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lunes, 1 de julio de 2013

El Camino de la Mancha

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

René  León

  Mi amigo Joaquín me fue a buscar temprano en la mañana al hotel, para llevarme a la tierra del Quijote, su querida Castilla. Con el venían Consuelo y su amiga Estrella, mujer de piel trigueña, pelo castaño y ojos azules, muy bonitos. El viaje en su compañía fue muy agradable, nos alegró a todos, con su salero y gracia.
  En España se maneja demasiado rápido, las carreteras desde temprano en la mañana se encuentran congestionadas de tráfico. Hicimos nuestra primera parada en uno d los tantos lugares típicos. Al llegar a Consuegra, Estrella me habló de los molinos de viento con nombres Cervantinos: Rucio, Caballero del Verde Gabán y otros. 
  Pasamos por Madrilejos y Alcázar de San Juan, y fuimos a comer un almuerzo ligero al restaurante “Sancho Panza”. A través de la ruta del Quijote se encuentra uno con los nombres de las aventuras del Quijote y Sancho. En los parques, las figuras del Quijote y Sancho, hoteles con sus nombres, restaurantes con el menú de nombres cervantinos y regionales. La comida manchega, pimientos rojos, pimentón y azafrán. Carne de cerdo, carnero, gallina, tocino y embutidos, y, como es natural, su buen vino. Es una comida fuerte, y después de tantas carnes, la presión arterial se va a las nubes, pero gracias a Dios, Estrella me mantenía la mía a nivel.
  Ellos pidieron una “Gacha de Matanza” parecido a un tamal de maíz. Mi plato fue “Duelos” y “Quebrantos”, combinación de jamón y chorizo y tocineta revueltos con huevos (Mi colesterol se fue del límite). Pedimos “Guiso de las Bodas de Camacho” (una de las aventuras quijotescas), que es carne de gallina, con almendras y nuez moscada. 
  Un joven cura se encontraba con un grupo de estudiantes hablando del Quijote y le explicaba los diferentes nombres de las comidas, mientras se empinaba la bota de vino, con bastante regularidad. Una joven estudiante  prestaba más atención al joven cura que a las historias Quijotescas. Sus ojos, con un brillo especial que en mis tiempos de joven se llamaba “locamente enamorada”, en aquel momento me hacían desear haber tenido menos años, pero al mirar a Estrella me quedaba tranquilo.
  Creo que el mejor que ha descrito a La Mancha y la ruta del Quijote y Sancho, lo fue Azorín, ese gran escritor de la Generación del 98. Él dice: “ Hay un placer íntimo, profundo, en ir recorriendo un pueblo desconocido entre las sombras; las puertas, los balcones, los esquinazos, los ábsides de las iglesias, las torres, las ventanas de los pasos lejanos, los ladridos plañideros  de los perros, las lamparillas de los retablos, todo nos va sugestionando poco a poco, enervándonos, desatando nuestra fantasía, haciéndonos correr por las regiones del ensueño”.
  Lo que mejor pueden hacer hoy en día todos los países  de tradiciones, como son los hispanos, es tratar de mantener ese pasado inolvidable, lleno de recuerdos que las generaciones de hoy no toman en serio, no le dan importancia, con tanta basura que ven y leen.
  En el recorrido por La Mancha hay mucho que ver, cosas muy interesantes, y en esa travesía se encuentran personajes vestidos como en los viejos tiempos pasados. En los pequeños pueblos, nada turba su silencio, y las horas pasan lentas; a lo lejos se oye una campana triste, melancólica, con su “tam,tam,tam”, llamando a misa o al rosario. Ha habido muchos cambios políticos y sociales en el país, pero las viejas costumbres y tradiciones en estos pueblos, siguen igual que antes. Azorín, dice: “Hay un viejo paseo desde el que se descubre en un mirador, por encima de las murallas, como en Avila, como en Pamplona, un panorama noble, severo, austero, de sembrados fuertecillos y alamedas, hay en la estación un andén , a donde los domingos, los días de fiesta, van las muchachas y ven pasar el tren, soñadoramente, con una sensación de nostalgia”.
  Esos días pasados fueron extraordinarios,  me hubiera quedado más tiempo, pero Consuelo y Estrella tenían que trabajar. El regreso a Madrid, lo hicimos callado, recordando lo visto, y los fugaces momentos de felicidad. La Ruta del Quijote ha quedado muy dentro de mí.
  Llegamos de noche a nuestro destino; en el cielo no se descubría nube alguna, estaba adornada de brillantes estrellas.

4 comentarios:

  1. Una historia muy bien escrita de los recucerdos del senor Leon en Espana. Le parece a uno que va en viaje con estas personas. Las descripciones de La Mancha, son muy bonitas. Yo he ido a Espana dos veces y una viaje por la Mancha con otros turistas. Da gusto leer esta historia.


    Maria Teresa
    Orlando, Florida

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  2. La historia la describe el senor Leon muy bien. Parece que secompenetro con La Mancha. Lo que el dice de las costumbres de los paises hispanos es pura verdad, se van perdiendo por costumbres sin gusto, y solo cundo participan es beber y drogas. Pero leyendo esta historia es bueno recordar.


    Felipe Concepcion
    Charleston, SC

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  3. Como me recordó este escrito de René León, un inolvidable viaje a España en
    el que mi esposo y yo visitamos “ El Toboso”, un pintoresco pueblito en el que las imágenes de Sancho, Don Quijote y su Dulcinea cobran vida en nuestra mente. Creo que leer ” Pensamiento” más que leer es volver un poco a la vida.

    Herminia D. Ibaceta

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  4. Me ha parecido ir n el viaje descrito por el senor Leon. Que buen viaje ese, disfrutando de las c osas bellas de la Mancha, nuestra patria pequena. Quisiera volver a ver aquellos antes de morir. Nunca uno sabe lo que la vida nos depara. Gracias senor Leon, da gusto leer lo que escribe.

    Antonia Mondejar
    Charleston, SC

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