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jueves, 15 de octubre de 2015

Henry M. Reeve: Un héroe olvidado de nuestras guerras de Independencia.


René León

Henry M. Reeve, conocido por el “Inglesito” durante la guerra de los Diez Años (1868-1878) contra España, fue un joven que vino a pelear por la libertad de Cuba, un idealista que pensaba en el futuro de la pequeña Isla. Lo dejó todo. Familia, su país, sacrificó su vida en aras de la libertad de nuestra nación.

De su vida en Estados Unidos, no se tiene información, sólo aquella que él contó cuando se encontraba reunido con sus compañeros en los campos de Cuba. En un trabajo anteriormente publicado aportaba datos sobre aquellos años de combate diario. En una conferencia del Círculo de Cultura Panamericano en el 1997 hablé sobre s vida y muerte peleando por la libertad de Cuba.

Pero hay que ir a los Estudios Históricos y los Episodios de la Revolución Cubana de Manuel de la Cruz, para encontrar datos sobre su vida, y en los documentos sobre esos años que se encuentran en los Archivos de Cuba.

Primero vamos a ver cómo era “…Recuerdo que en el grupo de norteamericanos que rodeaba al general Jordan había un joven de rostro aguileño, ojo azules y cabello rubio que durante la guerra de secesión había desertado de su hogar y sentado plaza de tambor, y que venía como ordenanza del general Jordan. Aquel jovenzuelo, verdadero aguilucho del Norte, sería más tarde águila reina, uniría su nombre al de los más austeros paladines de la causa cubana, por la cual sucumbió gloriosamente. Era Henry M. Reeve”. (M de la Cruz)

“Era el brigadier Henry M. Reeve de elevada estatura, nervudo y musculoso, dejando ver los ángulos de la osamenta, de rostro aguileño, el cabello de un rubio de oro y el color del cutis, salpicado de pecas, semejante a la malva rosa. Los ojos garzos, lampiño, ruboroso, inválido de una pierna a consecuencia de una herida de bala que recibió en el ataque a Santa Cruz al tomar un cañón; y bajo su carátula de hombre grave, humorista donairoso y rumbático. Sajón de pura raza, desarrollando en el medio social revolucionario al calor del ejemplo y las enseñanzas del austero Ignacio Agramonte” ..dominó el idioma con gran rapidez, sin maestros estudiándolo con la tenacidad típica de su raza en un ejemplar de Don Quijote de la Mancha, del que se apoderó en un combate”. (M de la Cruz) 

El rescate de. “La caballería de Agramonte había acampado en el potrero Consuegra, cerca del área de Jimaguayú, el 7 de octubre de 1871, con 70 jinetes. Al día siguiente el brigadier Sanguily se encontraba descansando e incapacitado por haber recibido una herida en una pierna en el rancho de Cirila López, cuando son sorprendidos por fuerzas españolas, resisten el ataque pero Sanguily cae prisionero. Uno de sus ayudantes escapa avisando a Agramonte. El oficial que lo había capturado era el comandante Sabas Marín, con una fuerza de 100 hombres. Agramonte reúne a la caballería y escoge a 35 de ellos, poniendo a Reeve encargado de un grupo. Este con cuatro rifleros se va a la vanguardia y el resto bajo las órdenes del comandante Emiliano Agüero, entre este grupose dirigen en busca del enemigo. Reeve los encuentra entre este grupo iba Agramonte, se dirigen en busca del enemigo. Reeve los encuentra en el pozo del potrero “La Esperanza”. Agramonte reúne a sus hombres, y les dice: “Comandante Agüero, diga a sus soldados que su jefe, el Brigadier Sanguily, está en poder de los españoles, y que es preciso rescatarlo vivo o muerto o perecer en la demanda”. Volvi- éndose al corneta, le dice: “Corneta, toque usted a degüello”.

Los cubanos se lanzaron al combate rescatando a Sanguily, causándole numerosas bajas al enemigo. Volverían los españoles a atacar a las fuerzas de Agramonte. Reeve con 10 de sus hombres, volvería a dar la orden de “a la carga del machete “, matando al oficial español y cogiendo varios soldados prisioneros, más un americano que estaba con ellos que era el práctico y lo llamaban “El Prusiano”. Había venido en la expedición del mismo Reeves. Siendo ejecutado de un machetazo por el mismo Reeve”. ( René León Charlas sobre Cuba en tiempo de la colonia, Tampa, 1999).

El nombre de Reeve se pronunciaba con respeto entre los combatientes cubanos, y los españoles respetaban el coraje del ya conocido “Inglesito” la prensa de Estados Unidos lo llamaba “Earl”. Se cuenta que en los pocos momentos de descanso de la caballería, Reeves se reunía con sus hombres, y se leia los partes de los diarios de La Habana, de cómo iba la guerra, como era natural todos eran victorias para el lado español, los mambises huían cuando vean a las tropas españolas. Se ocultaban las bajas españolas, todo morían según ellos de la fiebre, nadie moría de balas o de las cargas de machete. Según Manuel de la Cruz en sus Estudios Históricos, Desde Yara hasta el Zanjón”,. Cotaba que Henry Reeves departiendo con sus ayudantes en territorio de Las Villas, pronuncio estas o parecidas palabras: “Bien apurado ha de verse el historiador que nos juzgue, cuando medite en mantener que un puñado, seis o siete mil, nos empeñamos en mantener esta guerra para hacer independiente a más de un millón de hombres, que nos miran con desdén o nos combaten con encarnizamiento. ¡Acaso nos execre y nos maldiga!” Pero. de súbito, como si reflexionase en alta voz, añadió –“Sin embargo, ese historiador pensará, que vale más morir cien veces que vivir sin honra, y verá en nosotros lo que somos en verdad los representantes del honor de la patria”.

Se combate diariamente, a la muerte de Agramonte, Reeve se hace cargo de la caballería de Camagüey. Un periodista americano que se encontraba de visita en el campo d los cubano, decía acerca de Reeve: “Reeve es un joven de carácter distintivo: no fuma, no bebe licores y es comedido en su lenguaje” (R. León).

Reeve es enviado a Las Villas, que era una provincia a la que no había llegado con todo el furor la guerra. Pero se combatía, siendo el enemigo superior, 60,000 soldados. Reeve sólo cuenta con 300 infantes y 150 de caballería. La persecución es constante, tiene que dividir la tropa en pequeños grupos. El ejército español lo forman en Cuba 150,000 hombres, entre regulares y voluntarios.

El 4 de agosto es avisado de una concentración española en la zona de Yagüaramas. El enemigo es superior, Reeve es acompañado por 1 de sus hombres y ordena la retirada, recibiendo dos heridas de balas, una en el pecho y otra en la ingle, cayendo del caballo, que cae aprisionando su cuerpo inválido. Se zafa del caballo, pero le es imposible batirse a pie, por estar incapacitado, descarga su revólver contra el enemigo. Al ver que será tomado prisionero, se da un tiro en la sien, cumpliendo su promesa de “no caer vivo en manos del enemigo”. Según reportaría el oficial cubano Rosendo García, que había podido escapar.

Al momento de morir tenía 26 años. Durante el tiempo que peleó en el ejército cubano, participó en 400 acciones de guerra. Es herido de cuidado 10 veces, y otras 20 veces más de heridas leves. Al momento de su muerte estaba inútil de una pierna que le impedía su movilidad, tenía que ser subido al caballo, y sujetado por la cintura a la montura.

Bibliografía Consultada:

De la Cruz, Manuel, Episodios de la Revolución Cubana, Reeditado por Edit. Cubana, 1999.

Estudios Históricos, La Habana, Madrid, 1928, tomo VII.

León, René, Charlas sobre Cuba en tiempo de la colonia (1868-1898).”Henry M. Reeve “El Inglesito”, Tampa, 1999.

“Henry M. Reeve: “El Inglesito” un Héroe Olvidado”,

Charla, CCP, 1999.

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