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miércoles, 1 de marzo de 2017

Cuba: de la Colonia a la República


Quiero dar inicio a la conferencia con un pensamiento del ilustre filósofo cubano, Enrique José Varona, publicado en el periódico "Patria" de Nueva York, el 10 de octubre de 1899, donde analizaba la gran lección para España, de nuestras guerras de independencia, y dice: "Miradas a distancia, las grandes fechas históricas (él se refiere al 10 de octubre y al 24 de febrero) son como las cimas del  éter. Sin embargo, no son sino el remate de una gradual ascensión, el punto elevado y casi  indeciso que separa dos inmensas vertientes, opuestas, aunque contiguas, unas en el espacio, otras en el tiempo".
La verdad histórica, deja esclarecido, el porqué de la intervención de los Estados Unidos de América en Cuba La guerra, España la tenía perdida, pero no sabía cómo salir de ella, eso sí, nunca pensó en rendirse a nuestro ejército, era una deshonra para ellos. El tan cacareado honor español de la época, ya habían perdido toda la América Hispana, y nuestro ejército le estaba propinando la derrota más vergonzosa de su historia.
Al potente vecino del norte, le llegaba el momento de recoger la "fruta madura" como ellos decían al referirse a Cuba. La guerra la había llevado el pueblo cubano, sin ayuda de ninguna nación del continente. La muerte de José Martí, fue una pérdida dolorosa, era nuestro guía, el hombre que había llevado el mensaje del Partido Revolucionario Cubano, de  un extremo  a otro  en los  Estados  Unidos,  y  algunos países vecinos. Después de la muerte de Martí, escribe Máximo Gómez, en su diario: "A Martí el Destino le tenía preparado como premio su tumba gloriosa en Dos Ríos. ¡Qué mejor fortuna, ya que de morir se tiene, que principiar su labor en la tribuna y concluirla en el campo de batalla!...Duerme en paz, amigo querido, que yo digo de tí lo  que la Historia dice del héroe griego: "Bajo el cielo azul de tu patria no hay tumba más gloriosa que la tuya ..”
Máximo Gómez y Antonio Maceo se habían comprometido a llevar la guerra hasta el occidente, y en el bravío Oriente, se quedaba Calixto García y los otros generales cubanos, para mantener; en jaque al ejército español.
Hagamos un recuento del inicio de la guerra de los Diez Años. Fue una guerra justa. El pueblo cubano se lanzó a la manigua para romper las cadenas de la opresión, al grito de “independencia o Muerte". El ingenio de la Demajagua fue destruido al empezar la guerra por las llamas, pero para aquellos cubanos que se lanzaron a la guerra, sus centrífugas seguían vomitando el fuego de sus calderas, y sus campanas, cada nota de ellas, era un grito de libertad, llamando a los cubanos a luchar por la independencia. Las tropas españolas trataron de detener la revolución, pero ya era tarde para ellos.
España empleó en aquellos diez años todas las fuerzas y medios para detener nuestra revolución. Nosotros, por el contrario, no teníamos los medios necesarios para mantener una guerra de años; sin armas y abastecimientos, pero nuestros generales se las agenciaron para mantener el espíritu de combate. Nuestra oficialidad aprende en los combates contra el enemigo la manera de atacarlos, dando ejemplos de valentía y heroísmo. Pero la correlación de fuerzas y medios era contra los cubanos.
Al inicio de la contienda la guarnición de la Isla de Cuba en 1868, era superior a los 24,000 soldados, más los voluntarios de las ciudades. Son enviados a Cuba durante estos diez años de guerra 208,597 soldados, transportados por la famosa compañía naviera la Trasatlántica Española, pero más conocida por la Casa Comercial de Antonio López, más tarde Marqués de Comillas. Que ganaría millones de pesetas en la transportación de soldados y materiales de guerra, en combinación con figuras del gobierno. También debemos  de tener en cuenta, que contra nuestro ejército los españoles no sólo opusieron los cuerpos de voluntarios, sino también, las compañías de reclutados en la isla de chinos, negros , mulatos libres, y guerrilleros cubanos. O sea que nuestro ejército tenía que luchar contra fuerzas superiores. La cifra de muertos en combates en estos años fue elevada por la parte española, más los muertos por las enfermedades. Según las. estadísticas del gobierno hasta el año de 1879, regresaron a España 63,349 soldados y muchos murieron en la travesía por mar, en barcos mal ventilados, poca atención médica, o ninguna, y mala alimentación, que ofrecía la Compañía de Antonio López. Estos datos fueron exactos, porque dicha compañía cobraba por los que iban o venían en los barcos, no importaban si morían en el viaje. Antonio López se enriqueció a base de la sangre de los soldados españoles, en las diferentes guerras en Cuba y fuera de ella. Los medios no importaban. Al terminar la guerra en 1878, la  guarnición de la isla en 1879, era de menos de 30,000 soldados, por lo tanto, habían perecido en combates y enfermedades, más de 130,000 soldados. La guerra no fue un paseo para ellos.
Ahora analicemos por un momento qué hizo los Estados Unidos de América en aquellos años. Nos preguntamos ¿Estaban con nosotros o contra nosotros? Hubo familias adi­neradas cubanas que deseaban que Cuba fuera parte de la Unión. Desde el momento que Carlos Manuel de Céspedes se lanzó a la guerra, junto con los negros esclavos que fueron liberados, sabiendo de antemano, que no podían contar con la ayuda de los países de la América Hispana, y del gobierno de Estados Unidos. Ilusos fueron los que creyeron que el gobierno del general Ulises Grant, apoyaría nuestra lucha armada contra España.
Al no poder el ejército español contener el avance de la guerra, se empiezan a tomar medidas contra la  población cubana. La proclama de Valmaseda estipulaba que: "Todo hombre que desde la edad de 15 años que se encuentre fuera de su finca, como no acredite un motivo justificado para haberlo hecho, será pasado por las armas (menores de quince fueron fusilados). Todo caserío donde ondee un lienzo blanco, en forma de bandera, para acreditar que sus dueños desean la  paz, será reducido a cenizas. Las mujeres que no estén en sus respectivas casas o viviendas o en casa de sus parientes serán reconcentradas en los pueblos de Jiguaní y Bayamo (muchas fueron violadas y luego ejecutadas)". Se concentran más fuerzas en las regiones donde la revolución tenla más adeptos. Las fuerzas urbanas deciden formar pequeñas unidades militares, para ocasionar más bajas a los españoles, y hacer más difícil el localizarlas.
En Nueva York la delegación cubana deseaba que se le diera una. unidad a la república en armas, con un gobierno único, para así lograr ayuda y reconocimiento del gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, lo primero que hicieron estos, fue prometer intervenir con España para una solución pacífica.  No  dando  los  resultados  esperados,  al  negarse España a cualquier mediación, como condición, exigía la rendición. El presidente Grant autoriza la construcción de treinta cañoneras en el puerto de Nueva York para España, que luego serían utilizadas para perseguir y capturar las expediciones que salían del país   con rumbo a Cuba. En un mensaje al congreso de 13 de Junto de 1869, Grant compara al general Quesada, como uno de los más sangrientos asesinos de soldados españoles en Cuba. Todo por •una declaración de Quesada, donde decía haber fusilado a 600 prisioneros españoles en Camagüey, por no tener alimentos y  manera  de  llevarlos  prisionero.  Cosa que  se pudo comprobar más tarde, que había sido una exageración Quesada para impresionar a Grant, pero este se aprovechó de ella, y dictó una proclama donde se ordenaba a las autoridades civiles y militares de los Estados Unidos, "sean presos, juzgados  y  castigados  todos  los extranjeros que recaudan para expediciones armadas". Esa era la situación que había en aquel momento.  La gran nación nos viraba la   espalda.
Quiero dejar bien claro, que los primeros que le  ofrecieron a los complotados la oportunidad de reunirse, y preparar los planes de la revolución, fueron las sociedades de masones en Bayamo y otras ciudades, y desde el primer momento estuvieron a nuestro lado. Al comprender el gobierno colonial la ayuda que seguían prestando a la causa revolucionaria, el gobernador Político y Militar de la Isla de Cuba, dictó un Decreto declarando ilícita la masonería en Cuba, en 1869.
Se firma la Paz de Zanjón en 1878. Antonio Maceo, no se adhiere al tratado, reniega de él, presentía que el destino de Cuba, estaba en el campo de la insurrección y en filo del machete. Que ninguna promesa de los españoles podía pagar la sangre derramada de los caídos en combate. En los Mangos de Baraguá, con un grupo de fieles, juran seguir combatiendo al ejército español. Al ver que la lucha era imposible, decide salir del país.
Durante la guerra de los Diez Años, los revolucionarios cubanos, no pudieron conseguir su ideal principal, la libertad de Cuba. Otros cubanos después de firmada la paz, fomentan la idea de que solo un partido político puede conseguir las mejoras esperadas. El Partido Liberal Autonomista nace a la luz pública en agosto de 1878, donde se agrupaban la mayoría de la clase pudiente criolla, reclamando reformas al sistema colonial de la Metrópoli.
El general Martínez Campos, estaba consciente de llevar a cabo reformas políticas, promesa, se cree dada a los generales cubanos al momento del Pacto de Zanjón. El gobierno de la Metrópoli durante su corto mandato en Cuba, se opone a las reformas. El 18 de febrero de 1878, en carta al Ministro de la Guerra en Madrid, escribía: "Hay que resolver la ley de trabajo; hay que resolver la cuestión de brazos; hay que estudiar las transformaciones que debe recibir la propiedad; hay que estudiar el pavoroso pero insostenible problema de la esclavitud..." Esto sucedía a solo diez días de firmada la paz.
El 7 de marzo de 1879 es nombrado Martínez Campos jefe del gobierno en Madrid, las reformas iniciadas en Cuba, se vienen abajo. En su plan de gobierno ofrece reformas a los cubanos, porque él sabía que el pueblo si se le negaba los derechos a que ellos aspiraban volverla a luchar contra España. Entre las reformas que él solicitaba, estaba la abolición total de la esclavitud, y más derechos a los cubanos en el gobierno de la isla. El Parlamento español ignoró las reformas. Los dirigentes revolucionarios cubanos, comprenden que todo había sido una farsa, para llevarlos a la firma de la paz. Días después de formado el Partido Revolucionario Autonomista, los •funcionarios españoles, hacendados y comerciantes, fundaron el Partido de la Unión Constitucional donde se apoyarían los grandes intereses coloniales, contra los derechos de los cubanos.
El pueblo cubano no iba a dejar de volver a coger las armas contra el enemigo común, el colonialismo español. Se realizan otros intentos. La Guerra Chiquita, fracasa por la falta de coordinación de los cubanos ya cansados de años de lucha. Los autonomistas, se oponían a todo tipo de guerra, ellos esperaban que con soluciones pacíficas se resolviera el problema de Cuba, y sólo lo que hacían, era ser juguetes del gobierno de la Metrópoli.
Durante estos años no se obtienen reformas en la isla. La desesperante situación económica del país hace pensar a muchos que sólo con el autonomismo se pueden conseguir mejoras. Los cubanos no tenían oportunidad de trabajo en los empleos del gobierno, que eran solo ocupadas las posiciones por los de origen español. En las elecciones de "diputados" se realizaban trampas, para elegir una mayoría española. Al ver el fracaso de todas las promesas, se va pensando que el único medio de resolver el problema de Cuba, era una revolución armada.
 En julio de 1883, el coronel Ramón Leocadio Bonachea, desembarca en las costas de Manzanillo es capturado y fusilado con algunos de sus hombres. En mayo de 1885 desembarca en la región oriental el brigadier Limbano Sanchez con 16 ex-combatientes, pero muere en las primeras escaramuzas, y sus hombres, la mayoría de ellos fusilados, el resto son condenados a prisión. Se conspira en la isla,. las autoridades vigilan a los antiguos oficiales y combatientes, a otros le es prohibido regresar a Cuba. En el exilio se van organizando los cubanos. En noviembre de 1893, se realizan pequeños levantamientos en Lajas y Ranchuelo. Son detenidos, acusados de conspirar contra España. Guillermo Moncada, Quintín Banderas, y otros. Es denunciado un envió de armas a Cuba, llevado por Enrique Loynaz, de 200 rifles y 40,000 tiros. El espíritu de libertad se mantiene  latente  en  el  pueblo  cubano.   Una  figura  había surgido en el extranjero  a finales  de la guerra de  los Diez
Años, José Martí.
José Martí con su verbo se ganó amigos en   toda la América. Su honradez y razonamientos convincentes, hacen que la  idea de una Cuba libre y soberana, le gane el cariño de todos los Cubanos. Oírle hablar en aquellas reuniones del exilio, debió de ser emocionante. Palabra por  palabra. La razón de su vida, la lucha contra el gobierno español, no contra el pueblo español. Su voluntad de dar a Cuba un gobierno  libre.  Octavio  Méndez Pereira, dijo sobre él” Se sobreponía a las distancias para abarcar todos los horizontes, dominando la geografía, Y salía a las encrucijadas de los caminos del continente para predicar a todos los evangelios de la acción la verdad y la liberación".
Durante estos años Martí tiene que salir al paso a las calumnias que se hablan de los cubanos y de la guerra de los Diez Años. En el 1889 en un artículo publicado en “The Manufacturar" donde entre otras cosas se decía del interés de Estados Unidos de poseer a Cuba, y decía el periodista: " Hay mucho que decir a favor de nuestra adquisición de la isla. La empresa halaga la imaginación. Cuba, por lo que pueda dar de sí, es la más espléndida isla de las Antillas ... Adueñarnos de la isla, sería extender los límites de nuestra producción, de la sub-tropical a todo el trópico..." Además agregaba el periodista su opinión personal sobre los cubanos. Martí se dirige al director del "Evening Post", para pedir el derecho de responder a las críticas. El 21 de marzo de 1889, sale publicado con el título de "Vindicación de Cuba", su res­puesta, y dice    en una de sus partes: "...nosotros caímos víctimas de las mismas pasiones que hubiera causado la caída de los Trece Estados, a no haberlos unido el éxito, mientras que a nosotros nos debilitó, no demora causada por la cobardía, sino por nuestro horror a la sangre, que en los primeros meses de lucha permitió al enemigo tomar ventaja irreparable, y por una confianza infantil ,  en la  ayuda de los Estados Unidos..."
Durante estos años de preparación Martí va aunando los esfuerzos del pueblo cubano. Une a los clubes de las diferentes ciudades. Forja una unidad entre ellos, une a blancos y negros, sin racismos . que pudieran entorpecer la labor de la libertad de Cuba. Fracasan las intrigas preparadas contra él. Empieza a germinar la idea de la fundación del Partido Revolucionario Cubano. El 1O de abril de 1892, aniversario de la República de Cuba Libre en Guáimaro, se forma el partido. Recae en él, la designación de delegado y representante.  Sobre la función del partido, dice Martí: "...los partidos que arrancan de la conciencia pública; los partidos que vienen a ser el molde visible del alma del pueblo, y su brazo y su voz; los partidos que no tienen por objetivo el beneficio de un hombre interesado, o de un grupo de hombres, no se han de organizar con la presa indigna y artificiosa   del interés, sino cómo se organiza el Partido Revolucionario Cubano, con el desahogo y espontaneidad de la  opinión pública".
José Martí, Máximo Gómez, Antonio Maceo, y los otros dirigentes revolucionarios están de acuerdo de que ha llegado el momento de empezar la lucha armada. Se prepara un plan para la  futura invasión. Se escoge la Fernandina y más tarde se pone  su nombre al plan de las tres  expediciones, que saliendo en distintas fechas, y lugares, ajustarán su recorrido para desembarcar en Cuba en tres lugares diferentes. El plan fracasa por errores cometidos por uno de los principales López Oueralta. Se pierden las armas y equipos, más  todo lo invertido en ella. Por un momento se siente pesimista Marti, pero la idea de ver libre a Cuba, es más fuerte. Se ponen de acuerdo con los otros jefes, y comisionan a Juan Gualberto Gómez, amigo de Martí, para que sea el 24 de febrero de 1895, el día señalado.  Él dirige el histórico cable a Martí, que sencillamente decía: "Giros aceptados". Significando que todos estaban de acuerdo con la orden de alzamiento en Cuba. Cosa que sucede simultáneamente en varias partes de la  isla.
El gobierno español no supo recapacitar después de la guerra de los Diez Años. Negó al pueblo cubano derechos que se habían ganado, en especial, el de ser libres y elegir sus propios gobernantes. La revolución preparada con el concurso de todos los cubanos era una  realidad.
Mientras en Madrid, los dos partidos políticos que se turnaban el poder durante largos años y entre sus figuras más influyentes Canovas y Sagasta, sintetizaban una frase que fue el lema y bandera de ambos partidos "hasta el último hombre y la  última  peseta". Después le iba a pesar. Entre los años de 1895 y 1898 España envió a Cuba, el ejército más grande que cruzará el Atlántico, 220,285 soldados cuantos volverían, se vería al momento de la paz. Solamente en el año de 1895 desde el momento de estallar la guerra, fueron enviados a  la   isla  103,761  soldados. La guerra  de independencia involucraba a todos los sectores del pueblo cubano, blancos, negros, mulatos, chinos. Era una guerra popular contra el colonialismo español. Es enviado a Cuba el general Arsenio Martínez Campos, pero al llegar pudo comprobar que la situación era diferente a la guerra de los Diez Años. El estallido revolucionario se había extendido en toda la isla, y con hombres experimentados.
En Madrid y otras ciudades de España la prensa diaria en grandes titulares informaba al pueblo de la guerra y que se   esperaba el rápido triunfo de Martínez Campos. Aparecían caricaturas de Martí, Gómez, Maceo y Calixto García; pidiendo perdón de rodillas al gobierno; otras donde se anunciaban triunfos imaginarios para mantener latente el espíritu de victoria en el país. Se lanzaron a las calles manifestaciones donde se gritaba y se pedía la muerte de los traidores. La figura de Martínez Campos, como el hombre que pondría fin a la insurrección.
La guerra contra España, fue una necesidad. El pueblo cubano había puesto sus esperanzas en tres hombres Martí, Gómez y Maceo, y la revolución no iba a ser detenida por la prematura muerte de algunos de ellos. Los combates se sucedían, al  igual   que  las victorias, al principio los españoles pensaron que por contar ellos con mejores armas, iban a detener a los revolucionarios; no pensaron en la pericia de su enemigo, pero el valor de los cubanos los desconcertó.
A medida que se desarrolla la guerra necesitan de más soldados para detener el empuje de la revolución. Los hospitales en La Habana se encontraban llenos de enfermos y heridos. Hospital de San Ambrosio, el Alfonso XIII, en las faldas del Castillo del Príncipe, los almacenes de Antonio Prieto, clínicas privadas, pensiones, no daban abasto. Al igual en las ciudades del interior de la isla. En la prensa española empezaron a aparecer fotos y grabados de soldados heridos y cadavéricos. El gobierno trata de impedir la publicación de ellas para no desmoralizar a las tropas en España.
No obstante la superioridad del ejército español, las fuerzas cubanas le dan una demostración de tácticas militares. Se suceden la sustitución de los jefes militares. Callejas, por Martínez Campos, que se había opuesto a la guerra de exterminio que se le pedía desde España. Estaba convencido de la derrota, se dirige al gobierno de Cánovas del Castillo, dónde   le  dice: "...soy  incapaz  de  aplicar  los  métodos, criminales e indignos como representante de una nación culta...no tengo condiciones para el caso. Solo Weyler los tiene en España".
Es enviado Weyler para que fuera el encargado de dar comienzo a la guerra genocida. Con su soberbia e incapacidad dictá el bando disponiendo la reconcentración en las "zonas de cultivo fortificada" y en las grandes ciudades. Murieron más de 300,000 cubanos, pero eso no detuvo la marcha de la guerra.
La guerra sigue su agitado curso. La Invasión es un éxito. Las derrotas empiezan a preocupar al gobierno español. La capacidad de Gómez y Maceo, nadie se lo podía imaginar. Le hicieron frente a contingentes numerosos de soldados bien equipados, y los batieron con éxito. El ejército español se desgastaba día a día. Maceo cae muerto en la provincia de la Habana, pero su cometido estaba cumplido. Gómez le demuestra a los españoles y al mundo entero, su capacidad como jefe militar. Aprovecha los accidentes del terreno, el abrigo de los matorrales, los pantanos, para llevar a las tropas enemigas a ellos, y luego cuando menos se lo esperaban, atacarlos con pequeñas unidades y ocasionarles numerosas bajas. Al terminar la guerra en Cuba, la técnica usada por Gómez en los campos de La Reforma, fue estudiada por los alemanes, para ser empleada en un futuro. Se decreta la  destrucción de las  fuentes de producción y riqueza, en especial la  agrícola. En la guerra de los Diez Años, las provincias occidentales sostuvieron con su producción al gobierno, y Gómez no le iba a dar la misma oportunidad. Los cañaverales ardían, de un extremo a otro de la isla la zafra de 1896 fue de 225,000 toneladas de azúcar, mientras que la del 1895 había sido de más de un millón de toneladas. La exportación del tabaco en 1895 fue de 1O millones de pesos fuertes, mientras que la del 1896, no llegó a los 3 millones de pesos fuertes. El déficit era alarmante, sin la ayuda de la Metrópoli la colonia se venía abajo.
La opinión en España va cambiando, muchos de los que al principio apoyaban la guerra, sugieren que debe llegarse a  un acuerdo y ofrecer mejoras a los revolucionarios. Cuba estaba irremisiblemente perdida. Francisco Pi y Margall que al principio del conflicto estaba al lado del gobierno, cambia de opinión, en noviembre 2 de 1895, decía en uno de sus artículos publicado en uno de los periódicos de Madrid: "la insurrección crece y se agiganta, y hay tantos enemigos en las ciudades como en los campos. Están quejosos de que no se les haya concedido a tiempo las reformas, y más quejosos aún de que después de cuatro siglos de conquista tomemos la Isla por merienda de codiciosos..." El mismo Margal!, dice el 9 de mayo de 1898: "Los insurrectos de Cuba no aceptan la autonomía que les ofrecemos ...Así las cosas, opino que debemos resignamos a perder la Isla..."
El Conde de Romanones, al referirse a la guerra después de terminada, dice: "El Grito de Baire no era una locura intentona, sino el comienzo de la última y definitiva guerra separatista".
Todos aquellos que en un principio vieron un rápido triunfo de las fuerzas españolas, comprendieron que se hablan equivocado, y empezaron a cambiar su opinión, pero ya era tarde, la victoria era una realidad, cuestión de meses o días. Entre los intelectuales españoles no se alzó una voz en favor del pueblo cubano, al contrario se mantuvieron como si estuvieran alejados de los sucesos, como si no fueran parte del mundo. Para después de la derrota, o "Desastre del 98" como ellos luego lo llamaron, su cambio de actitud fue en defensa del honor de España. Solo uno de ellos hace una crítica severa contra las condiciones de los soldados  que regresaban a la Madre patria, en los barcos de la Compañía Trasatlántica, del Marqués de Comillas, y fue Vicente Blasco lbáñez, y decía en uno de sus artículos el 21 de septiembre de 1897, titulado "Carne para tiburones" :"El católico Comillas cobra treinta y dos puros por cada hombre que lleva a Cuba y otros treinta y dos duros por cada enfermo que trae de allá a España... Al que agoniza en el hospital cubano se le  dá como remedio el viaje a través del mar, las agonías del mareo amontonado  en cubierta bajo la lluvia y  vendavales lo  que importa es qué no  se pierdan los  treinta y dos duros...¡viva el cristianismo! ¡vivan las obras de misericordia!".
Los acontecimientos se van adelantando en Cuba. La guerra estaba perdida para España. El gobierno de los Estados Unidos decide al ver la situación tensa que habían en la ciudad de La Habana enviar el acorazado "Maine" para proteger la vida de los americanos, y llega el 25 de enero de 1898. El enviado del presidente  Mackinley al Jubileo de la Reina Victoria en Londres, se reúne con la representación de España llevando un mensaje en el cual se hacía una proposición nuevamente de compra de la isla de Cuba la respuesta española no se hizo esperar: "España no vendería la  más preciada joya  de su corona". Esto sucedía en junio de 1897: Los Estados Unidos buscaba la forma de entrar en el conflicto por saber que la guerra había desmoralizado al ejército español. El  incidente del "Maine" el 15 de febrero de 1898, muerte de 266 de sus tripulantes, hizo  enardecer  el ánimo del pueblo americano. La guerra con los Estados Unidos era una realidad. Los investigadores de la marina americana reportan que hubo sabotaje. Los investigadores españoles no participaron en las investigaciones por no haber lo permitido las autoridades navales americanas, aunque la  explosión había sido en territorio español.
El presidente Mackinley envía un mensaje al. Congreso, después de cambios, donde se reconoce la independencia de Cuba, es firmado el 20 de abril de 1898. La guerra era una realidad. La Delegación Cubana en Nueva York, su delegado Tomás Estrada Palma, se dirige al presidente Mackinley: "A fin de evitar cualquier equívoco sobre la actitud de la República de Cuba, por la presente doy a usted la seguridad más completa de la cooperación del Ejército cubano con las fuerzas militares de los Estados Unidos".
Estrada Palma envía  un mensaje a Gómez donde   le informaba de la declaración de la guerra, y la subordinación de las tropas cubanas a la de los Estados Unidos. Máximo Gómez, Calixto García y la alta oficialidad del ejército cubano protestan, pero acatan la orden, pero no sin reconvenciones y recelo.
El 1O de junio se efectuaba el primer desembarco de 600 infantes de la marina cerca de Guantánamo, que son atacados por los españoles en la playa, y sobreviven gracias a la ayuda del coronel cubano Enrique Thomas. Los americanos tuvieron numerosas bajas entre muertos y heridos. Desembarcan tropas cerca de Santiago de Cuba al mando del general William Shafter del quinto cuerpo del ejército. Al surgir discrepancias entre ellos, consultan con Calixto García, siendo aceptada su opinión. La fuerzas americanas sufren numerosas bajas por cometer errores tácticos, siendo siempre ayudados por las fuerzas cubanas, para salir adelante.
El Almirante Cervera después de mil contratiempos llega a la bahía de Santiago de Cuba. Por órdenes superiores sale del puerto el 3 de julio de 1898, a las 9:45 de la mañana, a en frentarse a la armada de los Estados Unidos. No habían pasado cuatro horas y había terminado el combate naval, con la victoria de Estados Unidos. Se inicia el bombardeo de la ciudad el 10 de julio, el 16 se rinde la Santiago de Cuba. El 17 entraba el general Shafter con su tropa, prohibiendo la entrada de las tropas cubanas. Otra de las tantas bajezas que nuestros generales y sus tropas recibieron. Se iza la bandera de Estados Unidos de Norteamérica en el Morro de Santiago de Cuba.
En el Protocolo de Paz firmado en Washington, los miembros de la delegación cubana fueron ignorados, sólo fue firmado por los representantes de España y Estados Unidos. El tratado de paz, firmado en París por ambas naciones, los representantes cubanos volvieron a ser ignorados. Por lo tanto, España nunca puso la firma en ningún papel oficial donde se rendía al ejército cubano. Le costaba trabajo comprender que los habíamos derrotado, el tan cacareado "honor español" se vino abajo, no aceptaban la realidad. A Cuba en ese momento le hizo mucha falta los consejos de José  Martí.  Por  algo  siempre  se  había  opuesto a compromisos   con  el   vecino   del   norte.  Estrada Palma simpatizaba con los americanos. Mientras que Máximo Gómez y Calixto García y los generales principales se opusieron a la orden de detener las ofensivas contra el ejército español ordenado por Estrada Palma.
Un interventor fue encargado de los asuntos y gobierno de Cuba. La vida se empezó a canalizar. Las inversiones americanas aumentaron en el país, por la destrucción de la agricultura y pequeños negocios, compraron tierras casi regaladas, aprovechando la situación económica y desastrosa que existía. La formación de partidos políticos para elegir el primer presidente y formar el gobierno. Pero supeditada a la gran nación y sus intereses. Nos fueron puestas muchas condiciones, muchas de ellas injustas, pero ese fue el precio para ser república. Para colofón, el congreso de los Estados Unidos, entre los acuerdos para ser libres, nos impuso la bochornosa y pestilente "Enmienda Platt". Pero al fin después de celebrar las elecciones, la  bandera de la estrella solitaria iba a ondear el 20 de mayo de 1902, en el Morro de La Habana.
A través de los años hemos visto a muchos historiadores justificando todos aquellos errores cometidos contra nuestro ejército y especialmente contra nuestra verdadera revolución. En libros y murales se alababa a los "Raiders" del futuro presidente de los Estados Unidos. Pero ellos pudieron ver que el ejército español no era un contendiente fácil, los tomaron a la descuidada y sufrieron grandes bajas, y hubieran sufrido más, si no hubieran tenido la ayuda de nuestro ejército. Pero la historia es escrita siempre por los vencedores y fuertes, se cambia a gusto de ellos y sus intereses, y al pasar los años se descubren muchas exageraciones.
Cuba fue libre, pero su libertad mediatizada por la repugnante "Enmienda Platt". El "Maine" el motivo. Hoy nuestra bella Isla de Cuba, sufre la barbarie comunista, y nuestro pueblo se ve en una encrucijada, donde nos hacen falta hombres como Martí, Maceo, Gómez, Agramonte y otros muchos, para que se pudiera ver ondeando libre la bandera de la Estrella Solitaria.
Ni odios seculares, ni luchas de religión, ni conflictos de razas, fueron los motivos para la lucha de liberación contra España. Al momento de la paz ningún español o colaborador de ellos fue perseguido por el pueblo cubano, qué diferencia tan grande, cuando ellos en la guerra  de los  Diez Años se apoderaron de las propiedades de los revolucionarios. violaron a muchas mujeres y fusilaron a los sospechosos. Le demostramos que el pueblo de Cuba era un pueblo digno y "humano. Se luchó por la libertad nacional  que se traducía, en soberanía.

BIBLIOGRAFIA   CONSULTADA

Bacardí Moreau, Emilio. Cronicas de Santiago de Cuba.
Tip. Arroyo Hermanos, Santiago de Cuba, 1925

Collazo Tejada, Enrique. Desde Yara hasta el Zanjón, apuntes históricos.Tipografía La Lucha, la Habana, s/f.
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Cruz Femández, Manuel. Episodios de la Revolución Cubana. La Habana, 1912.

Elorza, Antonio. "Con la marcha de Cádiz (imágenes española de la guerra de independencia cubana". Estudios de historia social. nro. 44/47, Madrid, 1988.
Castellar, Emilio. Correspondencia de Emilio Castellar (1868:1898), Madrid, 1908.
Gallego García, Tesifonte. La insurrección Cubana: crónicas de campaña. Imprenta Central de los Ferrocarriles Madrid 1897.

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