-CUBANOS Y SU POESIA

 Explicación De Textos Literarios

 Vol. VII-2                                  1978/79

 Julio A. León  (Cuba) (†)



Los Cabildos Afro-Cubanos y Su Poesia
     Al surgir el movimiento literario conocido por poesía negrista o movimiento negrista en nuestra América, Cuba fue uno de los centros luminarios de donde se proyectó la mayor cantidad y variedad de poemas siguiendo la nueva moda literaria.  Involucrados en dicho movimiento o estilo estuvieron los poetas Tallet, Ballagas, Güirao, Guillén y literatos del calibre de Carpentier.  Los que formaron la escuela negrista no estaban inventando, ni mucho menos creando algo distinto y desconocido, sino solamente estaban re-interpretando desde un punto de vista social y cultural una tradición netamente africana que existía ya en la tradición oral de los cabildos afro-cubanos.  Por lo tanto, estos escritores supieron interpretar una corriente cultural, con sus jitánforas, vocablos africanos, giros y escenas dinámicas cargadas de cromatismo y exotismo, así como de sensualismo, que había sido, originalmente traída por los grupos de africanos que llegaron a las Antillas a partir del siglo XVI.

     En el cabildo se desarrolló, en secreto, y se mantuvo con más fuerza la tradición oral que los africanos trajeron consigo.  Por espacio de mucho tiempo su arte y su cultura y sus bailes se hacían parientes y en forma pública con el permiso de sus amos los días festivos, tales como la celebración del Día de Reyes durante el cual, los propietarios de esclavos permitan que los mismo bailasen en la Plaza Central de cada pueblo para regocijo y deleite de la elite colonialista.  Por entonces solamente sus manifestaciones culturales en público se ciñeron a dichos bailes de Epifanía, todo lo demás fue prohibido.

     Pero en el fondo de sus barracones mal ventilados, su verdadera cultura, esa que encierra el alma de cada pueblo, hervía en silencio y se fermentaba lentamente aguardando el día de poder manifestarse a sus anchas.  Ese momento se hizo propicio cuando en el siglo XVIII se fundaron, con permiso de las autoridades coloniales, los primeros cabildos afro-cubanos.  Estos cabildos eran el centro de reunión de cada grupo en sí.  Los yorubas, debido a sus creencias y dialecto, se agruparon en los suyos dirigidos por sus Babalochas[1] unos y por sus Iyalochas[2] los otros.  Los bantús o negros congos, por haber llegado de la región del rio Congo, fundaron los suyos agrupándose según su dialecto maternal y sus rito religiosos.  Los abakua o ñáñigos, se organizaron mucho más tarde, ya casi a mediados del siglo XIX pero cobraron fuerza política, social y económica en los barrios que rodeaban los muelles de los puertos de La Habana y Matanzas, y ejercieron una influencia tremenda en la creación del slang afro-cubano por su participación activa en la vida económica de las grandes ciudades con puerto de mar, como las ya antes mencionadas.

     Bajo severas circunstancias ambientales, sociales, políticas y económicas el cabildo surge como una tabla de salvación de donde se aferran los miembros de cada tribu para hacer sobrevivir lo que consideraban una parte muy importante de su propio ser: su cultura como parte de su identificación como grupo o como individuos.  Este fenómeno de índole cultural, no es el único en la historia del hombre, ya que por espacio de siglos otras minorías han sabido rescatar del olvido su pasado cultural que les ayudó a soportar el cautiverio o la explotación.

     A la isla de Cuba llegaron africanos de todas las zonas del continente negro, pero los que supieron organizarse cultural, religiosa y políticamente fueron los tres grupos que ya hemos mencionado más arriba, a saber: los yorubas, los bantús y los abakúas o ñáñigos.

     El estudio presente es la labor de la recopilación de la crónica oral conservada en los reductos – ya casi en estado de desaparición – de lo que fueron los grandes cabildos en el pasado.  Encerrada en esa crónica oral está el legado cultural que el hombre africano, ya sea yoruba, bantú o ñáñigo, ha dejado a la posteridad.

     La poesía recopilada entre los descendientes de los africanos es algo más que poesía en sí, es crónica oral, es relato, es fragmento de una etapa vivida y que se encuentra cristalizada dentro del marco del tiempo y del espacio.  Poesía, no al estilo occidental con métrica, con modulaciones, tiempo, medida, o estilo personal, sino poesía al estilo africano. Poesía que refleja el alma de un pueblo sojuzgado.  Poesía anónima porque nadie reclama su paternidad, poesía popularizada dentro de los miembros del cabildo, pero no popular para los neófitos o los extraños al sistema de vida socio religioso del cabildo, pero poesía al fin y al cabo.  Los temas universales de la poesía africana son los mismos que tocan la poesía de otras civilizaciones, porque el hombre africano ha sabido del dolor, del amor, del odio, de la soledad, del desconsuelo, la nostalgia, y del luto del ser amado que ha muerto. 

     Encerrada en la madeja de sus cantos de cabildo descubrirla lleva tiempo, paciencia y conocimiento de los fundamentos de los dialectos africanos vigentes.  Compartirla con otros es parte de la tarea que lleva al que desea mostrar un pedazo de la cultura que nuestras playas dejaron aquellos seres encadenados cuyo canto fue lamento y cuya poesía se mantuvo desconocida, negada a veces, rechazada por los literatos otras tantas como tal, pero que existió como manifestación cultural y se conservó en los cantos de los juglares negros de los cabildos.  Darle a conocer es como dar a conocer “un mester de juglaría afrocubano” como corriente cultural que había permanecido inédita hasta ahora.

     Los cabildos de origen bantú o congo
     Comencemos pues por la recopilación de la poesía cantada que se relaciona con los cabildos de origen bantú o como fueron conocidos por mucho tiempo, por cabildos congos.

Con música del tambor Yuca[3]
dentro del monte profano
fuimos a celebrar
el nacimiento
de un nuevo hermano

Zala malecó[4]
Malecó Zalá
    matamos un toro negro
negro como el odio
como el odio negro

negro como el luto
como el luto negro

Zala Malecó
Maleco Zalá

aguardiente con pólvora bebimos
carne de carnero comimos
Jutía([5]) ahumada comimos
miel de abeja bebimos

Zala malecó
Malecó Zalá

era un día grande para Zambia[6]
era un dia grande para el Baroko[7]
nos había nacido
en el Mayombe
un nuevo hermano

Zala malecó
Malecó Zalá

negro como el toro
como el toro negro
negro como el luto
como el luto negro

Zala malecó
Malecó Zalá

     El poema anterior relata una iniciación de un neófito dentro del rito del Mayombe.

Los cabildos yorubas

     En los cabildos yorubas hay mucha tradición oral conservada con la misma frescura que se puede hallar en el Brasil o en la misma África, pero hemos elegido un poema con el tema de la muerte para poder ir presentando algunos aspectos diferentes tanto en la temática como en el dialecto tribal existente en territorio cubano. En dichos cabildos hemos encontrado no solamente poemas cantados, sino proverbios moralizantes que sirven de estribillo a ciertos cantos de cabildo.  También hemos podido recopilar varias leyendas moralizantes conocidas por “appatakis” en donde aparecen personajes de animales revistiéndose de condiciones morales imitando al hombre.  Pero no queriendo hacer extenso un trabajo de tipo corto, deseamos puntualizar ciertos valores culturales, sociales, morales y de aspecto religioso con vista a presentar el fondo humano y el concepto cosmogónico de estas sociedades africanas llegadas a suelo cubano, de las cuales hemos recibido su legado cultural.

bayene bayene[8]
     tonú[9]
soy Ikú
soy la muerte
soy tierra de cementerio
soy viento negro de cuaresma
soy Osá-birinigua[10]

bayene bayene
     tonú

soy Ikú

soy eterna
soy invencible
soy principio
soy final
     bayene bayene
              tonú
soy Ikú

Los cabildos abakua o de ñáñigos

          El último grupo que hemos decidido presentar por su riqueza folklórica y por su gran contribución a la formación del slang afro-cubano es el grupo formado por los miembros de los cabildos de abakua o ñánigos.  Debemos hacer un poco de historia antes de presentar lo que hemos recopilado de los mismos.  Los abakuas o ñánigos son parte del folklore.Su presencia en la época de carnavales habaneros era indispensable, ya que los mismos dieron origen a las comparsas o grupos de baile folklórico  que desfilaban adornado de mil colores por el Paseo del Malecón y de Prado en noches de carnaval. Se organizaron mucho más tarde que los otros grupos mencionados anteriormente porque fueron uno de los últimos grupos que llegaron en condición de esclavos a suelo cubano.   Fueron cazados por otras tribus rivales a la orilla del rio Cross y en las islas del Calabar. Con ellos trajeron su sociedad secreta masculina que introdujeron en su nueva tierra. Su gobierno político y militar estaba formado por tres figuras que representaban el poder legal, militar y religioso siendo conocidos por los nombres de Iyama, Mokongo y Nasacó.  Estos personajes tenían a su vez otros funcionarios que respondían a sus órdenes.  Su familiaridad con las labores de carga y descarga les abrió las puertas de los trabajos de los puertos cubanos, principalmente del puerto de La Habana y el de Matanzas.  Se organizaron en cabildos o potencias, habiéndose fundado el primero en 1836 bajo la denominación de Efik Buton, pero inscribiéndose en el registro colonial de sociedades con el nombre de “Sociedad de Socorro y Auxilio de Pardos y Negros”.

Sus manifestaciones culturales son muy variadas, contándose no solamente su tradición oral, sus mitos y leyendas, sino también su misteriosa simbología conocida por Anaforuamas.  Las Anaforuamas han sido estudiados ampliamente por la investigadora Cubana Lydia Cabrera (†)– residente en la Florida – y los instrumentos musicales de sus grupos de músicos fueron muy bien descritos por el etnólogo y musicólogo don Fernando Ortiz (†).  Otros literatos cubanos, como Alejo Carpentier nos ha presentado parte de sus ritos en poemas y en su novela Ecue Yamba O. Su comportamiento social ha sido motivo de estudio por criminólogos tales como Israel Castellanos y por otros profesores de la Universidad de La Habana.  Otros poetas han desarrollado el paso de las comparsas de ñáñigos en días de carnaval comparándola con una serpiente de gran colorido.Músicos negros han popularizado sus ritmos, inclusive los hicieron populares en los Estados Unidos alrededor de 1940 cuando un compositor, el cual era miembro d dichos cabildos, llamado Chano Pozo, viajó a New York e hizo una gira musical exitosa por suelo americano.  Por lo tanto,  su vigencia dentro de nuestra cultura afro-cubana es un hecho cierto e innegable.  Muchos de sus miembros eran vendedores ambulantes y sus pregones, o reclamo comercial llenaban de melodía, música, y dicharachos populares nuestras calles habaneras. Mantenían un “culto al machismo”, una obsesión casi, de tipo patriarcal, en donde el rol del hombre en la sociedad era la de ser: hombre y amigo, o sea, según su dialecto: Negué y monina. No permitían que ninguna mujer tomase parte de sus ritos e inclusive en sus mitos y leyendas hay un fondo anti-feminista considerando a la mujer piedra de discordia muchas veces y las más, instrumentos de recreo y placer.  Ese punto de vista “machista” los hacia lucir y ser, pretenciosos, orgullosos, temerarios y desafiantes.  Sus cantos, poesías y leyendas centra el mundo alrededor del rol del hombre y su importancia como la en el gobierno del mismo.  No identifica al hombre con su dios (Abasí) sino que a cada ente, al divino y al humano, le asigna su verdadero rol. Todo lo contrario de otras religiones primitivas en donde se deifican y se diviniza a seres humanos otorgándoles rangos de semidioses.  Para el abakúa o ñañigo el hombre tiene un papel que cumplir en la tierra, y este es el bailar, beber ron, y ser un Don Juan empedernido.  Esta actitud social y esa mentalidad personal provocaban mil disputas y reyertas sangrientas, porque querían imponerse por su valentía, arrojo personal y temeridad.  Sus cantos son poemas glorificando y exaltando la condición de hombre y ñañigo. Tomemos el siguiente poema como ejemplo:

Nagüele que soy kiñongo[11]
          ñanigo, amigo y hombre ná má.

soy ekobio[12] del barrio de Jesús Maria
donde toman agua de coco con ron

Ñañigo, amigo y hombre ná má
          Nagüelle que soy kiñong.

soy del baroko[13]de Efik Buton[14]
el primero que tocó el bembé[15]
          en la gran abanakué[16]

Nagüele que soy kiñongo
ñanigo, amigo y hombre ná má

soy el que lleva en la procesión
          el tambor senseribó[17]
el que se viste de Ireme[18]
          los días de iniciación

Ñañigo, amigo y hombre ná má
          nagüele que soy kiñongo

soy ekobio
soy un monina[19] de verdá

por mi vena no corre sangre
sino kurda[20] de la buena

cuando me le aboko[21]
a una jeba[22]
no hay discusión
me la llevo en la golilla[23]

Nagüele que soy kiñongo
          ñañigo, amigo y hombre ná má

soy el cheverón[24] del barrio
con mil jebas a retortero[25]

soy un ekiko[26] bien plantao[27]
no hay jeba que se me resista
ni monina que se me enfrente
lo mismo
me gustan las narras[28]
          las mulatas
          las negras
          y las jabas[29]

Nagüele que soy kiñongo
abakuá
amigo
monina
hombre ná má

  Estas muestras de poesía inédita recopiladas en los cabildos son el mejor exponente del colorido musical, onomatopéyico, y del melodioso canturreo de los dialectos africanos que al plasmarse dentro del molde de la palabra no pierde su mensaje social ni su fondo étnico.

          Los negros africano que llegaron a la Isla hace alrededor de cuatro siglos dejaron sembrado en el surco cubano su semilla poética.  Con los cien primeros negros que entraron por el puerto de Casilda, barrio marítimo de la Villa de Trinidad, hizo su entrada en la historia nuestra el colorido folklórico de una raza que echó raíces profundas en nuestro subsuelo cultural.

          Si bien es cierto que el tráfico marítimo trayendo negros esclavos es de bochornoso recuerdo, no es menos cierto que el negro africano supo erguirse en medio de su esclavitud forzosa y dejar a la posteridad como legado luminoso sus cantos de cabildos que son la mejor herencia cultural llegada a nuestra sociedad.

          Los poetas del movimiento negrista recogieron en su minuto histórico la fruta madura que se hizo poesía en los labios de Guillen, Ballagas, Guirao, Tallet, Carpentier y otros, que como ellos supieron apreciar y revalorar el fondo cultural afro-cubano.






[1] Balacha: sacerdote del rito Yoruba.
[2] Iyalocha: sacerdotisa del rio Yoruba.
[3] Tambor Youca: tambor bi-membranoso, instrumento musical de percusión utilizado por los sacerdotes del culto del Mayombe.
[4] Zala maleco, maleco zala: saludo o bienvenida dado al que se inicia en el rito del Mayombe. Pertenece dicha expresión al dialecto Lari según unos y al Ningala egun otros. Debido a la gran proliferación de dialectos africanos algunas expresiones y vocablos se repiten en varios dialectos a la vez.  Esta misma frase se escucha frecuentemente entre los africanos que hablan el dialecto Haussa en Ghana.
[5] Jutia ahumada: la jutia es un roedor de la fauna cubana. Vive en las montañas dentro de las cuevas o entre el follaje de los bosques cubanos  Se alimenta de vegetales. Su carne era muy apetecida por los africanos que vivian en la Isla de Cuba, cerca de las montaña.  Se comía su carne ahumada durante los ritos de la religión africana, fuese esta una manifestación ritual del Mayombe o de los yorubas. Todos los africanos la comían con deleite.
[6] Zambia: vocablo Lari y Niagala. Es el nombre que se le da al Supremo Creador entre los africanos que profesan los cultos animistas y fetichistas entre los de origen Bantu.
[7] Baroko: nombre dado a la casa-templo donde realizaban sus ritos religiosos.
[8] Bayene, bayene tomú; vocalbo Yoruba con que se invoca y se saluda a los difuntos de la tribu.
[9] Iku: personaje o deidad de la mitología Yoruba. Se le rinde un culto secreto entre los creyentes de la religión yoruba.  Dicho culto se ha extendido en la América nuestra, contándose miles de adeptos en la Isla de Cuba, así como en el Brasil.
[10] Osa-birinigua: teniendo en cuenta el culto animista y fetichista de los yorubas en este vocablo compuesto se hace mención de una fuerza de la naturaleza; el huracán.
[11] Naguee que soy kiñongo: una oración en la que se combinan vocablos del dialecto appapa con el verbo “ser” del idioma castellano, en la cual se traduce lo siguiente: hermano (nagüele) yo también soy un juramentado (kiňongo).
[12] Ekobio: vocablo appapa predominantemente entre los miembros de la tribu Ekik que Vivian en el rio Cross y que mantenían el tráfico con los europeos.  Dicho vocablo es una derivación del nombre original de la tribu en Africa: Ekpo. Eran también cazadores de cabeza.  Aunque no tenían una escritura, como muchas de las tribus africanas, pero tenían una simbología heráldica que se conoce en Cuba con el nombre de Anaforuana. Los Anaforuanas son pinturas esotéricas o “firmas de identificación de los altos personajes” de la Sociedad Secreta de Abakua o de Nanigos.  La escritora y folklorista Lidya Cabrera, residente en la Florida, ha estudiado profundamente dicha simbología.  Ekobio en si quiere decir: soy hermano fraternal.
[13] Baroko: (ver el numero 7).
[14] Efik Buton: primer cabildo fundado en el Puerto de Regia en 1836
[15] Bembé: baile ritual, típico de los ñanigos en los días de iniciación.
[16] Abanakue: nombre con el que los ñáñigos identificaban a la cuidad de la Habana.
[17] Senseribó: tambo sagrado de los ñanigos.  Tenía forma de cáliz y era sacado de los ñanigos.  Tenía forma de cáliz y era sacado en andas los días de procesión en donde se volcaban a la vía pública los miembros de dicho cabildo. Se le rinde un culto secreto y se guarda en el cuarto del “fambá” o cuarto del secreto o del misterio.
[18] Ireme: clásico personaje de la comparsa de ňanigos, el cual lucía un traje con muchos colores y con figuras geométricas. Ireme quiere decir “personaje del más allá”. Representa a los antepasados africanos que murieron en el continente negro y quieren ser testigos durante los ritos de los criollos de que la tradición se cumple.  Es el que baila delante de la procesión de los nañigos cuando los mismos salen a la calle a saludar al Dio Sol (empago) cuando se inician nuevos miembros en el cabildo.  Realiza en su baile una serie de movimientos que son parte del lenguaje mímico del personaje.  Habían siete Iremes que cumplían con distintas misiones dentro del ritual de los cabildos.  Se le conocían popularmente con el nombre de “diablitos”. No solamente en Cuba salían dichos personajes a cumplir su misión esotérica, sino en otros países de habla hispana también han aparecido.  En Africa siguen saliendo durante los ritos de los abakuas manteniéndose dicha tradición has nuestros días.
[19] Monina: buen amigo o buen compañero.
[20] Kurda: bebida alcohólica preparada con aguardiente de caña y menta a la cual se le aggregaba ají picante.  Bebida ingerida durante los ritos.
[21] Aboko: es un vocablo popularizado por los nañigos y que pertenece al slang afrocubano actualmente en uso tanto en cuba como en Miami entre la población Latina, cuya raices son cubanas.  Es el acto de enamorar.
[22] Jeba: del slang afro-cubano originado por los nanigos entre el elemento humilde Cubano.  Se le denomina con dicho vocablo a “la mujer criolla”.
[23] Me la llevo  en la golila: es una combinación del castellano con un vocablo del slang afro-cubano, a saber, “golila”.  Significa que cuando un abakua enamora a una criolla no hay duda que el obtendrá sus favores porque él sabe cómo conquistarla.  En resumen quiere decir “la conquisto de un solo golpe”. La palabra “gola” es derivada de “Angola”.  Llevársela “en la golilla” es como “llevársela pá Angola” (raptarla, sojuzgarla, hacer de ella su sierva). 
[24] Cheverón: del slang afro-cubano. Hombre en grado superlativo por el sufijo “on”. Derivado de “chévere) que quiere decir: hombre donjuanesco.  Según Don Fernando Ortiz dicho vocablo era originalmente africano y no una transculturación lingüística.  Estudios realizados por otros investigadores opinan que no es así, entre los que opinan que dicho vocablo no es africano está el Profesor Juan Arrom.
[25] Con mil jebas a retortero: hombre conquistador que estaba redeado de mil admiradoras. Con estas frases vemos el sentido egocéntrico, narcisista, y el “culto al machismo” de los abakua o nanigos.
[26] Soy un ekiko: el vocablo “ekiko” quiere decire “gallo de pela” por dicha expresión hace una comparacion entre el rol del gallo, o seductor de gallinas y el rol del abakua o nanigo que es un seductor de mujeres.  
[27] Bien plantao: el vocablo “plantao” es una derivación de “plante” y este último es el rito o ceremonia nanigo en donde se ponía pruba el valor y la hombría de los nuevos afiliados al cabildo.  Cuando había “plante” entre los miembros del cabildode nanigos se esperaba siempre que habría duelos a puñaladas y que terminaría en reyerta.  Los “plantes de nanigos” estuvieron prohibidos por los autoridades coloniales y más tarde por la policía constitucional en épocas de la Republica porque conllevaba derramamientos de sangre y alentaba a no respetar la vida del prójimo.
[28] Narras: nombre dado a los descendientes de asiáticos nacidos en Cuba. En Cuba hubo un tráfico desde la China a la Habana importando presos políticos o disidentes políticos chino que las autoridades coloniales compraban a las autoridades feudales chinas para poder suplir la mano de obra que faltaba en la agricultura de Cuba después de la Guerra de los Diez Anos (1868-1878) cuando los patriotas cubanos dirigidos por Cespedes en el ingenio de La Demajagua dieron la libertad a los negros esclavos.  Luego del Pacto del Zanjon las autoridades coloniales se comprometieron respetar la libertad de los negros africanos que habían luchado en la guerra contra las tropas de Espana y debido a ello, miles de africanos quedaron en libertad completa.  Los chinos fueron traídos para ocupar el lugar dejado vacio por los africanos.  Se le decía “narra” tanto a los hombres como a la mujeres descendientes de asiaticos.   
[29] Jabas: del slang afro-cubano.  Nombre dado a las criollas cuyo padres eran peninsulares (gallegos, asturianos, isleños, etc.) y cuyas madres eran negras criollas.  El tipo característico de la mujer jaba era el siguiente: pelo hirsuto pero de color rolizo con facciones semitoscas y de piel casi-blanca.