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martes, 1 de marzo de 2016

La inmigración canaria a Cuba (Segunda parte)

Foto tomado de: La Ciudad del Drago
Los canarios contabilizados fueron 937, de ellos 587 hombres y 350 mujeres. La isla de mayor presencia en el territorio fue La Palma con 174 nativos y las menos significativas fueron Gran Canaria y Lanzarote con 4 y 2 respectivamente. No se pudo conocer la isla de procedencia de 729 personas.
Etapas de arribo de los canarios al poblado.
Esta inmigración de las Islas Canarias hacia Gibara comienza desde 1816 se contabilizó por etapas la primera desde 1817- 1860 con una cifra de 211, 1861-1899 con 590, 1900- 1935 con 83, + 1936 (no), Desconocida: 53 para un total de 937 inmigrantes,. El siglo de mayor incidencia canaria resultó el XIX y principalmente la etapa comprendida entre 1861-1899, fecha en que se llevaron a efecto las Guerras por la Independencia, comprobándose que estas no afectaron el proceso migratorio.
Zonas de residencia:
La inmigración canaria en Gibara se asentó principalmente en la cabecera del poblado pues aquí era donde se agrupaba todo el capital económico y financiero y propiciaba la entrada en este mundo, se recogieron en las fuentes revisadas un total de 599 isleños radicados en la localidad y solamente 338 habitaron en otras zonas urbanas del territorio, se destacan entre ellas Cupeicillo con 108, Auras con 39, Arroyo Blanco con 34 y Yabazón con 33. Estas tuvieron cierta preferencia por la abundancia de tierras fértiles para el cultivo y la crianza de ganado entre los pequeños agricultores canarios que pudieron agenciarse parcelas o estancias a bajos precios, 36 inmigrantes se asentaron en otras zonas y se desconoce el lugar de residencia de 10 personas por no aparecer en las fuentes consultadas.
Profesiones desempeñadas. Los canarios y la agricultura.
La conquista española de las canarias provocó la casi supresión de la población aborigen y al instaurarse el nuevo orden sociopolítico y económico trajo como consecuencia cambios abruptos y transformaciones en todos los órdenes de la vida.
La nueva estructura en el plano social afecta inmediatamente la economía. El nivel jerárquico se pone de manifiesto y aparece una sociedad dividida en explotados y explotadores, la propiedad de la tierra pasa a manos de los grandes señores existiendo después de estos un grupo intermedio donde se situaban los campesinos, jornaleros, pequeño propietarios, artesanos entre otros, quedando un último peldaño para la población esclava que estaría formada por los esclavos traídos del África y la escasa población autóctona.
Las canarias fueron pobladas después de la conquista por los españoles, entre estos los andaluces, gallegos y los naturales de Extremadura y los portugueses, propiciándose así el mestizaje y el cruce interétnico.
Los españoles se distribuyeron las tierras dedicándose a la agricultura y ganadería, comerciaban los productos que obtenían como azúcar, trigo, cebada, ganado y sus derivados (el trigo se convirtió en un producto principal en la comida de estos pobladores). El apego a la tierra y a lo que podían obtener de ella se fue convirtiendo en una necesidad familiar para las nuevas generaciones.
El descubrimiento del nuevo mundo y un mercado americano que se abría y prometía buenas adquisiciones trajo consigo una inmigración europea e isleña hacia el nuevo continente, y Cuba, al ser colonia española se convertía en “la tierra prometida” pues poseía extensos territorios de tierras vírgenes y productivas con puertos abiertos al libre comercio y al tráfico de personas.
Gibara, mucho más pequeña en Km. 2 y de menor importancia cultural y económica que Santiago de Cuba, Guantánamo, Bayamo y Holguín, tuvo una inmigración canaria y europea relativamente cuantiosa en comparación con estos territorios. 
El deseo de hacer fortuna y volver a la tierra natal fue posiblemente uno de los factores de este flujo migratorio, pero los canarios al tener que competir con el resto de los españoles y europeos se vieron en desventajas por no poseer capital y un nivel cultural no suficiente para enfrentar situaciones de competencia. Los comercios y grandes empresas fueron propiedad de ingleses, franceses, norteamericanos y españoles, entre estos últimos marcaron pauta los catalanes, gallegos, asturianos, catalanes y santanderinos. Entre 1842 y 1855 se formaron en el poblado 21 compañías comerciales propiedad de españoles y norteamericanos, en estas no tuvo cabida canario alguno. 
El mundo isleño entonces se convirtió en La Tierra, ya fuera por tradición o necesidad, ya no situados como grandes terratenientes, sino como pequeños agricultores dueños de estancias, parcelas y pequeñas haciendas que no costaban mucho y por ende no reducían el escaso presupuesto familiar, estas tierras le proporcionaban la supervivencia y podían vender los productos sobrantes a través del comercio establecido por el puerto. Muy pocos se dedicaron al comercio de industria y los que lo hicieron, se conformaron con pequeños comercios de víveres y mercería que alcanzaba para vivir pero no para enriquecerse, otros se dedicaron a las labores de oficio como la albañilería, carpintería, panadería, zapatería necesarios con el aumento de la población, cultura y economía.
Gibara es el único poblado de esta jurisdicción a la que no se le atribuye su florecimiento en nexo con la agricultura sino a la actividad mercantil efectuada durante todo el siglo XIX, los canarios en esta región sí se dedicaron al trabajo del campo fundamentalmente, y la localidad ocupó uno de los primeros lugares en este renglón en la antigua provincia de Santiago de Cuba, la cual poseía 21 términos municipales.
En los primeros años las autoridades civiles y militares tratan de establecer un orden socio político para regir la vida de la comunidad, es así como se elige al rico comerciante Don José Romero y Francia (canario) como primera autoridad civil del poblado en 1822.. De los 4 muelles que se construyen, todos de propiedad particular, 3 se dedican al comercio y pasaje, los mismos pertenecían al canario Don José Romero y Francia, al norteamericano Benjamín Driggs y al portugués José Leal, el cuarto muelle se utilizaba para el traslado del agua potable traída del río Yabazón. Las exportaciones que se realizaban por este eran productos de la caña de azúcar, madera de construcción, cera, frutos y el tabaco, siendo este último el principal renglón.
Las familias canarias asentadas en Gibara, cuando algún familiar moría allá en su tierra debían cobrar la herencia recibida, por lo general esta consistía en un pequeño terreno o una ínfima cantidad de dinero que al final no alcanzaba ni para sufragar gastos de viaje; En esta situación, en la década del 1850, se encontraron muchas de las familias canarias. 
“Antonia Reyes García, natural de La Palma, con autorización del esposo Don Francisco González Batista dio su poder a Don Felipe García para que a su nombre cobre en La Palma los doscientos pesos oros que le han correspondido por herencia de sus difuntos padres otorgándole los recibos pertinentes” (4). 
Dinero que pensaban emplear en la compra de un terreno para la siembra.
Deber dinero a ricos comerciantes europeos para poder realizar diversas operaciones comerciales o agrícolas o simplemente para la compra de viviendas fue un flagelo para el isleño en tierras Gibareñas, en ocasiones no lo podían pagar y debían vender las posesiones para saldar las deudas, otras escogían pequeña estancia con otra persona para que el monto de la deuda fuera menor y tenían que reclamar entonces a las autoridades el pago de los productos pues eran engañados por los socios 
“Gaspar Rodríguez, natural de Islas Canarias era en deber a Don Atanasio Calderón, natural de Santander, la cantidad de 320 pesos y 2 centavos solicitados para la compra de un terreno” (5)
“Antonio Reyes, natural de Islas Canarias y vecino de Gibara reclama de Don José Pérez la mitad de los productos de una estancia que posee con dicho señor” (6)
En la tabla 7 se aprecian las profesiones que ejecutaron los isleños en el poblado, sobresaliendo la cifra de 154 campesinos, entendiéndose por estos a aquellos que se aparcelaron o pudieron comprar a precios módicos pequeñas estancias, que trabajadas por mano de obra barata y generalmente por coterráneos, pudieron sobrevivir en un mundo movido por el préstamo y la competencia y llegaron a realizar operaciones mercantiles de alguna importancia. Aparecen registrados solamente 19 comerciantes y 42 con otras profesiones, escasas con relación a la cantidad de campesinos. Una limitante que afecta el análisis del comportamiento canario en cuanto a las labores realizadas lo constituye la cifra tan elevada de 678 personas (entre hombres y mujeres) de los que no se conoce la profesión al no aparecer la misma en las fuentes consultadas.
Aportes culturales de los canarios al territorio gibareño
La tradición, como término general, es un concepto que enlaza el pasado con el presente y con lo por venir, es la trasmisión oral o escrita de un cúmulo de conocimientos, sucesos o doctrinas que los nativos de cada región o país legan a sus descendientes.
La cultura cubana, como cualquier cultura, es un proceso dialéctico y dinámico, en evolución constante, basada en elementos que se integran y desintegran mezclados como un gran ajiaco, pues Cuba es uno de los países con más mezclas de razas que se puede encontrar en el continente americano a pesar de su pequeña extensión territorial. Cuando se valora la inmigración ocurrida en Cuba y las características de las culturas de los llamados pueblos blancos y pueblos negros, podemos referirnos en primer término a los pueblos europeos, que en sí, dentro de ellos también existen una gran cantidad de culturas que influyeron precisamente en la conformación de su identidad, un ejemplo vivo son los catalanes, gallegos, Asturianos, andaluces y los propios canarios y en segundo plano al continente africano con su gran cantidad de etnias y otras como la árabe y la china que se unen a esta mezcla y conforman con su fusión la cultura cubana o criolla, con rasgos distintivos que la caracterizan del resto de los países 
El mestizaje biológico ocurrido fundamentalmente con las razas negra y blanca, esta última europea en mayor cuantía, es una vía primordial para la fusión de las culturas autóctonas y constituye un paso en la Transculturación de nuestro poblado, donde no quedó marca aborigen alguna.
En cuanto a la lengua las de más predominio en el poblado fueron de la península destacándose los canarios, catalanes, gallegos, asturianos, andaluces y castellanos (antigua Castilla la Vieja). Vocablos de esta etnia se manifiestan todavía en nuestra población sin que se conozca que son acepciones de esta región, ejemplo de ello: gofio y azada, entre otras. 
La tradición canaria en Gibara fue trasmitida de forma oral por los nativos que se asentaron en el territorio a sus descendientes ya nacidos en Cuba, los que mediante un proceso de fusión, convierten este conocimiento y tradición en nuestra propia cultura o identidad, el legado fundamental lo encontramos en la Literatura de trasmisión oral, la farmacopea isleña y su comida tradicional. La cultura canaria es una de las que más ha sobrevivido al paso del tiempo en Gibara y resulta significativa por la cantidad de inmigrantes que se asentaron en la zona y la cantidad de descendientes de diversos grados de parentesco que han llegado hasta la actualidad, a pesar que en las distinciones sociales en la comunidad gibareña no se vieron favorecidos al no formar parte de las grandes sociedades establecidas o formadas por españoles y a que en el comercio también se vieron relegados a planos inferiores.
La Literatura de trasmisión oral
Los oriundos de las islas canarias trajeron todo un cúmulo de conocimientos sobre sus tradiciones y cultura que fueron trasmitiendo a sus hijos. Se adaptaron rápidamente a la región haciéndose conocer por sus características. Hasta nosotros llega la literatura oral de los nativos recogidos en la narrativa, sucedidos, poesía, agüeros, supersticiones, entre otros.
La Narrativa
La acción de contar o narrar sucesos y cuentos a la manera tradicional fue una característica del isleño que se asentó en este territorio, prevalecen los cuentos jocosos y que tratan de la idiosincrasia de los isleños o los cuentos de brujas, traídos a estas tierras por los nativos de canarias reflejándose en ellos las creencias de este grupo étnico, recogidos estos últimos fundamentalmente en el área rural del poblado y que a partir del trabajo de campo realizado se pudo constatar con mayor fuerza y la permanencia de esta creencia en las nuevas generaciones.
Cuentos jocosos
Dentro de la clasificación de la cuentística popular del cubano encontramos los cuentos jocosos, satíricos, entre otros. Los canarios trabajaron fundamentalmente este tipo de narración que se refería a sucesos cotidianos y que además mostraban la situación social y económica por la que atravesaban, así se tenemos narraciones que reflejan el espíritu contradictorio y testarudo de los nativos, cuentos cortos que mantienen el ritmo interno y la estructura tradicional de introducción, nudo y desenlace que cumplen con el objetivo para el que fueron hechos: Motivar la risa.
Antonio Carballo de la Rosa, (ya fallecido). Canario radicado en el poblado, en su libro “Canto a Gibara” expresó: “
...llegué a la Habana los primeros días de diciembre de 1915, luego de una breve escala en San Juan de Puerto Rico... y pasados unos pocos días infructuosos en busca de trabajo en la Habana, fuime a Camajuaní... Guayos...Cabaiguán...Ciego de Ávila...Jatibonico... acepté venir a este Gibara, poco conocido indirectamente para mi y en ella tuve la suerte de ver realizados todos mis sueños...” 
Fue un narrador incansable de cuentos y anécdotas, algunas propias de su tierra, otras las aprendió en el poblado, de ellas se tiene la siguiente muestra:
El carbonero:
En cierta casa de la villa andaban en determinado día muy escasos de efectivo, necesitando hasta para la compra de carbón para la estufa o fogón familiar. Se asoma a la puerta la dueña vestida escasamente, al tiempo que se acercaba un joven carbonero que en su yegua cargaba y a la vez pregonaba el necesitado producto para facilitar la venta.
La mujer le insinuó la única forma en que podía pagarle en aquel instante siendo aceptada por él. Fuese satisfecho y al volver días después con igual producto, no podía recordar cual era la casa de dicha mujer por lo que optó por pregonar bien a lo largo de la calle: 
- ¡Carbón...Carbón... en la misma forma que en días pasadooosss¡
Para las no “avisadas “interpretaban que anunciaba buen carbón, igual al anterior, pero para la tal disimuladamente llamada comprendió la estratagema y saliendo a la puerta hicieron la misma operación de intercambio.
(Los canarios siguiendo la tradición natal de cocinar los alimentos con carbón mineral o vegetal, se dedicaron en su gran mayoría a la fabricación del mismo, que utilizarían en sus casas y venderían el sobrante para obtener algún dinero).
La isleña entretenida:
Cierto día llegó un individuo de regular cultura al poblado de Bocas y encontrándose con una bonita isleña que vivía en el lugar, para entrar en confianza le preguntó:
- Joven, ¿Aquí se dan los bailes con frecuencia?
A lo que la isleña contestó:
- No. Señor, se dan con órgano.
Las Leyendas:
Las leyendas relatan fabulaciones o simples historias sobre sucesos, hechos o personas con basamento objetivo, entre estos se encuentran Las apariciones sobrenaturales, Los elementos sagrados y los Sucesos históricos. Los que más abundan entre la tradición canaria son los primeros donde se encuentran las brujas en primer lugar, también aparecen algunos con elementos sagrados como los animales.
Servando Pérez García, nieto de canarios se refiere a estas leyendas contadas por sus abuelos isleños las que respondían a la cultura y creencias canarias:
“Cuando los campesinos fabricaban los vinos de uva en sus casas y tenían que ir al monte llevaban consigo botellas que contenían este líquido. Allí existían unos pájaros llamados cuervos que cuando encontraban algunas de estas botellas abiertas por descuido de los dueños, introducían el pico y se tomaban el contenido hasta donde alcanzaran, luego iban recogiendo piedrecillas y rellenaban los envases para que sus dueños no notaran la falta del vino”

Las Brujas:
La creencia en la existencia de las brujas es propia de los canarios y llegaron a nuestro poblado por este grupo étnico, estas eran mujeres que trabajaban hechicerías a través de polvos u otras sustancias y que tenían la facultad de aparecer y desaparecer a conveniencia, transformarse en animales y volar en escobas; existían brujas malas que causaban daños a niños, enfermos o mujeres paridas, sin embargo se han encontrado creencias en las brujas buenas que acompañaron a los inmigrantes sanos y salvos hasta el puerto de destino. De la tradición canaria nos han llegado los cuentos que se refieren a continuación narrados por hijos, nietos de nativos y por personas muy vinculadas a los mismos:
“Mi abuela, oriunda de la isla de La Palma, narraba que cuando venían hacia Cuba, las brujas guiaban la embarcación diciendo la frase: 
“Botavara, botavara
al puerto de Gibara”.
“Las brujas se subían al techo de la casa de su abuelita y expresaban:
Ya yo me vuelvo guayabita
a volar, a volar vamos”. 
(Javier García Proenza, nieto de canarios.)
Sucedidos:
Narraciones de sucesos o acontecimientos algo sobrenaturales que realizaban, los isleños radicados en el poblado y que creían fervientemente en su veracidad. Hechos que en ocasiones tenían vínculos con el “más allá” o mundo de los muertos, aparecidos o curaciones extraordinarias por medio de medicinas o procedimientos desconocidos. 
I.
“A mi abuela la visitaba allá en las islas una mujer que estaba enferma para que le diera comida. Esta señora tenía un hueco en la espalda que le daba mucho dolor. Su abuela machacó un pedazo de carne de res, le echó estricnina y se lo colocó en dicho lugar, de allí salió un animal extraño muerto y la señora se curó”. 
Juana Brito, hija de canario. 
II. 
“En Floro Pérez había una señora a la que llamaban María. En una ocasión ella fue a la panadería y le solicitó al dependiente 30 centavos de pan. De pronto, cuando el dependiente se viró para darle el pan ya no estaba la mujer. La buscó y al no aparecer decidió guardarlo en un cajón. De pronto y sin que lo esperara, aparece la mujer de la nada diciendo: 
¿Dónde está mi pan?
(Esto significaba que la mujer era un espíritu) “

Juana Brito González. Hija de canario.
(Esto significaba que la mujer era un espíritu) 
Poesía popular canaria
Al igual que los cuentos las poesías canarias muestran la vida cotidiana de esta etnia. Por lo general, las más utilizadas por los canarios fueron las décimas, cuartetas y redondillas, jocosas o satíricas, ellos aprovechaban cualquier situación para hacer una poesía. Increíblemente, faltos de instrucción fueron capaces de realizarlas sin conocimiento previo de la materia. 

Décimas jocosas
(1)
Un cerdo desde el corral
atentamente escuchaba
a un sinsonte que cantaba
desde un cercano rosal
como a su juicio era mal
ejecutado aquel trino
así le dijo, vecino
su canto es de mal sabor
y le contestó el cantor
oiga usted, señor cochino,
el que no le haya gustado
mi canto no es de extrañar
lo que pudiera asombrar
es que fuera de su agrado
no es su gusto delicado
para saborear mi trino
su paladar no es tan fino
para apreciar su valor
pues la música, señor
no es comida de cochino.
Satíricas:
(1)
Estando Pancho el curita
comprando una carga de pollo
sin darse cuenta Antonio
por trasmano se la quita
al verlo se escandaliza
y le dice sin pensar
no me trates de engañar
porque no te lo consiento 
pues soy un isleño y siento
como cualquier animal.
Las paremias
Fueron muy utilizadas por los canarios, estas son dichos sentenciosos que encierran un saber popular, entre estas se encuentran los refranes y las adivinanzas.
Los refranes:
Los refranes son dichos agudos que muestran o encierran una enseñanza. Surgen por la experiencia individual y colectiva acumulada, y pertenecen por lo general a las clases más humildes de la sociedad. Se hicieron comunes entre los canarios radicados en la villa, unos propios del país, otros de origen hispano y otros de diversas etnias sufren transformaciones y se mezclan dándole un nuevo sabor y contenido. Son conocidos muchos refranes desde los tiempos de la colonia en todo el territorio por la cantidad de inmigrantes canarios y españoles que se asentaron en el poblado y en la zona rural. España con sus Islas es un país con imaginación y gran creación de refranes; en las obras de sus beneméritos escritores se encuentra el uso frecuente del refranero: Miguel de Cervantes y Saavedra, Benito Pérez Galdós y el Arcipreste de Hita. 
El filósofo alemán Kart Vossler se refiere al refrán como “…la mayoría de los refranes bien podrían remontarse a la prosa latina tardía, rimada y rimada (prosa de escuela). Suele decirse que el refrán, sabiduría popular, es un fragmento de la poesía del pueblo, pero por su origen representa una manifestación de la sabiduría escolar que se ha difundido entre el pueblo y se ha vulgarizado, un bien cultural absorbido..¿Dónde encontró sus modelos si no fue en las escuelas de los gramáticos, retóricos y clérigos, o sea, en la Biblia y en los antiguos?(7) En la Literatura de trasmisión oral gibareña se encontraron, en la población descendiente y son los referidos a continuación: 
• El Lanzarote está llovido. (El Lanzarote es árido y casi nunca llueve. Cuando existía una situación o un problema extraordinario se decía este refrán)
• Estoy muerto de pelar (cuando los campesinos isleños terminaban las labores agrícolas y regresaban a sus casas)
• Este amaneció con San Telmo en el topo (cuando una persona se levantaba con mal genio).
• Cuando los gatos quieren zapatos cómo serán los muchachos. (refiriéndose a la intranquilidad y picardía de los niños).
• Para lo que me queda en el convento me “cago” adentro. (cuando hay carencias de algo)
• Cuando te den la chivita corre con la soguita. (muy conocido por los descendientes, no despreciar ningún regalo o algo que se daba gratuitamente). En España era utilizado desde el siglo XIII, en la obra del Arcipreste de Hita: (Cuando te den la cabrilla acude con la soguilla). 
• La hacienda de tu enemigo en monedas se la veas. (se refiere a que el enemigo debe vender la hacienda y alejarlo de nuestro lado para que no nos haga daño).
• Tener yegua y montura y tener que montar a la “zanca”. (Esto se decía cuando el dueño de algo tenía que privarse de su beneficio mientras otro lo recibía).
• De la letra a la borda (Se decía cuando algo estaba colmado, lleno).
Fraseologismo:
Es la palabrería propia de una lengua, la verbosidad redundante. Tipo de construcciones gramaticales y léxicas que se dicen en muchas ocasiones en sentido figurado, donde las palabras pierden su verdadero significado y adoptan otro de acuerdo al contexto donde se utilicen. 
Según el lingüista soviético, A. Guitlitz, “…las palabras y fraseologismos son unidades de la lengua que se usan normalmente en el habla como entidades de la nominación…”
Entre los temas fraseológicos utilizados por los isleños en su vida cotidiana tenemos:
• La belleza.
• El amor.
• Las malas intenciones.
• Amor a la tierra que los vio nacer.
• Situaciones adversas.
Hay expresiones fraseológicas que se alejan del significado original de la palabra y en ocasiones resulta difícil conocer su verdadero significado y establecerlas en el nuevo contexto, a esto se le denomina frase hecha, con utilización de metáforas e imágenes que se refieren a la realidad circundante. Expresiones como las que se muestran fueron escuchadas en boca de los descendientes canarios.
• Rota batida. (Se decía cuando sucedía una riña o se presentaba una situación difícil).
• Mi alma y mi tierra. (añoranza de la mujer canaria por su terruño).
• A esa lo que le gusta es emperifollarse. (referido a la mujer que le gusta acicalarse).
• Eres una “lamparuza”. (referido a la mujer sobresaliente y coqueta).
• Poner peras a cuatro. (se refiere a poner en su lugar a una persona mal intencionada).
Creencias tradicionales y supersticiosas
La superstición, inherente desde los tiempos de la colonia a toda la isla, también se manifestó en Gibara, traída fundamentalmente por los inmigrantes que creían en aparecidos, maleficios, en la profecía de los sueños y otras formas. La imaginación popular creó sus defensas como los Conjuros y Agüeros para ampararse del mal. Los canarios fueron muy creyentes en las supersticiones y estas son el resultado de todo un cúmulo de tradiciones asimiladas y trasmitidas a las nuevas generaciones a través de los años. En Gibara son múltiples las supersticiones encontradas en descendientes de isleños, todos los sucesos cotidianos y fortuitos tienen explicación para ellos, desde el color de un animal hasta una escalera son símbolos de buenos o malos acontecimientos. Entre estos se encuentran los agüeros, los conjuros, los rezos y los ensalmos
Agüeros: Son presagios supersticiosos que algunos pueblos y personas sacaban de ciertas señales que observaban en animales o fenómenos meteorológicos, es señal de cosa futura, de ellos nos llegan los siguientes contados por los descendientes canarios:
Ejemplos:
• Pasar por debajo de una escalera traía mala suerte.
• Interrumpir el paso de una pareja con un obstáculo significaba la separación de la misma.
• Regalar sal a otra persona era malo pues le llevaba la suerte.
• Las tijeras encima de la cama atraían lo malo.
• Si una tijera se caía al piso se recibiría carta.
• Entrar o salir por la misma puerta atraía desgracias.
• Virar los cocuyos al revés para ver los saltos que este daba, se contaban y serían los hijos que se iba a tener.
• Mover por gusto un balance era malo pues se moría el niño más chiquito de la casa”.
• No intentes coger jamás una flor del cementerio pues te llevas el espíritu del muerto en tu alma.
• Los zapatos y las ropas al revés traen contrariedades durante todo el día, puedes cambiártelo a las doce de la noche.
• No pongas las tijeras en cruz porque te anuncian la muerte.
Irma Hernández Reyes, nieta de canario.

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