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martes, 1 de septiembre de 2015

ANEXIONISMO Y NACIONALIDAD

José Antonio Saco, abogado y filósofo,
se oponía al anexionismo de Cuba con Estados Unidos de Norteamérica . 
(Cubadebate)

Por: Sartunino Polón
Primera Parte
NOTA ACLARATORIA:
El ensayo a continuación, “Anexionismo y Nacionalidad”, era un trabajo inédito al escogerlo para este libro. Inicialmente fue escrito para participar en un concurso de trabajos de historia. No fue seleccionado entre los ganadores y por tanto, hasta ahora, no había sido divulgado. No nos extraña que no resultara ganador. En adición a la calidad de los trabajos que resultaron ganadores, reconocemos que el nuestro esta algo en bruto.
Debemos hacer una aclaración. En los demás trabajos recogidos en este libro solo hemos realizado una revisión cosmética: ortografía, sintaxis y algo del estilo. Pero poniendo un énfasis muy especial de no alterar en nada el significado de los artículos. De no desdecirnos de nada. De no contradecirnos ni tampoco incluir ningún contenido nuevo. Esto fue así, porque eran artículos publicados anteriormente. En este, siendo inédito, no teníamos esa obligación y lo hemos extendido notablemente. Pero podemos asegurar sin temor a error que no hemos cambiado en nada la sustancia. Hicimos esto debido a que en la versión inicial teníamos que ceñirnos a una extensión máxima por ser requisito del concurso. Ahora sin embargo, sin tener que limitarnos a eso, creímos prudente ilustrar y hacer más comprensible la tesis central,
El tema tratado, la importancia que la corriente anexionista del siglo XIX tuvo en la formación de nuestra nacionalidad, es un tema complejo y espinoso por ser naturalmente “políticamente incorrecto”. Resulta obvio que este trabajo es muy breve y esquemático como para que la tesis central quede adecuadamente expuesta. ¿Por qué incluirlo? Porque el asunto es bien interesante y está completamente abandonado por la historiografía cubana.
Los autores que nos han precedido (salvo escasas excepciones que no ocultan su especial motivación política) por lo general tienden a minimizar el fenómeno anexionista. Alteran su sentido, su importancia y su valor al no mencionar las circunstancias concurrentes y al hacer constantemente juicios críticos negativos sobre la corriente y sus protagonistas. Para este autor, sin embargo, esa corriente tuvo importancia grande, si bien indirecta, en la formación de nuestra nacionalidad y la forma especifica como los cubanos ven a los EUA, la cuál contrasta agudamente a como los ven (o veían a principios del siglo XX) los demás países latinoamericanos. Esperemos que la historiografía cubana futura corrija este prejuicio. Y confesamos que a este autor le gustaría volver a trabajar estos temas de un modo más extenso.

Julio del 2015

Apuntes para un estudio del anexionismo como elemento formativo de la nación cubana.

Por: Saturnino Polón.

La nación cubana se encuentra en un grave estado de crisis. Fue la última colonia latinoamericana de España en alcanzar su independencia como estado independiente. (Puerto Rico aun no ha logrado ser un Estado plenamente independiente) Comenzó tardíamente su lucha por la independencia (circa 1850), la logró en 1902, solo tras medio siglo de lucha formativa.
Pero solo duró apenas otro medio siglo como república nacional independiente. Duró 56 años y medio. En el fatídico año de 1959, con el triunfo contra evolucionario del castro comunismo, la República cayó en un caos disolvente y quedó totalmente destruida ya en año 1965. Fue violentamente substituida por una tiranía totalitaria que perdura hasta el día de hoy, hace ya unos 50 años.
Dado que en este siglo XXI un estado totalitario, o incluso tan solo autoritario, es algo anacrónico e incongruente, la lógica indica que el sistema totalitario cubano en algún momento futuro quedará superado. Hoy es perfectamente visible para cualquiera que la destrucción material, sociológica y espiritual del pueblo cubano, causada por más de medio siglo de totalitarismo, es de una magnitud catastrófica. Súmesele a esto una gigantesca diáspora de millones de cubanos y sus descendientes huyendo de la tiranía hacia países extranjeros. De los cuales,  centenares de miles de ellos hoy gozan de alguna otra ciudadanía por lo que es una masa humana que ya está, o bien asimilada o asimilándose, en el seno de otras naciones y es poco probable que retorne toda.  No es necesario ser un experto, simplemente es fácil ver cuán difícil será superar esta etapa. La tarea es tal que equivale a refundar la Nación Cubana.
Elemento parcial pero esencial de esa regeneración de la nación es el reencontrar y reintegrar las raíces originarias de nuestra nacionalidad. Esta es la razón de ser de la Historiografía. Ayudarnos a interpretar, evaluar y concientizar los datos históricos, que no son otra cosa que el relato cronológico de nuestra vida colectiva (o individual según sea el caso). ¿Cuáles son esas raíces originarias? La futura tarea socio política de Regenerar la Nación Cubana, asunto esencialmente práctico que se ejecutará necesariamente bajo presión de la urgencia, la emergencia y la improvisación, requerirá como fundamento, tanto previo como complementario, la respuesta a esa pregunta. De aquí la importancia de la revisión y reinterpretación de nuestra historia, desde la perspectiva de nuestra presente situación y actual dilema existencial como nación.
Tarea enciclopédica que solo puede acometerse colectivamente. No puede, por definición, ser el objeto de este breve ensayo. Aquí nos referiremos a cierta corriente de pensamiento y acción, presente en el origen mismo de nuestra formación nacional. Hablamos del fenómeno usualmente conocido por corriente o movimiento anexionista, específicamente durante el segundo tercio del siglo XIX y su importante papel en la formación de la nacionalidad cubana.
Desde luego, no se trata de un fenómeno desconocido. Todo lo contrario. Los datos históricos son perfectamente conocidos, aunque siempre es posible que, en el futuro, aparezca alguna que otra documentación no considerada hasta hoy. De hecho esta corriente es cita de rigor en toda historia sobre Cuba. Nuestro punto es que, por razones obvias, está total y erróneamente mal interpretada, subvalorada, menospreciada y básicamente señalada para su olvido. Pensamos también que la futura historiografía cubana debe rectificar este enfoque.
Tras la derrota en la Guerra de los Diez Años, la mayoría de los mambíes quedaron marcados por el compromiso vital de lograr el triunfo de su Ideal. Una década de entrega total a la causa, donde muchos compañeros perdieron vida y hacienda, donde la vida estuvo en juego permanentemente, donde esfuerzo, sacrifico y riesgo fueron tales que el heroísmo extremo se volvió pan nuestro de cada día, deja necesariamente una huella. Para hombres que se graduaron en esa escuela de lucha, su autorrealización vital honorable solo se lograría si la lucha se reiniciaba y lograban liberar a Cuba del colonialismo español. Los veteranos supervivientes de la Guerra de los Diez Años se convirtieron en independentistas irreductibles. Y su heroísmo engendró un gran número de simpatizantes de esta causa entre la población no combatiente, tanto dentro de Cuba como en el exilio, especialmente el radicado en los EUA. (Recordando que toda regla tiene su excepción, por brevedad no consideramos aquí que no faltó algún que otro mambí asumiendo posiciones contrarias).
Durante los 17 años que duró el proceso de reorganización para reiniciar la lucha por la independencia, la corriente independentista, surgida de la experiencia de La Guerra Grande, por obvia necesidad de auto justificarse, tuvo que enfrentarse en el terreno ideológico al residuo de la corriente anexionista procurando ilegitimizarla y anularla. Por supuesto, también había un enfrentamiento con la fuerte corriente autonomista que operaba dentro de Cuba, pero no son ellos objeto de este ensayo.

Segunda Parte el 15 de septiembre
En el Primer Encuentro del Libro Cubano Exiliado


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