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lunes, 1 de abril de 2019

ESPEJISMOS

Foto tomada de: Ok Diario

Por: Mario Andino 

En este mundo de hoy, el pulso de los valores del hombre, camina con el combustible de los extremos. Un vacío existencial entre lo que es "ser" o "parecer'', nos pennite una relatividad de vanidosa inmadurez. Rivalidades competitivas conforman nuestro plan de vida, obsesiones hedonísticas nos ensimisman con perfidia; lo que importa más es lo excitante en el consumerismo y la moda; lo somático trueca anatomías por envolturas plásticas; no es la vida ya para sí mísmo sino para "el qué dirán"; un ansia impulsiva de agradar, nos lleva a la inconsistencia moral. Se exagera la hipervalia de huecas imágenes, se empobrece la intimidad de los que debieran sentirla y se mutilan nuestros cuerpos para adecuarse a semídioses hermafroditas. Rasgos sutiles de una imagen en particular, se convierten en la ley popular de los moldes estéticos; el ideal mítico de frivolidad que ahora exalta a la mujer, desecha toda desviación del ejemplo que más apela a los sentidos del prójimo. Una obesidad reubensiana es un atentado en contra de la ciudadanía, y sus víctimas se convierten en ciudadanos parias de nuestra sociedad o, en una vulgaridad práctica de los instintos carnales. En estos días, la endémíca masculinización aeróbica del fisiculturismo atarantado, ríe cual hiena ante los ascetismos espirituales. La delgadez temporal, al estilo de Botticelli y su gracilidad etérea, es un triunfo de la voluntad sobre el instinto de supervivencia Y, en tal antinomia, la presencia humana es adorada como figura perecedera y no por lo inmortal de su alma Porque la belleza humana y artística, no reside sólo en formas, sino en quien la admira; ya no seducen ojos sino miradas, ni un entrafio misterio interior. La mistificación de la vida es tan antigua como el hombre, por ello la frivolidad se aloja en la piel y en lo valedero, no en las almas. La tersura es don pasajero, el placer de la carne es sólo temporal y empieza a decaer después de la luna de miel. Lo único que permanece es lo inexorable, lo que no podemos evitar, y que es únicamente la materia que perecerá.

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