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sábado, 1 de octubre de 2016

LOLA BENÍTEZ MOLINA Y SU NOVELA “La Soledad del Cuerdo”


Edita: Granada Club Selección S.L. 
Por: Leonora Acuña de Marmolejo, 

La Soledad del Cuerdo es el interesante e inquietante título (que invita a su lectura inmediata) de la maravillosa primera novela de la autoría de la talentosa joven Lola Benítez Molina, nacida en Málaga (España) e hija del famoso y prolífico escritor y poeta Carlos Benítez Villodres. 

El meollo de esta obra vertebrada por 13 capítulos, se basa en el interesante programa encauzado hacia la interesante y transcendental investigación de las células madre, el cual tiene lugar en New York, uno de los puntos focales en donde se desarrollan los estudios. El otro es Granada, la ciudad de la protagonista Cris, y adonde ella regresó tras de un año en el que trabajó como enfermera en el hospital Mount Sinai, lugar que había sido asignado a su marido mediante una beca para la investigación de las susodichas células madre. 

En el hospital trabajó bajo las órdenes del prestigioso escritor y psiquiatra, doctor Richard Stanton (el principal protagonista) de quien quedó prendada desde el momento en que lo conoció. Le impresionaron de él muchas cualidades: Su personalidad carismática; su don de gentes; su varonil y gallarda apostura; su inteligencia; y su gran sentido del humor. 

A la larga, esa admiración que ella sentía por él, se convirtió en un amor platónico pues aunque Richard alguna vez llegó a decirle que le gustaría envejecer a su lado, no pasó de allí, porque él respetaba su condición de mujer casada como aún lo era. 

Al llegar aquí a la Gran Manzana, Cris puso a sus hijos al colegio, y con su esposo comenzó su vida normal como pareja laboral que frecuentemente llega a la rutina de: Trabajo-casa, casa-trabajo. Para romper esa monotonía, ella frecuentemente tenía reuniones y pequeñas fiestas con sus más allegados amigos y en las cuales -por supuestono podían faltar Richard y Gustav (con Dana, su esposa), el amigo de él desde la infancia y con quien continuaba sosteniendo una bella, leal e inquebrantable amistad. 

El año de residencia en New York fue un tiempo de inolvidables y enriquecedoras experiencias, y encuentros; mas también lo fue de dolorosas pérdidas, y de ausencias irreparables, como la muerte de la esposa de Richard, quien murió de Alzheimer, y el deceso a temprana edad, de la hermana de Gustav. 

Refiriéndose a este exitoso amigo, habla de sus avances y sus descubrimientos sobre cómo los órganos vitales del pez cebra se pueden regenerar por completo; y muy satisfecha, a su debido tiempo comenta que su marido y sus compañeros continúan progresando en el hospital Mount Sinai con las innovaciones de las células madre, llegando a descubrir la célula resistente a la quimioterapia, y el bloqueo que debe hacerse de la célula mutada responsable de que el tumor avance, para frenarla a fin de detener su crecimiento y expansión. Además -según dice-, llegan a producir órganos en perfectas condiciones, capaces de sostener nuestra subsistencia. También en lugar de emplear embriones congelados para la fecundación “in vitro” como solía hacerse, “descubren un nuevo procedimiento de obtención. Aprovechan cuando fallece un donante de órganos y, antes de implantarlo, obtienen parte de la célula madre de ese órgano, para luego en el laboratorio poder obtener uno nuevo a partir de ahí. Es así como comienzan a curar la diabetes a partir del transplante de páncreas. De esa forma, muchas de las enfermedades crónicas podrían dejar de serlo”. 


Volviendo atrás y como se mencionó antes, el amor de Cris por Richard continuó entronizado en su corazón hasta el final, mas quien le ganó la partida fue su amiga Graciela, por ser una mujer determinada y audaz que siempre conseguía sus propósitos (tesón que a ella le faltaba), y quien se valió de diferentes subterfugios para conquistarlo, tales como por ejemplo el de hacerse enviar flores ella misma a fin de despertar interés y celos en él. Esto lo supo Cris, mas siendo mujer de gran probidad e integridad, muy noblemente le guardó el secreto. Más tarde ella deploraba no haber terminado a tiempo la relación con su marido (quien finalmente terminó dejándola), ya que la unión familiar que tanto había anhelado no se habia dado aunque para entonces, ella continuara obstinadamente pensando lo contrario. 

Tras de su regreso definitivo a Granada, y en un congreso al cual asistió Richard (de quien ella no pudo ni siquiera despedirse en New York) como ponente del Congreso Internacional de Salud Mental, ella volvió a verlo y con inmenso dolor y desencanto, supo que lo acompañaba Graciela, con quien se había casado. Aquel día él estaba tan inmerso en su tesis que no se percató rápido de su presencia. Luego conversaron brevemente, aunque paradójicamente hubiera mucho y a la vez muy poco para compartir. Reconocía que Richard nunca fue realmente suyo, y en ese encuentro, amargamente comprobó que lo había perdido para siempre. Aceptó con tristeza su realidad, mas con gran fortaleza espiritual, se prometió a sí misma, no buscarlo nunca más. 

Para abrillantar aún más esta novela, no falta la transcripción de dos bellísimos sonetos de la autoría de su padre, Carlos Benitez Villodres, y otro de su madre Loli Molina Diaz, titulado “Mi Silencio”. Como es de suponer, en este maravilloso libro no pueden faltar los relatos sobre la cotidianidad de la vida familiar, cultural y social de la Babel de Hierro, ni la cita de sus lugares típicos como el Central Park, Rockefeller Center y los sitios más turísticos de la 5a. Avenida, en donde pecisamente tenía su residencia su amigo Gustav, como también connotados artistas y escritores, algunos de los cuales en ciertas ocasiones se hacían presentes en sus reuniones sociales. 

He de poner de relieve, que esta novela está también enriquecida por muchas anécdotas basadas en las experiencias psiquiátricas de los protagonistas, con conclusiones por demás interesantes por sus pragmáticos análisis como el de la transformación sufrida por nuestra sociedad actual, y por consiguiente la necesidad de inculcar en ella nuevos valores. Asímismo se encuentran reflexiones cual epílogos o epigramas como por ejemplo: “No hay peor batalla que la que se entabla consigo mismo” –Churchill. O: “Las pérdidas y los encuentros son los que marcan nuestras vidas”; o citas de frases de famosos intelectuales como la de Walt Whitman: “No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre. No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en silencio espantoso. No te resignes” ; o la de Flaubert: “Cuidado con la tristeza, que ésta puede convertirse en vicio”; o en su propio concepto: “Uno puede elegir entre dos caminos: el de las lamentaciones o el de la superación”. 

Por la esencia de la obra, frecuentemente se mencionan enfermedades de carácter mental como por ejemplo: “Trastorno bipolar”; y otros diagnósticos como “traumatismo craneoencefálico”, o “fractura de meseta tribial” o “cifosis dorsal”, amén de otras anomalías de esta índole. 

Describiendo a Gustav, uno de los más destacados protagonistas, y de su afición por leer a los grandes filósofos y eruditos de la época, se refiere al difícil y aparentemente contradictorio y especial carácter (con cambios extremos en su comportamiento) de algunos de estos destacados personajes y genios de la historia, de quienes se ha llegado a considerar (quizás incomprensivamente), que arribaron casi al borde de la locura, como Picasso, Van Gogh, Beethoven, y muchos otros que nos han dejado un legado de incalculable valor, a pesar de que el ente humano dentro de ellos, estuviese lleno de conflictos internos que se reflejan en su obra. Así, ella dice: “Algunos de ellos llegarán a rozar la locura, pero no será sino su extrema cordura la que les llevará por unos derroteros de angustia infinita. La soledad del cuerdo es como yo lo llamo, y aquí expongo… ”. De esta cláusula se origina el título de su originalísima novela que refleja su gran talento e inquieta intelectualidad investigativa.

Es de anotar que destacados escritores e intelectuales han abordado el tema de esa inquietante, aparente locura de algunos de los grandes genios, como por ejemplo el humanista holandés Erasmo (Desiderio) n. en Rotterdam con su admirable libro “Elogio de la locura”. Y viene al caso también (y para orgullo de nuestra Lengua Cervantina), mencionar que recientemente la talentosa poeta y escritora hispalense Isabel Diez Serrano, publicó el maravilloso poemario titulado “La llamaban loca”, sobre el cual -dicho sea de paso-, esta servidora se permitió escribir una reseña. 

Volviendo atrás: Cuando Cris regresó definitivamente a Granada, llena de nostálgicos recuerdos y pesares, mas sobreponiéndose fuertemente a sus sentimientos amorosos y desencantos, continuó trabajando en el área de psiquiatría. Mas he aquí el final e inquietante desenlace: Un día ya a las puertas de la tan ansiada primavera (su estación preferida), sorpresivamente recibió un paquete certificado y sin remitente, que ella abrió con gran curiosidad. Era el tan significativo libro de lomos gastados que había tenido entre sus manos un par de veces cuando residía en New York. Adentro a guisa de marcapáginas sobresalía la foto de su amor inalcanzado: Richard. Era la misma foto que su mujer le había mostrado el día en que había ido a visitarla a su casa: “Cuando esta foto hable, dejaré de quererte”. Una luz de esperanza que la envolvió en un halo de embriagadora sensación, volvió a brillar en su vida… Quizás algún día fuera suyo este hombre que había cautivado sus sentimientos de mujer… 

Resumiendo: Es digna de ser leída esta admirable novela cuyo tema principal que es la transcendental investigación con células madre, está bellamente entretejido entre la traba y la urdimbre de una bellísima historia de amor. ¡Albricias para Lola Benítez Molina, la inteligentísima autora de mentalidad muy avanzada y futurista, quien visualiza avances y cambios estructurales en nuestra sociedad, y quien con su admirable obra nos enorgullece poniendo una estrella más de triunfo en el firmamento de nuestras letras! 

Lola Benítez Molina nace en Málaga donde reside habitualmente. Ha participado en distintos medios de comunicación. Tiene escritos varios relatos en diversas antologías, entre ellas: “La verdad muda”. Esta es su primera novela. 

Leonora Acuña de Marmolejo, ColomboAmericana. Escritora, poeta, periodista, crítica literaria, y pintora. Autora de varios poemarios, libros de cuentos, y una novela. Reside en Levittown, New York desde 1966.

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