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viernes, 15 de febrero de 2019

En Conmemoración del 500 Aniversario de San Cristóbal de la Habana (Cuarta Parte)

Dibujo tomada de: Habana Radio

Este trabajo es sobre la fundación de la ciudad de San Cristóbal de la Habana, en 1519.  Cumple 500 años en 2019.

Información tomada del libro de René León San Cristóbal de la Habana Desde su fundación hasta 1599

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Miami, Florida 33130

  Cabildo. Enero 28 de 1554: "... por cuanto por esperiencia se a bisto que de tener algunas negras o negros bujías e casas de sus amos en donde moran e de lo cual se rescre­ce questos negros e negras se acoxen a ellas e aun españoles e se encubren muchos juntos e se cometen otros delitos: e por tanto proveyeron e mandaron que de aqui adelante nigund negro ni negra tenga bujio propio donde more sino fuera dentro de la casa de su amo... " 

  En reunión del cabildo en Mayo 23 de 1554, se acordó reunir entre todos los vecinos de la villa el dinero adeudado a Rodrigo Martín, que hacía las funciones de sacristán de la iglesia, pues eran necesa­rios sus servicios para la comunidad. El total adeudado era de cincuenta pesos en oro. 

  Cabildo. Junio 8 de 1554: "... este día se comunico en este cabildo que por cuanto se espera en este puerto el Harmada e flota de navíos questá en nombre de dios e otra de nueva españa e otras partes e a causa de la falta de carne que ay se padesceria mucha nescecidad por la mucha gente que sespera e para proveer esto se a tratado con juan de rroxas vezino desta villa e diego de soto quel dicho juan de rroxas pese cien reses vacunas e el dho diego de soto cincuenta e que se les de por cada arrelde un real de plata e que a este precio lo pesen en la carnesceria". 

  El día primero de julio de 1554, el capitán cor­sario Jacques de Sores atacó la despreocupada Santiago de Cuba . Aprovechando la obscuridad de la noche, tomarían el fortín de la ciudad. Al amanecer tenían en su poder rehenes por los cuales exigirían rescate. Entre ellos el obispo Uranga. Viéndose los vecinos de pagar el rescate exigido, de ochenta mil pesos. Según de la Pezuela: 

  "Sores, alejado de su país como luterano por la persecución contra el protestantismo, aunque autorizado por su Rey para corsear contra los españoles y descubrir en el nuevo continente. Más de un mes se mantuvo en aquel pueblo rechazando las hostilidades que le armó Parada". (17) 

  Los problemas que el gobernador Angulo tenía constantemente con los vecinos de la villa, trajeron como consecuencia la petición de su traslado. La audiencia de la Española nombraría al licenciado Ber­nardo Bernáldez, el 27 de agosto de 1554, para tomar el gobierno de la villa e investigar cualquier irregula­ridad. Amistades de Angulo en la Española retardaron el viaje de Bernáldez a la Habana. 

  Cabildo. Junio 12 de 1554: "... por cuanto los yndios que habitan e moran en esta pro­vincia despues que por Su Magestad les fue concedida la libertad andan derramados e vagamundos de unas partes a otras de cuya causa no se puede tener quenta ni rrazon con ellos ansy para lo que toca a las cosas de la dotrina christiana como para que biban en horden e buena policia e por que para esos hefetos e para que fagan compañia a la poblacion desta villa el dho señor governador a tratado e comunicado con los dhos yndios que se junten en un sitio e fagan pueblo por que estando ansy juntos se podra tener quenta e razon con ellos para lo que ofrescen los quales se alegrar de ello". 

  La villa de la Habana había recibido informaciones de que Sores andaba cerca de ella. El alcaide de la Fortaleza, Juan de Lobera, sabiendo que la villa no estaba adecuadamente fortificada, mantenía sus pocos hombres en estado de alerta. En la altura del Morro, se mantenía un vigía día y noche. En el pueblo viejo había otros dos vigías con sus cabalgaduras. Otros dos vigías en la caleta de Juan Guillén, que estaba a media legua del pueblo. Se habían dado órdenes de que todos los vecinos estuvieran armados. No se podía salir de la villa sin permiso. El arma­mento con que contaba la Fortaleza al momento del ataque era de: 24 arcabuces, treinta ballestas, nueve falconetas, una culebrina y un cañón de cuarenta y siete quintale de peso. El artillero era Pedro Andrés. 

  En la mañana del 10 de julio de 1555, al amane­cer, el vigía que estaba en el Morro, dio el aviso de  "Velas en el horizonte". El fuerte disparó un cañonazo. El gobernador cabalgó hacia la entrada del puerto por donde se veía un navío que se dirigía hacia la caleta de Juan Guillén (San Lázaro). Dos hombres a caballo fueron enviados a ver lo que hacían los del navío. Volviendo, con el aviso del desembarco. 

  Desembarcaron los corsarios, atravesando los matorrales, con rumbo a la villa. Se calculaba una fuerza de unos doscientos hombres. Pérez de Angulo procuró reunir sus hombres para defender la plaza. Siete de a caballo y cinco de a pie fueron los que se presentaron. Lobera se encerró en la fortaleza con sus hombres. El guía que ayudó a los corsarios fue un portugués llamado Pero Bras. El segundo de Sores era un español llamado Juan de Plano. En cuestión de una hora se apoderaron de la villa. Ellos espe­raban encontrar en el puerto las naves de Tierra Firme que transportaban los tesoros a España y parte de un salvamento que se había hecho de un navío naufragado en la Florida. Sólo encontraron varias chalupas vacías. 

Al desembarcar el gobernador con sus familiares y algunos vecinos, abandonaron la villa con rumbo a Guanabacoa, que era donde vivían los pocos indios naturales del país que quedaban y algunos negros libres. El pueblecito era pequeño. La guarnición estaba formada por españoles, mulatos y negros. La puerta fue cerrada rápidamente . Empezando la defensa contra los corsarios. 

  Desde el fuerte con dos culebrinas se trató de impedirse el desembarco del navío francés en la bahía . Tres veces las fuerzas de Sores atacaron el fuerte , y tres veces fueron rechazados. La bandera del navío que trataba de entrar en el puerto fue tumbada de un tiro de artillería. Sores le pedía a Lobera que se rindiera, y Lobera contestaba con sus arcabuses. El fuerte fue rodeado y la puerta destruída por el fuego, entrando los franceses; refugiándose los sitiados en un terraplén cercano. Escaseaban las provisiones y la pólvora. Lo único que los salvaría era que viniera ayuda del gobernador. Los arcabuses estaban inservibles, las cuerdas de los arcos rotas. Dos de sus hombres habían muerto, otros estaban heridos. Uno de los defensores, de origen alemán, se había pasado al enemigo. Al fin Lobera se rindió. Sores le prometió respetar su vida, y la de sus fami­liares y hombres, por haber peleado con valentía. 

  Sores utilizó la casa de Juan de Rojas, como su cuartel. Angulo, que estaba en Guanabacoa, con diez españoles, cuarenta indios y algunos negros, que les había prometido la libertad por su ayuda, se dirigieron a la villa. Al saber de la rendición del fuerte, regresaron a Guanabacoa, empezando las negociaciones para salvar la villa. Los franceses exigían . 30,000 pesos y 50 barriles de pan de casabe. Angulo les ofreció 3,000 pesos. Mientras las discusio­nes se seguían, Angulo se preparaba con 30 españoles, indios y algunos negros, armados con lanzas, toletes y piedras, para atacar por sorpresa la villa. El plan era atacar primero la casa de Juan de Rojas, que era su cuartel. 

  El ataque por sorpresa se realizó. En el primer momento sorprendió a los franceses; pero estos con­traatacaron con fuerza, ocasionandoles varios muertos a los hombres de Angulo. La indignación de Sores fue grande, al saber que un familiar suyo había sido muerto. En venganza, ordenó que fueran ahorcados los pns1oneros que tenían. Se cree eran unos 25. Lobera se salvó por uno de los oficiales de Sores que lo desarmó, en el momento que éste lo· quería matar. Lobera se dice que le dijo al francés; "Yo peleo como un soldado español, no como un traidor". Angulo y sus hombres se escondieron en los campos cercanos. Lobera fue encargado del rescate de la villa , pudiendo conseguir sólo 2,000 pesos y algunos objetos de valor. Sores ordenó a sus hombres dar fuego a la villa. Las imágenes de la iglesia fueron pisoteadas. Los pequeños botes que había en el puerto fueron quemados. Al irse Sores, cinco negros y dos indios prisioneros fueron ahorcados frente a la casa de Juan de Rojas. 

  Después del ataque a la villa, ésta quedó destruida. El 4 de octubre del mismo año, otro nav1o fr a nc és entró en el puerto, sin ofrecer los residentes resistencia alguna. Se apoderaron de una carabela que se encontraba cargada de cueros. Días después, tres pataches, se cree de Sores, volverían a tomar la villa. Apoderándose de lo poco que quedaba. Entre ellos, cinco españoles y seis esclavos negros, de prisione ros. Al pagar el rescate los vecinos, los espa­ ñoles fueron devueltos. 

  Sobre estos nuevos ataques Irene A. Wright nos dice: 

"On September 29th, a patache manned by a dozen Frenchmen appeared off Havana. They represented themselves to be Spaniards, inquired into the state of affairs on land, and being advised truly, they entered the port and took possession of a caravel, with which they withdrew to Mariel harbor where their own ships were. On October 9th, these put into Havana bay and the corsairs landed. They did not demolish the rebuilding which the disheartened settlers had begun but they visited outlying estates where they collected hides to add to the considerable cargo of these they already possessed. On October 23rd., 1555, they sailed away, leaving Havana utterly humiliated". ( 18) 

  Según de la Torre, entre los vecinos de la villa se contaban: Cristóbal Velázquez, Domingo Talavera, Francisco Ginovés, Antonio de Zurita, Francisco Mejías. 

  Debido a las agresiones a las poblaciones de Cuba, y en especial a la Habana, que era donde se reunía la flota que iba con los tesoros a España, a petición del virrey de México se adoptaron medidas para evitar dichos ataques. Fue nombrado el capitán Diego de Mazariegos, nuevo gobernador. Sería éste el primer gobernador que recibió ayuda pecuniaria para el sostenimiento de la plaza. Se empezó a cono­cer esta ayuda por "Sitúados". LLegó con la encomienda de construir una nueva fortaleza, para mejor protección de la villa. Con él trajo tres esclavos negros, cuatro arcabuses, cuatro arcos con sus flechas y tres espadas. En su viaje a la Habana, el navío que lo traía se estrelló contra unos arrecifes. 

  Cabildo. Febrero 8 de 1556: "... fue acordado en este dicho cabildo por los dichos Señores Justicia e Rexidores que por quanto algunos negros o negras ansy de los que son esclavos como de los que se an liberado de poco tiempo a esta parte venden cargas de casabi diziendo que es suyo e socolor desto urtan a sus amos lo cual conbiene rremediar por tanto hordenaron e mandaron que de aqui adelante no pueden vender ningund casa­bi ni poco ni mucha cantidad e el que lo contrario fiziere de mas de perder el tal casabi que anci vendiere si fuere esclavo o esclavos libres le sean dados cien acotes atado a la Seiba de la plaza..." 

Carta al gobernador del Rey. Febrero 9 de 1556: "... Diego de mazariegos nuestro gobernador de la ysla de cuba porque como sabéis ese puerto de la villa de la hauana es la escala principal de las yndias a donde los nauios que vienen dellas ansi del nombre de dios como de la nueva españa y otras partes para venir a estos Reynos vienen a parar y es necesario e muy ynportante que el dicho puerto este siempre arrecaudo y con gran defensa para que en caso que armada de francia pasase a esas partes no pudiese tomar el dicho puerto ni hazer daño en el y como quiera que por nuestro mandado se ha hecho vna fortaleza en el dicho puerto de la cual es alcaide Joan de lobera somos ynformados que no es bastante defensa para guarda del dicho puerto y de las naos que van y vienen a las yndias ansi por no ser la fortaleza tal qua conuiene como por no estar en buen sitio y lugar y porque a nuestro servicio conuiene que luego con toda breuedad se entienda fortificar la dicha fortaleza y hazerla como convenga y en caso que no este en lugar y parte conveniente se haga en el sitio y parte donde este mejor y mas aproposito y que tambien se fortifique el morro questa a la entrada del dicho puerto enbio a mandar al nuestro Visorrey e officiales de la nueua Spaña que con toda breuedad enbien a poder de los nuestros officiales desa ysla diez mil pesos para que se gasten en lo suso dicho y no en otra cosa alguna... 

  Cabildo. Marzo 8 de 1556: "... fue acor­dado por sus merces del dicho Señor governa­dor que ya sus mercedes ven e a el le consta la destrucione perdida que los fran­ceses corsarios an causados en esta villa de San christoval de la havana e como en ella no a quedado defensa nenguna e visto lo mucho que importa al servicio de Su Magestad el buen rrecaudo e defensa desta villa para Reparo de los vezinos que en ella biben e para el anparo e seguridad de los navios que a el aportaren de los subditos e naturales vasallos: que atento esto el a tratado veynte soldados que con sus harmas e arcabuces emunicion e bastimento e ensimismo seys piezas de artilleria gruesa hasta en tanto que la rreal harmada de Su Mages­ tad que se espera bendra a este puerto por los reynos de españa este en guarda e anparo desta villa que vean sus mercedes el medio que en ello se podra tener para que esten aposentados e en parte que mejor conbenga a la defensa desta villa... " 

  La llamada Fuerza Vieja se encontraba situada a la entrada del puerto, cuando el ataque de Sores. El nuevo lugar escogido para la construcción de la nueva Fortaleza, fue donde se encontraba la casa de Juan de Rojas. Que es donde se encuentra actual­mente situada. Las obras durarían alrededor de unos veinte años en terminarse. En el año de 1556, Geró­nimo Bustamente de Herrera fue comisionado para su construcción. Al siguiente año se prepararon los planos, pero todo quedó paralizado. En enero de 1558 fue reemplazado por Bartolomé Sánchez. Este segui­ría los planos del anterior. Estos mismos planos están en el Archivo de Indias. 

    En Sevilla no se ponían de acuerdo en el envío del dinero de su costo, ni de los esclavos que Sánchez exigía se necesitaban para poder empezar la construcción. En noviembre de 1558, llegó Sánchez a la Habana, con 14 hombres y 30 esclavos. En diciembre 1, se dirigió a Guanabacoa a una cantera que había allí, para empezar el corte en bloque de las piezas que se utilizarían en la fortaleza. Doce obreros se utilizaron para el corte de las rocas. La ciudad contribuyó con 30 esclavos en los trabajos. Mazariegos trajo de Santiago de Cuba 40 esclavos, cuyos papeles no estaban en regla. De los prisioneros que había en la villa, se escogieron 14 franceses que habían sido apresados en las costas de Cuba. 

A Sánchez se le dio el permiso de adquirir todos aquellos terrenos para la corona. Los dueños de las propiedades eran: Juan de Inestrosa, Alonso Sánchez del Corral, Diego de Soto y el clérigo Andrés de Nis. Las propiedades llegaban hasta donde estaba la Plaza de Armas. Su valor fue pagado al pasar los años por la corte, en ducados. 

  La Fuerza Vieja, como fue conocida la antigua fortaleza, se encontraba, según los papeles del Cabildo, a unos trescientos pasos hacia el noroeste del Castillo de la Real Fuerza, que sería como se conocería la nueva construcción. Debido al ataque de la ciudad por el corsario Sores, la Fortaleza quedó destruída. Debió ser reparada mientras se empezaba la nueva construcción. A principios del 1577, visitó la villa don Antonio Manrique por encargo del Rey. Aconsejando Manrique que "la fortaleza Vieja es muy necesario allanarla por el suelo, porque si el enemigo tomase con mucha facilidad la puede terraplenar, y de allí hacer mucho daño a la nueva". Esto no suce­dería hasta 1582, siendo gobernador Gabriel de Luján, que ordenaría su destrucción, en carta al Rey. 

  Cabildo. Abril 24 de 1556 : "... arancel de los derechos que an de llevar todas las personas que dieren de comer en sus casas en esta villa de la havana. Primeramente por tres libras de pan casabi dos  rreales. 

  Ytem por una libra de carne de puerco ques la quarta parte de un arrelde cocida o asada medio rreal e sino fuere cocida que den sus coles o calabazas con ella. 

  Ytem por una libra de carne de vaca medio rreal e den con ella un plátano o otra fruta de la tierra. 

  Ytem que pueda ganar en el vino que dieren en cada aRoba sys rreales e que lo midan delante la persona que lo comprare. 

  Ytem por una piña medio Real. Ytem por doce platanos un Rreal. 

  Ytem que tales personas que dieren de comer sean obligadas a dar agua a los que comieren la que les bastare e mesa e manteles linpios de valde sin llevar por ello interese algund. 

  Ytem que si alguna persona quiere dormir en las tales casas de trato que si le dieren una hamaca lleven por cada noche un rreal e sino le dieren hamaca ni otra cama medio Rreal. 

  Ytem que las tales personas que ansy dieren de comer tengan peso de balanzas e medida para pesar e medir lo que ansy dieren de comer e beber. 

Ytem que los suso dicho tengan colgado este arancel en la puerta de sus casas en la plaza o lugar donde vieren de puerta de sus casas en la plaza o lugar donde vieren de comer de manera que todos le puedan leer e entender..." 

Cabildo. Mayo 8 de 1556: .... fue acordado que por que el xagüey desta villa de que se proveen de agua esta seco e tienen necesidad de se limpiar para que benida las aguas se hinche e este de buena agua limpia mandaron que para hefecto de se linpiar el martes primero benidero de la semana que biene e para ello vayan e se den negros que se suelen dar por los vezinos e no alzen mano hasta que lo acaben... " 

  Al principio, la población se suministraba de agua de un arroyo que había en la parte sur de la villa, llamada de Jagüey. El cabildo, en el año de 1556, empezó a buscar más abasto de agua para los vecinos y los barcos que tocaban el puerto. El cabildo de la villa ordenó, el 28 de diciembre de 1562, la construcción de una zanja o canal donde se desviaría el agua del río Chorrera (Almendares). En el año de 1566, en los archivos de la villa aparece francisco Colona y dos albañiles, que comenzaron a abrir las zanjas; al carecer de suficientes fondos, las obras se paralizaron. En 1569, Hernán Manrique de Rojas y otros vecinos acaudalados de la villa, se hicieron cargo de la obra dando su apoyo y ayuda económica. Terminándose el canal en el año de 1587, con un gasto de 45,213 pesos. Los campos inmediatos se beneficiaron y el abasto de la villa y de los barcos e tocaban puerto. Muchos años más tarde, en 1759, canal se agrandó, uniéndose al río del Almendares, donde construyó una represa.

Cabildo. Mayo 14 de 1557: "... se proveyo e mando que muchas negras esclavas en esta villa an tomado por trato de tener taberna e tabaco lo ques en mucho perjuicio desta Republica e mandaron pregonar publicamente que de oy adelante ninguna negra esclava sea osada de bivir en casa por si ni tener taberna ni tabaco so pena de cincuenta acotes a cada una de las dichas negras que lo contrario ficieren e demas desta que el amo que se lo consentir e yncurra en pena de dos pesos para la Camara e Fisco e obras publicas e mandaron que se pregone publica­mente... "

Cabildo. Agosto 20 de 1557: "... el cabildo se acordo que por quanto al buen recbdo desta villa es nescesario que aya un tanbor que toque cuando ubiere navio e para ello an cogido a juan de emberas flamenco el qual es habil e suficiente para ello e les a pedido le señalen salario para ello e por­ que el susodicho lo sirva con voluntad con acuerdo de todos los Srs. Justizia e Rexidores e de ambrosio hernandez procurador señalaron de salario a dicho juan de emberas tanbor treynta e seys ducados por un año el qual comienze a correr desde oy e el dicho juan de emberas lo acetó e se obligo a lo servir por el dicho precio e los señores dixeron que se le libre e pague ansy como fuere servido de penas aplicadas a gastos de guerra e obras publicas desta villa... "

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