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jueves, 15 de octubre de 2015

Bienvenidos a Pensamiento


El amor se puede perder...un AMIGO no se pierde...



Los años pasan... ¿sabes? El tiempo tiene su manera especial de moverse rápido y tomarte desprevenido en el paso de los años. Parece solo ayer que era joven, recién casado y e 
m
 barcándome en mi nueva vida con mi pareja. Pero de cierta forma parece que fue hace mucho tiempo y ahora pienso, ¿a dónde se fueron los años?

Sé que los he vivido todos. Tengo visiones de cómo fue entonces y de todas mis esperanzas y sueños.

Pero, allí está el invierno de mi vida y "me toma de sorpresa". 
¿Cómo llegué aquí tan rápido? ¿Dónde se fueron los años? ¿Adónde se fue mi juventud? 
Recuerdo bien haber visto gente mayor a través de los años y pensaba que aquellas personas mayores estaban muy lejos de mi y que ese invierno estaba tan, tan lejos que no me podía imaginar cómo sería.

Pero aquí está, mis amigos están retirados y volviéndose "grises", se mueven más lento y ahora veo una persona mayor. Algunos están en mejor forma, otros peor que yo, pero veo el gran cambio. No como las que recuerdo que eran jóvenes y vibrantes, sino como yo, su edad se empieza a mostrar y ahora somos aquellas personas mayores que solía ver y que nunca pensé que sería.

Cada día ahora encuentro que solo el tomar una ducha es uno de los acontecimientos reales del día! Y que tomar una siesta ya no es algo agradable como era, es algo obligatorio! Porque si no lo hago por mi propia voluntad, simplemente me quedo dormido donde esté sentado.

Así que ahora entro en esta nueva etapa de la vida, sin preparación alguna para todos los dolores y achaques y la pérdida de fuerza o habilidad para ir y hacer todas las cosas que quisiera haber hecho pero que nunca hice!! Pero, por lo menos sé, que aunque el invierno ha llegado y que no estoy seguro cuánto va a durar, esto sí sé que cuando se acabe en esta tierra, se acabó. Otra aventura empezará!

Sí, tengo arrepentimientos. Hay cosas que hubiese querido no haber hecho, cosas que debí haber hecho; pero, de verdad, hay muchas cosas de las que estoy contento que hice. Así que, si todavía no estás en tu invierno, permíteme recordarte que estará aquí mucho más rápido de lo que piensas. 

Por tanto, cualquier cosa que quieras lograr en tu vida, por favor hazlo rápido. No lo pospongas por mucho tiempo. La vida se pasa rápido.

Haz todo lo que puedas hoy, porque nunca estarás seguro si ya es tu invierno o no. No tienes la promesa que verás todas las estaciones de tu vida, así que vive por el hoy y di todas las cosas que quieras, que tus seres queridos te recuerden con la esperanza que ellos lo aprecien y amen por todas las cosas que has hecho por ellos en los años pasados.

"La vida es un regalo que se te ha dado"

La forma en que la vives es un regalo para los que vienen después.

Haz de este viaje algo único y fantástico.

VIVE BIEN! Goza el día!... Has algo agradable!... Sé Feliz.

Recuerda, "Lo real es la salud y no las piezas de oro y plata."

Finalmente, considera lo siguiente:

- Hoy día es el día en que serás el máximo de Viejo, pero lo más joven que podrás ser. Goza de tu día mientras dure.

- Tus hijos se están convirtiendo en lo que tú eres, pero tus nietos son perfectos!

- Salir a la calle es bueno, Regresar a la casa es mejor!

- Te olvidas de los nombres, no importa; está bien porque otras personas se olvidan que siquiera te conocieron!

- Las cosas que te importaban hacer, no te importan ahora, pero si te importa que no te "importe" que no las hagas más.

- ¿Duermes mejor en un sillón con la TV prendida, que en la cama? A esto se le llama "pre-dormir".

- ¿Extrañas los días cuando todo se trabajaba con solamente un interruptor de "prendido" y "apagado"?


- Lo que solían ser pecas, ahora son manchas del hígado.

- Todo el mundo "susurra".

- Tienes tres tallas de ropa en el ropero, dos de las cuales nunca las volverás a usar. 
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CUBA Y PUERTO RICO: QUIZÁ DEL ÁGUILA LAS DOS ALAS


Por: J. A. Albertini.

En 1822, el entonces secretario  de estado norteamericano, John Quincy Adamas, en carta a su ministro en Madrid, manifestaba: "Hay leyes de gravitación política, así como de gravitación física, y del mismo modo que una manzana desprendida del árbol por la tempestad, no puede sino caer al suelo, Cuba separada por la fuerza de su conexión antinatural con España, e incapaz de sostenerse por sí misma, sólo puede gravitar hacia la Unión Norteamericana".
En el presente, a 193 años de aquella misiva, sin pretensiones proféticas, mezclando realidad, historia y algo de ficción, al mejor estilo de Julio Verne, lejos de algunos cubanologos profesionales y académicos infalibles, con vocación de hacedores de horóscopos astrológicos, es posible  realizar el siguiente análisis especulativo.
 En 1895, al concluir, con la intervención norteamericana, la última guerra independentista cubana, los deseos del secretario Quincy Adams, no se materializaron del todo: Cuba, aunque con el apéndice de la Enmienda Platt, logró la independencia. Sin embargo, Puerto Rico, las Islas Filipinas, Guam y demás territorios de las Indias Occidentales que estaban bajo soberanía Española, por el tratado de Paris, firmado el 10 de diciembre de 1898, fueron entregados a los E. U. A.
Por aquellos tiempos, finales del siglo XIX y principios del XX, parecía que lo expuesto por José Martí en carta, horas antes de morir en Dos Ríos, a su amigo el mexicano Manuel Mercado, era inevitable: "ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo —de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América".
Puertorriqueños independentistas que lucharon y compartieron la visión del cubano Martí como, entre otros, el general Juan Ríus Rivera, Ramón Emeterio Betances, Eugenio María de Hostos, Lola Rodríguez de Tió y luego Pedro Albizu Campos, incluyendo al filipino Emilio Aguinaldo, no aceptaron la tutela norteamericana y mientras tuvieron vida combatieron, por diferentes vías, al nuevo colonialismo.
No obstante, Estados Unidos de Norteamérica, nación pragmática, alejándose del temor de José Martí, en 1925, a pedidos del gobierno del Dr. Alfredo Zayas reconoció la soberanía de Cuba sobre Isla de Pinos y en 1934, siendo presidente de la República el coronel Carlos Mendieta, la Enmienda Platt fue derogada. También, Cuba se favoreció, en su etapa republicana, del comercio con el vecino del norte, llegando a obtener para su azúcar precios preferenciales.
 Asimismo, E.U.A. en 1946 le concedió la independencia a  Las Filipinas y en 1952, de la mano de Luis Muñoz Marín, Puerto Rico es declarado Estado Libre Asociado y comienza, izando bandera propia, a disfrutar de una fructífera etapa de desarrollo social y económico.
En 1959 una coalición de fuerzas opositoras, de raíz democrática, desplazan de la presidencia de Cuba al general golpista Fulgencio Batista y en una corta pero fiera lucha por el poder Fidel Castro Ruz sale vencedor, comenzado, a sangre y fuego, la implantación de una dictadura totalitaria de corte comunista, no exenta de sus despóticas pinceladas.
Esgrimiendo viejos agravios cometidos por el vecino del norte, sobre todo contra otras naciones hispanoamericanas, Fidel Castro trató de sembrar el encono y alejar al pueblo cubano de la proximidad benéfica y natural con la nación norteña. Eludiendo un "imperio", el castrismo hace que Cuba se entregue a otro, generando  sumisión hacia la Rusia Soviética, de tal magnitud que en la  Constitución, promulgada por el régimen en 1976, se concretiza que el pueblo de la Isla esta guiado: "por las doctrina victoriosa del marxismo-leninismo y se apoya en el internacionalismo proletario, en la amistad fraternal y la cooperación de la Unión Soviética y otros países socialistas...".
No es necesario ahondar más en la crisis humanitaria, social y económica que el castrismo le acarreó y sigue desatando sobre el pueblo isleño y la juventud, en particular. Pero si es digno destacar que la campaña de  odio que por más de medio siglo el régimen totalitario trató de sembrar en los cubanos contra los estadounidenses, nunca logró sus aviesos propósitos. Prueba irrefutable es la alegría y muestras de júbilo que la población cubana destapó en cuanto se hizo oficial el restablecimiento de relaciones normales entre ambos  países.
Por otro lado, desde Puerto Rico se ha incrementado el flujo de personas y familias que, agobiadas por la situación económica y la inseguridad ciudadana, están emigrando, en busca de mejores oportunidades, hacia la Unión Norteamericana.
Recientemente el senador, hijo de cubanos, Marco Rubio, aspirante a la nominación republicana para contender por la Casa Blanca, en las elecciones de noviembre de 2016, viajó a la Isla del Encanto, en busca de apoyo y fondos para su campaña. Y allí, rodeado de simpatizantes, según cables de prensa manifestó: "El estatus  de Puerto Rico está impidiendo el crecimiento..." y más adelante dijo: "Para mí ha llegado el momento de que Puerto Rico tenga la oportunidad de unirse a los EE.UU", en clara referencia a la estadidad.
No hay que descartar, que a la desaparición o transformación, de la mano de generaciones jóvenes, del desastre comunista, el pueblo de Cuba, cansado de promesas incumplidas y mentiras sistemáticas, desconfiando de los próceres que construyeron la Nación, gracias a la manipulación despiadada que el castrismo hizo de idearios como el de José Martí, opte, por voz popular, en convertirse en estado norteamericano. Y tal vez, si la votación fuese al estilo de la Atenas de Pericles, muchos, para asegurar el triunfo, elegirían alzando las dos manos.
No es descabellado pensar que políticos norteamericanos de origen cubano y puertorriqueño, sobre todo cubanos, apoyarían la estadidad de ambas islas, ya que les proporcionaría una solida base política, en la cual el factor étnico jugaría un papel importante.
Por su parte Estados Unidos de Norteamérica, sumaria dos nuevas estrellas a su bandera y como temió José Martí pero, esta vez, con el jubilo y aquiescencia de la mayoría de los isleños: "...se extiendan por las Antillas...", extensión que le daría al país norteamericano, control absoluto del Mar Caribe, mermando o eliminando por completo la influencia de México o naciones europeas y asiáticas, como Rusia y la Republica Popular China. Entonces volvería a tomar sentido de peso la vieja frase de la Doctrina Monroe: América para los americanos".
A principios del siglo XX, la destacada independentista, poeta y educadora puertorriqueña, Lola Rodríguez  de Tió, desde su exilio voluntario en Cuba, escribió un poema en el que plasmaba su compromiso con uno de los postulados del Partido Revolucionario Cubano y amor por las dos islas hermanas. La estrofa más conocida dice: "Cuba y Puerto Rico son/ de un pájaro las dos alas/ reciben flores o balas/ sobre el mismo corazón".

No obstante, lo que no se aclara en la redondilla famosa es qué ave será la que porte las alas. Quizá, cosas de la semántica histórica y política.

La inmigración francesa en Cuba

Tomado: Revistas Excelencias.com
Textos: Dr. Rolando Álvarez Estévez y Dra. Marta Guzmán Pascual
Fotos:


El prestigioso historiador cubano, Julio Le Riverend, hijo de padre galo, ha subrayado que el primero de los contingentes de procedencia del Viejo Continente estuvo constituido por los franceses.

Fue a partir de la Revolución en Haití, iniciada en 1791, cuando ocurre, dada la cercanía, la gran oleada de colonos franceses acompañados de sus familias y de cientos de esclavos. De manera escalonada van asentándose en la ciudad de Santiago de Cuba, y en particular, en las montañas de la Sierra Maestra, y de Guantánamo – posteriormente en la Sierra del Rosario, en el extremo occidental de Cuba-, donde desarrollaron un emporio cafetalero gracias a su fructífera experiencia en ese rubro. El impacto ocasionado por esa inmigración entre 1791 y 1810 se refleja en la Historia de Cuba como “el período francés”.

No debe olvidarse que la destrucción de Haití, la colonia francesa más rica de América, dio a Cuba la posibilidad de ocupar su lugar en la producción de mercancías altamente cotizadas en el mercado internacional como eran el café y el azúcar.

Si bien una parte significativa de los franceses blancos llegados habían nacido en Haití, otra buena cantidad procedía de los territorios de la Francia continental como Normandía, Bearne, Bretaña, Picardía, Anjou y Poitou. 

Inmigrantes franceses erigieron varias poblaciones en Cuba. El 5 de mayo de 1803 fundaron la comunidad de Madruga, en el territorio de La Habana; el 20 de abril de 1819, la Fernandina de Jagua, que llegaría a ser la actual ciudad de Cienfuegos, y el 8 de marzo de 1828, San Juan de Dios de Cárdenas, en Matanzas.

Este proceso iba acompañado de la implantación de sus gustos al amoblar, ambientar y embellecer sus propiedades, trayendo a veces de Francia, desde los Puertos de Marsella y Le Havre, o de Nueva Orleáns, cuanto necesitaban y todo a la moda. 

Según el sabio cubano Don Fernando Ortiz, “los cafetaleros fueron casi todos franceses cultos, viejos y ricos colonos huidos de Haití o de Lousiana, del propio país galo, ellos trajeron a Cuba los refinamientos en ideas de aquella Francia napoleónica que se expandiera por el mundo. Los cafetaleros trajeron a Cuba exquisiteces antes aquí no acostumbradas y nuevas apetencias de cultura”. Así, se conocieron y difundieron, a partir de las bibliotecas de los fastuosos cafetales, las obras literarias de grandes de la literatura francesa como Chateaubriand, Lamartine, Victor Hugo, La Fontaine y Montaigne. En Santiago de Cuba, según Alejo Carpentier, por primera vez se escuchaba música de pasapiés y de contradanza. Los jóvenes criollos comenzaban a copiar las modas de los emigrados, mientras ciertas damas tomaban clases de urbanidad francesa.

Como en todo proceso migratorio, parte de los franceses y en particular sus descendientes radicados en Cuba se fueron fusionando con la sociedad cubana de entonces. Muchos cubanos, con sangre francesa, combatieron al colonialismo español, alcanzando los grados más altos en el Ejército Libertador de Cuba. Un solo ejemplo: el general José Lacret Morlot.

Es de destacar que importantes personalidades francesas, representantes de las ciencias, la cultura y la educación visitaron o permanecieron en la isla de Cuba en diferentes momentos. Se recuerda al duque Luis Felipe de Orleáns, Rey de Francia en 1830, y quien por espacio de cuatro meses residió en La Habana, en el año 1798. Otro ejemplo fue el de Francisco Antonmarchi Metti, último médico de Napoleón, quien se asentó en Cuba, donde falleció el 3 de abril de 1838. El famoso galeno trajo la mascarilla mortuoria del emperador que se encuentra expuesta en el Museo Napoleónico, en La Habana.

No pocos cubanos de gran prestigio internacional eran hijos de madres o padres franceses como fue el caso del prestigioso científico cubano Carlos J. Finlay de Barres, descendiente de madre francesa, a quien corresponde el mérito de ser el descubridor, en 1881, del vector que producía la fiebre amarilla.

A inicios de la década de 1890 se calculaban en 3 000 los inmigrantes franceses radicados en Cuba, los que se redujeron a 1 279 al realizarse el censo de población de 1899. Una buena cantidad eran oriundos del Sudoeste de Francia, de los departamentos de La Gironda, de las Landas y de los Pirineos Atlánticos. Por entonces se estimaba que un tercio de aquellos franceses tenía residencia en el Occidente de Cuba. La Habana contaba con 642 galos; Santiago de Cuba, 245; Santa Clara,148; Matanzas, 133 y Pinar del Río, 81.

En la actualidad, como resultado del relacionamiento entre la población francesa y cubana, resulta común encontrar numerosos habitantes con apellidos franceses, sobre todo en Santiago de Cuba y Guantánamo.

Los aportes de los inmigrantes franceses y sus descendientes han sido importantes para la economía, la cultura y las ciencias en Cuba, cuyas raíces y consecuencias positivas se han integrado de manera activa a la sociedad cubana de hoy.

Otoño de mis Recuerdos

Foto de: Belks Builders
René  León

He regresado a mi viejo hogar
y he ido a mis montañas queridas.
Ya va llegando el otoño,
las hojas van cayendo lentas
como si estuvieran cansadas.
El cielo esta azul, de un añil profundo suave,
la temperatura va cambiando.
De la lejanía llega a intervalos
el mugido de reses que pastan en el campo.
Las hojas de color verde azulado, grises, amarillas,
caen y un dulce silencio nos rodea,
sólo roto por unas abejas tardías
que zumban sobre las flores ya marchitas.
El paisaje ligeramente ondulado,
los árboles erguidos frente al aire
sutil fino y transparente.
Todo es severidad y grandiosidad,
el tiempo se va deslizando
en silencio, entre montañas grises
que pronto se cubrirán de nieve.
Pasan las horas, los minutos, segundos
y me siento diferente interiormente.
La luz, el color, los ruidos, el canto de los pájaros,
todo es especial en este tiempo.
Los años van pasando sobre mí
y extraño aquel paisaje,
tan bello, natural, con su aire sutil y fresco.
Y siento dentro de mi ser
un dolor por lo perdido,
que se que nunca más va a volver

en mi vida. 

Recuerdos/Mementos de/from Roberto Soto Santana

Imágenes de las actividades en la ciudad portuaria de Cartagena (España) de nuestro colaborador Roberto Soto Santana 
–en todas, el primero a mano izquierda- como integrante de una delegación del Consejo de Madrid de la Liga Naval de los EE.UU., a la cual pertenece desde hace más de veinte años:
-en la primera instantánea, el 28 de febrero de 2015, en los actos conmemorativos del centenario de la Flota Submarina Española, al pie de la escalera ceremonial del Excelentísimo Ayuntamiento de Cartagena
-en la segunda, de la misma fecha, en el interior del submarino S-73 de la Armada española, atracado en la Base Naval de Submarinos de Cartagena

-en la tercera, en la explanada del paseo marítimo de Cartagena, el día 2 de mayo de 2015, como partícipe en el acto de Juramento de lealtad ante la Bandera de España, presidido por el Coronel de Artillería D. José Luis Carbonell Navarro, Jefe del Regimiento de Artillería Antiaérea número 73, cuya antigüedad se remonta a 1808.




Entrega al Sr. Roberto Soto Santana, con fecha del 27 de noviembre de 2014, de la placa acreditativa del reconocimiento de Excelencia Vitalicia, otorgado por el "American Club of Madrid".


Cirilo Villaverde



Nombre completo: Cirilo Villaverde de la Paz
Nacimiento: 28 de octubre de 1812 Ingenio Santiago, Pinar del Río, CubaDefunción: 23 de octubre de 1894  Nueva York , Estados UnidosMovimientos: Novela antiesclavista cubana[1]Obras notables: Cecilia Valdés o la Loma del ÁngelCónyuge Emilia CasanovaPágina web oficial



Cirilo Villaverde de la Paz: (San Diego de Nuñez, Pinar del Río, 28 de octubre de 1812 -Nueva YorkEstados Unidos 23 de octubre de 1894). Contemporáneo periodista, novelista, maestro, traductor y escritor estuvo implicado primero en la corriente del anexionismo y sirvió después de 1868 a la causa independentista.
Autor de la clásica novela cubana Cecilia Valdés o La Loma del ángel, considerada la obra cumbre de las letras cubanas del siglo XIX, que ha sido llevada al cine y sirvió de base a lazarzuela del mismo nombre, de Gonzalo Roig. Detenido en 1848 y condenado a presidio por sus ideas separatistas y su participación en la conspiración de Trinidad y Cienfuegos.[2] Fue colaborador de Narciso López y más tarde director del periódico separatista La Verdad.
En Nueva Orleans publicó El Independiente. Al amparo de una amnistía concedida por el gobierno español, viajó a La Habana donde dirigió la imprenta La Antilla, fue director y redactor del periódico literario La Habana y colaboró en Cuba Literaria. Al estallar la guerra de independencia en 1868, se sumó a la Junta Revolucionaria establecida en Nueva York.

Tomado de: EcuRed

Bibliografía activa

El ave muerta en Miscelánea de útil y agradable recreo, tomo I, agosto de 1837.
La peña blanca en Miscelánea de útil y agradable recreo, tomo I, agosto de 1837.
El perjurio en Miscelánea de útil y agradable recreo, tomo II, agosto de 1837.
La cueva de Taganana en Miscelánea de útil y agradable recreo, tomo II, agosto de 1837.
(Estos cuatro relatos se volvieron a publicar en La Aurora de Matanzas a partir del 25 de Noviembre de 1844)
Engañar con la verdad, en El Álbum, tomo II, mayo de 1838.
El espetón de Oro , en El Álbum, tomo II, julio de 1838.
Excursión a Vueltabajo , en El Álbum, empieza en el tomo V, agosto de 1838, Primera parte.
El espetón de Oro , Imprenta Oliva, 1838.
Amoríos y contratiempos de un guajiro, en La Cartera cubana , tomo II, enero de 1839, página 229.
Una cruz negra, en La Cartera cubana, tomos II y III, enero y julio de 1839.
Lola y su periquito, en Obsequio a las damas, 1839.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Imprenta Literaria, tomo I, en 4to menor, con 246 páginas y una lámina litográfica, 1839.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, en Siempreviva, tomo II, paginas 75-87 (primera parte) y 242-257 (segunda parte), 1839.
La joven de la Flecha de oro, Imprenta Oliva, 1841.
Teresa, 1841.
El ciego y su perro, en el Faro Industrial de La Habana, 4, 5 y 8 de enero de 1842.
Cartas de Isaura a Indiana, en el Faro Industrial de La Habana, 9 y 18 de febrero, 3 y 10 de marzo, 19 y 27 de abril y 3 de mayo de 1842.
Declaración de un marinero náufrago, en el Faro Industrial de La Habana, 30 de julio de 1842.
Generosidad fraternal, en el Faro Industrial de La Habana, 21 al 29 de agosto de 1842.
Excursión a Vueltabajo, en el Faro Industrial de La Habana. Se empezó a publicar el 11 de julio de 1842, Segunda parte.
El Guajiro, en el Faro Industrial de La Habana, 5, 6, 7, 9, 10, 11, 12, 14, 15, 17, 18 y 20 de diciembre de 1842.
La peineta Calada, en el Faro Industrial de La Habana, 4, 5, 7, 8, 9, 109 y 14 de marzo de 1843.
Comunidad de nombres y apellidos, en el Faro Industrial de La Habana, 5 de junio y ss. de 1843.
El penitente, en el Faro Industrial de La Habana, 23 al 29 de febrero y 1 al 17 de marzo de 1844.
La tejedora de sombreros de yarey, en el Faro Industrial de La Habana, 28 de noviembre al 2 de diciembre de 1846.
Vanidad, en el Faro Industrial de La Habana, 26 de septiembre al 1 de octubre de 1846.
Fragmento de una novela inédita, en el Faro Industrial de La Habana, 28 de noviembre de 1847.
Dos amores, en el Faro Industrial de La Habana, marzo de 1847.
El espetón de Oro, en la Colección de novelas, cuentos y leyendas de la Revista de La Habana, 1855.
El espetón de Oro, Imprenta Massana, 1859.
El espetón de Oro, en el Diario La Familia, no. 12, páginas 187 y siguientes, 1878.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Imprenta El Espejo, New York, 1882.
Dos amores, Barcelona, 1887.
Dos amores, El Pilareño, 1888.
El penitente, Imprenta del Avisador Hispanoamericano, 1889.
El Guajiro, Imprenta La lucha, 1890.
Excursión a Vueltabajo, primera y segunda parte, editada por Ramón Meza, 1891.
El Guajiro, Folletines de La Discusión, 27 de octubre de 1894.
El Guajiro, Folletines La Caricatura, 29 de junio de 1903.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Imprenta La Discusión, 1903.
El Guajiro, El teatro cubano de R.G. Habana, cuaderno I, página 67, 1904.
El Guajiro , Folletines El Triunfo, 5 de enero de 1908.
El espetón de Oro, en La Discusión , 1908.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Folletines de La Discusión , 1908.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Academia América Arias, 1923.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Imprenta El Encanto, 1926.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Editorial Excelsior (sin fecha).
Dos amores, editorialdel Libro Cubano, 1930.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, P. Fernández y Cía, 1941.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Cultural, S.A, 1941.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Editorial Lex, Edición crítica y Notas por Esteban Rodríguez Herrera, 1953.
Cecilia Valdés o la Loma del Ángel, Primer Festival del Libro Cubano, 250000 ejemplares.
Excursión a Vueltabajo, primera y segunda parte, Biblioteca básica de cultura cubana, Ediciones del Consejo Navcional de Cultura, Imprenta Nacional, 1961.
El penitente, Revista Mujeres, página 78, 1 de mayo de 1962.

Tomado de: Cirilo Villaverde pagina de web oficial