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sábado, 15 de junio de 2019

Bienvenidos a Pensamiento

Esta edición esta dedicado al recuerdo de René León, Editor de Pensamiento, escritor, historiador y amante de animales.


 

                              



RENÉ LÉON GONZÁLEZ, O LA LUZ Y LA PALABRA




Carlos Benítez Villodres
Málaga (España)

No te conocí en persona, solo por tus libros, tus correos, tus críticas literarias escritas sobre ciertos libros de mi autoría publicados, mis diálogos con mi hija y con quienes te conocieron. Por ello, este día es de los más tristes de mi vida. ¿Por qué te fuiste tan en silencio y sin quejas ni lamentos?
            Pienso, desde que te marchaste, que una lava ardiente quema mi corazón y mi mente. Tuviste gran amor a las personas que te conocieron y a otras, como mi hija que  la animaba y la ayudaba a continuar por el camino de su vida y a seguir escribiendo.      
            Sé cuánto sufriste. Sé de tu enorme amor por la historia en especial la cubana, por la poesía, por aquella joven que falleció a los 15 años. Nuestro último adiós nos los dimos el 26 de mayo de este año, y no, no es fácil encajar la noticia de tu fallecimiento. Desde aquel día vivo en las entrañas del silencio. Me siento pequeño en la inmensidad del universo, y pienso que hoy estamos, pero mañana ya no, de que la vida y la muerte están separadas por un finísimo hilo que, en un segundo, se rompe. Caminamos por la vida como la persona que pasea un rato por un parque y las horas le pasan velozmente, de que la vida es tan corta como una tarde de invierno.
            Ya partiste a otro lugar, un lugar desconocido para ti y para mí y para cualquier persona. Me dejaste, querido amigo René, con el alma rota. Fuiste, eres y serás una de las personas más importantes en mi vida, porque fuiste simplemente tú, único, una buena persona irrepetible que, desde un lugar, me estás protegiendo y ayudando en mi caminar por la vida. Disfruta y hazlo todo como lo hiciste en vida.
            Recuerdo la canción ·Cuando un amigo se va”, del peruano Alberto Cortez Olaya, más conocido por “El Original”, aunque nacionalizado en Argentina, también falleció en abril de 2019, solo unos días antes que tú.
            Es evidente que la humanidad no sabe, me incluyo yo, nada del misterio del nacimiento y de la vida, del destino y de la muerte. Me dejaste en este valle de lágrimas, donde aún vivo, llorando tu muerte y expresándote, aunque ya no me escuchas ni lees lo que te escribo, mi respeto, mi afecto y mi agradecimiento.
            Espérame, en el lugar, donde te halles, para que un día nos encontremos, y encuentre, en ti, nuevamente, tu alegría y tu seriedad, tu cariño y tu buen hacer con los hombres y mujeres que contigo caminaron y aún continúan su camino sobre esta selva agridulce.
            Guíame, con tu ejemplo e ilusión, para que, aunque no tenga tu presencia, sepa siempre hacer lo mejor en esta vida. Tu recuerdo es algo que pervivirá, en mí, para siempre. Nadie ni nada me lo puede arrebatar. Te agradezco sumamente tu ejemplo y tu amistad, tu afecto y tu saber vivir.
            Querido René, pasaste a formar parte de mi historia, a ser un personaje más del libro, en blanco, que es la vida. Te ganaste, por derecho, un trocito de mi alma, ese que se fue contigo. Siempre me sentí muy dichoso por ser tú mi buen amigo.
            Ansío que descanses eternamente colmado de paz en algún lugar que todos los seres humanos desconocemos. Un lugar, donde no exista el tiempo. Allí nos encontraremos de nuevo, amigo René, y, cuando esto suceda, seguiremos poniendo nuevos nombres a los luceros.

(En memoria de René León González, fundador y editor de la Revista PENSAMIENTO, fallecido, en Tampa, Florida, EE UU, el 26 de mayo de 2019)


RENÉ LEÓN GONZÁLEZ. IN MEMORIAM



Te cegó la guadaña tus rosales,
deshojando sus pétalos de oro
que en mi vetusta ánfora atesoro
junto al mármol helado de mis males.

Ya nunca te veré, luz de ideales,
y cada día, con mi miel, te imploro,
que no se tale nunca el sicomoro
primaveral de todos tus panales.

Oh René, amigo mío, tu madura
fruta esclarece, con tesón, mi río
de albas rebeldes y de gran bravura.

Abonan mis recuerdos, con trapío,
tus veneros de amor y de ternura,
que resplandecen hasta en lo baldío.

                    Carlos Benítez Villodres
                            Málaga (España)






Un tributo póstumo a René León González




Un tributo póstumo a René León González,
el fundador, Editor y factótum
 de los Blogs PENSAMIENTO y PENSAMIENTO POÉTICO
(por Roberto Soto Santana, Co-Editor)

            Un cubano hasta la médula y cubanoamericano de pro, orgulloso de su patria chica Trinidad, Ex Preso Político del Régimen comunista de la Isla, publicista incansable, mecenas de la Literatura, la Etnología y las Bellas Artes de la Patria de José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez, el queridísimo compatriota René León, cultivadísimo amigo y admirado creador –en especial, en los campos de la Historia y la Poesía, respectivamente como investigador y bardo por méritos propios- ha cruzado en espíritu la laguna Estigia –desde su última morada en Tampa, estado de la Florida- y descansa en el Hades donde seguramente y tal como reza el mito helénico ya está en el secreto de las cosas ocultas –perseverando infatigable en su insaciable curiosidad por desentrañar los hechos humanos y concatenar el relato verdadero de su devenir-.
            Nacido en La Habana (Cuba) el 8 de junio de 1935, en el Exilio estado unidense se graduó con una Licenciatura Superior de la Universidad de Winthrop (Carolina del Norte). Deja entre sus deudos dos excelentes hijas, y una legión de amigos y admiradores que supieron apreciar sus sobresalientes dotes académicas y el cálidamente cercano trato personal que prodigaba.
            René era Numerario de la Academia de la Historia de Cuba (Exilio) Editor de Pensamiento, Miembro del Círculo de Cultura Panamericano, Miembro del Colegio Nacional de Periodistas de Cuba en el Exilio, de la Academia Poética de Miami, del Club Cultural “Atenea” de Miami y otras muchas instituciones de la misma vocación. Era colaborador frecuente de medios periodísticos tales como Enfoque Metropolitano, Informativo Latino, La Gaceta de Arroyomolinos (España), La Información, y el semanario Libre (Miami).
Dejó publicado un sinnúmero de libros y numerosos ensayos sobre historia, literatura y poesía, algunos de los mejores, en los sucesivos cuadernos de las “Ediciones Culturales René León” –cuya impresión en papel y distribución gratuita en varios Continentes sostuvo económicamente en solitario durante muchos años. Entre los numerosos reconocimientos recibidos destacan: Segundo Premio en ensayo literario, 1976, Revista Entre Nosotros: Sigma Delta Pi. CEPI, Nueva York, Tercer y Segundo Premio de Ensayo en 1996 y 1999 respectivamente; Premio “Enrique José Varona” de Tampa; Primer Premio de Estampa Costumbrista en 1993 y 1994; Amigo Dilecto de la Asociación Literaria Calíope (España) en 1996, y presencia frecuente en las Antologías patrocinadas por dicha Asociación durante unos quince años consecutivos, hasta el 2008; entre el largo etcéteras de aclamaciones, el SPACCE CLASIC, 1999, por su labor como ensayista de la historia de Cuba, e igualmente otros galardones.
Letum non omnia finit –La muerte no es aun el final (como reza a la entrada del cementerio central de Managua, Nicaragua). Además de sus valiosas obras en prosa y sentida producción poética, René nos deja el ejemplo de las virtudes de su personalidad: generosidad, desinterés, posposición personal con tal de resaltar los nuevos valores de la escritura y del pensamiento, inspiración que le manaba fluidamente de su magín formado en la honestidad académica, curiosidad por todas las formas y los contenidos del conocimiento, reconocedor del crisol racial que en Cuba se fue gestando ya durante la dominación colonial
y que impidió absolutamente que espigaran las formas más odiosas de la discriminación por el color de la piel (los cubanos somos un pueblo básicamente mestizo en materia de concentración de melanina y de sensibilidades emotivas –a la misma altura las hispánicas que las africanas-).
            Precisamente un 28 de mayo –el del año 1848- nació el prolífico narrador de las Guerras de Independencia de Cuba, el general de brigada Enrique Collazo, quien compartió amistad con José Martí y otros próceres.
            Un 28 de mayo ha fallecido el polígrafo René León. Deberíamos instaurar el homenaje permanente a esa figura de nuestras Letras y de nuestra vida cívica con la proclamación y la conmemoración de esa fecha como el Día de los Historiógrafos Cubanos, con vista al fomento del aprendizaje y de la ilustración de las generaciones venideras de cubanos del Interior y del Exterior de la Isla.

En 16 de mayo del 2005 entable amistad con Rene Leon.



En mi articulo WILLIAM BARKER CUSHING HEROE OLVIDADO POR LA HISTORIA, publicado en el periodico cibernetico La Nueva Cuba julio 10, 2005 escribi lo siguiente:
El historiador cubano René León, autor de un magnífico ensayo sobre la Expedición del Virginius fue entrevistado el pasado 15 de mayo del 2005 por José A. Albertini, ex preso político cubano, escritor e intelectual, en su excelente programa de televisión del Canal 17 de Miami 'Cuba Y Su Historia.'
En este programa se discutió la participación, en noviembre de 1873, del entonces joven alférez y teniente de navío Pascual Cervera y Topete, al mando del cañonero Caribe, quien cumplió órdenes al actuar como oficial a cargo de pelotones que fusilaron en Santiago de Cuba a tripulantes ingleses y norteamericanos así como también a mambises miembros de la expedición del Virginius. despues de verlo .
Mis mas expresivas gracias al historiador René León, quien, sin conocerme, me ayudó a escribir este articulo desinteresadamente, dándome información al respecto en forma generosa, abierta y alentadora.
Su generosidad continuo al largo de los años publicando en su revista cibernetica Pensamiento articulos y poesias mias, a pesar de no haber tenido yo el placer de conocerlo personalmente.
Con la partida de Rene Leon Cuba ha perdido a otro mas de sus buenos hijos.

Descansa en paz, Rene.
Joaquin Sueiro Bonachea

RENÉ LEÓN O LA HISTORIA DE UN MUNDO APASIONANTE



                                     
Lola Benítez Molina
Málaga


Recientemente he tenido el privilegio de conocer a una persona entrañable. Me llamó la atención su gran sabiduría, fruto de un exhaustivo estudio sobre Historia, no en vano es historiador, periodista y poeta. Asimismo, es miembro de la Academia de la Historia de Cuba, del Colegio Nacional Panamericano de Cultura, de la Academia Poética de Miami, del Club Cultural “Atenea” de Miami. Además de editor y director de la prestigiosa y enriquecedora publicación literaria e histórica “Pensamiento”.
            Despertó, pues, mi curiosidad su labor de investigación profunda y genial, perfectamente datada, sobre dónde se hallan los restos de Cristóbal Colón. Realizó un ensayo realmente fidedigno del que él mismo da detalles de cómo tuvo acceso a documentos e información sobre dónde se encuentran realmente dichos restos.
            Decía Tácito que “la verdad se robustece con la investigación y la dilación”. Pues bien, D. René León, cubano que reside en Tampa (Florida), lleva toda una vida dedicada a la investigación de calidad.
            En su revista, anteriormente citada, hay interesantísimos artículos suyos y de otros escritores reconocidos. Podría mencionar el excelente retrato que realiza sobre el historiador romántico Washington Irving y sus fastuosos “Cuentos de la Alhambra”.
            Además, explica cómo conoció al inmortal escritor Ernest Hemingway en La Habana, en el “Floridita”, en una de sus frecuentes visitas a la isla. Del mismo dirá: “era un hombre agradable y no se daba importancia”. Según Gustave Le Bon: “El talento de los historiadores de gran prestigio consiste en hacer verosímiles las inverisimilitudes de la historia”, pues bien podemos decir que D. René León es un historiador de prestigio sumamente reconocido no solo en Cuba y EE UU, sino también otros países del orbe, puesto que la veracidad de sus escritos está ampliamente contrastada, gracias a sus estudios profundos y pormenorizados.
Durante los cuatro años que lleva publicándose la Revista “Pensamiento” su director y editor nos detalla hechos relevantes de la historia de Cuba, nos habla de la fascinante labor de los “Boticarios” de antaño, y ante esa añoranza dice: “Otra vez mi pensamiento vaga por el espacio y el tiempo, por donde físicamente no puedo caminar. El tiempo nos rememora la eternidad, y esta nos trae la visión de nuestra vida pasada”, para concluir afirmando que “recordar es vivir”.
D. René León escribe con sabiduría y creatividad, con entusiasmo y positividad, desde su esencia íntegra, porque sabe perfectamente jugar con palabras sin aristas, sin dobleces, sin disfraces... Vocablos que cimientan y elevan ideas que abren nuevos caminos, apaciguan tempestades, siembran y cultivan la paz y proporcionan una óptima calidad de vida para todos los hombres y mujeres, en cuyos generosos corazones procrean y abrigan deseos y esperanzas con ansia de progreso para el presente, en muchos campos aletargado, y el futuro.
El emperador Marco Aurelio, de estirpe ibérica, nos dejó en herencia: “O kosmos, alloosis; o bios, hypolepsis” (“El Universo, mudanza; la Vida, firmeza”). Si la vida de cada persona fuera sinónima de “firmeza” y de “comprensión”, de “entrega” y de “respeto”, como es la de D. René León, ¡qué distintas serían las relaciones entre los humanos de cualquier latitud del orbe!


Mi Tio Reni



Yo soy Ramón de Armas León, sobrino de Rene , la historia mia con (Reni )como le llamábamos fue muy grata yo fui el Ring Boy en su boda cuando yo tenia 5 años , y siempre estábamos en contacto mientras fui creciendo. A el le gustaban las películas de monstruos , guerra y vaqueros a las cuales me llevaba, y después íbamos a La Estrella Oriental a comer arroz frito , casualmente hace una semana me acorde mucho de Reni cuando anunciaron que la protagonista de la película -El Monstruo de la Laguna Negra había fallecido - esa es una de las películas que mas disfrutamos, tambien me recuerdo de los momentos que pasamos también en Casilda de vacaciones ,Cazando, pescando y disfrutando de la belleza de su playa . Quiero que esos recuerdos permanezcan en mi memoria que fueron los buenos.

René León, querido amigo



René León, querido amigo, ya no te encuentras en este plano terrenal y no sabes como voy a estrañarte. Nunca conoci alguien como tú con tu alma buena llena de luz, amigo de tus amigos, eras feliz ayudando a todos y te regocijabas al ver el triunfo de los demas, en tu corazón nunca existió la competencia, ni la riibalidad mucho menos la envidia, siempre estabas dispuesto con la mano estendida para aydar y aconsejar. No importa que cambiaras de plano, mi cariño siempre sera el mismo, eras mi mejor amigo y más que estrañar al historiador, al poeta, al escritor lo sentire del ser humano que eras. Descansa en paz amigo y Dios te tenga en su Gloria.

Blanca M Segarra. Miami Beach.

LA DEMOCRACIA ATENIENSE (Parte 3ª y útima)

Foto tomada de: Asamblea digital


por Roberto Soto Santana,
de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio, Corp

¿A qué se debieron la decadencia y hundimiento de la civilización ateniense y de su forma de gobierno –tan singular en la Antigüedad-? Fundamentalmente, a la desaparición o debilitamiento hasta extremos inusitados de las clases sociales que la habían propiciado, querido y desarrollado. En primer lugar, las filas de la nobleza propietaria del campo y de la aristocracia del dinero –comerciantes enriquecidos con sus negocios, a la sombra o independientemente del Poder-, que habían terminado entremezcladas en una sola clase, quedaron numéricamente disminuidas por su ruina personal a causa de la prolongada situación de guerra civil y exterior que propició el asolamiento de las propiedades, hizo reinar la inseguridad en el resultado de las expediciones comerciales marítimas y enmarcó los campos de batalla donde cayeron para siempre muchos de sus vástagos.
En segundo lugar, las clases medias se proletarizaron debido al empobrecimiento irremediable de sus negocios, perdiendo todo interés en el sostenimiento del régimen asambleario. Paralelamente, los trabajadores manuales, calificados o no, padecieron los trastornos de la paralización, una y otra vez, de las obras de construcción de obras públicas o de barcos o de utensilios y aperos para las colonias y para las ciudades confederadas, sumiéndolos en una penuria cada vez más acusada.
Y, finalmente, los labradores y trabajadores del campo fueron víctimas constantes de las pérdidas de cosechas por los avatares de las contiendas con persas y con griegos, particularmente en época de Pericles cuando se evacuó la campiña ática con el fin de dificultar el avituallamiento de quienesquiera que fueran los contrincantes que amenazaban los centros de gobierno en los núcleos urbanos, especialmente en la capital, Atenas.
Lo cierto es que la organización político-social ateniense debería calificarse como democracia limitada (a los ciudadanos, puesto que los esclavos, los metecos –es decir, los extranjeros residentes- y las mujeres estaban excluídos de los derechos cívicos), sujeta a un flexible control por parte de la oligarquía de propietarios rurales y negociantes urbanos. Lo que no cabe hacer es identificar esa democracia con el constitucionalismo moderno, ya que aquélla no conocía ni entendía la división de Poderes, la intangibilidad de los derechos fundamentales de todos los seres humanos –independientemente de su origen étnico, etc.- (no hablemos del Derecho Internacional humanitario), el concepto de asistencia social a los menesterosos, y lo mismo puede predicarse de la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación,  a la asistencia sanitaria, a las facilidades de ocio, etc.  La democracia de hoy tiene sus orígenes remotos en los Concejos, las Cortes y los Estados Generales de las monarquías europeas del medioevo, que surgieron expeditivamente como cuerpos asesores del monarca y se transformaron, con el tiempo, en los Parlamentos donde hoy elaboran normas válidas para todas las clases sociales, por mandato representativo, quienes ostentan el ejercicio de la soberanía popular, que la teoría política reconoce que radica en el pueblo y surge únicamente de él.
No obstante, no puede menospreciarse tampoco el adelanto que en su tiempo significó la democracia ateniense –con todas sus limitaciones-, como sería mezquino sacar la conclusión de que la democracia de corte jeffersoniano de los EE.UU. no fue un inmenso paso de avance porque estaba viciada en origen por el mantenimiento de la esclavitud y la constatación de las enormes desigualdades sociales entrañadas por las diferencias en la capacidad de acumulación de riqueza de las diversas clases o estamentos de la sociedad. Pero la democracia ateniense y la democracia jeffersoniana instauraron en sus respectivas épocas, salvadas todas las distancias y diferencias que se quieran, un conjunto de principios tales como el de igualdad de oportunidades para sus ciudadanos, el de la responsabilidad exigible a los órganos de gobierno y al ejercicio de los cargos públicos por delegación temporal y no por designación vitalicia, el de la realización de tareas ejecutivas, legislativas y judiciales por cuerpos colegiados y con una separación –entonces tenue, actualmente mucho más concretada- de competencias  y atribuciones según el asunto y el nivel de decisión, con la posibilidad de apelación o recurso (el derecho a una segunda instancia). Sobre todo, ambas versiones del régimen democrático, con todas sus imperfecciones innegables, han acudido al criterio de que se aplique la regla de la mayoría en la constatación y decisión de cualquier situación sometida a la consideración de los órganos de estructuración de la sociedad.
Sin la aparición y la intervención activa de Solón, Clístenes, Temístocles, Efialtes y Pericles, entre otros, la democracia ateniense (por muy esclavista y oligárquica que haya sido) no se hubiera desarrollado hasta alcanzar y  mantener durante mucho tiempo, bien que con altibajos, la primacía entre los estados griegos, y no hubiera podido extender su cultura –como corolario de su expansión territorial- sin una voluntad de proselitismo civilizador más allá de un simple afán expoliador en sus expediciones, ya que no debe olvidarse que sus conquistas iban seguidas del establecimiento de colonias de ciudadanos. Nada sucede en la Historia de los pueblos porque un día las “masas” (como diría el trasnochado marxismo) un buen día se alcen en bloque como resultado de una deliberación masiva que fructifica milagrosamente en una única e idéntica decisión colectiva: son unas pocas personalidades las que se ponen al frente de los movimientos, y empujan a los pueblos (espoleándolos, halagándolos o excitando su vergüenza o sentido del deber, y llegado el caso también sus bajas pasiones) a que colaboren activamente o en ocasiones acepten pasivamente los hechos y acciones que tales personalidades propugnan o las ideas que impulsan o rechazan. Sin que tales ideas, hechos o acciones tengan que coincidir o converger necesariamente con el mejor interés de las sociedades a las que se plantean. Basta con que las personalidades conductoras lo hagan creer así a la clara mayoría de los individuos, que a partir de ese momento se convertirán en ciegos o conscientes agentes cooperadores.
          La importancia de la contribución ateniense al progreso político de la humanidad radica en la percepción que ellos tenían del contenido democrático de su forma de gobierno y a la difusión que le dieron dondequiera que se extendió su dominio político o la influencia de sus pensadores. Un contenido que a nosotros nos puede parecer limitado pero que en su época (una época que duró varios siglos) era el polo opuesto respecto de la forma habitual de régimen, que era la monarquía absoluta o la tiranía. Espiguemos estos conceptos señeros de la arenga de Demóstenes: constitución (es decir, la primacía de la Ley), libertad e igualdad. ¿No son acaso los elementos definidores del ideal democrático? Entonces, sumemos nuestro reconocimiento y admiración hacia la sociedad que fue la cuna de nuestra civilización y, junto con el aporte posterior de Roma, de nuestra cultura; y hacia aquellos atenienses en particular (Solón, Clístenes, Temístocles, Efialtes, Pericles, Demóstenes y otros) sin cuya voluntad de acción política las ideas democráticas nunca hubieran sido puestas en práctica.

Este trabajo salio publicado en el libro:

domingo, 2 de junio de 2019

Fallece Nuestro Fondador y Editor René León



René León Gonzalez (†)

1935 - 2019


https://floridamortuary.com/tribute/details/137513/Ren-Gonzalez/obituary.html#tribute-start

René León 83, falleció el 28 de mayo de 2019, en Tampa. La proxima edicion de Pensameinto sera dedicado a la memoria de nuestro fondador y editor René León.  Envie sus homenajes por email.   

sábado, 1 de junio de 2019

Felicitaciones a Jennifer Clement


País:Estados Unidos
Nacimiento:Greenwich, 1960

Biografía de Jennifer Clement

Jennifer Clement es una escritora americana nacida en Connecticut en 1960, descendiente de mexicanos. Estudió Literatura inglesa y Antropología en la Universidad de Nueva York y Literatura francesa en París.

Es la presidenta de PEN Internacional, después de haberlo sido de PEN México por tres años, y desde ahí promueve proyectos dirigidos a nuevos autores. Es la primera mujer que consigue el cargo desde que se fundó está asociación de hermandad entre escritores en 1921.

Entre sus novelas de narrativa destacan La viuda Basquiat, Una historia verdadera basada en mentiras, El veneno que fascina y Ladidy. Además, ha publicado varios compendios de poesía.

Estas son repuestas de una preguntas que Pensamiento Digital le mendo a Jennifer Clement:

1.  Qué opina de la falta de expresión en Cuba y la persecución de los escritores en el país?
PEN Internacional denuncia la ola represiva y las detenciones arbitrarias a las que son sometidos artistas y creadores cubanos independientes, a raíz de la promulgación del Decreto 349. PEN hace un llamado urgente a las autoridades cubanas para que cesen de inmediato la represión contra la libre manifestación artística y creativa.
2. Su opinión de la labor que realiza el Pen Club de Miami?
PEN CUBA EN EL EXILIO ha hecho una gran labor a lo largo de décadas de pedir justicia y la libertad de expresión en Cuba. Para PEN Internacional es un centro vital e importante.
3. Es El Pen Internacional de escritores la mas antigua del mundo?
PEN Internacional es la organización más antigua y grande de escritores en el mundo.

Gracias,

LA DEMOCRACIA ATENIENSE (Parte 2ª)

Foto tomada de: Icarito


por Roberto Soto Santana,
 de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio, Corp.

Como se ha dicho, el sistema político resultante de las reformas de Solón, a los ojos de la actualidad, ciertamente no puede ser calificado como democrático, sino más bien timocrático (hizo hegemónica a la aristocracia de la riqueza, en vez de la del linaje, que era la que hasta entonces había ostentado el poder político en solitario). Pero, en su época, entrañó que a todos los ciudadanos de un estado, incluso a los desprovistos de todo recurso o patrimonio excepto la disposición de su propia persona, se les reconoció por igual un mínimo común denominador de derechos y libertades.
Tras una dinastía de tiranos, la de los Pisístratas, que dura medio siglo, entra en escena un segundo gran reformador del sistema ateniense de gobierno: Clístenes, a quien Herodoto calificó como “el hombre que trajo las tribus y la democracia”. En verdad, Clístenes llevó a vías de hecho una amplia serie de reformas en apenas dos años de gobierno. Instauró un Consejo de los Quinientos (en lugar del antiguo Consejo de los Cuatrocientos) encargado de preparar los trabajos de la Asamblea, y se eligió a sus miembros sobre la base de la representación de cada uno de los 140 demes  o núcleos de población –según su tamaño, cada uno tenía derecho a nombrar desde 1 ó 2 hasta 22 consejeros-. Los pobladores de los 140 demes quedaban  repartidos, en número lo más paritario posible, entre las diez tribus, cada una de las cuales designaba por elección a un estratega o comandante militar (terrestre y naval a la vez). Demos ya significaba “el pueblo”, de donde demes significaba “donde vive el pueblo” o simplemente “población”. Que todos los demes tuvieran representación en el Consejo de los 500 implicaba que los núcleos rurales podían equilibrar la influencia de los núcleos urbanos –éstos, donde tradicionalmente se tenían las riendas del gobierno- y que toda la población del Ática estaba interesada –se le había dado ese aliciente- en defender el bienestar de Atenas como condición concurrente para el bienestar de todas las comunidades sujetas a su gobierno-. Poco más de tres lustros después de la muerte de Clístenes, Atenas aplasta la invasión persa en la legendaria batalla de Maratón, librada contra las huestes del emperador Darío I. .
Con ocasión de la victoria de Maratón, quedó demostrado –en un momento de suprema crisis- el funcionamiento de la regla de la mayoría incluso en el terreno militar: aunque mandados por Milciades, los hoplitas (la infantería con peto, coraza y escudo de bronce, que peleaba brazo con brazo en formación compacta) fueron lanzados en carga a campo traviesa contra la caballería persa en virtud de la opinión mayoritaria de los diez estrategas (uno por cada una de las diez tribus impuestas por Clístenes, como mandaba la ley).
En la misma década de la victoria de Atenas en Maratón sobre los persas, accede al gobierno del Ática un plebeyo: Temístocles, hijo de un miembro de una prominente familia noble ateniense y de una concubina no ateniense y posiblemente ni siquiera griega. Se daba cuenta de que los persas, bajo Xerxes –el sucesor de Darío, el emperador derrotado en Maratón-, querían convertir a Grecia en una satrapía y que para ello volverían a intentar otra invasión del Ática, con una fuerza naval más fuerte y una caballería y cuerpo de arqueros mucho más numerosos, contra los que los atenienses sólo podrían oponer 70 trirremes y su sacrificada infantería (formada por clases medias, que eran las que podían sufragarse la panoplia de bronce que constituía su ajuar guerrero). Esta vez los persas podrían vencer, por la sola fuerza del número. Temístocles comprendió que, para no perder sus libertades, los ciudadanos libres de Atenas, a través de su Asamblea, deberían decidir la inmediata construcción de una flota.
Sucedió que súbitamente aumentó la producción de las minas de plata del Laurio, propiedad del Estado, o tal vez se constató una acumulación de sus existencias, y Temístocles logró que la Asamblea aprobara la asignación de ese producto a la ampliación de la flota con carácter inmediato, de manera que cuando Xerxes I acometió la esperada segunda invasión persa, justamente diez años después de Maratón y apenas tres años tras la decisión de la Asamblea respecto a la construcción de nuevos barcos, los trirremes atenienses ya eran 200 en vez de 70. Al final las fuerzas convocadas por Atenas derrotaron a los persas en Salamina por mar y por tierra en Platea. Aparte del precio pagado en vidas por la victoria, la propia Atenas fue tomada, saqueada y destruída por los persas, antes de que éstos fueran derrotados y expulsados.
Se abre entonces, a mediados del quinto siglo antes del comienzo de la era cristiana, un período de profundas reformas políticas en el interior de Atenas seguido en paralelo por una agresiva y exitosa política exterior imperialista. En un período de treinta años, el predominio de Esparta entre las potencias griegas fue reemplazado por la hegemonía ateniense (que incorporó a una gran cantidad de ciudades-estado a una alianza encabezada por ella, la Liga de Delos, a la vez que fundó colonias propias en ambas márgenes –la europea y la asiática- del mar Egeo, sometiendo a tributo a aliados y a cleruquías –grupos de ciudadanos atenienses a los que se les asignaban tierras en suelo extranjero conquistado-).
Pericles entra aquí en escena, para conducir a Atenas a su Edad de Oro, antonomásticamente llamada el Siglo de Pericles. Durante los treinta años en que dirigió la política interior y exterior y las campañas militares de Atenas (hasta su muerte en el año 429 antes de Cristo), amplió el número de las ciudades confederadas en la Liga de Delos hasta por lo menos ciento cincuenta o acaso doscientos. Confundió deliberadamente la caja de los tributos procedentes de los estados confederados con el tesoro ateniense, rehusando dar cuenta detallada de la disposición de tales fondos a sus aportantes (con el argumento de que Atenas los defendía a todos). Bajo su  gobierno alcanzó su máxima extensión el imperio ateniense, que llegó a abarcar prácticamente todas las islas del mar Egeo, desde los Dardanelos hasta el Mediterráneo, el litoral anatólico en su virtual totalidad, y buena parte de la margen noroccidental del Egeo –fundamentalmente, la Calcidia-. Esparta mantuvo su carácter de primera potencia terrestre, pero Atenas consolidó sin duda la primacía en el mar, tanto en poderío comercial como en fuerzas navales de combate. Pericles favoreció y protegió a pensadores y artistas, que pudieron madurar sus grandes obras precisamente gracias al mecenazgo del Estado ateniense: así, el filósofo Anaxágoras, el dramaturgo Sófocles, el historiador Herodoto, el escultor y pintor Fidias.
A su muerte, ya se habían cumplido casi dos años del estallido de la Guerra del Peloponeso, causada por la sempiterna prevención de Esparta contra el expansionismo ateniense.
 La guerra concluyó con el desmembramiento del imperio ateniense, tras la derrota militar del año 405 a. de C. en Egospótamos, la rendición formal ante el rey espartano Lisandro al año siguiente, la subsiguiente demolición de las murallas de la ciudad, la reducción de la flota a doce navíos, y la imposición abierta por Esparta de una oligarquía (la llamada de los Treinta Tiranos) como forma de gobierno para Atenas, si bien el régimen democrático se restablece formalmente con la expulsión física de los Treinta Tiranos al cabo de unos pocos meses.
A partir de ese momento Atenas sobrevive como ciudad estado con algunas posesiones coloniales en Anatolia y en islas del Egeo durante siete décadas más, a la sombra de una Esparta que tuvo ocasión para humillar a Atenas con una segunda rendición impuesta como desenlace de una guerra iniciada dos lustros más tarde contra varios estados griegos a la vez. La independencia política de Atenas se desvanece definitivamente en el 338 a. de C., cuando el helenizado rey Filipo II de Macedonia derrota a una fuerza griega conjunta en la llanura de Quersoneso, en la Beocia, e impone a los vencidos –al año siguiente- la afiliación a la llamada Liga de Corinto, bajo la férula absoluta de Macedonia.