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miércoles, 15 de noviembre de 2017

El bachiller Martín Fernández de Enciso.

Por: René León

En busca de los sepulcros de Zenu


Foto: Pueblos Originarios

  Enciso era un conquistador que no tenía miedo a los indios y pensaba sólo en riquezas. Estando en Cartagena, le contaron que a unas 25 leguas de distancia en la provincia de Zenu, en sus montañas abundaba en oro fino, y que cuando empezaba la estación de lluvias el oro bajaba a torrentes y que los naturales tendían sus redes para recoger las pepitas mayores, que eran del tamaño de un huevo. Enciso al saber eso preparó una expedición. Al mismo tiempo que Zenu era el cementerio de todas las tribus de la comarca, donde llevaban sus muertos y los enterraban con adornos de oro. Y como es natural la avaricia lo atormento y para allá se fue. 
  Pensaba saquear los sepulcros, además los indios eran infieles. Al llegar se le presentaron varios caciques con sus guerreros. Al principio trato de resolver la situación sin entablar combate con los indios, estos se negaron diciendo que allí estaban sus muertos. Y Enciso les dijo que el no ofendía a los muertos pues ellos no eran cristianos y el no ofendía al Papa. Los caciques le dijeron que aquel era su territorio, y que si alguna persona trataba de apoderarse o profanar el cementerio, ellos le cortarían la cabeza y mostraron a Enciso una hilera de cabezas empaladas, de aquellos que habían tratado de profanar el cementerio. Enciso atacó a los indios, los derrotó e hizo prisionero a uno de los caciques, tres de sus hombres murieron de las flechas envenenadas. 
  Al ver Enciso que no había conseguido el oro que esperaba, se retiro con sus hombres, por miedo a las flechas envenenadas. Fue otra de sus fracasadas aventuras. (ver: Suma de Geografía, Sevilla, 1519). Relato del mismo Enciso. 
Enciso había ido al Darien con Vasco Nuñez, pero por ser un hombre malo sin sentimiento y traidor, nadie tenía amistad con él. Fue expulsado, y le dieron el peor buque que tenían los conquistadores, un desmantelado bergantín. Embarcáronse con él diecisiete hombres. Zarpó del Darien el lro de marzo de 1511, con rumbo a la Española. Nadie lo volvería a ver ni a sus hombres.
Según cuenta la historia al pasar los años corrió la noticia de que unos españoles, encontraron en el sur de Oriente, Cuba, una inscripción grabada en un árbol:   "AQUÍ FENECIO EL DESDICHADO NICUESA ". De esto se infiere que él y sus acompañantes desembarcaron allí, y murieron a manos de los indios. El padre Las Casas dijo que no era verdad.

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