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martes, 15 de noviembre de 2016

148 aniversario del levantamiento de La Demajagua (o Grito de Yara)

La Institución Decana del Exilio cubano en España, que hace pocos meses ha conmemorado el cincuentenario de su fundación en Madrid en el año 1966, no puede dejar pasar la fecha del glorioso Grito de Yara, que el 10 de octubre de 1868 dio inicio a la Guerra Grande o Guerra de los Diez Años, sin dejar de recordarla y homenajear la atesorada memoria de los hombres y mujeres que ofrendaron su vida, sus bienes personales y su tranquilidad en el ara de la Libertad de la Patria, y en la practica totalidad de los casos murieron en combate con las enormemente superiores fuerzas armadas del Régimen colonial, o sucumbieron a las enfermedades, a las expropiaciones, al presidio y al destierro a lejanos presidios en la Península o en las plazas fuerte españolas en Africa. Por no hablar de la exclusión sistemática que a los cubanos nativos se hacía en la ocupación de los cargos políticos y administrativos de la Administración, que se concedían por corruptela secular a los "recomendados" que salían de la Península ya nombrados para ocupar todos los puestos como lo que eran, unas sinecuras.
Recuérdese que a la fecha del Pacto del Zanjón (1878) hacía algo más de medio siglo que había desaparecido para los cubanos el amparo de toda norma garantista que las Constituciones españolas de 1812 y posteriores habían establecido a favor de todos los súbditos del Reino de España y sus territorios de Ultramar, incluida la ciudadanía de la Isla de Cuba, desposeída por las disposiciones gubernativas promulgadas por los sucesivos Capitanes Generales -en quienes desde 1825 radicaban las ominosas "facultades omnímodas", a cuyo tenor a los cubanos podía privárseles de las libertades de residencia y de locomoción, de prensa y de cualquier otra forma de expresión, así como de sus bienes, haciendas y enseres mediante simples órdenes administrativas de embargo,  imponerles multas arbitrarias. encárcelárseles sin proceso y mantenerles en prisión a voluntad de la Autoridad militar, e incluso pasarles por las armas, o desterrarles y prohibir su regreso a Cuba-.
Incluso después de la derogación de las llamadas "facultades omnímodas", precisamente a raíz de la paz del Zanjón, a los cubanos se les mantuvo privados de influencia en la participación en el manejo de sus propios asuntos insulares, porque en los comicios posteriores en los que se permitió ejercer el derecho de sufragio activo se hicieron toda clase de maniobras y chanchullos para que los partidarios del predominio peninsular (los "integristas") terminaran siempre con la sartén gubernativa firmemente asida por el mango, en detrimento de los conciliadores "autonomistas" y naturalmente de los que mostraban clara vocación de "independentistas".
Desde hace 57 años, Cuba sufre otra tiranía malsana e indigna, Pero estamos seguros de que el bien y la verdad, la justicia y el Derecho volverán a prevalecer en nuestra azotada y asolada Patria. Miles de otros mártires y luchadores han abonado el camino, a lo largo de las recientes décadas, para que así sea. Las tiranías duran pero no perduran. No cejaremos en nuestros esfuerzos, junto a los de todos los cubanos de bien, ni dejaremos de promover la restauración de las Libertades secuestradas, hasta que su recuperación se produzca y su ejercicio y disfrute vuelvan a formar parte de la realidad cotidiana del pueblo cubano.
¡PATRIA Y LIBERTAD!
Madrid, 10 de octubre de 2016. 

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