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martes, 22 de agosto de 2017
martes, 15 de agosto de 2017
Bienvenidos a Pensamiento
El Molly’s Lodge se halla en el interior de la encantadora aldea de Long Compton, ubicada en el condado de Warwickshire. (foto tomada de: https://coyotitos.com) |
Eclipse Solar - 2017
Lunes, Agosto 21, 2017 - 10:15AM
Information general:
http://www.travelsalem.com/events/total-solar-eclipse-2017
Mapa para ver donde mejor se ve:
http://www.travelsalem.com/eclipse-map/index.html
Muere Sam Shepard, actor, director y dramaturgo, a los 73 años
Tomada de: El Pais
Por: Eduardo Lago
Sam Shepard, en septiembre de 2011, en Nueva York. Charles Sykes AP EPV
Sam Shepard, uno de los dramaturgos estadounidenses más prolíficos e idiosincráticos de la segunda mitad del siglo XX falleció ayer en su casa de Kentucky a los 73 años a causa de complicaciones derivadas de la parálisis lateral amiotrófica (ELA) que padecía desde hacía tiempo. Autor de más de 40 obras de teatro, Shepard obtuvo el Premio Pulitzer en 1979 con El niño enterrado, primera parte de su celebrada Trilogía de la familia.
El cine también desempeñó un papel importante en su vida; fue nominado a un óscar como mejor actor de reparto por su papel en Elegidos para la gloria, de Philip Kaufman, en 1983. También trabajó con Terrence Malick, Volker Schlondorff, y Ridley Scott. Una de sus contribuciones más celebradas fue su trabajo como co-guionista de Paris, Texas, dirigida por Wim Wenders en 1984. “No hay nadie que escriba diálogos como él ni tampoco hay nadie que logre hacer visible como él la América oculta”, afirmó Wenders a propósito de su colaboración. Shepard también trabajó con Antonioni como guionista de Zabriskie Point.
Las palabras que empleó a propósito de Bob Dylan en su crónica de la gira que hizo el cantante por Estados Unidos en 1975 son perfectas para caracterizarlo a él: “El mito es un medio en extremo poderoso porque va dirigido a las emociones y no a la cabeza. Nos arrastra al ámbito del misterio”. En su caso, el misterio estribaba en su capacidad para arrancar de la realidad personajes arrastrados por la fuerza de lo legendario y situarlos en la inmediatez desgarrada del escenario.
Sam Shepard interpretó en la vida multitud de papeles que difícilmente se dan en una misma personalidad: rockero, cowboy, actor marginal del teatro off-off Broadway o de grandes producciones de Hollywood, guionista y dramaturgo de gran calado y rigor, o narrador de extraordinaria precisión en obras como sus fragmentarias y emotivas Crónicas de motel (1982).
Buceador en los aspectos más oscuros de las relaciones humanas, en particular las amorosas, tampoco había en esto mucha distancia entre la vida y el escenario. Se ha escrito mucho sobre sus relaciones con Patti Smith, con quien escribió a medias en el Hotel Chelsea en dos noches Cowboy Mouth. O con Jessica Lange; tras un encuentro que parece el guion de una de sus piezas más atormentadas, tuvo después una relación que duró 30 años y dio como fruto dos hijos.
Shepard nació el 5 de noviembre de 1943 en Fort Sheridan, Illinois, enclave militar donde estaba destinado su padre, a quien el dramaturgo caracterizó como “experto bebedor de profesión”. Durante la adolescencia lo que más le interesaban eran los rodeos y las carreras de caballos. En la universidad se matriculó, un poco por casualidad, en una clase de literatura, donde sus compañeros eran todos, conforme a su descripción, “unos beatniks gracias a los cuales descubrió el jazz, el teatro de Beckett, el expresionismo abstracto y las drogas”. Dejó los estudios universitarios al cabo de un par de semestres. Un día, hojeando el periódico local vio un anuncio de una compañía de teatro que buscaba autores. Se entrevistó con ellos y lo contrataron.
De vez en cuando hacían escala en Nueva York y en una de aquellas ocasiones dedidió quedarse. Un antiguo compañero del colegio, Charles Mingus, hijo del legendario contrabajista de jazz, le ofreció compartir piso con él y le encontró trabajo como ayudante de camarero en el Village Gate, donde vio tocar a grandes del jazz como Thelonious Monk. Puerta con puerta de los clubes de música estaban los teatros off-off Broadway, para los que empezó a escribir piezas inspiradas en Beckett y Pirandello. El crítico del New York Post no supo bien qué decir de su primer estreno, Cowboys, que caracterizó como una especie de mezcla entre Esperando a Godot, y John Steinbeck. La obra de Shepard como dramaturgo es extraordinariamente amplia, rica y variada. Y como su vida, en algún lugar había siempre un toque teatralmente absurdo. Una de las anécdotas que más le gustaba contar es que el mismo día en que recibió un telegrama comunicándole que había ganado el Premio Pulitzer, el dueño del teatro donde se representaba El niño enterrado,tomaba la decisión de poner fin a los pases de la obra.
Casa de la familia Abreu o de Steinhart (Pt 1)
13 de mayo de 2016
Yamira Rodríguez Marcano
Tomado de: Habana Radio
Esta espléndida mansión contaba en el primer piso con sala de billar, zaguán y escritorio, así como un fumador, una amplia galería, dos patios, tres cuartos, un baño, habitaciones para el portero y el cochero, caballeriza y zona de carruajes, estos dos últimos espacios como reminiscencias de la distribución de la casa colonial cubana, cuando ya comenzaban a reservarse las áreas para el automóvil y el chofer y en su propia arquitectura se había empleado el más moderno sistema constructivo. El segundo piso se reservó para un gran salón al frente, cinco cuartos, dos patios, galería, tres habitaciones para la servidumbre, comedor, cocina, despensa y ropero. La fachada se proyectó con un estilo historicista, evidenciando el interés de lograr un efecto culto y refinado.
En este magnífico palacio de la calle Prado radicó el matrimonio que había formado Pedro Luis Estévez Abreu con la hermosa señorita matancera Catalina Lasa del Río, en 1898, en Tampa, Estados Unidos. Al finalizar la Guerra de Independencia la familia se estableció en La Habana, aunque realizaban numerosos viajes a París, donde también tenían residencia.
Catalina Lasa, célebre desde entonces por su beldad e intensa vida social, no gozó de la preferencia de su suegra, quien todo el tiempo la recriminaba por sus banalidades y temperamento díscolo. Ya toda una señora con tres hijos, Catalina ganó en dos ocasiones un concurso de belleza promovido por El Fígaro. Sin dudas, el carácter de doña Marta nada tenía que ver con el de su nuera, entonces de 23 años. Legendaria es la historia del fin de su matrimonio con Pedro Estévez y sus amores con el acaudalado Juan Pedro Baró.
La Revista El Fígaro, en 1905, publicó varias fotografías del palacete Estévez-Lasa, verdadera galería de imágenes que hoy permite reconstruir su interior en la época en que la habitaban sus propietarios originales.
Yamira Rodríguez Marcano
Tomado de: Habana Radio
De la emigración cubana en París la familia Abreu fue una de las más destacadas por su apoyo a la causa independentista de Cuba. Sus contribuciones patrióticas durante la guerra le permitieron ganarse la admiración y el respeto popular. Don Luís Estévez Romero, esposo de la conocida benefactora santaclareña, Marta Abreu, ocupó una de las secretarías del primer gobierno de intervención norteamericano (1898-1902) y luego la vice-presidencia de la República. Tanto ellos como otros miembros de la familia residieron fuera de Cuba. No obstante, en la Isla construyeron dos de las casas más importantes de ese período: la quinta Las Delicias, en Santa Catalina y Palatino, y la casa de Prado No. 120 esquina a Refugio. Como bien afirma el historiador Carlos Venegas en su trabajo “La arquitectura de la intervención (1898-1902)”, en Espacios, silencios y los sentidos de la libertad. Cuba entre 1878 y 1912, “desde el punto de vista técnico, ambas propusieron métodos novedosos al ser las dos viviendas que inauguraron en la ciudad la aplicación del hormigón armado bajo el sistema Ransome, muy desarrollado en aquel momento por los Estados Unidos. Por tanto, la experiencia más decisiva en cuanto al diseño de la vivienda de clase alta en esta etapa fue asumida por la familia Abreu”.
La residencia del Paseo del Prado fue similar a Las Delicias en pretensiones de renovación, en esta ocasión construida para don Pedro Estévez Abreu. En ella se intentó el tema de la vivienda exclusiva en una trama diferente a las del Cerro o El Vedado, esta vez compacta y sin jardines. El estilo arquitectónico fue también ecléctico, renacimiento francés en la fachada y varios estilos en los interiores.
Esta mansión se construyó sobre una casa de planta baja, mampostería y azotea, según la describían los asientos del Registro de la Propiedad a finales del siglo XIX. Entonces se señalaba con el número 48 de la calle Prado esquina a Refugio. En mayo de 1900, siendo propiedad de Ana León y Tamayo, la casa fue vendida a Pedro Estévez y Abreu, por el precio de 33 500 pesos en moneda de oro del cuño español.
La obra civil fue terminada en agosto de 1902, aunque se le hicieron trabajos de mejoras, ampliación y reparación en los tres años siguientes, recibiendo finalmente la declaratoria de habitable en enero de 1906. Para esa fecha se describía como un edificio de nueva planta, de concreto y azotea, compuesto de dos pisos. Según planos aprobados por el Ayuntamiento de La Habana, la construcción fue dirigida por el arquitecto Charles Brun, por lo que este profesional de la construcción se convirtió en el autor de las obras encargadas por la familia Abreu. A su vez, el proyecto fue autorizado por el maestro de obras José Cadena.
Esta espléndida mansión contaba en el primer piso con sala de billar, zaguán y escritorio, así como un fumador, una amplia galería, dos patios, tres cuartos, un baño, habitaciones para el portero y el cochero, caballeriza y zona de carruajes, estos dos últimos espacios como reminiscencias de la distribución de la casa colonial cubana, cuando ya comenzaban a reservarse las áreas para el automóvil y el chofer y en su propia arquitectura se había empleado el más moderno sistema constructivo. El segundo piso se reservó para un gran salón al frente, cinco cuartos, dos patios, galería, tres habitaciones para la servidumbre, comedor, cocina, despensa y ropero. La fachada se proyectó con un estilo historicista, evidenciando el interés de lograr un efecto culto y refinado.
En este magnífico palacio de la calle Prado radicó el matrimonio que había formado Pedro Luis Estévez Abreu con la hermosa señorita matancera Catalina Lasa del Río, en 1898, en Tampa, Estados Unidos. Al finalizar la Guerra de Independencia la familia se estableció en La Habana, aunque realizaban numerosos viajes a París, donde también tenían residencia.
Catalina Lasa, célebre desde entonces por su beldad e intensa vida social, no gozó de la preferencia de su suegra, quien todo el tiempo la recriminaba por sus banalidades y temperamento díscolo. Ya toda una señora con tres hijos, Catalina ganó en dos ocasiones un concurso de belleza promovido por El Fígaro. Sin dudas, el carácter de doña Marta nada tenía que ver con el de su nuera, entonces de 23 años. Legendaria es la historia del fin de su matrimonio con Pedro Estévez y sus amores con el acaudalado Juan Pedro Baró.
La Revista El Fígaro, en 1905, publicó varias fotografías del palacete Estévez-Lasa, verdadera galería de imágenes que hoy permite reconstruir su interior en la época en que la habitaban sus propietarios originales.
Curro Andujar. ¿Un pirata cubano del siglo XX?
9 de enero de 2017
Luis Enrique Ramos
Tomado de: Habana Radio
Luis Enrique Ramos
Tomado de: Habana Radio
Entre los numerosos hechos históricos de base real, indisolublemente asociados al folclore caribeño –al cual también Cuba suma su cuota de contribuciones–, se encuentra la piratería.
Según recogen las crónicas y otros documentos históricos, el período de mayor florecimiento en este tipo de acciones vandálicas se enmarca entre los siglos XVI y XVIII, intervalo en el que muchos nombres –Morgan, Sores, Exquemeling, Lolonois– se hicieron célebres de acuerdo con el alcance y osadía que alcanzaban sus tropelías en mar y tierra.
De Cuba existen legendarias historias como la del pirata criollo “Pepe Grillo” y otros de menor renombre, pero el caso es que en el siglo XX tales acciones se creían totalmente erradicadas.
Sin embargo, las cosas a veces no suelen ser tan absolutas como parecen, y es el caso que durante las primeras décadas del pasado siglo se produjeron diversas acciones de verdadero carácter pirático, asociadas a un hombre cuyo auténtico patronímico se ha perdido en el tiempo. La leyenda lo recoge con el apelativo del “Curro Andujar”; pero “curro” es un nombre común que se aplicaba y aún se puede aplicar a muchos.
¿Quién era pues Curro Andujar…?
Como acontece con otros bandoleros célebres, su historia real es desconocida, pero se sabe que vivía entre las costas de la antigua Isla de Pinos, el litoral sur del occidente de Cuba y las Islas Caimán. Muchos aseguran que su asentamiento principal estaba precisamente en Caimán Brac.
Curro Andujar trabajaba en el mar como transportista de cabotaje, aparentemente bajo amparo legal, y una de sus actividades mercantiles era acarrear cargas de coco desde Islas Caimán hasta el puerto de Batabanó, al sur de La Habana.
Sin embargo, en sus muchos viajes y recaladas se las ingeniaba para “guiar” con sus indicaciones a las tripulaciones de otras naves que, confiadas en su experiencia, seguían las rutas indicadas por el Curro que inevitablemente les conducían a embarrancarse en arrecifes de coral, “cabezos” o afloramientos rocosos y bancos de arena.
Los barcos que encallaban a partir de estas rutas equivocadas y peligrosas sugeridas por el pirata, sufrían generalmente la pérdida de la nave y el sacrificio de la carga. Entonces, los marinos siniestrados abandonaban el navío en busca de ayuda, dejando a bordo sólo unos pocos hombres para cuidarlo.
Cuando la tripulación abandonaba el buque, Curro Andujar, que había previsto el desarrollo de los acontecimientos, se hacía del botín mediante el asalto y saqueo de los restos del naufragio. Cómo muchos marinos –custodios del acarreo–, hacían resistencia a ser robados, este los mataba degollándolos sin piedad. Después, sustraído el cargamento, destruía la nave para que las autoridades y las empresas del seguro no hallasen pruebas.
Se dice que este singular y despiadado bandolero de mar actuó en el Caribe cubano entre 1910 y 1930, y que era frecuente encontrarlo en la zona de los cayos Largo, El Rosario, Diego Pérez y el sur de Isla de Pinos.
Se cuenta también que una ocasión, viviendo en Cayo Hicacos, fue localizado y quisieron aprehenderle y decomisarle el barco, pero Andujar logró escapar y se fue a Caimán Brac, fuera de la jurisdicción cubana.
Al parecer, el primer barco de su propiedad se le destrozó con el “Ciclón de los Cinco Días”, en octubre de 1910. Después logró construir una goleta de dos palos, pues tenía conocimientos como carpintero de ribera, es decir, era constructor de embarcaciones.
Otra versión de su legendaria vida y sus azares señala que un comerciante, cuyo apellido era Ferrolano, le dio madera para armar su buque –Ferrolano tenía “cortes”, es decir, era propietario de regiones boscosas o de montes de donde se extraían maderas preciosas– y que Andujar lo estafó. Otros señalan que el tal Ferrolano era comerciante de víveres y que Andujar estuvo un mes con su buque atracado en Batabanó, hasta se fue sin pagar al comerciante el grueso importe de la venta…
Lo que fue o lo que no fue del Curro Andujar, queda en el más oscuro misterio. Finalmente, el folclor caribeño nos ha dejado otra historia, cuyas verdaderas raíces y motivaciones se pierden entre las seculares olas y arenas que aportan a los mares del sur de Cuba.
NOTA: Esta narración ha sido redactada a partir de dos testimonios: de Genaro Sierra Flores, antiguo residente en Santa Fe (Isla de Pinos), nacido en 1903; y de Alberto Fernández Cortés, de Nueva Gerona (Isla de Pinos) nacido en Batabanó (Isla de Cuba) en 1914.
Pirámides sumergidas en la costa de Cuba conteniendo Tecnología Antigua Avanzada
Un antiguo complejo con grandes pirámides y estructuras parecidas a esfinges fue encontrado fuera de la costa de Cuba, y hasta el momento las autoridades competentes no hacen mayor esfuerzo por investigar este descubrimiento revolucionario que podría reescribir los libros de historia; ¿o será esa la razón porque no lo hacen? El 7 de diciembre de 2001, un artículo de noticias cubierto por la BBC anunció el descubrimiento de una ciudad perdida y sumergida con características inusuales en la costa de Cuba. Debido a la novedad del hallazgo, el artículo permaneció de alguna manera reservado, sin revelar ningún detalle importante que lo volvería sin duda alguna polémico. Un equipo de exploradores que trabajaban en la costa oeste de Cuba dijeron haber descubierto lo que piensan que son ruinas de una ciudad sumergida construida hace miles de años. Investigadores de una empresa canadiense utilizaron sofisticados equipos de sonar para encontrar y filmar estructuras de piedra a más de 2.000 pies (650 metros) por debajo de la superficie del mar. Esto es exactamente lo que una persona vería si empieza a escanear el bloque de una ciudad promedio con esta tecnología.” Dicen que todavía no entienden la naturaleza exacta de su descubrimiento, y planean comenzar un análisis minucioso del sitio – en la punta de la península de Guanahacabibes – en enero. La imagen que el robot trajo confirmó la presencia de enormes bloques lisos con la apariencia de granito cortado. Algunos de los bloques fueron construidos en forma de pirámide, otros fueron circulares, dijeron los investigadores.”
(Fuente) Paulina Zelitsky, jefe de un equipo de investigación titulado «Advanced Digital Communications», hizo un trato con Fidel Castro para proporcionar libre acceso a las aguas territoriales cubanas donde buscarían los restos de barcos hundidos de la época colonial española que se cree están cargados de oro. Era un acuerdo generoso, ya que Paulina y su equipo debían mantener el 50 por ciento de los tesoros que encontraran. La tecnología utilizada por el grupo de investigación era conocida como «sonar de barrido lateral». Se basaba en un dispositivo de sonar submarino que realizaba exploraciones horizontales del fondo del océano. Las imágenes entonces se ensamblaron para formar imágenes más amplias del suelo del océano y de los modelos de computadora 3D. Después de escanear una región donde se suponía que había un naufragio hundido, el equipo de cazadores de tesoros descubrió algo inusual. El sonar de exploración reveló «geometría rectilínea» similar a la infraestructura de una ciudad. Las ruinas hundidas descansaban a media milla debajo del nivel del mar (2.200 pies – 670 metros) y estaban compuestas de varias estructuras parecidas a las paredes, cimientos y otras características difíciles de explicar. Dada la profundidad del sitio, los investigadores primero estimaron que tenía más de 12.000 años de antigüedad, antes de la última (conocida) glaciación. Con todos estos sorprendentes datos sobre la mesa, Paulina y su equipo decidieron analizar a fondo el material. Lo que descubrieron a continuación fue realmente sorprendente: estructuras parecidas a grandes pirámides, con una arquitectura lineal que las rodea, y un edificio misterioso que se asemeja a una esfinge con tres patas. Después de este descubrimiento catalogado por muchos entusiastas como el eslabón perdido de la ciudad perdida de la Atlántida, el equipo de investigación habría firmado un acuerdo con National Geographic que estaba destinado a arrojar luces sobre este asunto mediante la difusión de una amplia cobertura del sitio antes de 2003. Sin embargo , National Geographic nunca había honrado su parte en este arreglo, y la historia se mantuvo bajo el velo en los años que siguieron. La extrema profundidad donde se localizaba el sitio hizo imposible para los buceadores hacer frente a la presión y fuertes corrientes, y la única opción viable que quedaba era el uso de un vehículo sumergible especial con una cámara y un proyector adherido a él. El equipo de investigación tuvo este privilegio, por lo que regresaron unos meses más tarde para un análisis en profundidad de la metrópoli hundida. Debido a que Paulina firmó un acuerdo de no divulgación, no se le permitió compartir con el público las imágenes que ella y su equipo habían obtenido. Sin embargo, un twitch le permitió revelar las imágenes, lo que fue suficiente para agitar la emoción La imagen reconstruida a continuación muestra lo que parece ser la plataforma sobre donde se había construido un templo en tiempos remotos. También revela dos esfinge-como estructuras en el fondo. Es ingenuo asumir que tales formaciones ocurrieron como resultado de algún fenómeno natural, o para interpretarlas como producto de la naturaleza submarina El complejo tenía proporciones colosales, y estaba compuesto de varias estructuras con características que eran (después de la reconstrucción) similares a las de otras civilizaciones atestiguadas que se encuentran en la superficie. El misterio se profundiza aún más La razón detrás de la retirada de National Geographic de este descubrimiento es extraño por decir lo menos. Dado que la cobertura de los medios de comunicación sobre este tema se había disipado en los años que siguieron, la mayoría de la gente creía que nada de importancia había sido descubierto allí. Probablemente este descubrimiento no significaría mucho para los Gobiernos, a menos que esta antigua cultura recién descubierta posea habilidades tecnológicas avanzadas, lo cual puede muy bien ser el caso. El renombrado autor e investigador David Wilcock, ha dado seguimiento a este tema, y ha puesto a disposición el conocimiento único que obtuvo sobre esta ciudad cubana hundida. Según él, y no como una sorpresa, el ejército estadounidense conocía este sitio desde hace bastante tiempo, desde la «Crisis de los Misiles de Cuba» en 1962. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos envió una pequeña flota de submarinos para examinar posibles misiles que supuestamente habían sido plantados por los soviéticos en territorio cubano. Durante su esfuerzo, tropezaron con un sitio sumergido que tenía pirámides, estructuras de piedra megalítica y esfinges. Podemos asumir con seguridad que eran las mismas ruinas hundidas encontradas por Paulina y su equipo en 2001. Puesto que el gobierno poseía toda la tecnología y equipo novedosos, naturalmente realizaron una extensa investigación del sitio. Varios escuadrones fueron asignados bajo el agua donde encontraron tecnología antigua. Según David Wilcock, se instaló una enorme cúpula que encapsulaba toda la zona, se drenó el agua desde adentro y se presurizó el compartimiento antes de enviar a los científicos.
En una investigación más cercana, los militares encontraron las máquinas antiguas que todavía estaban funcionando, con algo de la iluminación todavía encendida después de milenios. Esta información fue supuestamente revelada por una mujer que, en ese momento, fue empleada como cocinera habitual en la Bahía de Guantánamo. Obtuvo esta percepción durante una noche cuando un miembro de la Marina en estado de ebriedad, que aparentemente intentaba impresionarla, se jactó de la metrópoli hundida. Una de las declaraciones más notables que salieron de su boca fue: «… Sabes, encontramos la Atlántida allá abajo». Estas no son sólo palabras vacías sobre una leyenda conocida por muchos. Como parece, los antiguos estaban muy familiarizados con esta mítica ciudad hundida (o civilización) de la Atlántida. Tomemos, por ejemplo, este fragmento del diálogo Timaeus de Platón: En cuanto a las genealogías tuyas que ahora nos relatas, Solón, no son mejores que las historias de los niños. En primer lugar, usted recuerda un solo diluvio, pero hubo muchos más anteriores.
No sabes que allí habitó antes en tu tierra la raza más justa y noble de hombres que alguna vez vivió, y que tú y toda tu ciudad son descendientes de una pequeña semilla o remanente de ellos que sobrevivió. Y esto les era desconocido porque, durante muchas generaciones, los supervivientes de esa destrucción murieron, sin dejar palabra escrita” (Fuente). Los medios tecnológicos necesarios para sobrevivir en ambientes difíciles están en su mayoría no disponibles en una escala individual, y las organizaciones con el equipo adecuado a veces tienen que seguir ciertas reglas que prohíben exponer descubrimientos exóticos como la metrópoli hundida cerca de Cuba. Con una historia rica, pero negada, a la especie humana no parece importarle mucho si alguien descubre los secretos de un tiempo olvidado, ni siquiera cuando y como la tecnología avanzada y oculta está siendo invertida y puesta a disposición de aquellos que pueden permitirse ese lujo. Dado que somos incapaces de ejercer presión sobre el esto, lo más probable es que sigamos ignorando nuestro antiguo legado del que estamos tan traicioneramente despojados.
No sabes que allí habitó antes en tu tierra la raza más justa y noble de hombres que alguna vez vivió, y que tú y toda tu ciudad son descendientes de una pequeña semilla o remanente de ellos que sobrevivió. Y esto les era desconocido porque, durante muchas generaciones, los supervivientes de esa destrucción murieron, sin dejar palabra escrita” (Fuente). Los medios tecnológicos necesarios para sobrevivir en ambientes difíciles están en su mayoría no disponibles en una escala individual, y las organizaciones con el equipo adecuado a veces tienen que seguir ciertas reglas que prohíben exponer descubrimientos exóticos como la metrópoli hundida cerca de Cuba. Con una historia rica, pero negada, a la especie humana no parece importarle mucho si alguien descubre los secretos de un tiempo olvidado, ni siquiera cuando y como la tecnología avanzada y oculta está siendo invertida y puesta a disposición de aquellos que pueden permitirse ese lujo. Dado que somos incapaces de ejercer presión sobre el esto, lo más probable es que sigamos ignorando nuestro antiguo legado del que estamos tan traicioneramente despojados.
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Artículo publicado en CodigoOculto.com: Pirámides sumergidas en la costa de Cuba conteniendo Tecnología Antigua Avanzada
LA POESÍA DE PABLO NERUDA
Carlos Benítez Villodres
Málaga (España)
En una parte
sumamente significativa de la obra poética de Pablo Neruda, “el más grande
poeta del siglo XX en cualquier idioma”, según Gabriel García Márquez, podemos
comprobar, al leerla, el profundo compromiso político y social del poeta
chileno. He de destacar, antes de comenzar a escribir este texto, el artículo
de Neruda “Entusiasmo y perseverancia”, publicado el 18 de julio de 1917 por el
diario “La Mañana”, de Temuco, en el que nuestro poeta ya expresaba su total
confianza en el avance y prosperidad de los pueblos del orbe. En 1918, Neruda
publica en la revista “Corre-Vuela”, de Santiago, sus primeros trabajos.
Posteriormente, con quince años, Neruda publica en “Los Cuadernos de Neftalí
Reyes” más de doscientos poemas de temas varios.
En 1921, ya en Santiago, publica poemas en la
revista universitaria “Claridad” bajo el seudónimo de Pablo Neruda, la primera
vez que lo utiliza, debido a que su padre no quería que se dedicara a las Letras
porque no veía que este camino condujera a su hijo a nada positivo en su vida.
La década de 1920 marcó a Neruda, apareciendo en
él la semilla de esa sensibilidad social y de esa inquietud política, que con
el paso del tiempo germinarían y florecerían y frutecerían, concretándose en la
transformación de su vida, de su obra y de su percepción de la poesía. El
crítico literario Harold Bloom dijo de Neruda que “ningún poeta del hemisferio
occidental de nuestro siglo admite comparación con él”. En
1925, Neruda escribió su única novela durante su estancia en la ciudad de Ancud
(Chile): “El habitante y su esperanza”. En el Prólogo nos dice Neruda: “He escrito este relato a petición de mi editor. No me interesa relatar cosa
alguna. Para mí es labor dura, para todo el que tenga conciencia de lo que es
mejor, toda labor siempre es difícil. Yo tengo siempre predilecciones por las
grandes ideas, y aunque la literatura se me ofrece con grandes vacilaciones y
dudas, prefiero no hacer nada a escribir bailables o diversiones.
Yo tengo un concepto
dramático de la vida, y romántico; no me corresponde lo que no llega
profundamente a mi sensibilidad.
Para mí fue muy difícil
aliar esta constante de mi espíritu con una expresión más o menos propia. En mi
segundo libro, “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, ya tuve algo
de trabajo triunfante. Esta alegría de bastarse a sí mismo no la pueden conocer
los equilibrados imbéciles que forman parte de nuestra vida literaria.
Como ciudadano, soy
hombre tranquilo, enemigo de leyes, gobiernos e instituciones establecidas.
Tengo repulsión por el burgués, y me gusta la vida de la gente intranquila e
insatisfecha, sean estos artistas o criminales”.
En 1927, Neruda es
nombrado cónsul en Rangún (Birmania). También desempeñó este cargo en Colombo
(Ceylán), en Batavia (Java) y en Singapur. El diario “La Nación, de Santiago,
le publicó a Neruda, durante este tiempo lejos de Chile, una serie de crónicas
de viaje (ambiente, gentes, ciudades, etc., que formaban el entorno del poeta),
y que éste enviaba a la redacción de dicho periódico.
Debido a la recesión
económica mundial su cargo fue suspendido y, por consiguiente, Neruda regresó a
su país. Como anécdota escribiré que durante el larguísimo viaje en barco
nuestro poeta escribió el famoso poema “El fantasma del buque de carga”.
Tras el retorno de Pablo
Neruda a Chile, fue enviado en 1933, como cónsul de su país a Buenos Aires,
donde conoció al gran poeta Federico García Lorca, entablándose entre ellos una
gran amistad. El poeta español se encontraba en la capital bonaerense para
dirigir y estrenar “Bodas de sangre” con la compañía de Lola Membrives. Por
este tiempo la motivación y criterios literarios de ambos poetas eran bien
diferentes. Neruda creaba su poesía basándose en su propia vida, en su propia
esencia, lo cual le imprimía a gran parte de su obra, desde su militancia en la
política activa, un carácter puramente social y político.
Concluida esta etapa en
la vida de Neruda como cónsul de Chile en Argentina, nuestro poeta fue enviado
a España. El 5 de mayo de 1934 llega a Barcelona (Consulado General de Chile) y
el 3 de febrero de 1935 es trasladado como Cónsul a Madrid, donde contactó con
poetas de la Generación del 27: Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Rafael
Alberti, Miguel Hernández… En dicho año, los poetas españoles más afamados lo
homenajearon, editándose el folleto “Homenaje a Pablo Neruda”. Al año
siguiente, con el estallido de la Guerra Civil Española, Neruda se mostró
partidario de la II República, y debido a este apoyo al bando republicano
perdió su empleo en el Consulado chileno en Madrid, trasladándose
posteriormente a París, donde trabajó para la causa republicana en España. Ya
en 1937, Pablo Neruda regresó a Chile, y durante su estancia en su país fundó
la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura.
Sobre su estancia en
España, Neruda dejó escrito que “esa época es fundamental en mi vida. Por lo
tanto, casi todo lo que he hecho después, casi todo lo que he hecho en mi
poesía y en mi vida, tiene la gravitación de mi tiempo en España”.
Su nombramiento como Miembro Académico de
la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile, el título de
Doctor Honoris Causa en Filosofía y Letras de la Universidad de Oxford y la
Medalla de Plata como Hijo Ilustre de Chile son algunas de las distinciones que
le fueron concedidas antes de obtener el Premio Nobel de Literatura en 1971.
Pablo Neruda falleció el 23 de septiembre de dicho año
en la Clínica Santa María de Santiago de Chile. Fue 19 años después, y gracias
al retorno de la democracia chilena, cuando se pudo cumplir el deseo del poeta
de ser enterrado en Isla Negra, frente al Pacífico.
DE LA VIDA REAL: EL ELEFANTE JUMBO
Foto de: The Disney Wiki |
Walt Disney inmortalizó a “Jumbo” en la película animada de 1941 “Dumbo” que fue llevada a la pantalla en colores. Millones de niños y personas la vieron alrededor del mundo. Esos años de lo 1940 al 1950, Disney con sus películas animadas. “Jumbo” ha quedado en el recuerdo de millones de personas. Aquellas películas las prefiero a las que se estrenan hoy en día,
Después de 146 años, el 14 de enero de 2017, el circo Ringling Brothers and Barnum Bayley, anunciaba su cierre. Los motivos la poca venta de tickets y las protestas de los protectores de animales.
Recuerdo cuando era niño, mi hermana Fela(†) nos llevaba a mi hermano Julio(†) y a mí a ver las películas de Walt Disney en el cine ..Rex Cinema", o en el "Cinecito" ambos en la calle de San Rafael. En el "Rex" fue que vi por primera vez la película del elefante "Dumbo". El cine se llenaba de niños. Creo que en aquellos años felices la vi varias veces. Pero la historia parecía que era una de las tantas fantasías creadas por Walt Disney, pero no fue así, "Jumbo" era el verdadero nombre.
El elefante "Jumbo", fue capturado pequeño en el este de África, por cazadores africanos, y vendido a un europeo de Baviera, que coleccionaba animales para luego traerlos a Europa . Fue vendido al Jardín des Plantes, de París. Los encargados del zoológico se encontraban decepcionados con los progresos del elefante, tenía cuatro años y sólo medía cuatro pies de altura, y decidieron cambiarlo a la London Zoological Society, por un rinoceronte.
En el zoológico le cambiaron la comida diaria, comía más de doscientas libras, de frutas, pan, cebollas, y todo lo que le llevaban. Empezó a crecer y engordar, en 1882 después de 17 años, tenía una altura de doce pies, pesaba 7 toneladas, la trompa era de siete pies de largo. Era el elefante más grande en cautiverio.
Durante sus años en Londres, fue visitado por Theodore Roosevelt, Winston Churchill se retrató a su ado, todo el que llegaba a la ciudad quería verlo. Los periódicos del mundo lo mencionaban en sus páginas. El archi-conocido Phineas Taylor Barnum, dueño del Barnum and Bailey Circus, hizo una oferta tentadora al London Zoological, de $10,000 por"Jumbo", que fue aceptada. Las protestas de políticos, y organizaciones decían que los niños adoraban a "Jumbo". La reina de Inglaterra Victoria, el Príncipe de Wales, pedían que se rompiera el contrato de venta. El embajador de los Estados Unidos en Londres decía que el único problema entre los dos países era la compra de "Jumbo" y su viaje a América. La corte de Londres decía que el contrato era legal y no se podía anular.
El transporte del elefante al barco que lo iba llevar fue especialmente diseñado y reforzado, para evitar un desastre. El transporte con unas puertas grandes fue llevado al lugar donde dormía "Jumbo'' para que se fuera acostumbrando. Al te1cer día cuando entró, las rejas fueron cerradas, el animal trato de salir pero le fue imposible. Daba comienzo el viaje de siete millas al puerto. El viaje duró quince días a Estados Unidos... En su comida se le agregaba una buena ración diaria de bebida, para que se calmara.
El 9 de abril de 1882, llegaba a New York City, miles de personas lo esperaban en los muelles y las calles cercanas. La jaula fue halada por 16 caballos y dos elefantes a través de Madison Square Garden. Al siguiente día de llegar hacía su primera presentación ante el público de la ciudad. Los niños montaban arriba de él en los asientos preparados para dar una vuelta por el escenario. Recorrió todos los Estados Unidos.
En la noche del 15 de septiembre de 1885, acababa de terminar su presentación en el pueblo de St.Thomas, Ontario, Canada. Cuando era llevado al tren donde iba ser transportado con otro elefante "Tom Thumb", el entrenador sintió el ruido de un tren que venía, trato de sacarlo de la línea del tren, pero fue tarde, "Tom Thumb" recibió un duro impacto, quedando muerto, pero "Jumbo" del impacto su cabeza quedó partida y sangraba profusamente. La locomotora quedó partida en dos y dos carros.
La muerte conmovió a miles de personas, en especial a los niños. Barnum mandó a un taxidermista, con la orden de salvar el esqueleto y en especial su cabeza. Al quedar terminado el trabajo pesaba 2,400 libras, siendo transportado en un vagón especial. Fue llevado al Museo de Barnum en Tufts Universíty, en Medford, Massachusetts. Un fuego en 1975, destruyó el museo, pero se pudo salvar el esqueleto de "Jumbo", que fue llevado al American Museum of Natural History en New York City. Walt Disney dió vida al elefante "Dumbo", en recuerdo de "Jumbo".
Recordar es vivir.
René León
René León
La Obra Literaria de Isabel Diez
Por: René León
En las palabras del filólogo, dialectólogo, catedrático y miembro de la Real Academia Española Manuel Alvar (1923-2001), “Si tuviera que caracterizar la poesía de Isabel Díez tan llena de complejidades, diría que es una poesía vital, pero Isabel no necesita violencias para expresar su vitalidad. Las metáforas son de una limpia belleza, elementales, claras, muy hermosas también...”
Como un brote de la Tertulia Literaria Príncipe de Asturias –a cuyo frente permaneció ocho años-, Isabel Díez Serrano dirige desde su número 1 el vademécum literario en soporte digital ORIFLAMA, presente en la Red desde diciembre de 2002 y que ya ha alcanzado su trigésima edición, apareciendo con periodicidad semestral.
Ya en ese número fundacional se declaraba “con la ilusión de quienes quieren dar a conocer sus esfuerzos, poesía, cuento, relato, artículos, comentarios, etc. e intercambiar noticias culturales con otros países, hermanos de la palabra, la belleza y la pluma”.
Con la cita de sus respectivas apariciones previas en las antologías “¡Y Dios la hizo…Mujer!” y “Sin linderos ni arrabales…hacia el siglo XXI” –reunidas por la Asociación Literaria Calíope al calor de la ya fallecida escritora y catedrática cubana del Exilio en España, Eliana Onetti (1944-2008)-, dos composiciones en verso de Isabel Díez Serrano aparecieron en las páginas 39 y 40 del número 437/438, en su edición de Enero-Abril 2004, de la Revista Hispanoamericana NORTE, publicada en México por el mecenas Fredo Arias de la Canal.
En PENSAMIENTO Digital acabamos de recibir el más reciente número de ORIFLAMA, en el que como siempre predomina la Poesía y en cuyo contenido, sin perjuicio de espigar entre lo más granado del verso y del relato en el estro de los creadores iberoamericanos en lengua española –especialmente los contemporáneos-, llama gratamente la atención el hecho de que los autores de origen cubano –residentes en la Isla o itinerantes por el mundo- integran la alícuota mayor del plantel de escritores cuyas obras van siendo reproducidas en esta Revista semestral y hemos recibido su último libro Relámpagos Interiores (Antología 1984-2010). Que es un resumen de su obra hasta el momento actual.
Isabel Díez Serrano ha recibido varios premios y distinciones honoríficas: Accésit Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, Primer Premio José Gerardo Manrique de Lara, Trofeo Reina Amalia, Flor natural, Llave de plata, pluma de plata, y otros. Posteriormente ha asumido la dirección de la Tertulia-Taller Villa de El Escorial. Es Miembro de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, y de la Academia Iberoamericana de Poesía.
LA FUERZA INTERIOR
Foto de: Lamente es maravillosa |
Lola
Benítez Molina
Málaga
(España)
Es curioso que lo que se idealiza permanece por
siempre en nosotros, pero qué parte hay de fantasía y cuál de realidad, hermosa
quimera que elucubra en nuestra psique sin piedad, búsqueda incansable, que
agota los sentidos sin llegar a saborear el instante. Son sueños que jamás
caerán en el olvido, pero si un átomo de realidad los roza perecen sin remedio.
Ilusiones ausentes, que un día
irradiaron grandeza, adónde se fueron. Quizá retornen con fuerza cuando el
subconsciente las aliente. Tal vez, por ello, Mario Benedetti inmortalizó esta
bella frase: “Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es
el tiempo”. Esa sensación extraña, que dormita en el ambiente, viene a recordar
la fragilidad del momento.
Es una osadía ingrata la de
aquellos que sucumben ante el pasado, pero una fuerza inmune levanta vuelos de
nuevos despertares y marchita la nostalgia que viene a instalarse. Todo
dependerá de lo que nosotros mismos escojamos, somos los artífices, por eso,
tras una pausa, retomaremos el camino, unas veces escarpado y estrecho, otras,
con aromas de azahar. Ya no importará lo desconocido, habremos aprendido a
lidiar en otros campos de batalla. Tampoco importará lo que quede por andar, será
nuestra fuerza la que nos guíe: “Cuando las almas se tienen que encontrar, el
destino acerca los mundos, borra la distancia, une los caminos y desafía lo
imposible”. (Anónimo). O, como dijo Paulo Coelho: “Los encuentros más
importantes han sido planeados por las almas antes, incluso, de que los cuerpos
se hayan visto”.
El proceso está en marcha. Qué
habría sido de la humanidad sin los grandes amores que nos inspiraron. Ellos,
en todas las épocas, han estimulado el pensamiento y la creatividad. El dolor
que supone la pérdida es un generador de savia. Encuentros y pérdidas marcan
nuestras vidas. Nadie está incólume por mucho que lo estén algunas obras de la
civilización azteca: algunos códices han llegado hasta nuestros días como el
“Códice Borbónico”.
Podría mencionar muchos ejemplos
en los que la angustia suscitó obras magistrales para la posteridad. Así,
Boudelaire nos deleitó con poemas dedicados a Sarah “Louchette”, prostituta que
le contagió la sífilis, o sus relaciones con la hermosa mulata Jeanne Duval,
que escandalizaron a todo París. Goethe, a su vez, escribió su novela
psicológica “Las afinidades electivas”, inspirada por su amor a Minna Herzlieb,
con trágico final, probablemente por sucumbir ante un matrimonio yermo, como un
terreno empobrecido.
Qué cruel sollozo recorrería
todas esas vidas colmadas, luego, de laureles cuando ya habitaban en otros
lares y lo terrenal pasó a un segundo plano. Vuestra inmortalidad permanece,
aunque ya poco os importe, pues la dicha que anhelabais al fin encontrasteis.
“Creí que era una aventura y en
realidad era la vida”. (Joseph Conrad).
Galiano, la más elegante
Diario de Cuba
El país que desapareció
Fernando Dámaso | La Habana | 1 de Agosto de 2014 - 10:12 CEST. |
Denominada oficialmente Avenida de Italia desde 1917, todos la conocen como la calle Galiano. Debe su nombre a don Martín Galiano, ministro interventor en las obras de fortificación de la ciudad.
Fue la primera gran calzada transversal que sustituyó un camino que unía, a través de puentes y alcantarillas, el viejo Camino del Arcabuco (San Lázaro) con el de San Luis Gonzaga (Reina). En el lugar donde comienza, existieron unas canteras que aseguraron las piedras para construir las primeras edificaciones de La Habana.
En 1860 era ya la más hermosa calle de la ciudad por sus edificios de buena construcción, muchos de dos pisos, con amplios portales de columnas, donde las familias en las tardes se sentaban a conversar. Junto a la iglesia de Nuestra Señora de Monserrate, se encontraba la residencia de los condes de Buenavista, ocupada después por el periódico El País, hasta su traslado al edificio propio que se construyó en la Calzada de Reina. Sobre la calle Zanja existieron un baño público y el Puente de Galiano.
Pronto se transformó en una calle eminentemente comercial, siendo durante la época republicana la más importante y elegante de todas, con las mejores tiendas por departamentos, joyerías, locerías, etcétera.
Comienza en el Malecón, con el edificio del Hotel Deauville, construido en los años 50 con un 50% de inversión canadiense, y cuyos equipos del salón de juegos fueran lanzados a la calle y destruidos en algunos actos vandálicos del primer día del año 1959. Después de nacionalizado comenzó a depauperarse, y últimamente ha sido remozado para obtener divisas del turismo.
Cruzando San Lázaro existían algunos comercios para la venta de mascotas, preferentemente aves, hoy desaparecidos. En Galiano y Lagunas funcionaba el café Las Villas, y en la esquina de la calle Virtudes, en el número 164, el hotel Lincoln, un establecimiento tranquilo que se hizo famoso porque en él se produjo en 1957 el secuestro del as del volante argentino Juan Manuel Fangio, noticia que en ese momento recorrió el mundo.
A continuación, por esa misma acera, se alzan edificaciones venidas a menos, incluyendo la que perteneciera a los condes de Buenavista y la iglesia de Nuestra Señora de Monserrate, que aparece como una isla en medio de un entorno decadente. Enfrente, los locales que pertenecieron a la tienda de ropa deportiva Cancha, en el número 205, y a Miralda, en el número 213, un comercio dedicado a la venta de equipos electrónicos y de discos con grabaciones musicales.
Más adelante, el local de la famosa cafetería El Camagüey, donde se ofertaban exquisitos batidos de frutas naturales. Viene después la cuadra de Galiano entre Concordia y Neptuno, donde en 1880 estuvo la Sociedad de Recreo de la Colonia Catalana en Cuba. Un edificio que tuvo muchas vidas sucesivas: se convirtió en la Sociedad Gallega Aires de Miña Terra; en 1899 en el Teatro Cuba, que ofrecía piezas del género vernáculo; en 1908 en El Molino Rojo, con piezas del género picaresco, zarzuelas y cortos del cine mudo; fue en 1923 el Teatro Cubano, que presentaba obras cubanas; en 1927 el Teatro Regina, que también proyectaba algunos cortos y películas mudas entre sus variedades (allí estrenó Rita Montaner la zarzuela Niña Rita con la canción "Mamá Inés"); fue cerrado en 1930 y, a partir de 1936, abrió allí sus puertas Radio Cine con 2.600 capacidades.
Por último, en ese lugar tradicionalmente dedicado a la farándula, en 1941 se construyó, respetando el local del Radio Cine e integrándolo a la nueva edificación, el imponente edificio América, de 10 pisos y con más de 70 apartamentos, que en realidad se llama edificio Rodríguez Vázquez, en honor al padre de su propietario. El hermoso cine-teatro América construido en los bajos, de 1.770 capacidades y elegante diseño Art Déco, tuvo como primera proyección cinematográfica El cielo y tú, interpretado por Bette Davis y Charles Boyer, y un primer show donde se presentó Pedro Vargas. Allí fue estrenado el filme Casablanca, y actuaron figuras como Lola Flores, Libertad Lamarque, Tito Guízar, el trío Los Panchos y, en 1950, Josephine Baker. Hoy está dedicado a ofrecer variedades musicales.
El local de Radio Cine, absurdamente bautizado después Jigüe, fue transformado en 2002 como la actual Casa de la Música Habana. En los bajos del mismo edificio se encuentra la cafetería América, en su tiempo magnífica y regenteada por chinos, y hoy decadente, como todos los comercios estatales. En la acera de enfrente, la original edificación forrada de celosías que, cuando se construyó en los 50, todos llamaron "La Colmena", dedicada a un parqueo vertical y, en su planta baja, a joyería y cafetería, hoy convertido en un taller de mecánica automotriz, utilizando su rampa de acceso al piso superior y, continuando, en el número 307 la tienda La Isla y una pequeña sala de teatro en un segundo piso, hoy desaparecida.
En la esquina de Neptuno, la importante tienda por departamentos La Época, donde cada año los clientes "hacían su agosto", inaugurada en 1927 y, después, totalmente modernizada. Tapiadas hoy sus vidrieras centrales con puertas metálicas de corredera ante el temor a los robos en una zona de elevada marginalidad, actualmente la tienda más grande de Galiano pervive sin sus escaleras rodantes, teniendo que utilizar los clientes una estrecha escalera lateral para subir y bajar, y con servicios sanitarios fáciles de ubicar por el mal olor que despiden.
A continuación, se alza una edificación en estado crítico donde antes hubo un hotel y el terreno donde se encontraba la también tienda por departamentos La Ópera, "la esquina del ahorro", construida en 1877, desaparecida desde hace años por derrumbe. Enfrente, queda una antigua locería convertida en una tienda de venta de productos industriales y artesanales en moneda nacional, oscura, sucia y desabastecida, de la que fuera la hermosa peletería California "a los pies de usted". Y están las ruinas del bar Encanto, en la esquina de San Miguel, antes con sus puertas abiertas las veinticuatro horas del día y su espacio demarcado con jardineras de arecas con anuncios de la cerveza Cristal. Allí se disfrutaba de buenos sándwiches y de uno de los cafés con leche y pan de flauta con mantequilla mejor preparados de La Habana. Y en las mesas de mármol y las sillas vienesas ocurrían tertulias políticas y culturales en las noches habaneras, tanto en verano como en invierno.
Lo que queda de El Encanto (y de otras tiendas)
Cruzando San Miguel, aparece el parque construido donde se encontraba la tienda por departamentos El Encanto, establecida en Guanabacoa en 1888 y luego trasladada a Compostela y Sol, hasta ubicarse en esta manzana con un magnífico edificio, donde "don julio" hacía ventas fabulosas cada año. Era la tienda más lujosa de La Habana, lugar preferido de las personas pudientes para hacer sus compras, destruida por un incendio en 1961.
Enfrente, en el número 352, El Bazar Inglés era otra tienda por departamentos, de corte antiguo, con vidrieras con marcos de madera y mesas rústicas para cortar las telas, hoy devenida un oscuro comercio de telas, generalmente desabastecido.
A continuación, en el número 358, la Casa Quintana, una importante tienda de regalos y joyería convertida en un despojo, y el Ten Cents, ubicado en 1924 en San Rafael y Amistad y, a partir de 1937 en este emplazamiento, donde primero estuvo El Boulevard y después La Casa Grande. Era, sin dudas, el más visitado de los comercios de su tipo en La Habana. Y quizás lo más memorable del lugar era su magnífica cancha, que ofertaba exquisitos club sándwiches, pies de limón y de fresa y otras especialidades. Una cancha siempre congestionada, donde había que esperar, situándose detrás de ella, a que se vaciara una banqueta, para ocuparla y ser atendido. Hoy el local, después de dejarlo destruir, ha sido reconstruido y convertido en una tétrica tienda con fachada de mármoles negros, sin vidrieras, que más bien parece un mausoleo, donde usted es observado continuamente por cámaras y empleados si se decide a entrar, además tener precios elevadísimos. Y lleva este nombre: Trasval.
Después de San Rafael, una de las esquinas de más movimiento en La Habana, la peletería donde se vendía el calzado de la marca Florshein y, a continuación, la otra gran tienda por departamentos que competía con El Encanto: Fin de Siglo. Esta tienda, establecida en 1897, construyó en este lugar un magnífico edificio de varios pisos con entradas y salidas por Galiano, San Rafael y Águila. Una vez intervenida, comenzó a decaer hasta convertirse en un comercio de venta de artículos en desuso en su primera planta, y las dos restantes transformadas en albergues para damnificados por derrumbes de sus viviendas. La situación se mantiene hasta nuestros días.
En el lugar en que se encontraba la tienda de regalos exclusivos Le Trianon en el número 405, después de su derrumbe y demolición —donde desaparecieron todos los mosaicos de Talavera que cubrían su fachada— hoy, con el mismo nombre irónicamente forjado en cabillas, venden sus creaciones algunos artesanos. Más adelante, ya en la esquina de la calle Barcelona, el local de la colchonería Komfort, donde se vendían los colchones Beauty Rest de Simmons, y que fue transformado en una barbería colectiva, donde usted llegaba, solicitaba un turno, pagaba, le entregaban un ticket y lo atendía el barbero que le cayera en suerte, sin tener en cuenta su preferencia.
En la acera de enfrente, a partir de San Rafael, estuvo el café La Isla, famoso por sus helados; en el número 402, Flogar, una moderna tienda por departamentos, hoy totalmente venida a menos; la peletería Picanes en el número 416; y la importante Joyería Riviera en el número 456, representante en Cuba de los relojes Rolex y Patek Phillipe, hoy triste sombra de lo que un día fue. Venían a continuación una armería y cuchillería que ya no existe, y la cafetería al llegar a la calle Zanja, en los bajos de un viejo edificio.
Enfrente, comercios que fueron demolidos y actualmente una aglomeración de kioscos en el espacio que éstos ocuparon, donde se venden diferentes tipos de artículos, algunos relacionados con la cultura china, teniendo en cuenta que se encuentra dentro del perímetro del llamado Barrio Chino de La Habana.
Después de Zanja, algunos comercios, lo que fue la tienda Albión, ya en Dragones, y el parqueo donde estuvo la Plaza del Vapor, un mercado público que desde 1818 abastecía con productos del agro a esta parte de la ciudad, y que fue reconstruido en 1836 como un gran edificio con arcadas de sillería, altas bóvedas, bellos antepechos y una fachada monumental hacia la calle Galiano, recibiendo entonces el nombre de Mercado de Tacón, en honor al entonces Capitán General, aunque los habaneros continuaron denominándolo Plaza del Vapor, por el cuadro del vapor Neptuno existente en la fonda que daba para este lado.
En 1918 dejó de ser mercado de abasto y consumo y fue ocupado por pequeños comercios de frutas, mariscos, zapatos, sombreros y venta de billetes de la lotería en su planta baja, mientras los pisos altos se dedicaron a viviendas En la otra acera, en el número 502, estaba la locería La Vajilla, hoy dedicada a la compra-venta de muebles antiguos; la tienda El Arte, especializada en materiales para artistas plásticos, hoy clausurada; al igual que La Borla, una tienda de artículos de costura. Y le siguen otros comercios y viviendas: la famosa dulcería y panadería El Bombero, actualmente un depauperado Sylvain; un Foto Service y la peletería La Defensa, que en su tiempo fue importante.
Una calle a la espera
Durante los años 50, la calle Galiano era la arteria comercial más elegante de la ciudad, compitiendo con ella solamente la vecina calle de San Rafael, luego de que sus aceras fueran fundidas en granito blanco con dos franjas sinuosas de color verde, que se extendían desde Galiano hasta el Paseo del Prado, demolidas en los años del socialismo, para convertir el tramo en un sucio boulevard, grasiento por la venta de comida rápida o chatarra que, en nuestro caso, sería mejor llamarla metralla.
Durante el horario de ventas, de 8 am a 12 am, y de 2 pm a 6 pm, el movimiento de personas era continuo y masivo en Galiano. Por las noches, sus vidrieras engalanadas e iluminadas atraían las visitas de las familias habaneras. En época navideña, toda la calle se adornaba con profusión de motivos alegóricos, guirnaldas y luces de colores. Muchos de estos adornos, verdaderas obras de arte, se guardaban en los almacenes de los comercios para ser utilizados nuevamente.
En uno de los muchos raptos de extremismo de las autoridades, cuando se pretendió borrar las Navidades de la tradición cubana, esos adornos fueron enviados en camiones al basurero municipal de Cayo Cruz y destruidos, pasándoles por encima un buldózer.
Se escuchaban también villancicos en Galiano, emitidos por los altoparlantes colocados en los postes y dentro de los comercios, y se respiraba el olor a resina de los pinos recién cortados, traídos de Estados Unidos y Canadá, para adornar los comercios y los hogares, así como el olor de las castañas que se asaban en las esquinas (San Miguel), y el de las manzanas acarameladas que se ofertaban en el portal del Ten Cents.
Hoy todo eso es pasado. Recientemente han reparado sus sistemas de electricidad, teléfono, gas, acueducto y alcantarillado, con las deficiencias propias de los trabajos que ejecutan las empresas estatales. Han maquillado sus fachadas con mucho colorete, y colocado luminarias del alumbrado imitando a las antiguas, pero todo se encuentra a años luz de la calle que fue.
Sin los importantes comercios que la caracterizaban, convertidos algunos de sus locales en albergues provisionales y muchos en precarias viviendas, hoy con ventas particulares a la puerta o a la ventana, y sobreviviendo sus inquilinos entre ilegalidades, hace tiempo que Galiano dejó de ser la calle más elegante, e incluso la más comercial. Como otras muchas calles, parece encontrarse en espera de la inversión y la iniciativa privadas, que le aseguren tiempos mucho mejores que los sufridos bajo este socialismo.