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miércoles, 15 de octubre de 2014

YARINI: El chulo de San Isidro

 René León

            Recuerdo que cuando era niño en la casa de mis padres, le decían a mi hermano Emilio (Yito), que era peor que Yarini, por lo mujeriego que era. Lo único que él no era "chulo" ni "guayabito" (hombre que vive de explotar a las mujeres públicas). Era muy enamorado. Y allí en la vieja casona oía los cuentos de los trabajadores del puerto de La Habana, y los "abacuás" del puerto que venían a pedirle un favor a mi padre, que era el presidente de la Federación Marítima de Cuba. Siempre me llamaron la atención las historias, y prestaba oídos a todas las que se hablaban, pero la de Yarini siempre me interesó.
            El barrio de San Isidro, en La Habana, fue desde 1902 (por una disposición del último gobernador americano Leonardo Wood) convertido en el centro de la prostitución. Fue creado un Servicio Especial de Higiene y   un Reglamento General, por el que los médicos debían vigilar la salud de las mujeres registradas. Como era natural, las prostitutas venían todos los meses a pasar un chequeo, y cuando tenían una enfermedad venérea eran enviadas a un hospital, otras veces le daban al médico una suma de dinero y todo se olvidaba. En el año de 1902 fueron detenidas 447 mujeres, entre las que había 190 negras, 172 mestizas y 85 blancas.
            Pero hay que ver la situación de las mujeres en aquellos años después de terminada la guerra de Independencia. No había medios de trabajos, los únicos lugares eran las fábricas de tabaco, de lavanderas y de servicio en las casas. La falta de dinero hizo que muchas de ellas, engañadas por los chulos, fueran llevadas a trabajar de prostitutas en las accesorias de altos quicios y ventanas con barrotes, y en las puertas ofrecían el cuerpo para beneficio de los chulos cubanos y los "souteneurs" franceses.             Según Dulcila Cañizares en su libro San Isidro, 1910. Alberto Yarini y su época, basado en investigaciones realizadas a través de los años y testimonios de vecinos de San Isidro en aquellos años y otros que lo conocieron personalmente, Yarini nace el 5 de febrero de 1882. Le pusieron por nombre Alberto Manuel Francisco en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Monserrate, en La Habana. Los padres eran don Cirilo José Aniceto, cirujano dentista, y Juana Emilia Ponce de León Ponce de León. Familia de nombre y alcurnia. En muchas familias siempre hay uno que es diferente a los otros, (la oveja negra). Fue el mimado de la madre, complacido en todo, y perdonado en las majaderías. Según Dulcila Cañizares:"Apasionado con las mujeres, bien vestido, elegante, derrochador del dinero, era lo que se puede decir un dandy, y algo muy importante era guapo, no rechazaba una pelea." "Y fue el Conquistador mientras ganaba el otro calificativo, el que más le gustaba y convenía. Hasta que él fue el rufián, el guayabito, el gigoló, el proxeneta, el "souteneur", el Chulo. El Rey de San Isidro".
  En el barrio de San Isidro, había bastantes chulos cubanos y otros franceses, que se disputaban sus territorios, pero siempre evitaban las peleas por las mujeres y por el territorio. Al momento de la muerte de Yarini había registradas 529 prostitutas. Había en la zona un cine de películas pornográficas, teatro, salones de baile, bares y fondas. La policía trataba de mantener el orden. Muchas mujeres utilizaban otros nombres o apelativos. Se tatuaban, costumbre que vino de los chinos y de Francia. Así como flores tatuadas en los muslos y senos, corazones, y en el vientre, algunas mujeres del barrio llevaban las iniciales de MAY en alguna parte de su cuerpo.
  Pero empecemos a detallar la muerte de Yarini. Louis Lotot era uno de los "souteneurs" franceses, y todos los años iba a su país a buscar carne nueva o "fresca" como se le llamaba. En 1909 trae de París a una mujer preciosa y escultural, Bertha Fontaine, de 21 años.
            Lotot viaja a California en viaje de negocios y al regresar se entera que "Petite" Bertha, como era llamada, se le había ido con Yarini. Lotot toma aquello con tranquilidad, pero sus amigos lo empiezan a incitar de que hay que darle un tiro a Yarini, porque si no el negocio de ellos se vería afectado. Lotot siempre decía:"Vivir de las mujeres y no morirse de ellas".
            El 19 de noviembre Yarini con dos de sus amigos va a la casa de Lotot en la calle de Desamparados y le pide la ropa de "Petite", y le entrega las pertenencias de ella. Según vecinos de la época, Yarini se despide riendo. Aquello llenó la copa de amargura de Lotot. Los otros "souteneurs" franceses empezaron a criticarlo por la calma con que había tomado aquello, y le decían que los otros chulos cubanos de baja categoría se burlaban de ellos.
            A Lotot no le quedó más remedio que participar en el ataque a Yarini, con sus compañeros. Los amigos le advirtieron de las amenazas de los franceses que había contra él, pero él no se preocupaba por ello. Como todas las noches, El Rey de San Isidro, con su amigo José Basterrechea, hombre de confianza, salió a visitar las casas. Ambos iban armados. Dos de los amigos de Lotot se habían subido a la azotea de San Isidro 61. Lotot vestido con un traje carmelita y bombín iba acompañado de su amigo Petijean. Al salir Yarini y Basterrechea de la casa, frente a ella se encontraban los franceses. Lotot le grito a Yarini: "Te voy a rajar" y empezaron a disparar desde la azotea y en la calle. Lotot recibió un tiro mortal en la frente y otras dos heridas, su compañero escapó herido. Yarini fue herido de bala tres veces, pero una era mortal. Basterrechea fue detenido en la calle cuando huía.
            En el Hospital de Emergencias, el doctor Freyre de Andrade pudo comprobar que no había salvación para Yarini. Como hombre que era y deseando que no le pasara nada a su amigo Basterrechea, en el Hospital le pide un papel al doctor Andrade y escribe: "De las tres heridas recibidas por el francés el único responsable soy yo. Se las di al sentirme herido". Firmaba, Alberto Yarini y Ponce de León. Había muerto El Rey de San Isidro.
            Se puede decir que el duelo fue general en la ciudad de La Habana, miles de personas participaron en el entierro. Desde la casa familiar en Galiano entre Ánimas y Lagunas, el cortejo partía  el 24 para el cementerio de Colón. Iban por las calles las personas en silencio, sus amigos llevaban el féretro. Algunos dicen que fue el presidente de la República, pero esto no es verdad. Fue enviado, en nombre de José Miguel Gómez, un representante. Por la calle de Carlos III fue llevado en hombros hasta el cementerio.
            Al llegar, un numeroso grupo de "abacuás" despidieron a Yarini al compás de sus tambores y cantos de dolor; bailaron un "enyoro" y le dijeron adiós. La Policía Nacional mantuvo el orden. Antes de llegar al cementerio los "souteneurs" franceses en la calle de Zapata atacaron a los chulos cubanos en el entierro, y se batieron, saliendo varios heridos. La prostituta responsable de todo lo ocurrido que iba acompañando el entierro, "Petite" Bertha, fue herida en un seno de una puñalada. Así y todo llegó al cementerio. Su chulo había muerto.
            Los chulos cubanos atacaron a los franceses en el entierro de Lotot, dejando un muerto y otros heridos. El juicio fue demorado por meses. Nunca apareció culpa ninguna para Basterrechea, quien se alejó de este tipo de vida y vino a vivir a Estados Unidos. Nunca más apareció un chulo que pudiera controlar San Isidro. Todos los años el 22 de noviembre grupos de mujeres, muchas de ellas casadas y de buenas familias, iban a depositar flores en la tumba de Yarini.
            El 23 de octubre de 1913, por una orden presidencial, fue oficialmente suprimida la zona de tolerancia de San Isidro. Desde lo acaecido, había quien decía que veía la figura elegante de Alberto Yarini caminar por San Isidro acompañado de sus dos perros.
Minerva, noviembre de 2003

1 comentario:

  1. Recuerdo la tragedia de la calle San Isidro. Yarini era recordado por toda losvecinos viejos de esa calle. Yo iba a visitar cuando ea joven a unos familiares lejanos, y se recordaba al Chulo. Mi tio tenia una pequena foto en un cuadro ya viejo que habia comprado como recuerdo. Esta historia esta bien dettalada. Pensamiento trae historias de gran valor historico, y con mis 85anos me lleva a recoredar mi juventud en mi patria. Gracias senor Leon

    Remberto Garcia
    Miami

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