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jueves, 1 de octubre de 2015

Los Primeros Cementerios en Cuba


Por René León


En documentos que se encuentran en el archivo Nacional de Cuba se puede encontrar información de los primeros cementerios en tiempos de la Colonia. La Iglesia Católica se negaba a enterrar en sus cementerios a los llamados no católicos. Las primeras confesiones no católicas en asentarse en Cuba fueron las protestantes. 

La Habana era el centro de llegada de barcos de diferentes nacionalidades y a su llegada los marineros muchas veces en enfrascaban en peleas que terminaban con la muerte de uno de los marinos. En muchos casos su enterramiento llegó a ser un serio problema. Las autoridades eclesiásticas, si el muerto era católico, disponían que se llevase a un área seleccionada para estos casos. Cuando se sabía que no era católico, su cuerpo era dejado fuera del camposanto.


En su ensayo sobre Los primeros cementerios protestantes cubanos, Yoana Hernández Suárez dice: “Muchos de los extranjeros que fallecían en la Isla practicaban credos diferentes a los de la Iglesia Católica. En Cuba existían los llamados cementerios generales para católicos, y algunos civiles destinados al resto de la población.”


Los Extranjeros que eran originarios del Caribe y de los Estados Unidos eran en su mayoría protestantes, y a ellos se les asignaban unos terrenos aparte en los cementerios generales, que no resultaban bien atendidos.


En una información del año 1842 se da cuenta de las primeras construcciones funerarias erigidas protestantes en La Habana. En una reunión celebrada en el Cabildo de la Habana el 28 de junio de 1816, D. Antonio de Frías, dueño de un terreno donde se encontraba el “sepulturario” de protestantes, presenta la “solicitud de que los negros bozales se entierren en dicho parage, por razón de que lo verifiquen en otros destinos a la siembra de donde los extrahen los perros”.


En la ciudad de La Habana, el único cementerio reconocido era el del Hospital de San Lázaro, que ya resultaba pequeño y se encontraba muy abandonado. Al principio se permitía a los protestantes ser enterrados allí.


Al ser abandonado el cementerio de San Lázaro, por su antigüedad, en los pueblos colindantes a La Habana fueron aumentando los entierros.


En 1870 Calixto de Loira y Cardoso diseñó los planos de la Necrópolis Cristóbal Colón, siendo considerado uno de los monumentos más espléndidos de Cuba y del mundo entero. Fue el arquitecto designado por el Obispado para la construcción de dicho Cementerio, cuyas obras comenzaron en 1871. Efectivamente, Loira fue autor del proyecto “Pallida Mors”, que dió origen al Cementerio de Colón. Dejó inscripto su proyecto bajo el lema: “La pálida muerte entra por igual en los palacios de los reyes como en las cabañas de los pobres”.





Tomada de:Desde La Habana

A continuación, la historia de la Necrópolis de Colón:

El cementerio data de 1854, cuando el gobernador Marqués de la Pezuela proyectó la construcción de una nueva necrópolis en La Habana, al resultar insuficiente e inoperante el viejo Cementerio de Espada, idea que no pudo ser llevada a cabo en aquel entonces.

Su construcción fue autorizada por Real Decreto el 28 de julio de 1866, y el 30 de octubre de 1871 se inició la construcción. Las obras fueron concluidas casi quince años después, el 2 de julio de 1886. (Tomado de Wikipedia)

La Necrópolis de Cristóbal Colón es una de las 21 necrópolis existentes en la ciudad de La Habana, Cuba. Este cementerio está declarado Monumento Nacional de Cuba.

Con sus 57 hectáreas, es el cementerio más importante del país. Posee un gran número de obras escultóricas y arquitectónicas, razón por la cual muchos especialistas lo sitúan como segundo de importancia mundial, precedido solamente por el de Staglieno en Génova, Italia.

La necrópolis es una de las más valiosas de América a nivel cultural debido a la riqueza de sus esculturas y formas arquitectónicas, no obstante haber sido vandalizado reiteradamente. Bien, este festín de arte comienza apenas nos detenemos a las puertas del cementerio: allí hay un monumento de mármol de Carrara de 34 metros de largo y 21 de alto donde vemos representadas las virtudes teologales de la caridad, la fe y la esperanza. (Tomado de Wikipedia)

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