Páginas

jueves, 15 de septiembre de 2016

La Negra Ma. Dolores Cabarnao

Por: René León

  En la zona de Trinidad y Sancti Spíritus, había una negra esclava gangá, conocida curandera en esa zona. Ella se llamaba María Dolores Iznaga, pero sus clientes y hermanos de raza la llamaban María Dolores de Cabarnao, por vivir en esa finca. Su vida era servil a sus hermanos de raza y clientes blancos, que la necesitaban, especialmente los criollos por no obtener su cura de los médicos de pueblo. La finca se encontraba  al Norte de la ciudad Trinitaria. Era un pobre bohío lleno de hierbas, plumas, polvos para los tratamientos de brujería y médicos.
  Siempre se encontraba lleno o de esclavos o de guajiros que la visitaban. Su fama se había extendido por toda la comarca. Muchos médico del pueblo la habían acusado de brujería negra, pero ella se burlaba de todas las acusaciones que se le hacían. De que usaba los huesos de personas muertas para confeccionar sus polvos. Ella había podido sobrevivir todas las acusaciones.
  Otros decían que la experiencia de ella la había adquirido en los barracones con los negros brujos africanos. El nombre de ella fue adquiriendo fama y se fue extendiendo. Venían a consultar con ella desde Sancti Spíritus y de más allá. Una de las cosas importantes era su honradez, no engañaba a nadie. Su bohío era centro de numerosas personas que la visitaban. Personas que habían sido abandonadas por no poder los médicos mejorar su estado de vida. Iban allí para encontrar la salud que otros le negaban.
  Al principio el bohío era visitado por sus amigos africanos de cualquier nación. Su fama fue creciendo por toda aquella zona. Algo que no gusto a las autoridades españolas, que decían que allí se reunían conspiradores criollos y espías de los mambises.
  Entre las cosas que se decía de ella, era que sabía del agua de un manantial que proporcionaba cura a todos los enfermos y en especial a los niños. Curaba con aplicaciones de saliva  y con aplicaciones del agua del manantial. Que con el tiempo fue conocido por La Poza de Ma. Dolores. Recuerdo haber estado allí con mi hermano Emilio (†) en los años 1947 o 1949 en busca de unos gallos finos, y el guajiro no las mencionó. El manantial tenía agua que era utilizada por los vecinos.
  Pero volvamos a nuestra historia.
  Pues bien los españoles no podían permitir que se reunieran esclavos y otros en casa de María Dolores. De los alrededores la visitaban, de la misma Trinidad, de las fincas cercanas. Su negocio se puede decir, marchaba de lo mejor.
  Las autoridades españolas tomaron la decisión. Como estaba en su apogeo la guerra de los Diez Años, aprovecharon para prender a Ma. Dolores y con unos veinte negros que se encontraban en su bohío. Sería acusada de ayudar a los insurrectos. Que el bohío era un centro de conspiraciones contra España. Se le acusaba de Infidencia, que era ser condenada a la pena de muerte.

  El 15 de mayo de 1875 fue llevada a la Cárcel Ma. Dolores, y unos 20 cómplices. En el registro de la propiedad no encontraron ningún tipo de armas; lo único caracoles, hierbas, huesos de animales y pluma, las plumas eran de lechuza, rosario, peonia; un altar donde se encontraban todos sus santos.
  Entre sus feligreses había uno que se llamaba Jesús Nazareno de 80 años. Un niño mestizo Jesús Barrizonte, apodado el Niño Jesús. Fueron liberados el 19 de octubre de 1875. (Se salvaron).
  Volvamos a Ma. Dolores que fue acusada de infidencia. La plaza estaba llena todos los días de esclavos libertos y criollos rogando por Ma. Dolores.
  Pero empezaron a pasar acontecimientos en la ciudad de Trinidad. Lo primero fue que el que hacía de juez que había ofendido a Ma. Dolores en el juicio, amanece enfermo  de gravedad en su casa. Una hemorragia cerebral. Aquí no termina la cosa. La noche anterior el cielo se nublo, y dio comienzo una fuerte lluvia, con descargas eléctricas. Un bohío que se había levantado frente al juzgado, cogió candela. El sargento pedáneo que salió con unos voluntarios para perseguir unos mambises, se cae del caballo,  y se parte una pierna.
  Las autoridades nerviosas por lo que estaba sucediendo después de la detención de la curandera. No sabían lo que iban hacer. 
  El tribunal la acuso y la condeno a la pena de muerte, pasada por las armas. Al ser notificada de la sentencia. Ma. Dolores, miro a los cabrones jueces y les dijo:
-A mí no mata nadie…Mis angelitos me viene a bucá y me vá lleva…….

  Desde el alba las calles cercanas a la cárcel se encontraban llenas. La multitud se dirigía a La Mano del Negro lugar donde ajusticiaban a los condenados a muerte. Soldados con bayonetas guardaban el orden, el pueblo estaba nervioso, los esclavos pedían por ella en su idioma materno. Pasaba el tiempo, nadie sabía lo que pasaba. No se veía su figura conducida en un carretón por la calle Las Chanzonetas.

  De pronto se formó una gritería. Se vio venir a un oficial español con un pliego en su mano.  Todos se quedaron en suspenso.

-¡Perdón ¡ ¡Perdón!, …repetía el oficial

La bruja gangá se había salvado, de una muerte injusta.
Todos recordaron el vaticinio de Ma. Dolores. El pueblo se fue a sus casas.
  Ma Dolores le fue conmutada la pena de muerte por la de destierro, el día 14 de Marzo de 1876 fue conducida a La Habana; señalado para cumplir su condena.


Han pasado casi 150 años y la tradición mantiene vivo el recuerdo de María Dolores Cabarnao.

2 comentarios:

  1. Muy interesantes los trabajos de temas africanos del senor Leon. Pensamiento tiene buenos articulos

    Caridad López

    Orlando, FL

    ResponderEliminar