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martes, 1 de mayo de 2018

CULTURA


Foto: Tomado de La Palabra Abierta



Carlos Benítez Villodres

Málaga (España)



No es novedoso escribir que un número significativo de medios de comunicación está manipulado al máximo, ni que los actos culturales, que se llevan a cabo en cualquier localidad de nuestro país, a veces no son aireados y difundidos, como se merecen, por dichos medios. Determinadas vías mediáticas, aunque se hallen impregnadas de una ideología cualquiera, nunca deben ningunear aquellos acontecimientos que están dentro del círculo de la Cultura (con mayúscula).

El ciudadano sabe que la Cultura no es patrimonio de ningún partido político, ya se encuentre en el poder o en la oposición. Nadie debe olvidar que las distintas empresas periodísticas tienen el deber de informar, no siempre lo hacen, como ya he referido, sobre los actos organizados por instituciones y organismos, tanto públicos como privados, precisamente, para acrecentar el caudal cultural del pueblo. “La libertad, refiere Miguel de Unamuno, no es un estado sino un proceso; sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Sólo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamientos. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura”.

Las empresas mediáticas que obvien, a nivel local o nacional, sobresalientes acontecimientos culturales están cometiendo una de las más graves injusticias contra la comunidad a la que sirve. La indiferencia y el silencio que mantienen estos medios de comunicación, ante eventos culturales de gran trascendencia para la población, se los impone el partido al que pertenecen, aunque voceen a los cuatro vientos que son, políticamente, libres e independientes. “La culpa del asno, manifiesta Miguel de Cervantes, no se le ha de echar a la albarda”. A buen entendedor con pocas palabras le basta. Por desgracia, determinadas voces mediáticas se han habituado, el orbe idiotizado lo exige, a imputar “a la albarda” los yerros u omisiones del asno.

El gran Menéndez Pidal dijo, en una reunión de amigos políticos y literatos, que el lema de la República (hoy de la Monarquía) debe ser: “Cultura”. Sí, Cultura, porque sólo los hombres que se cultivan pueden dar soluciones satisfactorias a los muchos y variados problemas que pesan, como una losa de dimensiones cósmicas, sobre la sociedad actual. La Cultura debe hallarse muy por encima de las ideologías políticas, de los poderes económicos, de las sociedades de consumo, de los seres mecanizados, de las estructuras ya conocidas, de los credos sin vida…, pero, desgraciadamente, la realidad es bien distinta.

Tengamos, pues, siempre presente que el hombre es un ser cultural, es decir, la Cultura mana del ser humano, ya que es él quien hace posible, desde el lugar que ocupa en la sociedad, su propio desarrollo en la vida y la transformación constructiva de la humanidad.

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