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lunes, 15 de mayo de 2017

EL MADRID DE HOY: LA "CALLE DE CARRETAS"



En septiembre de 1993 fui de vacaciones a Madrid, España, la ciudad Monumental, como la llaman. Mujeres de gran belleza caminan por sus calles. Ciudad que crece cada vez más En aquel año la poblaban unos cinco millones de habitantes, hoy en día serán mucho más. Autos por doquier que se hacía imposible manejar. Calles estrecha. La ciudad crecía en aquel entonces, hoy seguro que ha crecido mucho más. Cuando la visite el costo de la vida aumentaba, tengo entendido que hoy en día ha aumentado mucho más. Los impuestos suben, pero el pueblo sigue para adelante. Falta de previsión del gobierno socialista.

Aquellos que la visitamos, tratamos de encontrar lo mejor de ella. Los alrededores de la ciudad están llenos de lugares de gran belleza. Los hoteles los precios andan por las nubes. Pero no importa, es el turista quien paga. Los restaurantes ofrecen comidas suculentas, pero al momento de la verdad. Muy pocos ofrecen una buena calidad. En aquel viaje mío del año 93. Fui al restaurante llamado “La Grillare” ojala que siga abierto. La comida fue excelente. Su cocinero recuerdo su nombre Ángel Gutiérrez, había participado en varias competencias internacionales. Por donde andará hoy en día. Seguro retirado recordando sus buenos tiempos.

Pero hoy voy hablar de la "Calle de Carretas" , Su historia. El Madrid de esta historia, era una ciudad no muy grande donde en ese momento habia pocas calles de importancia. El rey, una vez habia celebrado un consejo de cortes. Puerta de la Vega, Calle Malpica, Cuesta Ramón! Calle Segovia, Baja, San Miguel, eran sus principales vias de comunicación. Calles donde habia algunos negocios, iglesias y posadas.

Al morir Fernando el Católico, en enero de 1516 surge el problema de la sucesión al trono de uno de los candidatos. Juana como heredera universal al trono, era imposible, por su incapacidad, por estar loca. Le sucede Carlos 1ro en 1517, soberano de Espa­ña. Al pasar el tiempo surgen las protes­tas del pueblo contra los impuestos del nuevo rey. En febrero de 1520 se agudizan las protestas, y un grupo de frailes franciscanos y regidores de Salamanca, redactan un texto de rechazo a los nuevos impuestos. Ese movimiento toma el nombre de "Comunidades", pero fue más conocido como de "Comu­neros". Los grupos que se levantan contra el rey estaban en Segovia y Toledo.

En Madrid se vivia en constante inquietud. Los "Comuneros" cada dia se declaraban contra el rey. Los revolucionarios enviaban mensajes a la ciudad, y esperaban que Madrid diera el grito de "Viva Padilla", que era el dirigente de ellos. El alcalde de la ciudad, don Francisco de Vargas, contaba con pocas tropas y se va a Alcalá de Henares en busca de refuerzos, momento que aprovechan los revolucionarios para dar el grito de libertad. Hubo tiros, trancazos, pescozones y su alboroto, como es natural. Los leales se refugiaron en el convento de Santo Domingo, con sus familias. La residencia del Alcalde, estaba bajo el mando de la esposa de Vargas. Se defendieron valientemente.

Los "Comuneros" al saber que el Alcaide regresaba, se prepararon para la defensa. Cogieron cuantas carretas había en la ciudad , y había bastantes. Desde la hacienda de Ramírez, hasta el Humilladero de San Andrés , y todas las calles de los alrededores. Al llegar Vargas les intimidó a rendirse. Cosa que no aceptaron. Las fuerzas de Vargas los rodearon. Al ver que iban a ser cercados se dirigieron al hospital de los tísicos, llamado de "San Ricardo", y a todos los enfermos los montaron en 1as carretas, y se parapetaron con ellos del ataque que se esperaba. El Alcalde decide no atacar, y les permite salir de la ciudad. Luego se reunieron con los "Comuneros" de Segovia.

Vino la calma. De los enfermos les diré. Vargas los dejó donde estaban. En las carretas, los tisicos se fueron muriendo poco a poco, de susto o de enfermedad. Muy pocos hicieron el cuento. 

Estas fueron las primeras barricadas que se conocen en Madrid. Al pasar el tiempo se levantaron casas. Don Alonso Maldonado de Torres, le regaló terrenos al convento de Santa Bárbara. Se estableció la imprenta nacional. El nombre de la calle nunca cambió, y sigue siendo hasta hoy en recuerdo de aquella acción "Calle de Carretas".

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