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domingo, 1 de noviembre de 2015

CUBA EN SU LABERINTO: Una recensión


por Roberto Soto Santana, de la Academia de la Historia de Cuba  

            Saturnino Polón es, primero que todo, un cubano consecuente (valga la pena reiterar: cuya conducta guarda correspondencia lógica con los principios que profesa) y nada obsecuente (es decir, insumiso ante la flojera de principios). Así, en este libro que acaba de alumbrar desentraña la urdimbre confusionista que nunca ha dejado de tejerse en torno al camino recto conducente a la regeneración nacional de Cuba.
            Los puntos salientes de su argumentación pueden resumirse en el ideario siguiente
- Los planteamientos expuestos bajo la sombrilla del Proyecto Varela, que asumió el MCL fundado y promovido por Oswaldo Payá, no tuvieron en momento alguno la menor posibilidad de prosperar, habida cuenta de que el Régimen nunca ha querido dialogar ni confrontar ideas en la ágora pública, tal como su ministro de Relaciones Exteriores proclamó el 9 de abril de 2003: “El Proyecto Varela forma parte de la estrategia de subversión contra Cuba, ha sido concebido, financiado y dirigido desde el exterior, con la participación activa de la Sección de Intereses norteamericana en La Habana; forma parte del mismo esquema de subversión, no tiene el menor asidero en las leyes cubanas, es una burda manipulación de la Constitución y las leyes de Cuba”.
            Polón apunta, sagazmente, la coincidencia de posiciones con el Departamento de Estado de los EE.UU., en relación con “la Solución mediante la Componenda”, una salida a lo Kissinger, que a pesar de su inviabilidad dada la rigidez del Régimen, hasta el día de hoy sigue
marcando el Norte de la política estadounidense hacia Cuba, que solo ha traído cesiones y concesiones a favor de la Tiranía y ninguna contrapartida  por parte de ésta.
-La desunión no solamente entre el pueblo intramuros y el Exilio sino en el seno de cada una de esas dos comunidades frena el logro de la imprescindible unidad de acción y de estrategia sin la cual no se podrá alcanzar “la toma del Poder en Cuba y lograr la transformación democrática de la sociedad en Cuba”. Como único remedio plausible, Polón proclama la necesidad de una coalición “de todos los grupos políticos del exilio consecuente”-un eco del llamamiento martiano de 1892-.
- Con valentía, Polón subraya que el auténtico proceso de regeneración nacional pasa por “el castigo de los grandes culpables y un proceso activo de descomunización de la nación”. De lo contrario, evidentemente, la casta ensillada tanto en el Estado como en la Sociedad mantendría su dominación opresora, y quedarían burlados sine die los principios democráticos y la esperanza en la instauración de un régimen de Moralidad y del pleno ejercicio y disfrute de los derechos políticos, cívicos y económicos por toda la ciudadanía.
- Como dice el autor en la página 55 de su libro, “El problema no es el Tirano, su hermano y los demás oligarcas de la cúspide. El problema es el Sistema…Por lo tanto, no se trata de desplazar a los gobernantes. De lo que se trata es de destruir el sistema total y científicamentes. Hacerlo íntegra y radicalmente a todo nivel: político, económico y sociocultural.”.
- Polón marca una seria advertencia: “1) Cuba marcha rápidamente hacia el modelo chino; 2) Es totalmente posible que ese modelo se implante con éxito (la medida del éxito no es la nuestra, sino la de ellos. No es la prosperidad nacional sino la subsistencia de su tiranía), y 3) Es muy probable que tengan éxito…De lograrlo, la tiranía (y la oligarquía que la sostiene y disfruta) lograrán sostenerse por un tiempo más.”. Es la admonición obrante en el bíblico Libro de Daniel, Mene, Mene, Tekel, Upharsin..
El avezado publicista de la actualidad política cubana sentencia: “no se engañe el lector creyendo que estoy afirmando que la lucha está perdida. Todo lo contrario. No solo es nuestro deber continuarla sino que, filosóficamente hablando, la victoria es ineludiblemente nuestra. Después de todo, a largo plazo, el sistema totalitario castrocomunista es insostenible.”
De que lo fundamental en esta obra imprescindible de regeneración es que su contenido goce de un marco sólido lo dice el autor cuando subraya que “Lo que se necesita en Cuba no es esta o aquella Constitución…Se necesita un proceso efectivo y revolucionario donde la Constitución…sea la piedra capital de la obra pero no la obra en sí misma.”
Un último apunte en la valoración del repaso exhaustivo que Polón ha llevado a cabo en su opúsculo sobre los elementos integradores de la futura realidad cubana: los buenos augurios que le atribuye al documento presentado el 10 de octubre de 2014 en la Universidad Internacional de la Florida, con el título de “Ley Fundamental de Transición de la República de Cuba”, con los auspicios del Colegio de Abogados de La Habana en el Exilio y el Colegio de Abogados de Cuba en el Exilio.
Es imposible pasar por alto que en la coda de este valioso estudio, bajo el título “Anexionismo y Nacionalidad”, el periodista, hombre de la Política y autor, inserta unas afirmaciones que son difícilmente compartibles desde el rigor histórico ampliamente documentado. Tales, como que “Para los dueños de haciendas de principios del siglo XIX, el esclavo era una inversión muy costosa y necesaria para el buen funcionamiento de la empresa…Los castigos eran realmente ejemplares pero muy raros y debidamente justificados (desde la óptica del esclavista obviamente). La comida no era muy sofisticada pero sí buena y abundante para la época…la comida era muy abundante, muy nutritiva y orgánica…La esclavitud, especialmente en Cuba…era paternalista y permisiva…En suma, la esclavitud era una situación por lo general paternalista y pasivamente aceptada…La población esclava, salvo contadas excepciones, no se sumó a la lucha independentista cubana…No es cierto que los negros nutrieron masivamente las filas de los independentistas…ni siquiera eran la mayoría de los mambises. Eso es pura leyenda”.
Este comentarista no puede estar de acuerdo con las consideraciones que formula el Sr. Polón en alabanza de la vituperable institución de la esclavitud y que rozan el menosprecio, en bloque, hacia nuestros sacrificados patriotas de color (valga, por todos, la familia de los Maceo).

   

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