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viernes, 15 de febrero de 2019

Visión del mestizaje cultural literario en Crónica de una muerte anunciada de García Márquez

Foto tomada de: Astro Rey Books 


Hannelore Hahn
Columbia University .N.Y.  (1994)

En su obra narrativa, García Márquez se ha apoderado de los viejos temas universales de la literatura mundial y de las ideas filosóficas existencialistas.  En  este  estudio  se  presenta  una visión  del  mestizaje  cultural-literario  y,   en   particular,   se explora la idea  de  la  influencia  de  Kafka  en  García  Márquez, con  su mensaje  de alienación contemporánea.  (En "Conversaciones con Plinio Apuleyo Mendoza en el  año  de  1932,  García  Márquez declara  la  influencia  kafkiana.  Él  ha  afirmado  que  "cuando  él leyó  a   los   diecisiete   años  La metamorfosis, descubrió  que iba a ser escritor". (p.41)
  Según el crítico alemán, Wolfgang Iser,  la  reacción  fenomeno lógica del lector debería  incluir  dos  polos  opuestos:  el  artísti­co, referente al texto, y el estético, referente a  la  activa colaboración de la persona que lee  e  interpreta  la  obra  litera­ria.  Este  proceso  de participación  creativa no sólo  ahonda  en el entendimiento de la  obra,  sino que también explora el  dominio de  la  imaginación  del   creador.   Esta  reacción  estética  permite al  lector   una   respuesta   emocional   y  creativa   que  apela  tanto a la inteligencia como a los sentidos.
Foto tomado de: cubasi.cu
  El mestizaje cultural-literario se puede entender como un cruzamiento de las ideas y filosofías literarias de Europa e Hispanoamérica, particularmente en cuanto a los elementos temáticos. El existir, la honra, el amor y  el fatalismo o  sólo  son temas de la poesía española desde el Siglo de Oro, sino que presentan distintas realidades de  América  Latina  en  la novela de García Márquez.  Además,  desde  los  filósofos griegos hasta la  edad  moderna,   la   dicotomía  de  la   realidad  vs.   la  imaginación y la  emoción  vs.  la  razón  forman  la  base  de  las  ideas  filosóficas de  nuestro   mundo   y  establecen   el   criterio  de  la   mejor nove­lística  de  hoy. De interés  particular  son  las  alusiones  a   la literatura  del  Siglo  de  Oro,   específicamente   en   esta   novela en cuanto  al  tema  del  honor,  el  cual  es  el  tema central  del teatro del siglo XVII. Las alusiones a la literatura  española comienzan con el  epígrafe  de  Gil  Vicente  ''la  caza  de  amor es de altanería " y se  concentran en el  concepto del honor, formulado en las comedias de Lope de Vega.
  La metamorfosis de Franz Kafka y Crónica de una muerte anunciada­ Gabriel García Márquez se prestan a la interpretación fenomenológica; ya que enfocan los predominantes conceptos exis­tencialistas del Angst (la angustia metafísica de cada uno) del Zeitgeist (la expresión de espíritu de nuestra época).
  La confluencia de estos conceptos y la técnica narrativa de García Márquez se profundizan por medio de elementos fantásticos, de intención simbólica o metafórica. Este proceso afirma  los valores metafísicos para alcanzar un estado de libertad individual absoluta, ya sea por la muerte o por el amor. Cada autor muestra esa constante preocupación por indagar en unos temas existencialistas dentro del contexto del fluir del tiempo. Ellos unen el pasado con el presente, muchas veces en el plano del absurdo, para investigar y averiguar la existencia humana, su preocupación metafísica y la exploración de la psicología, en combinación con las frustraciones de los seres humanos en un mundo hostil, alienado y angustiado.
  El concepto de la confluencia cultural-literaria en Crónica nos revela la influencia española y la existencialista de Kafka en los temas universales y antitéticos como la vida y la muerte, el comienzo  y el fin del existir. Esta visión trágica de la existencia humana se examina a través del mundo sombrío y amenazante de la condición. humana -la deshumanización. y el pesimismo del hombre contemporáneo- su condición. de víctima de la sociedad. 
  Se enfoca en la moral trastocada de esta sociedad cuando el protagonista se hace víctima de un código de honor en su forma más primitiva, y el autor expresa en esta novela "una crítica feroz de este código de honor imperante en el pueblo de los Vicario''. (Predmore, p. 711) Para el lector moderno, este código y el sentimiento de fatalidad tan persistente manifiestan la complejidad de la vida humana. El tono grave y trágico de la narración sirve como Leitmotiv para destacar el dominio fatal del código de honor y el valor de la honra.
  Desde el principio de esta novela, el lector sabe de la muerte del  protagonista, Santiago Nasar; la narración se centra en el crimen de los gemelos, Pedro y Pablo Vicario. Aunque sabemos - desde la primera oración - lo que va a suceder, el autor nos presenta la novela con tal fascinación. que el lector se ve forzado a participar introspectivamente en la persecución y la destrucción del protagonista. La persecución y muerte de un miembro del pueblo no sólo muestra la carencia de humanidad y escrúpulos, sino que también sirve de Leitmotiv para subrayar el hilo de la narración, el destino fatal del protagonista, en su trampa final. Este profundo sentimiento de fatalidad, al igual en el mundo kafkiano, refiere a un ambiente de persecución, alienado y solitario; sin embargo, con la posibilidad  de transformación espiritual del protagonista.
  Este mundo sombrío no sólo señala el tema de la soledad , sino que destaca un cierto sentido de alienación de la familia y de la sociedad para explicar el terrible  acto de los gemelos, la matanza d Santiago Nasar. El código de honor, este antiguo concepto medieval -un elemento temático del drama de Calderón de la Barca y de Lope de Vega- de vengar el honor familiar, concurre con la temática  del castigo mortal. Los gemelos admiten que son culpables y que su acto "ante Dios y ante los hombres fue un asunto de honor''. Según las leyes de la sociedad,  el honor de la hermana y de la familia demanda el crimen, aunque no hay ninguna evidencia de que Santiago ha violado la virtud de Angela. Esta cuestión es un secreto magistral -un enigma que nunca se aclara en la novela. Tal vez, se pueda averiguar que García Márquez ridiculiza a los personajes y este código moral para subrayar el carácter absurdo de esta herencia cultural española y su función social en la realidad de Latinoamérica de hoy. (Véase el artículo de Hugo  Méndez Ramírez en HISPANIA, vol. 73, no. 4, Dec. 1990.. 934-942 "La interpretación de periódica del código de honor en Crónica".
  Por toda la novela se nota este persistente tono fatal, subrayado por los siguientes conceptos antitéticos más notables, que se repiten de modo constante: el fatalismo contra el idealismo, el espacio vs. la ficción literaria y la virtud vs. el vicio. Como Franz Kafka, García Márquez emplea y refuerza ciertas pala­bra y frases como "lo iban a matar " , "ya lo trataron", "vamos a matar a Santiago Nasar" como Leitmotiv para destacar la fatalidad­ y el destino predestinado del protagonista. Este profundo sentimiento de fatalismo forma parte del ambiente de persecución y soledad de Santiago que lleva al punto culminante cuando el protagonista acepta su destino -su eterna soledad- el morir sin saber las razones de su fallecimiento. Por los sufrimientos se transforma en mártir.
  Otro elemento literario-filosófico que une los dos autores es el simbolismo de los diversos sueños de Plácida Linera, la madre del protagonista, y estos sueños no sólo sirven como Leitmotiv sino que impulsan la acción tanto como la función premonitoria del acto de la matanza inevitable de los gemelos, ayudada por la ignorancia del pueblo. Uno de los  sueños de San­tiago de que "iba volando entre los almendros" es el presagio de su muerte y sirve como la idea central, la fatalidad, la cual se  hace más fuerte por  la falta de idealismo. Aunque el amigo de Santiago, Cristo Bedoya, trata de prevenir el crimen, él no alcanza a impedirlo. Del mismo modo, todo el pueblo sabe que el crimen va ocurrir, pero nadie interviene para salvar a una persona inocente. Esta situación es un verdadero mundo kafkiano, en el que cualquiera puede ser víctima de circunstancias ambiguas sin posibilidades de desenredarse; nadie alcanza a su estado de salvación.
  Este tono pesimista se puede interpretar -en las dos novelas­ según las ideas existencialistas, las cuales determinan que el amor existe en su doble significado: la lucha constante entre el bien y el mal y la inocencia y la culpabilidad. Por lo tanto, en la novela y en la realidad circundante, la vida -el amor­ y la muerte -la nada- mantienen la tensión creciente por  esa dualidad del existir. 
  Para representar la lucha constante entre la razón y los sentimientos, García Márquez escoge los símbolos cuidadosamente, en la búsqueda del conocimiento de sí mismo y las responsabilida­des de cada individuo, según los preceptos existencialistas. Sin embargo, el acto brutal y violento, cometido por los gemelos, requiere un balance espiritual, una búsqueda de los valores más estéticos de la vida. Por eso, García Márquez describe el pere­grinaje del protagonista y de los hermanos. Primero, el novelista busca el motivo de la muerte de Santiago y expone la cuestión de la culpabilidad; pero que nunca se resuelve. Segundo, el protagonista desarrolla su paso de entendimiento; él empieza su peregrinaje en el estado de inocencia y lo concluye, después de su metamorfosis espiritual, cuando acepta su muerte anunciada con dignidad y sabiduría. Él percibe su destino fatal y lo reconoce como un hecho inevitable. Tercero, Ángela Vicario sufre también una transformación de ánimo; de una persona que consiente a los consejos de sus amigas hasta de una mujer que acepta el  desafío de un existir metafísico. 
  El simbolismo de los nombres intensifica el misterio de la obra y el profundo sentimiento de angustia que penetra la narración. Santiago Nasar, el protagonista, puede, tal vez, representar el eje del mundo hispano; es la imagen de Santiago, hermano de San Juan Evangelista y uno de los doce apóstoles, patrón de España, y figura de descendencia árabe; sin  embargo, cristiano, que acepta su destino fatal, sin disputa, como mártir . El lector percibe la resignación de Santiago, su inactividad y su actitud pasiva al enfrentar la fatalidad y su propia mortalidad. Por contraste, su amigo, Cristo Bedoya, trata de impedir el crimen, pareciendo casi una figura redentora; sin evitar el acto brutal. Sin embargo, la insensibilidad del pueblo, impuesta por las rígidas leyes morales, se hace más evidente por los antiguos conceptos del honor y del machismo, que forman una parte integral de esta sociedad española. 
  García Márquez construye, a través de la antítesis, el personaje femenino principal, Angela Vicario. Es la figura intermedia y el instrumento fatal del destino de Santiago. A pesar del simbolismo cristiano de su nombre. Angela lo acusa, provocando los acontecimientos que guían a la muerte y a su enclaustramien­to, la soledad y la pérdida de su futuro. 
  Otra persona misteriosa, muy aislada de su ambiente, es la madre de Santiago, Plácida Linera, que no hace nada para impedir el crimen. Ella es muy plácida, según su nombre, y se da cuenta de su soledad profunda. (p.22) Su papel en la novela puede ser simbólico, particularmente en cuanto a los sueños que ella sufre y los presagios implícito. Estos sirven de Leitmotiv para desta­car la fatalidad del destino y la premonición de la muerte, desde el principio de la novela hasta el final. 
  El esposo de Angela, Bayardo San Ramón , es un personaje casi diabólico, que nunca se aclara en el desarrollo de la novela, apareciendo y desapareciendo misteriosamente y destruyendo no sólo la vida de Ángela , sino también el existir del viudo de Xius. Bayardo San Román no forma parte de una sociedad civilizadora, sino que arruina las relaciones de la familia y las obligaciones de un colectivo estructurado, civilizado. 
  El y los gemelos, Pedro y Pablo Vicario, a pesar de su nombre simbólico, cristiano, de dos apóstoles de Cristo, se convierten en instrumentos de venganza y matanza. Los gemelos admiten que ellos matan a Santiago "a conciencia"; este acto es demandado por la honra de la hermana y de la familia. No obstante, la violación de la virtud de Angela nunca se aclara y forma parte del enigma de la novela. 
  Además de los personajes principales, una multitud de personas del pueblo, como un coro griego, comenta el crimen, Pero nunca interviene en el encadenamiento de los acobardamientos, en el inevitable desenlace fatal. Este mundo sombrío, casi un laberinto kafkiano, cerrado -un espacio sin salida- se hace más denso por el lenguaje. De interés particular con las imágenes deslumbrantes de la naturaleza, logradas a tase de colores y olores penetrantes. El simbolismo de los árboles enreda la novela desde el principio hasta el final. Se mencionan algunos árboles en los sueños, específicamente los almendros, que no sólo son simbólicos de la muerte, sino que sirven para señalar la posibilidad de esperanza; el armonizar del bien con el mar, de la inocencia con la culpabilidad: "vio los almendros de la plaza, nevados por el resplandor del amanecer". (p. 25) (Otro recurso del drama de los escritores del Siglo de Oro)
  Otro antiguo símbolo recurrente es el de los perros, que representa los acompañantes del muerto en su viaje nocturno -según Cirlot, p. 359-, desde el principio hasta el final de la novela, expresado en un lenguaje muy gráfico. (pgs . 118--8) Este presagio de muerte se intensifica por el empleo del conejo y la imagen de sus entrañas, -al principio y en el último capítulo- ; esta visión nos presenta la sensación de agonía del protagonista y el inevitable de su destino. (El simbolismo de estos animales es otro recurso figurativo de autores españoles)
  La incorporación de los olores no sólo da a la obra un sentido de tacto, sino también de continuidad, particularmente en la reiteración de lo inevitable de la matanza de Santiago: 'Todo siguió oliendo a Santiago Nasar aquel día". (p.126) Esta imagen del olor penetrante continúa hasta el fin de la novela cuando uno de los vecinos dice: "lo que nunca puede olvidar fue el terrible olor a mierda". (p.192) El lector participante percibe los olores por la propia piel, siente el acto de crimen, y se hace colaborador de la acción. 
  EL elemento extranjero de esta narración se puede ver en el protagonista, en la descripción de su carácter , su personalidad y su encapotamiento. Santiago Nasar pertenecer a la clase adinera­da, de herencia árabe. La descripción de él es un cuadro fino de su aparencia:"  era esbelto y pálido, y tenía los párpados árabes y los cabellos rizados de su padre" . (p .15) Esta imagen se profundiza al final de la obra cuando el protagonista está muriendo: "su rostro de sarraceno con los rizos alborotados estaba más bello que nunca". (p .191) Este retrato ahonda en el aspecto foráneo -el misterio de la narración- con el propósito de mostrar los sufrimientos del protagonista tanto caro la aceptación de su destino fatal . Este tema de padecimiento se entrelaza con el presentimiento de predestinación que corre por la novela. Santiago no sólo es una figura trágica, casi religiosa, que está buscando el conocimiento de sí mismo , sino que, también, representa la mezcla de tres culturas: la española, árabe e hispanoamericana. La herencia cultural señala el ambiente fatal e inevitable de una persona -y de un pueblo enclaustrado­ y contribuye a la percepción de un laberinto kafkiano donde no hay posibilidad de escaparse, de salvarse de la existencia predestinada. 
  Esta herencia literaria europea -desde el Siglo de Oro hasta la confluencia de la estilística kafkiana- se percibe por toda la novela, específicamente en cuanto a los antiguos símbolos tradicionales, las preponderantes ideas fundamentales y los ideales de la libertad individual. En esta , obra, el existir de cada uno de los personajes principales revela no sólo la honda influencia kafkiana, sino también el valor metafísico de los temas definitivos y recurrentes del existencialismo en la narrativa de García Márquez: el vivir, la nada, la búsqueda de sí mismo, el amor, el odio, la angustia y la posibilidad de aceptar su propio sino predestinado. 
  En la expresión simbólica y metafísica de su estilo narrativo, García Márquez nos presenta el existir, captado y aislado en un laberinto kafkiano, sin la posibilidad de escapar. El lenguaje pintoresco y oloroso refuerza el hondo sentimiento de un autor comprometido que da su mensaje espectral a través de un protagonista que alcance una existencia significativa por vía de su sufrimiento y la búsqueda del conocimiento de sí mismo. La caza de Santiago nos transmite lo inevitable, lo terrible y lo fatal de una realidad inexplicable. Tal vez, se pueda percibir el hilo de la influencia kafkiana en el mensaje de García Márquez: a pesar de la alienación contemporánea, cada ente busca un estado de libertad absoluta individual, con el propósito de escapar de su angustia solitaria, existencialista. 
  Al final, se debería destacar que el escritor colombiano revela el destino humano como engranaje de tres culturas que se transforma en el sino de cada pueblo. La realidad circundante del pueblo hispano de hoy presenta un desafío al autor y a cada lector porque ésta debe metamorfoseada para convencernos de la anhelada haronearía universal entre el individuo y su comunidad, entre Europa y América Latina y entre cada ser humano y su conciencia. 

NOTAS 

García Márquez, Gabriel. Crónica de una Muerte anunciada. Barcelona, Editorial Bruguera, 1981. 

Kafka, Franz. La metamorfosis. Madrid, Alianza Editorial S.A., 
''El Libro de Bolsillo" , 1977. 

Mendoza, Plinio Apuleyo. Gabriel García Márquez. El olor de la guayaba. Conversaciones con Gabriel García Márquez. Barcelona. Editorial Bruguera, S.A., 1982. 

Predmore, Richard L. ''El mundo moral de Crónica de una muerte anunciada''. Cuadernos Hispanoamericanos 390, (December 1982): 703-712. 

Méndez Ramírez. Hugo . ''la reinterpretación paródica del código de honor en Crónica". HISPANIA, Vol. 73, no.4, December 1990,  934-942. 

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