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miércoles, 15 de agosto de 2018

EN RECUERDO DEL MAESTRO ERNESTO LECUONA

Foto de AllMusic.com

Ponciano Blanco Couret (Cuba) - (†)

Ernesto Lecuona y Casado, legítima gloria musical cubana y uno de los más notables músicos de habla hispana, nació en la Villa de Guanabacoa y desde edad temprana dio muestras de lo que al pasar los años se habría de confirmar; su talento genial. 
  Encausado y dirigido por su hermana mayor Ernestina, también notable pianista y compositora, comenzó sus estudios de piano demostrando cualidades excepcionales en el aprendizaje de la ejecución, la armonía y la composición. Pudo el maestro Lecuona, de habérselo propuesto, ser uno de los más eximios pianistas de todos los tiempos, pues su mano izquierda de prodigioso alcance fue la admiración de los entendidos en materia musical. No lo quiso así el Maestro y aunque daba pequeños recitales pianísticos en sus conciertos ejecutando piezas propias y de otros compositores clásicos, se dejó ganar por la composición con la que logró triunfos jamás alcanzados por otro compositor latinoamericano. 
  Realizó el maestro Lecuona innumerables viajes al extranjero regresando siempre a su querida Cuba, lleno de nostalgias y ávido de contemplar su cielo y sus rumorosas palmeras a las que no se cansó de cantar en su vasta producción. Destacados fueron sus éxitos en New York, ciudad Méjico y Buenos Aires, donde su "Damisela Encantadora" hizo furor. 
  La Madre Patria, España, lo recibió en cada una de sus visitas como madre amorosa, agradecida a lo mucho que él le había entregado. Aún recuerdo aquellas noches de gloria en que con un conjunto de valiosos cantantes cubanos, estrenó Lecuona en el teatro de la Zarzuela, situado en la madrileña calle de Jovellanos, sus obras musicales "El Cafetal" y "El Batey". Al terminar la función al filo de las dos de la madrugada, el público asistente siempre al salir tarareaba por las calles las melodías del Maestro. La ciudad de Málaga supo rendirle homenaje como prueba de reconocimiento a su mundialmente conocida "Malagueña" . Hoy una céntrica vía de esa ciudad lleva el nombre de Lecuona. De la citada "Malagueña" se han hecho numerosos arreglos y es ejecutada por las más famosas orquestas del mundo. 
  Verdaderos acontecimientos artísticos y sociales constituían sus memorables conciertos nocturnos en los teatros Nacional y Auditorium de La Habana bulliciosa y alegre que fue. No hubo cantante que no soñara y anhelara ser presentado por Lecuona en sus conciertos como espaldarazo definitivo en su carrera. 
  Ideó el Maestro ofrecer una serie de conciertos a la temprana hora de la diez de la mañana en domingo; fueron muchos los escépticos que le vaticinaron un rotundo fracaso y le aconsejaban desistiera del propósito. Sin detenerse llevó Lecuona a efecto aquellos conciertos a teatros abarrotados, el público, su público delirante por la magia de su música lo seguía fuese cual fuese la hora de sus conciertos. 
  Cuántas veces contemplé al público de pie y enfervorecido, obligar con sus aplausos repetir hasta diez veces una bellísima y pegajosa canción estrenada en aquella ocasión. En su finca "La Comparsa" situada en Guajay, recibía con su habitual hospitalidad a todos y cuantos quisieran visitarlo. Su casa fue cita y reunión de todo cuanto brillaba en el mundo artístico cubano y mundial. 
  Su canción "Siempre en tema de la película del mi Corazón" le dio la vuelta al mundo como tema de la película del  mismo nombre y tuvo el honor de musicalizar toda una película hecha en Hollywood. titulada "Carnaval en Costa Rica". Inmenso orgullo sentimos  todos los cubanos de que la música  de nuestro compatriota ocupe primerísimos lugares entre las de mayor difusión en los Estados Unidos. Baste mencionar algunos títulos:"Malagueña"."Andalucía", 
" Karabalí ","María la O", "Siboney " y "La Comparsa", etc . 
  Sus operetas y zarzuelas inspiradas en temas cubanísimos enriquecieron la lírica nuestra:"Lola Cruz","Rosa la China","Julián el Gallo","María la O","La de Jesús María","La Guaracha Musulmana" ,"La Tierra de Venus", "Sor Inés" ,"Cuando la Habana era Inglesa" ,"L a Plaza de la Catedral " y un largo etcétera . Dejó Lecuona sin estrenar una ópera titulada "El Sombrero de Yarey " y la " Rapsodia Negra" para piano y orquesta, lo que nos da muestra de su fecundidad musical. 
Tras de ofrecer a su público los últimos conciertos del Vedado, con los que se despidió de su Cuba con su corazón colmado de amargura por tantas desilusiones, para el temido y terrible exilio que lo privaba y tanto quería y que con su música había enaltecido. 
  A pesar de los homenajes en su honor, de los triunfos alcanzados y de las muestras de cariño y respeto que se le tributaban en cada uno de los países visitados, no se sentía feliz el Maestro, privado de su entrañable Isla, a la que él llamó en su canción "Bajo las Palmeras", "esme ralda entre zafiros. No podía, no se adaptaba Lecuona a vivir añorando, sus playas, sus arrollantes palmas y su cielo en perenne diáfano azul. 
  Cansado y enfermo entregó su alma al Creador en las Islas Canarias, que mucho le recordaban a su perdida Patria. Es altamente curioso que nacido Lecuona en una isla de exuberante y siempre verde vegetación , fuera a morir a otra isl a de similares características. 
  El re c uerd o del Maestro Ernesto Lecuona vivirá por siempre en el corazón de todo cubano agradecido y amante de lo bello y de lo bueno y su criolla y bellísima música seguirá ofreciendo al mundo la imagen inequívoca de lo que fue nuestra inolvidable Cuba.

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