Páginas
▼
domingo, 15 de noviembre de 2015
León Trotski (Segunda Parte)
La revolución de 1917[editar]
El periodo interrevolucionario[editar]
Tras varias semanas más de travesía, la familia alcanzó Suecia y más tarde Finlandia, desde donde viajó a Petrogrado, que alcanzó el 4 de mayojul./ 17 de mayo de 1917greg..168 170 Una multitud lo recibió en la Estación Finlyandsky, ante la que reclamó una segunda revolución.168 170 Recién llegado a la capital, se lo admitió como miembro sin derecho a voto del comité ejecutivo central del nuevo sóviet de la ciudad, a pesar de las dudas de los mencheviques y socialrevolucionarios, que desconocían con exactitud su posición política.171 Para entonces, había abandonado su anterior ambición de reunir las fracciones del partido y rechazó todo acuerdo con los que apoyaban la continuación de la guerra.172
Asumió el control de la Organización Socialdemócrata Interdistrital —agrupación temporal de socialdemócratas internacionalistas que no pertenecían a las dos corrientes principales— e ingresó en el Sóviet de Petrogrado.173 Al principio, criticó con cierta cautela la coalición entre socialistas y burgueses en el Gobierno.174 Coincidió con Lenin en la necesidad de una segunda insurrección que acabase con el Gobierno provisional, que consideraba representante de los intereses de las clases acomodadas,157 174 y mantuvo su convicción de la necesidad de que la revolución se extendiese por Europa para que sobreviviese en Rusia.175 En mayo fracasó un primer intento de ingreso en el partido bolchevique, a pesar de la gran cercanía en las posiciones entre Trotski y su grupo y el partido de Lenin, debido a las mínimas diferencias entre ambos grupos.176
Se convirtió pronto, junto con Anatoli Lunacharski, en el más popular orador de la corriente más izquierdista del Sóviet de Petrogrado y asistió a innumerables reuniones y mítines.177 Recabó especial simpatía de los marinos de la cercana base naval de Kronstadt y se dirigía a enormes multitudes masas casi cada noche en el Cirque Moderne de Petrogrado.177
En el Primer Congreso de los Soviets de principios del verano, abogó en vano, como los delegados bolcheviques, por abandonar la coalición gubernamental y formar un Consejo de Ministros exclusivamente socialista.178
Participó en las Jornadas de Julio, en las que rescató al ministro de Agricultura socialrevolucionario Víctor Chernov, retenido por los manifestantes.179 Tras el fracaso del intento de entregar el poder al Sóviet de Petrogrado y con represión gubernamental de los bolcheviques, defendió a estos y retó al Gobierno a detenerlo.180 Acusado por el nuevo Gobierno de Kérenski de haber regresado junto a Lenin a través de Alemania y de pertenecer al partido bolchevique, se lo envió a la prisión de Krestý, donde ya había estado encerrado tras el aplastamiento de la Revolución de 1905.180
Ante la nueva cercanía de las posiciones de los bolcheviques y los miembros delComité Interdistrito, estos decidieron ingresar en el partido de Lenin,181 en el que tuvieron un papel destacado.175 Trotski pasó a formar parte del comité central bolchevique.181 El Gobierno lo liberó el 4 de septiembrejul./ 17 de septiembregreg., tras el fracaso del golpe de Kornílov, desbaratado gracias a la ayuda del Sóviet y, en especial, de la izquierda radical y los bolcheviques, que recuperaron el apoyo perdido en julio.181 Se convirtió entonces en un popular orador, habitual del Circo Moderno de Petrogrado, el representante más conocido del bolchevismo.182 El 23 de septiembrejul./6 de octubregreg., se lo eligió para presidir el Soviet de Petrogrado.181
De esta forma se apartaba de su anterior neutralidad durante el exilio implicándose directamente con los bolcheviques en el proceso revolucionario. Gracias a su poderosa oratoria, alcanza una enorme popularidad que le permite llegar a formar parte del Comité Central del partido bolchevique, en el que había ingresado en julio.
En el otoño, Trotski apoyó totalmente la postura de Lenin en cuanto a la necesidad de derrocar al Gobierno provisionalsurgido de la Revolución de Febrero,183 encabezado desde el verano por el socialista moderado Aleksandr Kérenski. A diferencia de Lenin, sin embargo, abogó por presentar el enfrentamiento con el Gobierno no como una insurrección del partido, sino como una acción del inminente Congreso de los Soviets del otoño.183 Así, sus esfuerzos se dirigirán a recabar apoyos para el movimiento bolchevique para el alzamiento previsto. Al tener Lenin que ocultarse, Trotski asumirá la jefatura del Comité Militar Revolucionario, puesto desde el cual aportará al triunfo de la Revolución de octubre.
Defensa de Petrogrado y comisario de Asuntos Exteriores[editar]
Tras la Revolución de Octubre, Lenin propuso otorgarle la presidencia del nuevo gobierno, el Sovnarkom, puesto que rechazó por su origen judío, que la oposición podía utilizar para desprestigiarlo; esta posición contó con el respaldo de Yákov Sverdlov, también de origen judío.184 Rechazó asimismo el cargo de comisario de Interior, demasiado cansado por los acontecimientos del otoño, aunque no opuesto a la represión que conllevaba el cargo; aceptó el de comisario de Asuntos Exteriores, propuesto por el mismo Sverdlov.185 Trotski confiaba erróneamente en poder limitar la diplomacia del nuevo Gobierno a unas cuantas proclamas revolucionarias que extenderían la revolución al resto de Europa.186 187
Antes de poderse dedicar a las tareas de su comisaría, empero, tuvo que ocuparse apresuradamente de la defensa de la capital, amenazada por el levantamiento Kérenski-Krasnov, como presidente delComité Militar Revolucionario de Petrogrado.186 A pesar de la escasez de tropas a su disposición por la renuencia de la mayoría de la guarnición a combatir,186 logró rechazar la ofensiva contra la capital.188 Para ello puso en marcha un sistema que más tarde empleó en la guerra civil: el uso de antiguos oficiales zaristas, a menudo desafectos en las operaciones militares, pero siempre bajo el control del Gobierno.189 La medida era necesaria, en su opinión, ante la bisoñez de los bocheviques en operaciones militares.189
Junto a Lenin, fue uno de los principales opositores a la formación de un Gobierno socialista de coalición con los partidos que habían cooperado con los kadetes.190Defendía por un Gobierno que fuese exclusivamente bolchevique o en el que, al menos, estos contasen con la mayoría.190 No deseaba, sin embargo, acabar con losmencheviques y socialrevolucionarios, liberó pronto a los ministros del Gobierno provisional y, junto con el resto del Gobierno, mantuvo sus puestos en el Comité Ejecutivo Central Panruso (VTsIK) por si regresaban a las instituciones.190
Aunque había ingresado recientemente en el partido, a finales de 1917 Trotski era ya una de sus figuras principales.191 Junto con Vladímir Ilich Uliánov (alias Lenin), Iósif Stalin y Yákov Sverdlov, formaba la «oficina del comité central», un organismo interno en sesión permanente que reunía a un reducido grupo de miembros del comité central bolchevique.191 Cuando se formó la coalición de Gobierno con los Socialrevolucionarios de izquierda en diciembre, se creó un organismo similar que reunía a ciertos comisarios del Sovnarkom; los miembros bolcheviques eran Trotski, Lenin y Stalin.191 Junto con Lenin, se convirtió en la primera autoridad del partido en ideología y estrategia, mientras que Stalin y Sverdlov eran los organizadores del partido.191 A pesar de la confianza, respecto, cordialidad y acuerdo en los asuntos principales con Lenin, su relación con este no era de cercanía personal.191 Sus caracteres eran diferentes en algunos aspectos: Trotski era más apasionado, más inclinado a trabajar en solitario y menos cooperativo.192
Enviado a negociar con los Imperios Centrales con el objetivo de alargar las conversaciones para dar tiempo al esperado estallido de la revolución en Europa, su oratoria y habilidad negociadora no pudieron evitar que aquellos impusiesen duras condiciones para detener su avance.193 Los Imperios habían confiado en imponer una dura paz rápidamente que les permitiese desplazar el grueso de sus unidades el frente occidental.187 Trotski se declaró partidario, al contrario que el grueso del partido —aparentemente favorable a oponerse por las armas a los Imperios antes que aceptar las condiciones exigidas— y el propio Lenin —dispuesto a aceptarlas para salvar la revolución en Rusia y ganar tiempo para que esta se extendiese por Europa—, de abandonar la contienda sin firmar la paz.193 El gesto resultó un fracaso; los Imperios no dejaron de avanzar y el Gobierno soviético tuvo que apresurarse a aceptar las condiciones que antes había rechazado, pero tras haber perdido mayores territorios.194 Trotski dimitió como comisario de Asuntos Exteriores y elTratado de Brest-Litovsk acabó firmándolo un representante de bajo rango.194
El Ejército Rojo y la guerra civil[editar]
La creación del Ejército Rojo[editar]
Nombrado entonces comisario de Defensa195 y presidente de la Junta Suprema de Defensa a pesar de su nula experiencia militar (14 de marzo),196 197 sus iniciativas lograron formar un nuevo ejército regular y salvar al Gobierno soviético, cada vez más amenazado por la crisis económica, la oposición interna y la intervención extranjera.198 Entonces, en marzo de 1918, el Sovnarkom apenas contaba con una división regular —la de tiradores letones—, unos pocos miles de guardias rojos, algunas bandas de milicianos entusiastas pero sin instrucción militar y algunos destacamentos del viejo ejército zarista que las autoridades decidieron desbandar por su escasa utilidad militar.196 Dos años y medio más tarde, el Ejército Rojo contaba con cinco millones de hombres.196 Trotski se tuvo que enfrentar tanto a la hostilidad de la población hacia el Ejército y la guerra, que hasta entonces los propios bolcheviques habían fomentado, como a la gran desorganización197 interna; aunque se había proclamado la creación de un nuevo Ejército de voluntarios en enero, la comisaría carecía completamente de la infraestructura para reclutarlo, adiestrarlo y mandarlo, que comenzó a crearse tardíamente en abril.199
Movilizó a la Guardia Roja e impuso el uso de oficiales200 zaristas —tres cuartos de la oficialidad y de la administración militar en 1918—, supervisados por comisarios políticos y amenazados por posibles represalias contra sus familias,197 tomadas como rehenes para garantizar su fidelidad.198 201 La estructura de comisarios, anteriormente limitada a los mandos superiores del Ejército, se extendió.198 202 Se aclararon además las responsabilidades de comisarios y oficiales, aunque no se pudo evitar los roces entre los dos grupos, entre los que Trotski tuvo que tratar de guardar el equilibrio.202 No descuidó, sin embargo, la creación de un nuevo cuerpo de oficiales, formado principalmente a partir de los suboficiales del antiguo ejército zarista; al final de la guerra civil, solo un tercio de los mandos eran antiguos oficiales zaristas, el resto eran nuevos oficiales surgidos de las filas, algunos de estos los futuros mariscales que combatieron en la Segunda Guerra Mundial.203 En el verano de 1918, ordenó levas que aumentaron notablemente el tamaño del nuevo ejército.198 Primero se realizaron entre el proletariado, urbano, más tarde se incluyó a los campesinos, menos fiables y más dados a la deserción.204 Trató además de mantener la disciplina mediante el uso de medidas draconianas, como la de diezmar a las unidades desobedientes o desertoras.198 En junio de 1918, fue el principal testigo en el juicio político, celebrado sin garantías, del almirante Alekséi Shchastni, acusado de sabotaje y traición; condenado y ejecutado, el juicio sirvió de advertencia a los oficiales al servicio del Gobierno bolchevique.205 201 Insistió además en disolver las unidades de voluntarios y guerrilleros, que consideraba de escasa utilidad militar, y en concentrarse en la formación de unidades regulares subordinadas a un mando centralizado, lo que en algunos casos produjo conflictos con bandas partisanas, como las anarquistas de Néstor Majnó.206
Partidario teórico del sistema de milicias populares y de la elección de oficiales —que el partido en su conjunto aprobó en varios congresos durante la guerra civil—, prescindió de ambos en la formación del nuevo ejército ya que consideró que las condiciones rusas no permitían su aplicación, aunque defendió su implantación futura, cuando se diese el suficiente grado de industrialización, mejora de los sistemas de comunicación y educación de la población.207
Puntilloso, ordenado y extremadamente exigente, desbordante de energía era, sin embargo, poco atento con sus colaboradores, lo que favorecía que se hallase en una cierta soledad.208
Las campañas[editar]
La primera crisis grave tuvo lugar en agosto de 1918, cuando las tropas checoslovacasque se habían alzado y apoyaban al Komuch tomaron Kazán,209 la última gran ciudad a lo largo del Volga que protegía Moscú.210 Con el Gobierno en peligro, Trotski marchó al frente dos días más tarde, el 8 de agosto, en el tren en el que pasó gran parte de los dos años y medio siguientes.211 A pesar de la crítica situación en las líneas bolcheviques, logró sostener el frente con una mezcla de medidas para aumentar el ánimo de las tropas y duros castigos, la mejora de la coordinación de la defensa; consiguió retomar la estratégica Kazán semanas más tarde.212 213 Forjó además estrechos lazos con los veteranos del 5.º Ejército que habían librado la campaña y que se convirtieron en el contrapeso al grupo del 10.º Ejército con sede en Tsaritsyn, cercano a Stalin.214 A comienzos de octubre, los bolcheviques habían logrado recuperar el dominio del Volga y frustrado la amenaza a Moscú.215 De vuelta en Moscú a finales de septiembre, convirtió la Junta Suprema de Defensa en el Sóviet Militar Revolucionario,216 responsable a partir de entonces de los asuntos militares y al que se subordinaban los de los catorce ejércitos, formados por sus comandantes y algunos de sus comisarios políticos.217 La gestión ordinaria del sóviet quedó en manos del lugarteniente de Trotski, E. M. Sklianski,216 y en él ingresaron gran parte de los principales mandos de la campaña del Volga.218
Bien protegido y pertrechado de radio, telégrafo y más tarde de aviones y automóviles, Trotski se desplazaba en su tren blindado de un punto a otro del frente, en el que llegó a recorrer decenas de miles de kilómetros durante la guerra.205 Acompañado a menudo por periodistas, daba la impresión de ser un comandante militar todopoderoso.219
La siguiente crisis a la que se tuvo que enfrentar Trotski fue a la subordinación del 10.º Ejército, mandado por Kliment Voroshílov, que contaba con el respaldo de Stalin —comisario político del frente sur por elección del propio Trotski—216y que se encontraba en constante roce con el mando militar central.220 En octubre reformó por completo el mando del frente sur, exigiendo el sometimiento de Voroshílov a un general zarista que debía dirigir las operaciones de todo el frente meridional y relevando a Stalin.221 A pesar de estas medidas, el conflicto entre los mandos de Tsaritsyn y el grupo de Trotski en el Sóviet Militar Revolucionario continuó.221 A comienzos del invierno, este logró el traslado de Voroshílov a Ucrania, pero esto no evitó que continuasen los choques entre Trotski y el grupo formado en torno al mando del 10.º Ejército; a finales de diciembre, Pravda, con Nikolái Bujarin como redactor, publicó un informe muy crítico con Trotski, elaborado por un oficial de Voroshílov.222 Fundamentalmente, la «oposición militar» a Trotski le acusaba de apoyarse en exceso en los antiguos oficiales zaristas y de maltratar a los comisarios, a menudo miembros del partido, llegando incluso a ajusticiar a algunos de ellos.223 En marzo de 1919, no pudo acudir al VIII Congreso del partido, en el que se trató la política militar, dado que había marchado de nuevo al frente para intentar detener los avances de Kolchak.224 225La posición de Trotski, criticada por los «comunistas de izquierda» que deseaban subordinar223 a los oficiales a los comisarios políticos y por los cercanos a Voroshílov, resultó vencedora tras la intervención favorable de Lenin, aunque no sin que el congreso aprobase algunas medidas de control que parecieron confirmar algunas de las críticas de la oposición.226 225 La oposición política a Trotski, reunida en torno a Stalin y Zinóviev, persistió.227
Pasó dos meses de la primavera de 1919 organizando la reacción al avance de Kolchak hacia Moscú.227 Durante esta campaña, las fuerzas soviéticas crecieron notablemente, del medio millón al millón y medio de hombres y los sindicatos enviaron a filas a la mitad de sus miembros para robustecer el frente.227 A pesar de que desde finales de abril los soviéticos habían comenzado a contraatacar, la campaña no acabó sin una disputa entre el comandante en jefe del ejército, Ioachim Vatsetis y el del frente oriental, Serguéi Kámenev en la que Trotski se vio involucrado.227 Kámenev deseaba aprovechar la derrota de Kolchak para perseguirlo hasta Siberia y eliminar sus fuerzas por completo; Vatsetis suponía que el almirante contaba con fuerzas notables en su retaguardia y vetó el plan con el objetivo de transferir el grueso de las fuerzas de Kámenev al frente sur, y obtuvo el respaldo de Trotski, más preocupado por los avances de Denikin en el frente sur.228 229 Este destituyó a Kámenev que, sin embargo y gracias al apoyo tanto de los comisarios del frente como de Stalin y más tarde Lenin, logró recuperar el mando, llevar a cabo la ofensiva planeada y aplastar a Kolchak, triunfo que la oposición a Trotski utilizó en su contra.230
Para entonces Trotski se había trasladado al frente sur, la nueva amenaza por el fácil avance de las fuerzas de Denikin.230 Intentó al tiempo reorganizar las fuerzas en Ucrania, formadas principalmente por partisanos, voluntarios y guardias rojos, de imponer de nuevo un modelo de ejército regular, sin éxito.231 La hostilidad de la población, las malas condiciones de las fuerzas disponibles y la falta de colaboración de Moscú frustraron los intentos de reforma.232 De vuelta en Moscú en julio tuvo que enfrentarse de nuevo a duras críticas de la oposición, tanto por su error respecto a Kolchak como por su fracaso en Ucrania; Stalin, que acababa de dirigir con éxito la defensa de Petrogrado frente alEjército del Noroeste, exigía el relevo de Vatsetis por Kámenev, el vencedor de Kolchak.232 El 3 de julio, el comité central aceptó la propuesta de Stalin, relevó a Vatsetis con honores y nombró en su lugar a Kámenev; ese no fue el único revés sufrido por Trotski, ya que el comité central decidió además reformar el Sóviet Militar Revolucionario, eliminar a sus partidarios e incluir en él a los comisarios del frente oriental que habían respaldado a Kámenev.233 Trotski reaccionó dimitiendo inmediatamente del politburó, de la Comisaría de Defensa234 y del Sóviet Militar Revolucionario.233Alarmado, el comité central rechazó la dimisión y Lenin le otorgó plenos poderes respecto a las órdenes militares.233 235
Aunque Trotski continuó al mando de las operaciones militares, pronto que enfrentarse de nuevo a Kámenev sobre el plan de contraataque a Denikin.233 El poliburó finalmente eligió el plan de Kámenev, que consistía en un ataque al flanco oriental de Denikin.236Trotski regresó al frente sur, donde se le informó del arresto pasajero de Vatsetis, posiblemente un nuevo ataque indirecto a Trotski.237 En Ucrania nuevamente fue incapaz de enderezar la situación, sin apenas apoyo de Moscú, que concentraba sus fuerzas en el ataque previsto a Denikin desde el este.238 Con el avance en el sector central de frente, Trotski reiteró una y otra vez en vano la necesidad de cambiar el plan aprobado inicialmente, hasta que la falta de avances en el Don y la gravedad de la situación forzó el cambio, aceptado incluso por el propio Stalin.239 Amenazadas a un tiempo Petrogrado y Moscú y con el politburó contemplando la posibilidad de abandonar240 la primera para concentrar todas las fuerzas en la defensa de la segunda, Trotski se ofreció a acudir a la antigua capital para dirigir su defensa; la caída de la cuna de la Revolución de Octubre podía, en su opinión, tener efectos desastrosos para la moral de las tropas.241 Con el apoyo de Stalin, que partió al frente sur, el politburó aprobó los decretos de movilización total presentados por Trotski.242 243 En Petrogrado, recibió finalmente la aprobación del poliburó a sus planes de defensa, que incluían el combate urbano si no era posible impedir la entrada a la ciudad a las fuerzas de Yudénich.244 Su presencia sirvió de catalizadora de la reorganización de la defensa de la urbe.245 246 Una semana después de su llegada a la ciudad, los defensores contraatacaron y desbarataron a las unidades de Yudénich.247 Coincidiendo con el aniversario de la Revolución de Octubre y con su propio cumpleaños, recibió —junto con la ciudad de Petrogrado y Stalin— la248 Orden de la Bandera Roja.249 Convencido de la inminente victoria militar, en el VII Congreso Soviético de diciembre habló de la abolición del ejército regular y sus sustitución por una milicia popular, además de agradecer a los mencheviques su apoyo en los últimos combates.250 El fin de los combates debía limitar la represión de la oposición y permitir la actividad de los demás partidos socialistas; en efecto, en enero de 1920, se limitaron los poderes de la Cheka y se abolió la pena de muerte.250Esperando firmar pronto una paz definitiva con Polonia, comenzaron a desmovilizarse algunos ejércitos y convertirlos en brigadas obreras.251 El 16 de enero de 1920, la Entente puso fin al bloqueo de Rusia.252
Menos de una semana, después, sin embargo, Trotski advirtió al politburó sobre el rearme polaco y recibió permiso para concentrar fuerzas en la frontera.252 En la primavera llegó el ataque polaco y Trotski abandonó los Urales, donde llevaba a cabo un viaje de inspección de las nuevas brigadas de trabajadores formadas por la desmovilización de las tropas, y regresó a Moscú.252 Las medidas liberalizadoras aprobadas meses antes fueron anuladas.252 Contrario a la actitud conciliadora haciaVarsovia del comisario de Asuntos Exteriores, Gueorgui Chicherin, abogó por un gran contraataque cuando las fuerzas polacas penetraron en Ucrania en abril y mayo.252Tuvo dificultades para evitar que el chovinismo ruso, encantado con el conflicto con Polonia —tradicional enemigo—, acabase con el espíritu internacionalista que debía imperar en el Gobierno soviético y en sus fuerzas armadas.253 Se opuso firmemente al maltrato de los prisioneros de guerra, atizado por los rumores de ejecuciones y pogromos polacos.254 Al contrario que la mayoría del politburó, Trotski se mostró favorable a negociar con Gran Bretaña, con la que por entonces se llevaban a cabo conversaciones comerciales, pero que parecía apoyar decididamente a los polacos.255Abogó por aceptar la oferta británica de mediación en julio, que el politburó acabó por rechazar, al tiempo que paradójicamente encargaba al propio Trotski presentar la respuesta soviética.256 Defendió además detener la contraofensiva contra Polonia una vez recuperados los territorios mayoritariamente ucranianos y bielorrusos y presentar una oferta de paz, actitud que Lenin y la mayoría del politburó rechazaron —convencidos erróneamente de la fuerza de los sóviet polacos y del auxilio que recibiría de los obreros y campesinos polacos—,257 exigiendo continuar los avances.256 La propuesta suponía un riesgo militar —podía permitir aPilsudski reagrupar sus fuerzas—, pero comportaba ventajas políticas: disiparía las sospechas de chovinismo ruso en caso de ser necesario un avance posterior y podía conducir a la paz.258 Al mismo tiempo y por razones similares, recomendó la firma de la paz con las nuevas repúblicas bálticas, sugerencia esta que sí aceptó el politburó.258 Tras la derrota en la batalla de Varsovia, se negó a acudir al frente, convencido de que su intervención personal no cambiaría la suerte de los combates.259 El politburó le encargó entonces, junto con Stalin, el rechazo de la ofensiva del barón Wrangel, que había aprovechado la guerra con Polonia para avanzar desde Crimea.259 Opuesto a lanzar una contraofensiva contra Varsovia una vez firmada la tregua del 12 de octubre, amenazó con acudir al partido si los que defendían la continuación de los combates resultaban mayoritarios en el politburó y este finalmente optó por continuar las conversaciones de paz.260 Convencido de la pronta extensión de la revolución en otros países, se opuso a su implantación por la fuerza mediante invasiones militares, como ya había hecho sin éxito en el caso polaco; volvió a repetirse la situación en el caso de Georgia en 1921.261 La invasión de Georgia la aprobó el politburó en ausencia de Trotski y sin el conocimiento del comandante en jefe de las fuerzas armadas, a propuesta del Consejo Revolucionario de Guerra del Cáucaso, presidido por Sergó Ordzhonikidze y con el respaldo de Stalin; ambos presentaron la situación como un mero apoyo a una amplia revuelta interna contra el Gobierno menchevique georgiano.262 A pesar de su oposición a la invasión, acabó defendiéndola públicamente de las críticas internacionales, que exigían la inmediata retirada bolchevique.263
Posguerra[editar]
Crisis económica y controversia sobre la Nueva Política Económica[editar]
Con el fin de la guerra civil, Trotski comenzó a tratar de imponer medidas impopulares apoyándose en el poder del partido, remplazando la voluntad popular con la de la organización, como había acusado antiguamente a Lenin durante el periodo de disputas entre ambos.264 Desde finales de 1919, había dedicado cada vez menos tiempo a las tareas militares, primero por la derrota inminente de las fuerzas «blancas», luego por su desacuerdo con el politburó sobre la guerra con Polonia.265 En enfrascó cada vez más en las tareas de reconstrucción económica, en las que pretendía emplear los mismo métodos que había empleado en los militares; el principal de ellos era la militarización del trabajo.265 Sus tesis sobre la reconstrucción, enviadas al comité central el 16 de diciembre de 1921, acabaron publicadas por error en Pravda y dieron lugar a un tenso debate que continuó hasta la primavera de 1921.265
Tras años de guerra mundial, revolución, guerra civil e intervención militar extranjera, la economía nacional se encontraba hundida.265 Durante largos periodos, las industrias del centro y del norte del país no habían podido contar con las materias primas del sur, en manos enemigas; cuando finalmente se recuperaron a finales de 1919, las minas delDonbás estaban inundadas y la industria regional, destruida.266 La del resto del país se hallaba parcialmente paralizada por falta de materias primas.266 A finales de 1920, las minas de carbón producían apenas la décima parte de lo que habían alcanzado antes de la guerra, mientras que las acerías apenas alcanzaban una veintésima parte de la producción anterior al conflicto mundial.266 La producción de bienes de consumo se había reducido drásticamente en tres cuartos y la red de transportes se encontraba desbaratada.266 El «comunismo de guerra» había nacionalizado la industria, reducido la importancia del dinero —por la enorme inflación debida a la falta de ingresos impositivos y la gran producción de moneda—, abolido el comercio privado y producido una igualación de la situación social, pero en la miseria.267 La prohibición del comercio y la requisiciones de productos agrícolas conducían a la reducción de la producción: los campesinos se limitaban a cultivar para su propio sustento, amenazando el suministro de las ciudades.268 Estas redujeron su población, el proletariado regresó al campo para escapar del hambre y el mercado negro se extendió a causa de la escasez de productos.268 Reacio a permitir la restauración del comercio privado de los productos agrícolas —que hubiese permitido cierta recuperación económica al aumentar la producción y el abastecimiento de las ciudades—, el partido trató de resolver la crisis mediante medidas de fuerza.268 Trató de imponer a los campesinos el cultivo y a los obreros la producción industrial; falto de incentivos económicos inexistentes, Trotski optó por la leva de trabajadores como había hecho con los soldados del nuevo Ejército.269 Esperaba emplear la estructura de reclutamiento militar para formar brigadas obreras sometidas a la disciplina del Ejército e incluso las tareas de la Comisaría de Trabajo debían pasar a la de Defensa.270
Al comienzo la propuesta contó con el beneplácito de Lenin, convencido de la conveniencia de utilizar la organización militar, la mejor de la nueva Administración soviética, para la tarea de reconstrucción económica.271 Recibió, sin embargo, duras críticas desde amplios sectores del partido, incluidos los sindicatos.271 En una reunión de Lenin y Trotski con los dirigentes sindicales, estos rechazaron rotundamente la propuesta de los primeros para militarizar la industria.272 A pesar del rechazo, comenzaron los primeros experimentos de militarización del trabajo con la conversión del 3.er Ejército, sin propósito tras la victoria sobre Kolchak, en unidad laboral.273 A este en los Urales le siguieron los ejércitos destinados en Ucrania y el Cáucaso; la crisis, sin embargo, frustró los intentos de Trotski por mejorar las condiciones de los soldados convertidos en obreros forzosos y evitar su deserción.273 Su primera inspección en los Urales, en febrero de 1920, le llevó a la desilusión con el nuevo sistema.274 Regresó a la capital convencido de la necesidad de reformas, y comenzó a abogar por el fin de las requisiciones de productos agrícolas y de permitir a los campesinos comerciar con parte de sus cosechas para animarles a aumentar el cultivo.274 El comité central rechazó la propuesta, convencido aún de la viabilidad de la militarización del trabajo, reacio a acabar con las requisiciones y a restaurar el comercio privado y preocupado por la aplicación de cambios importantes en vísperas de una posible guerra con Polonia.275 La medida, incluida finalmente en la Nueva Política Económica, tardó más de un año en aplicarse, una vez fracasados los últimos intentos de mantener el «comunismo de guerra».275 Rechazada la propuesta, Trotski retomó con nuevo brío las medidas de comunismo de guerra.276 Las propuestas de represión o la utilización del odiadotaylorismo fueron aprobadas en el IX Congreso, a pesar de la dura oposición de una minoría de los delegados.277 A continuación, Trotski trató de convertir los sindicatos en organizaciones para disciplinar a los trabajadores con el fin de aumentar la producción, propuesta que chocó con las protestas de parte de los dirigentes sindicales, en especial de losmencheviques.277 En su defensa de la medida, Trotski justificó la coerción de los trabajadores y el control total del trabajador acerca de su labor y de su residencia.278
Poco después, la guerra con Polonia desvió parcialmente la atención de la discusión sobre la militarización del trabajo, aunque Trotski, encargado por el politburó de restaurar el tráfico ferroviario que se hallaba en una crisis final, lo utilizó sin miramientos para tratar de recuperar al menos parcialmente el servicio, crucial para la campaña, con notable éxito.279 El fin del conflicto en el otoño, sin embargo, trajo la vuelta de la polémica, atizada por el propio Trotski, que amenazó con sustituir a los dirigentes sindicales electos por otros escogidos como había hecho con los ferroviarios durante la crisis polaca.280 El politburó con Lenin al frente se opuso tajantemente a Trotski, que siguió defendiendo, no obstante, su idea de someter a los sindicatos y de extender el control burocrático estatal para mejorar la productividad.280 En la discusión del invierno de 1920-1921 sobre el papel de los sindicatos en el Estado soviético, abogó por su inclusión en la Administración como un organismo más, dedicado a defender los intereses estatales y no los de los trabajadores frente al Estado.281 Según Trotski —y más tarde, Bujarin—, su misión debía ser aumentar la productividad, asegurar la disciplina laboral, formar trabajadores para la gestión de las industrias y participar en la dirección de la economía nacional.281 A esta posición se opuso la Oposición Obrera, contraria al control de los sindicatos por el partido.281 Entre ambas se situó el grueso del partido, con Lenin, Zinóviev y Kámenev a la cabeza.281En el X Congreso, punto culminante de la disputa, Trotski defendió la dictadura del partido frente a los postulados democráticos de la oposición:282
La Oposición Obrera ha presentado lemas peligrosos. Han convertido en fetiches los principios democráticos. De alguna manera, han colocado el derecho de los trabajadores a elegir a sus representantes por encima del partido, como si el partido no tuviese derecho a defender su dictadura incluso si esta choca temporalmente con los deseos temporales de la democracia obrera.
Abandonaba así abiertamente su defensa del sistema democrático soviético que había defendido como más perfecto que la democracia burguesa por su sistema de revocación inmediata y reflejo fiel del sentir popular para abogar por la supremacía del partido.283 El congreso rechazó el Estado monolítico propuesto en la práctica por Trotski y aprobó la moción intermedia de Lenin, partidario de una cierta autonomía para los sindicatos.284
Al tiempo que se desarrollaba el congreso, estalló la Rebelión de Kronstadt, que exigió el fin de la dictadura bolchevique y la vuelta a los sóviets electos.285 El Gobierno decidió aplastar el levantamiento, que coincidió con otros en el país; el 5 de marzo, Trotski llegó a Petrogrado y exigió la rendición de los alzados.286 El aplastamiento del levantamiento quedó paradójicamante en manos de aquel que había recibido antaño el apoyo de los marinos de la base tanto en 1917 como durante la guerra civil, a los que había tildado de «orgullo y gloria de la revolución».287 La revuelta unió al partido en incluso las corriente críticas rechazaron el alzamiento; tras concentrar tropas escogidas que sufrieron grandes bajas en el asalto, las fuerzas gubernamentales tomaron la base naval al asalto a finales de marzo.288 Coincidiendo con los últimos días del alzamiento, el congreso comunista aprobó sin oposición la Nueva Política Económica.289 Las revueltas en varias zonas del país, las huelgas en Petrogrado y el alzamiento en Kronstadt acabaron por acabar con la militarización del trabajo defendida por Trotski, hasta su aplicación por Stalin a finales de la década durante la industrialización forzosa.290 Al mismo tiempo que se liberalizaba parcialmente la economía, el partido prohibió todas las organizaciones opositoras en los sóviets, temeroso de que pudiesen recibir el apoyo del campesinado y la burguesía urbana que recuperarían poder con las medidas económicas.291 A esta prohibición se unió la de las corrientes internas dentro del partido.292 Trotski aceptó la moción secreta presentada por Lenin y aprobada en el congreso que permitía la expulsión de opositores del partido, y que finalmente si utilizaría contra él a final de la década.293
Durante la primera etapa de la Revolución, Trotski se convierte en hombre de confianza de Lenin y éste le encomendará varias misiones. La primera será la de acabar la guerra con las potencias centrales. Será el encargado, como comisario (ministro) de Asuntos Exteriores, de firmar con los alemanes el llamado Tratado de Brest-Litovsk, paz que supondrá para Rusia una pérdida considerable de su territorio.
Seguidamente será nombrado Comisario de Guerra. Desde este puesto se encargará de la creación, promoción y dirección del Ejército Rojo, motivo principal de que los logros revolucionarios no se perdieran durante la época de la guerra civil (1918-1920) contra las fuerzas contrarrevolucionarias (potencias extranjeras y rusos blancos).
Los anarquistas acusan a Trotski de reprimir cualquier movimiento de izquierda opuesto al oficial del Partido Bolchevique. Por ejemplo, al movimiento ácrata de Néstor Majnó en Ucrania o la rebelión de los marineros de Kronstadten el Golfo de Finlandia.
El último exilio[editar]
El exilio interior[editar]
Miembro principal del Politburó después de Lenin, apoyaría a éste en sus principales innovaciones hasta que un ataque cerebrovascular obligó a Lenin a apartarse de la política. En oposición a Trotski, se unieron Grigori Zinóviev, Lev Kámenev y Stalin. Este agrupamiento, una vez que logró apoderarse de la dirección del Partido, acusó a Trotski de cometer serias violaciones a la disciplina del partido, con el objetivo de debilitar sus organizaciones.[cita requerida] En consecuencia Trotski es primero destituido como comisario de guerra, luego apartado de la dirección del partido y posteriormente expulsado del mismo. Más tarde sería deportado a Kazajistán (Asia Central) y finalmente expulsado de laUnión Soviética en 1929.
Desde entonces, los ideólogos oficiales del régimen se encargaron de revisar la figura de Trotski (llegando incluso atrucar fotografías originales con el fin de hacerle desaparecer, por ejemplo, del lugar que ocupaba junto a Lenin mientras éste pronunciaba un discurso) haciéndolo aparecer como un traidor.[cita requerida]
El exilio turco[editar]
En el exilio Trotski siguió criticando a Stalin, argumentando que el aislamiento de la Unión Soviética había producido un gobierno tiránico y abogando por la democratización del partido y la apertura política en toda la sociedad soviética.296
Durante su exilio, Stalin desencadenó la persecución de los familiares de Trotski: su hija Zina se suicidó en Berlín y su marido desapareció; se envió a un campo de concentración a su primera esposa, que murió en él alrededor de 1938; a su hijo Serguéi, sin actividad política, se lo detuvo acusado de envenenamiento en 1937 y murió en prisión; otro de sus hijos, Lev Sedov, murió asesinado por agentes de Stalin en una operación médica en Francia en 1938; su hermana Olga Kámeneva, esposa de Lev Kámenev acabó fusilada en 1941, mientras que sus dos hijos ya lo habían sido en 1936.297
La cuarta internacional[editar]
A pesar de haberse opuesto en la década anterior a la formación de una nueva asociación de partidos comunistas rival de la Comintern, la llegada al Gobierno de Hitler y su rápido desmantelamiento de los partidos de izquierda y de los sindicatos, que para Trotski supuso una gran derrota del proletariado mundial, le llevó a plantearse finalmente la creación de la Cuarta Internacional.298 Se crearon partidos comunistas alternativos en la mayoría de los países, pero con escasos seguidores.298 Criticados por algunos socialistas, en ocasiones las formaciones apenas agrupaban a algunos activistas, a menudo intelectuales sin conexión con el movimiento obrero y a menudo divididos en distintas corrientes a pesar de su exiguo tamaño.299
Exilio europeo[editar]
Tras abandonar Turquía, se instaló en Francia en julio de 1933, donde se le acogió a condición de que no participase en actividades políticas contrarias al poder establecido tanto en el país como en la Unión Soviética.300 Se instaló enBarbizon, cerca del bosque de Fontainebleau hasta que seis meses más tarde la policía detuvo a uno de sus mensajeros y una campaña de prensa hostil, tanto nacional como extranjera —que incluyó la acusación de insurrección de Goebbels— condujo a su expulsión.300
En la primavera de 1935, se mudó a Noruega, donde las autoridades le habían concedido asilo y donde se publicó su La revolución traicionada.301 En esta obra analizaba el ascenso al poder de Stalin y lo atribuía a la victoria política de la burocracia soviética surgida por la degeneración estatal debida, en su opinión, al aislamiento del país por la ausencia de una revolución internacional.300 Para Trotski la Revolución de 1917 había sufrido su propio termidor en el que la democracia soviética había dado paso al dominio oligárquico de una casta, la burocrática que, si no era eliminada, conduciría a la restauración del capitalismo.302 Denunciado por los comunistas y fascistas noruegos a pesar de la buena acogida de parte de los socialistas y ante el comienzo de los Procesos de Moscú, las autoridades noruegas, con el beneplácito soviético, le mantuvieron en arresto domiciliario.301 Ante esta situación, aceptó el ofrecimiento de acogida en México del Gobierno de Lázaro Cárdenas; partió hacia este país en noviembre de 1936.303
Durante sus años de exilio, Trotski escribiría varios ensayos (la autobiografía Mi Vida, Historia de la Revolución rusa, La revolución traicionada) y artículos sobre temas de actualidad de aquella época (estalinismo, nazismo, fascismo, laGuerra Civil Española). Desde su exilio también encabezaría la oposición comunista disidente, que formaría la IV Internacional.
Por otra parte, Trotsky empezaría un auténtico peregrinaje por diferentes países desde los cuales pudiera expresar públicamente sus críticas al estalinismo.
Exilio mexicano e intentos de asesinato[editar]
Finalmente, León Trotsky llega a México, tras una serie de gestiones realizadas principalmente por el pintor mexicano Diego Rivera ante el presidente Lázaro Cárdenas quien en 1936 le concedió el asilo político.304 A su llegada el 9 de enero de 1937, Trotski fue recibido en el puerto de Tampico por Frida Kahlo, esposa de Rivera y transportado hacia la ciudad de México a bordo del tren presidencial.
En 1939 y con el agravamiento de la crisis europea, el tono de las críticas de Trotski se volvió cada vez más radical, lo que se reflejó en su última obra, que dejó inacabada, una biografía de Stalin, en ocasiones errónea y fantasiosa.297
Vivió en la «Casa Azul», morada de Frida y Diego en Coyoacán, hasta la ruptura política con este último,304 que se dio en 1939. En ese año, cambió su residencia a la Calle de Viena también en Coyoacán, donde vivió hasta el día de su muerte.
En esa casa, Trotsky sufrió dos atentados, el primero de ellos ocurrido en mayo de 1940.305 Durante la madrugada del día del atentado, un comando de veinte hombres armados comandados por Leopoldo Arenal Bastar, y entre los que se encontraba su cuñado el pintor David Alfaro Siqueiros, logró penetrar a la casa con la complicidad de Robert Sheldon Hart, un guardaespaldas de Trotsky que era un agente doble. Los intrusos dispararon cerca de 400 tiros con armas de grueso calibre. El propio Siqueiros disparó contra el lecho donde supuestamente dormían Trotsky y su esposa Natalia Sedova, sin lograr asesinarlos, pues lograron resguardarse junto a una pared, al lado de su cama. Los guardias de Trotsky repelieron a los intrusos y estos tuvieron que huir sin lograr su cometido.
Unos meses más tarde, el 20 de agosto de 1940, Trotsky sufrió un segundo atentado en esa misma casa, que le costó la vida.
Asesinato[editar]
Stalin había dado la orden de asesinar a Trotski. El agente de la NKVD Kótov, encargado de las operaciones contra éste en México, se valió de dos comunistas españoles, Caridad Mercader y Ramón Mercader (madre e hijo), para llevar a cabo el plan. Ramón Mercader se había trasladado a Nueva York y de allí a México con el pasaporte de un brigadistacanadiense fallecido, Frank Jackson, en septiembre de 1939.305
Aunque la casa en la que vivía Trotski estaba fuertemente custodiada, Ramón Mercader (conocido con el alias de «Jacques Mornard») lograría infiltrarse en su círculo ganándose la confianza de una de las secretarias de Trotski, Silvia Ageloff, con la que incluso mantuvo un noviazgo formal premeditado y planeado para perpetrar el magnicidio. Conoció a Trotski a finales de mayo de 1940 y visitó a la familia en una decena de ocasiones, haciéndose pasar por un simpatizante algo escéptico.305 A pesar del refuerzo de la seguridad tras el atentado de mayo, el propio Trotski no seguía las normas de seguridad y se permitía a Mercader, que se había ganado la confianza de la familia, penetrar en el complejo residencial sin que se lo registrase.306
La tarde del asesinato, Trotski se encontraba trabajando en su despacho cuando Mercader apareció con mal aspecto alrededor de las 17:20.305 A pesar de quejarse de sed, llevaba sombrero y portaba un abrigo.307 306 Solicitó ver a Trotski para mostrarle un artículo.307 Con este pretexto subió al despacho y, mientras este se hallaba sentado, se acercó a él por la espalda y le clavó salvajemente un piolet en la cabeza,306 que extrajo de un bolsillo del abrigo.307 El grito de Trotski se oyó como un estruendo en toda la casa; sus custodios acudieron rápidamente pero no se pudo hacer nada.307 306 Logró derribar a su asaltante,306 salir de la habitación y comunicar a su esposa la identidad del asaltante antes de caer desvanecido.307 Cayó en coma y falleció al día siguiente,308 21 de agosto de 1940.309 , en un hospital de la Cruz Verde. Cabe señalar que a sus exequias, celebradas en la capital mexicana,309 asistieron cerca de trescientas mil personas, en una ciudad que por aquel entonces contaba con unos cuatro millones de habitantes. Su asesino fue condenado a diecinueve años de prisión; liberado en 1960, la Unión Soviética le otorgó la condecoración de Héroe de la Unión Soviética.309