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domingo, 1 de mayo de 2016

Ensayos Sobre la Historia de Cuba

Roberto Soto Santana

Comentario

Por: René León

  Tenemos ante nosotros un pequeño libro de ensayos, todos muy interesantes sobre la Historia de Cuba. Cada tema es analizado por el historiador Roberto Soto Santana, con esa precisión a la cual nos tiene acostumbrado. El busca las informaciones y las investiga una por una, para llegar a conclusiones responsables.
   Hoy nos aclara con una investigación seria la “Invención del Teléfono”. Fue Bell o Meucci. La propaganda en Cuba, siempre trata de restar valor a todo lo referente a Estados Unidos. Sus investigaciones nunca llegan al fondo de la investigación seria, por el motivo de restar valor a este país.
  Soto con suficientes datos encontrados en sus investigaciones nos aclara la verdad. El no trata de restar valor a las investigaciones realizadas por Meucci, sólo dejar bien claro la verdad. Meucci fue un hombre luchador que encontró múltiples escollos en su vida: la enfermedad de su esposa, el idioma, y el dinero para pagar los derechos de patente. Cosas estas que Alexander Graham. Bell no confrontó, o si los encontró no fueron tantos como Meucci.
  El ensayo tiene muchas notas para poder encontrar la verdad sobre dicho tema. El Congreso de Estados Unidos, aprobó una moción para honrar Meucci, y así tranquilizar a la colonia italiana en Estados Unidos. Pero no quiere decir que Bell, había mentido cuando presentó los papeles en la Oficina de Patentes de U.S.A.
  ¿Eran Anexionistas los Constituyentes de Guáimaro? Aquí Soto analiza los dos grupos que en la guerra de los 10 años como fue llamada habían en el campo de la revolución en su lucha por la independencia de Cuba. En Guáimaro habían quienes deseaban ser libres y otros buscaban en la anexión la mejor manera de salir del yugo español. Carlos Manuel de Céspedes era de los que buscaba la liberación por las armas, sabiendo en el fondo lo difícil que cada día se volvía. Por la parte de los simpatizantes anexionistas, estaba Salvador Cisneros Betancourt, que era opuesto  la guerra total, prefería ser parte de Estados Unidos, como otro estado más de la Unión.
  José Ignacio Rodríguez en su libro la “Anexión de Cuba”, menciona que la primera propuesta hecha por un cubano al gobierno de Estados Unidos, aparece en  The Diary of John Quince Adams (1794-1845), editado en 1928 por Allan Nevins. Según Ramiro Guerra en su libro En el camino de la Independencia, La Habana, 1930. En él Diario” aparece que el 26 de septiembre de 1822 el,presidente Monroe reunido con el gabinete, “para discutir una proposición de anexión  de Cuba, que la había sido hecha por Mr. Sánchez”. Según Ramiro Guerra, se cree fue don Bernabé Sánchez, camagüeyano y familia de Gaspar Betancourt Cisneros. Más nada se vuelve a tratar en el gabinete. Sobre la petición de Mr. Sánchez, pero el gabinete se pronunció a favor por parte de Estados Unidos de la anexión de Cuba.
  Al estallar la guerra de independencia, los latifundistas y familias influyentes preferían la anexión a la independencia, para proteger sus intereses. Sobre ello dijo Gaspar Betancourt Cisneros: “El anexionismo es un cálculo, no un sentimiento”. Pero los principales hombres que se lanzaron a la guerra preferían la independencia a la anexión. Habían dos grupos dentro del gobierno , los primero no deseaban una paz deshonrosa, preferían por sus ideales, otros esperaban con la anexión, se eliminaba tanta sangre y pérdida de vidas. Todo esto motivado por la falta de ayuda que llegaba de Estados Unidos, y que cada día los recursos escaseaban. La actitud de Estados Unidos, fue de “Silencio e indiferencia”. Sólo esperando que la “Fruta se madurara”. Del país del norte no se podía esperar nada.
  Soto al final de su ensayo dice: “Nuestros héroes de la lucha por la Independencia se perfilan tanto más grandes cuanto más se profundiza en su trayectoria, y se aprecia la evolución que muchos supieron emprender para enriquecer su comprensión del tiempo que les tocó vivir así como su personal aportación a la conformación de nuestra identidad nacional”.
  En El Diario Extraviado del Hombre de La Demajagua, Soto describe como vio la luz dicho diario, gracias a la señora Alice Dana que entrregó a Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, el mencionado diario que había sido encontrado por las tropas españolas en el campamento de San Lorenzo, y nunca se había reportado como encontrado, guardado por años siendo ignorados por todos.
  El “Diario” aporta mucha información sobre la vida de Céspedes, lo mismo que su lucha constante con sus propios compañeros de armas, en especial con Salvador Cisneros Betancourt, que era parte del grupo de camagüeyanos que no perdonaban a Céspedes por haber adelantado el levantamiento y adjudicado el cargo de Capitán General, ignorando a los otros grupos. Su odio lo llevó hasta el final de la vida de Céspedes. De ideas apartes ambos hombres. Céspedes que deseaba la independencia por las armas, y Betancourt Cisneros por la anexión.
  Es relevado del cargo de Presidente por la Cßmara, y se retira a San Lorenzo. Le niegan el salvoconducto para salir del país, así como ayudantes para su cuidado. El negro que lo acompañaba que había sido de la dotación de Betancourt, es quien lo delata, cayendo muerto en una emboscada.
  Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, al final del libro del Diario Perdido, termina con estas sentidas palabras:
“Así terminan los días de quien defendió la libertad con su vida”. Gracias al historiador Soto por traernos la información del “Diario” encontrado del primer presidente Carlos Manuel de Céspedes.
  El él trabajo sobre la orden de los Padres Jesuitas en Cuba y su expulsión por parte del Rey, nos deja aclarado muchos conceptos equivocados, y su estudio aporta información desconocida para los cubanos. Como dice Soto: “Llama la atención que, de los 423 esclavos de los que la Compañía de Jesús era propietaria en Cuba en el momento de su expulsión (1767), apenas 96 eran utilizados como mano de obra en las haciendas ganaderas, las fincas de labor, y el servicio personal de los frailes; los otos 327 trabajaban en la dotación de los tres ingenios azucareros de la Orden”.

  Todas las propiedades fueron declaradas bienes nacionales. Todo esto resultó insólito, en un país como España, de gran fervor católico. Éste fue el acontecimiento de más repercusión en él reinado de Carlos III.

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