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lunes, 14 de marzo de 2016

Bienvenidos a Pensamiento



Hablemos del Amor en el Día de los Enamorados

Escribo Versos

Alexandra Witt (†)

Escribo versos que brotan del alma.
Escribo versos que son simples,
sencillos como la vida,
sencillos como mis pensamientos.

El contenido de mis poemas
es para aquel que tiene el corazón sencillo,
para aquel que de ilusiones vive,
para aquel que sueña, como yo, en un mundo
sin guerras, en un mundo de paz.

Escribo versos, versos que tratan de expresar
la alegría del joven ante la vida,
de apagar el dolor que siente el alma
ante la pérdida del ser amado.

En pocas palabras, escribo versos para ti,
para que al leerlos,
para que al escucharlos, puedas, por un instante,
viajar conmigo a un mundo de ilusiones,
para que por un instante,
puedas perderte en un mundo de ensueños.


Pasión

Diana Aradas Blanco

Si el terco sol vence a la nube, fuerza
y ansias de salir y brillar tan pleno,
sea el sol quien así mi piel encienda.

Si la flor que del asfalto asoma, indefensa,
vía hallará en que causar su empeño,
sea la flor quien así mi piel florezca.

Si el mar su ola, en batalla a rocas golpea
y sale a la victoria afirmando en su deseo,
sea el mar quien así en mi piel se encrespa.

Cuerpos: si el silencio débil del pecho llena
de sol, de flor, de mar, el mudo eco,
gritad que mi nube o piedra o cemento os crean.


Perfume

Luz Salazar de Echeverri (†)

Tu delicado perfume me despierta,
recorre uno a uno mis sentidos;
ese aroma de flores que esparce en la estancia
la llena de colores y fragancia.
Muy cerca de mi oído
con tus dulces palabras,
haces vibrar mi cuerpo
y conmoverse mi alma.
Tu perfume me encanta,
me sublima, me turba
y con tus tiernas manos,
lo has dejado en mi casa.
Tu aroma poco a poco
ha llegado a mi cuerpo
y nueva vida ha dado
a mi ser, a mi alma
Gracias por tu perfume,
que me ha hecho renacer
y vivir nuevamente
un bello amanecer.


Allí Donde La Flor

Hilda Norma Vale

Allí donde la flor cedió su altura
al obstinado cardo y al olvido,
no quiero renegar de lo vivido
ni lo quiero evocar con amargura.

Si aprobé del amor la asignatura
y disfruté el idilio compartido,
fue porque no pensé en haber medido
del cariño del otro, la estatura.

Así viví y así forme mi entorno,
haciendo de la senda una planicie.
Mucho brindé y es poco lo que pido.

Ya no espero ni premio ni retorno.
Para qué exigir tanta superficie,
si todo cabe en un pequeño nido.


VOLVERAS

        ……….A los cubanos que visitan
nuestra Patria

Emilio J. León (†)

Volverás
Como vuelven las olas
al seno de la mar…

Volverás
a la tierra soñada
con el temor alegre
que te impulsa a viajar…

Observarás las cosas
con pupilas lejanas
y te dirán entonces
que ya nada es igual…

Tu corazón herido
por el cruel desengaño
te gritará que partas
sin mirar hacia atrás;
pero fundida tu alma
al pasado ya muerto
te implorará que vuelvas
como vuelven las olas
al seno de la mar…
como vuelven las olas
al seno de la mar…

TOCAR TU VOZ

René  León

…a Magdalena

Fue mi primera novia, y la que siempre he llevado en mi corazón.
 Viejo estoy pero su recuerdo es perenne en mí. Ella 15 años y yo de 16 años, cuando ella salía del colegio de monjas, la tía nos dejaba hablar, y cogidos de la mano demoramos
siempre la llegada a su casa. Su padre decía que ella era muy joven. Pero nuestro amor crecía día a día. Por mi cabeza joven cruzaban muchas ideas, de cómo estar juntos. Pero el Destino nos hace jugadas muy malas.
Una tarde entró en su casa después que salió del colegio, nos dijimos adiós. Su tía siempre después que ella se bañaba le preparaba una leche malteada. Magdalena tenía la costumbre de sentarse en el balcón de la casa a coger fresco. La tía la llamó varias veces, y al no responder la fue a ver. Se había quedado muerta, parecía que estaba durmiendo. Sus ojos azules como nuestro mar, los tenía abierto, y en su pecho tenía una foto que nos tiraron en el Malecón de La Habana.
Me volví loco, no sabía qué hacer, deseaba morir, mi hermana y mi madre, me decían que lo tomara con calma. Que calma puede uno tener a los 16 años.
En mis años de prisión en Cuba, en aquella isla del Infierno de Dante, su recuerdo  estaba presente, día a día. Oía su voz melodiosa. Veía sus grandes ojos azules. Su sonrisa sutil, me quedaba dormido en mi celda con el recuerdo de ella.
Y yo viejo y sólo ahora, con el  recuerdos de aquellos momentos feliz,  los que me trajeron
felicidad. Los otros los he olvidado. Pero nunca me olvidaré de ella. Y para más desgracia muchos años después, Alexandra, llena de vida, muere. Para las dos mí
pensamiento. Pero mi amor a Magdalena, la flor más bella de mi jardín florido.

Feliz Día de los Enamorados.

Creo que puedo tocar tu voz
 y escucho, el ritmo de las cosas
bajo el embrujo de la luna
donde todo es paisaje y amor

Sentir tu voz dentro de mí
silenciosa, sutil,
sin saber cómo pudo llegar
cual sueño que nunca termina.

Tu voz me toca
y yo la toco a ella;
de labios que parecen
sólo hechos para besar.

Tu voz susurrando
a mi oído con pasión
promesas de amor eterno
que vibran en ti.

Mi voz, toca la tuya
y llegó a ti, febril,
donde los sueños no pueden llegar,
porqué sin ti no hay vida.



…y pienso, pienso por un instante
en aquellos tiempos lejanos.

Ven Cuando Me Quieras

Rafael R. Vidal (†)

Ven en la mañana
cuando la campana
en la torre ufana
repica liviana.

Ven al mediodía,
cuando el sol envía
 en la lejanía
de  luz una orgía.

Ven, ven en la tarde
cuando Venus arde
en sereno alarde
y huye el sol cobarde.

O ven en la noche,
en el negro coche
cuando en cada broche
de aroma hay derroche.

O ven tras mi muerte,
¡he de conocerte!
Mi espíritu, fuerte,
se alzará por verte.

Ven por el camino
o por las praderas
con tu andar divino,
¡ven cuando me quieras!

La Alegría Eras Tú

Leonora Acuña de Marmolejo

Era una alegría estremecida.
Era una alegría llena de lágrimas
que alcanzaba la cima en las estrellas
fucilando  en la grima de mi ser.

Era una alegría de floridez
donde ingrávidas alas jugueteaban,
temiendo que el asalto de la lluvia
proscribiera su danza delirante.

Era una alegría estival
amustiada en el gélido temor
de no alcanzar allende el firmamento
la estrella que en los sueños se vislumbra.

Era una alegría de errátil senda
cual barco sin timón, sin capitán,
con la faz risueña en febril corazón.
Esa extraña alegría, ¡eras tú!

Inspiración

Maribel Sarate

Para René, “Ángel Poeta”

R esplandece el lucero en tu mirada
E l mar bravió con tu sombra se cobija
N ació la inspiración de tu alma halada
E manando de tu voz palabra fina.

L lenas el mundo entero con tu aura
E res el creador de la poesía
O sado Ángel Poeta que enamoras
N infas y diosas de un mundo de fantasía.

Sólo  un  Minuto

René  León (Cuba)

  En mi caminar diario, sin rumbo fijo, a veces me encuentro con personas que me llaman la atención; en especial mujeres que se distinguen de las otras; por su caminar, su manera de vestir, o quizás por unos ojos atrayentes.
  En ese caminar, donde las horas pasan lentas; los momentos de silencio son tremendos; parecen eternos. Amo sobre todas las cosas el vagar sin finalidad y sin rumbo. Me he encontrado una mujer que me ha hechizado por un momento. No he hablado con ella; sólo un pequeño saludo. Su rostro de belleza tenue. Ojos negros y relampagueantes, tez morena; señorío en el gesto y en los ademanes; por otra parte, el hecho de caminar sola. Figura esbelta; su cuerpo erguido; ya los años van pasando por ella; su pelo castaño pinta canas, que le dan más personalidad. Este tipo de mujer, es como la brisa de la tarde, que pasa rápida, y nos deja su perfume peculiar; y su recuerdo en nuestro espíritu.
  Y todo esto en un minuto, que es nada en el tiempo. Nos parece que la conocemos desde hace años. La examinamos; no es una de esas mujeres que cualquier hombre se vuelve loco; es quizás su mirada, su manera de vestir, su boca sensual; sin darnos cuenta vamos descubriendo en ella cosas que en otras no vemos. El tiempo va discurriendo suavemente; sin notarse, como el agua de un manso río, que parece que no se mueve y no cesa de correr. Unas palomas cruzan sobre nosotros en el azul del cielo, con sus aleteos.
  Todo en un minuto. Vemos que tiene algo que no acertamos a explicar. Quizás sería la pequeña sonrisa y el mirar de sus bellos ojos, que me brindó por un momento. Se ha ido caminando, y me parece como si se llevara algo muy mío; me ha dejado un vacío enorme en todo mi ser. Una mujer desconocida que se ha aparecido por un minuto en mi vida; esta mujer única, que me ha dado un momento de alegría e ilusión. En mi vida triste. Los dos frente a frente, mirándonos sin decir nada, por sólo un minuto. Siento una angustia grande cuando evoco ese momento único, que ya no volverá.
  Y de pronto, en un momento, nos damos cuenta de lo corto del tiempo; y sigo caminando en el ambiente de la calle, de las personas que van y vienen. El tiempo nos trae la visión de nuestra vida y de las ilusiones perdidas.

Amor en Primavera

Rowland J. Bosch (Cuba)

Amar sin  ser  amado inspira hastío.
Ha muerto ya la pesadumbre loca,
alguna vez al manantial le toca
recuperar el agua de otro río.

La niebla se disipa en el estío
al  ver la luz que su final provoca.
Tu amor como un rosal florido evoca
la primavera cuando pasa el frío.

Dulce y sutil se abre a tu presencia
con un  destello suave de inocencia,
la corola rosada de una flor.

La nitidez del alma representa
y el  cristal de tus ojos transparenta
la imagen verdadera del amor.

Versos

Blanca M. Segarra (Cuba)

Fue un esfuerzo aplastante
recordar que te olvidé
cuando el alma se me fue
por los labios al nombrarte.

Caminando en el olvido
tropecé con tu recuerdo
y me senté a releerlo
en el borde del camino.

Divagaba en el desgano
y me atropelló la prisa
de recordar a tu mano
dibujando mi sonrisa.

Puedo lograr que me olvides…
pero goza mi ego en que me añores
y por más que me ruegas y me pides
No te perdono, no, aunque me implores.

Amor Amor

Eliana Onetti (†) (Cuba)

Espina verde,
llevo dentro.
Te  siento siempre,
dardo certero.

Te pienso mucho,
martirio tenue..
Tibieza dulce,
te saboreo.

Y aunque me dueles,
tormento cierto,
quiero tenerte,
gentil infierno.

Herida leve,
vienes conmigo.
a todas partes
como cilicio.

Me martirizas,
Amor eterno,
con un  martirio
¡que sabe a cielo!


Amor en Lejanía

Antonio A. Acosta (Cuba)

En cadencia de horizontes quiero orquestar mi pasión,
y así hallar consolación en los valles y los montes.
Un escuadrón de sinsontes saludará el nuevo día,
y allá por l serranía bajará un canto del cielo,
diciendo: “quiere a tu suelo mucho más en lejanía”.

Porque tu cuna está allí, tu savia y tu procedencia,
donde libaste la esencia de la escuela de Martí.
Y ungido en el frenesí que produce mi regreso,
elevo a mi Cuba un rezo en espiga de oraciones,
y en salmo de bendiciones llegue el chasquido de un beso.

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