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miércoles, 15 de mayo de 2019

En Conmemoración del 500 Aniversario de San Cristóbal de la Habana (Décima y Última Parte)

Un ingenio de mediadios del XVIII
Foto tomada de: Habana Radio

Este trabajo es sobre la fundación de la ciudad de San Cristóbal de la Habana, en 1519.  Cumple 500 años en 2019.

Información tomada del libro de René León San Cristóbal de la Habana Desde su fundación hasta 1599

Copyright 1990
Printed
San Lazaro  Graphics Corp.
819 SW 8th Ave
Miami, Florida 33130  

El gobernador Luján mandó preparar un sistema de vigilancia, para protege la villa de un ataque. En la punta de Hicacos se apostó un buque con ins­ trucciones para lle var aviso a España. En el río de Puercos, otra nave de poco calado vigilaba para noti­ficar a México. En la costa de Martanzas, había centinelas que avisarían a la villa.

Drake es rechazado en Cartagena. Asalta Santo Domingo, ocupándolo por treínta días; recibe un rescate de veinticinco mil pesos. El 29 de mayo de 1586 se encuentra en Mariel. Sus barcos permanecen al pairo, frente a la bahía de la Habana. El 4 de junio se retira sin motivo aparente alguno. Debido a la captura de una embarcación de corsarios, se pudo saber que gran parte de la tripulación padecía de fiebre amarilla, contraída durante el asalto a Carta­gena.

En carta enviada al Re y, Diego Fernández de Quiñones le informaba del perso nal con que contaba para la defensa de la villa, cua ndo se esperaba el ataque de Drake. El 4 de febrero de 1586, el personal era el siguiente: Capitán Melchior Sardo de Arana, Sargento Mayor Carlos de Avanza, Alférez Juan Gómez, Sargento Pedro de Pertierri, Tambores Blas de Palomares, Lorenzo Durán, Francisco Ronquillo. Cabos de Escuadra: Francisco Pérez de Barrientos, Juan García, Diego de Reyna, Alonso Tirado. Y con 87 soldados y 14 artilleros. Dando fe como escribano público, Martín Calv o de la Puerta.

Carta de Alonso Suárez. Junio 27 de 1586: "... hasta el veynte e seis de mayo e dado raion a V. M. de lo suc edid o con el yngles en estas pa rtes e lo qu es necesario porveer para la fortificación desta placa ta... a los veinte sete del dicho llego a la villa un talaya por tierra de los questaban en vela e el cabo de san anton. dio nueva que a los veinte e dos de ma yo llego la armada del cosario al dicho cabo a la vanda del sur con diez e seys naos grandes que surgeron cerca de una aguada que alli esta e catorce lanchas e andaban barloventeando por el dicho cabo e las seis tomavan agua i leña enten­diose que benian a esperar la flota a los veinte nueve llego otro abiso... "

Acta del escribano Martín Calvo de la Puerta. Junio 4 de 1586: "... jueves veynte e nueve deste presente mes se descubrieron desde la atalaya del morro voca deste puerto catorce velas grandes e pequeñas a la parte del nordeste e luego el biernes a la tarde en el paraxe de sainosa e santa cruz doze leguas deste puerto e una a la mar de tierra estavan toda la armada de francisco draque que eran diez navios grandes e catorce lanchas e desde el juebes a la tarde que pares­ cieron asta oy no se an cercado al puerto e ansy... señal dello segund lo que podemos alcanzar e trae disinio de aguardar la flota... a los quatro de junio desaparecio el yngles a la yuelta de matanzas a las cinco noches dia del corpus... "

Irene A. Wright dice sobre el paso de Francis Drake por la Habana:

"El paso de Sir Francis Drake a lo largo de la costa norte de Cuba en la primavera de 1586, terminó la primera época de la historia de la Habana. Hasta entonces España había confiado principalmente en su fuerza naval; pero el inglés le demostró que era insuficiente para defender a las Indias Españolas." (34)

En España decidieron enviar para la defensa de las costa en Cuba, dós galeras que llegaron a la Habana el 23 de septiembre de 1586. La "Agustín" del capitán Cristóbal de Pantexa, y la "Brava", capitán Pedro Alvarez de Ruesga.

No prestarían bue n servicios, pues llegaron des­ provistas de armamento, y en la villa no se contaba con artillería.

Carta al Rey de Diego Fernández de Quiñones . Agos to 15 de 1586: "... Por estas ultimas Reales cedulas de V. M. me manda vuestra magestad que si viere que conviene a la fortificacion desta fueza  derribar vnas casas que estaun  en la plaza muy pegadas a la fortificacion las de Ribase y  quitase todas las que de donde la fueza pudiese Rescibir daño y lue go que supe del cosario y de la partida de sant o doming o y del yntento que tenia de benir aqui Hice deRibar todas las casas que ya vuestra magestad abra mandado ver y al llanar toda la plaza por vn tamaño derredor de la fuenia solo queda la ygle sia desta villa de que ya tengo cuenta dado a a vues t ra magestad es la que de donde mas daño la fueria podría Rescibir y del ospital que junta a ella esta la yglesia y ospital... no se a querido toc ar asta que vuestra ma gestad lo mande... "

Las  casas que fueron derribadas pertenecian a José Sánchez, Hernando de Orellana, Miranda, Francisco de Carvajal, Diego de Soto y Juan Recio.

De las diferentes villas del interior, enviaron de Bayamo 80 hombres al mando del capitán Juan Ferrer de Vargas; de Puerto Príncipe, 40 hombres al mando del capitán Die go López Quirós; de Sancti Spiritus, 51 hombres al mando del capitan Hernando Peláez; y de T rinidad, 21 hombres al mando del capitán Vicente Gómez.
En la reunión del cabildo de diciembre 13 de 1586, se le informó al re y del nuevo aviso de que la flota de Drake se encontraba en los mares de las Indias. Pidiendo órdenes para la defensa de la villa.

Carta de Diego Fernández de Quiñones a la Corte. Enero 11 de 1587:
"el governa­dor fizo alarde de la gente de la villa e no hallo mas de ducientos e veynte onbres. es bien verdad que avia mucha gente entonces en sus haciendas e los ynbio a llamar pero no an benido nenguno mas antes de los que ay se ban a los montes a sus haciendas e eselo dicho muchas veces al governador que mire que no conbiene segund lo que V.M. nos ynbia a mandar de licencia a nadie para que salga de esta villa mas antes apremiarlos para facerles benir a todos para ecertitralos en las harmas... "

Con la armada de Alvaro Flores, que llegó a la Habana el 2 de julio de 1587, el maestre de campo don Juan de Texeda y el ingeniero militar Juan Bautista Antonellí. De la Pezuela nos dice:

"Con la flota llegó á mediados de julio de este punto, se presentó Tejeda en la Habana, revistó su guarnición, su fortaleza, y reconociendo las orillas y posiciones de la bahía, dió principio á los perfiles de sus futuros fuertes del Morro y la Punta". (35)

En la visita de inspección de Texeda a las de­ fensas de la villa, se halló que estaban faltas de artillería, tomándose ocho piezas de bronce, municiones, pólvora y cuerda, de la flota de Alvaro Flores. Al mismo tiempo que Antonelli dibujaba los planos de lo que iban a ser las nuevas fortificaciones de la villa. Irerie A. Wright, dice sobre la visita de Texeda:

"En julio 11 insistió Texeda en que los oficiales reales, Rojas y Arana, pagasen al ingeniero cincuenta ducados del situado de la Fuerza por estos planos, y cuando ellos se opusieron, el maestre de campo los llamó a la Fuerza, y sin ningún respeto al rango de lugarteniente de gobernador y tesorero real de aquel distinguido vecino, encerró a Rojas en un caballero de la fortaleza, donde permaneció dos horas, al cabo de las cuales quedó libre porque, según decía, algunas personalidades hicieron comprender a Texeda que se había excedido. Texeda ordenó que se construyese una trinchera en la Punta". (36)

Carta de Gabriel de Luján al Rey. Julio 10 de 1587: "... En medio de este pueblo avia una cienaga i laguna que se avian de rodear tres calles para poderla passar i vien­ do el inconveniente quera i el aparejo que avia por averse secado hogaño con la gran seca que a avido, ize una de las mejores calles que ai en el pueblo; i sacando los cimientos , que fue ro n hondos, i viendo muchos manade ros de agua dulce, ize un estanque grande de tanta abundancia de agua que siempre tiene como dos varas; donde azen las galeras aguadas, e se provee todo el lugar e se podran proveer todas las flotas; i esto se hizo con muy poca costa, que no llegó á quinientos ducados. Tambien e ido reparando calles i animado a los vezinos para que edifiquen i an echo algunas cassas buenas i cada dia las van aziendo; con que este lugar se va ennobléciendo".

María Rojas nos dice que el vecino de la villa, Lázaro de Arbe, vende a Tomás Cristóbal, que era artillero de la fortaleza, una esclava negra llamada Andrea, de nación mandinga, que él se la había comprado a Baltasar de Mosteiro. Andrés López, fue nombrado cirujano. (37)

En carta del alcaide Quiñones al Rey, le infor­maba que Juan de Texeda y Juan Bautista Antonelli habían trazado los planos para las nuevas construcciones militares de la villa. A finales de mayo de 1588 moría Diego Fernández de Quiñones, dejando como su sustituto, sin contar con el gobernador ni con la corte, a Tornás Bernardo.

Real Cédula. Madrid. Noviembre 23 de 1588: "... Maestre de Campo Joan de Texeda, Caballero de la Orden de Santiago, porque mi voluntad es que se ponga en ejecución las fortificaciones de los puertos de las Yndias que . por mi mandato fuisteis a ver y reconocer conforme a las trazas y relacio­ nes que vos y el ingeniero Antonelli me disteis. En la villa de la havana por ser puerto tan importante y que por esto conviene que este muy guardado, se ha de hacer un fuerte en el Morro, en la parte que está designada en la traza, con sus cisternas y unos..Al otro lado frontero de dicho Morro se ha de hacer un fuertecillo e se ha de llamar el fuerte del Salvador como si mismo está designado en la traza y la trinchera que va a rematar en el bosque como lo dejasteis ordenado..."

Por Real Cédula de diciembre 10 de 1588, el Rey nombró al Maestre de Campo Joan de Texeda, Caballero de la Orden de Santiago, nuevo gobernador de la Isla de Cuba.

"es mi voluntad que así mismo seais mi capitán general en ella el tiempo que me sirvierades en el dicho gobierno... "

El Maestre de Campo J oan de Texeda se hizo cargo de gobernador de la Isla, el 31 de marzo de 1589. Con él vino Antonelli y cien hombres de refuer­zos. A su llegada se empezaría la construcción de los dos castillos y la de dos fragatas, para la vigilan­cia de las costas. El Rey ordenó al gobernador de Veracuz que ayudaran en los gastos de las nuevas construcciones. Al llegar Tejeda empezaron los problemas con el obispo Salcedo. En carta al Rey, le in­ formaba:

"trae á esta tierra el obispo tan desasosegada con sus descomuniones, que mas paresce lobo que pastor de las almas; i con los testimonios que al Consejo invio, suppli­co á V. M. lo mande castigar e mudar desta isla para que la gente pueda vivr como chris­tiana".

El Rey Felipe II creyó conveniente nombrar para que las futuras construcciónes militares tuvieran su alcaide y capitán, al alférez Alonso Sánchez, alcaide del Morro y "que se ha de llamar de Los Tres Reyes" y al alférez Diego López de Quintanilla capitán de La Punta, que se llamará 'del Salvador'. Ambos sujetos a la autoridad de Tejeda.

Durante el gobierno de Tejeda, brillaría por la gran cantidad de cartas al Rey, quejándose lo mismo de las armadas que tocaban en el puerto, como del obispo Salcedo. Y de la audiencia de Santo Domingo, que enviaba costosas comisiones judiciales .

Real Cédula. Diciembre 30 de 1588: "... Officiales de mi Real Hazienda de la ysla de cuba yo he sido ynformado que por lo pasado aueis acudido muy floxamente a la provision de los bastimentas necesarios para la gente dando los muy faltos y de mala gana y que hauiendoos pedido el alcayde diego fernandez de quiñones testimonio de los cargos que se os hicieron de los manteni­mientos armas y municiones que se os auian entregado para tomar por ellos la quenta a las personas que los tenían a cargo nunca lo hicisteis... de aqui en delante a de andar todo con mas orden y concierto os mando que siempre que el maestre de campo Joan de texeda mi Gouernador y capitán general de la ysla o el que lo fuere os pidiere algun testimonio ansi de lo sobre lo dicho como de otra cossa que se ofresca se lo deys".

Carta de Tomás Vernaldo de Quirós al Rey. Marzo 8 de 1589: "... Con gonzalo monte di cuenta a Vuestra magestad de como por su Real Cedula abia entregado esta fortaleza y aviendola entregado quede preso en ella yo entendi que hera asta entregar las muni­ ciones y pertrechos que auia hen ella y aun­ que a dias que los e acabado de entregar todabia estoy preso sin aberseme echo cargo con aber treynta y seis dias que estoy en esta fueria y demas desto se me an embar­gado algunos bienes de los pocos que tengo y por este Respeto a algunos deudos y amigos tanbien de que les an Resultado algunos daños y menoscabos todo esto a fin de aniquilar mi persona... solo suplico a Vuestra Magestad que en las cosas del alcayde diego fernandez de quiñones les mande mirar con buenos ojos Remitiendo sus quentas a personas desapasionadas y que de su muerte se haga aberigua­ cion porque de aqui para delante digo que entiendo que lo mataron y es bien que esto se verifique... "

Sobre Antonelli, nos dice Gerardo Castellanos: "Poco después de noviembre 20 de 1589 y antes de febrero de 1590 asentó el ingeniero Juan Bautista Antonelli, las piedras maestras del fuerte de los Tres Reyes, sobre el promontorio situado a la entrada del puerto de la Habana, donde mucho antes de 1562 Diego Mazariegos hiciera construir una torre que tenía por nombre Morro.

Indicó el constructor lo relativo a dos baluartes por la parte del campo; y poner la artillería en la plataforma debajo del Morro (batería "La Pastora"), para más eficaz defensa de la entrada del puerto. La obra se hizo con lentitud por la falta de dinero y de brazos y dificultades que oponía el Gobernador General Juan de Tejeda. Quedó concluído en 1597.

Las obras de la fortaleza San Salvador de la Punta las proyectó y comenzó, en el mismo año que las del Morro. Esto sucedía en febrero 28 de 1590". (38)

El mismo autor dice, que el primer bautizo que se efectuó en la villa, fue el cura oficiante Nicolás Gerónimo y la catecúmena Beatriz Carrión y Osorio. Esto sucedía en febrero 28 de 1590.

Carta al Rey del gobernador Tejeda. Agosto 24 de 1590: "... no se debían dar para la havana estando yo en ella e si se dieren no las obedezere yo aunque me corten la caveca que eso podralo vuestra magestad fazer i quitarme el cargo; mas no me toquen mi reputacion i honra ni donde yo estoviere a de prender vezino ni soldado de mi jurizdi­zion ningund general de Armada ni pissar palma de üerra que yo govierne sin mi horden i consentimiento: al que lo pretendiesse fazer aunque sea confiado de las cedulas lo are yo embarcar a arcabuiaios a sus navíos donde tienen jurisdizion... "

De la Pezuela, nos dice de Tejeda:

"Ayudado por la actividad del ingeniero Antonelli trazó y dirigió la construcción de los castillos del Morro y de La Punta en los mismos lugares que hoy ocupan. Un día Antonelli desde la eminencia donde se alza hoy la Cabaña, pronosticó que él que la ocupara sería el dueño de la Habana; y en este sentido él y el gobernador formaron y enviaron al Rey proyectos de fortificarla.

Pero como los destinos de los pueblos siempre han de cumplirse, desestimóse la idea; porque ese aumento de obras en la Habana había acarreado gastos muy superiores á los que se podían sobrellevar". (39)

El ingeniero Antonelli se quejaría a la corte, de lo atrasada que iban las obras de los castillos, por falta de herramientas y "por falta de negros". Los canteros que vinieron de España, se quejaban del poco salario, aumentándoles Tejeda a treinta ducados mensuales. En carta enviada a la corte, Antonelli le informaba de que de no enviarle esclavos, las obras no se podrían terminar en el tiempo esperado y su costo se elevaría.

Carta de Joan de Tejeda al Rey. Mayo 16 de 1591: "... el agua de la Chorrera ciertamente la tendre dentro en el lugar de las flotas puedan fazer agua para San Juan qu e sera uno de los mejores beneficios que a todas las flotas se les podia fazer e de mas brevedad para su despacho. e de los c astillos boy tan despacio que yo mesmo tengo ver­guenza de ver lo poco que crece la obra por falta de negros e .aun a my se me aze lastima de que V.M. tenga una voluntad como la que yo tengo de servirle... "

En el año de 1591 las obras de la zanja que conducían las aguas a la villa, que venían del río la Chorrera o Almendariz (que era como se llamaba antes), su extensión alcanzó las dos leguas, y llegaban a lo que sería el Campo de Marte, donde había un pozo llamado "La Noria". Esta obra se había empezado en el año de 1566 por el maestro Coloma, y se ex­tenderían durante todos estos años y terminada en 1592 por Antonelli. Este construyó una represa y otras obras hidráulicas en el "Husillo". La Zanja corría, desde la Chorrera, a través de los barrios actuales de "Puentes Grandes", "el Cerro", "el Príncipe", "Zanja", "la calle Dragones", tomando dos direcciones, una hacia el Callejón del Chorro, que es donde está la Catedral, y el otro hacia el muelle de Luz. En aquella época fue la obra más completa que se había hecho en su estilo en América.

En abril de 1592, en carta al Rey, Tejeda in­formaba sobre el suministro de agua a la villa:

"venia con tanta cantidad, como el cuerpo de un buey, y se formaron tres depósitos, uno para la armada y buques, inmediato á la marina, otro para lavadero de ropas y abrevadero de ganado y otro para el consumo del vecindario".

Al terminarse la obra de la zanja, el ingeniero Antonelli demandó mil ducados, por su trabajo.

En carta al Consejo de Indias, Antonelli había informado en noviembre de 1591, sobre las nuevas fortificaciones:

"Con la flota que llevó a su cargo Diego de la Rivera, escreví á V.S. Illma. como se avía acabado la trinchera de la Punta y agora se está reparando el fuerte de la misma: ansi mesmo mandé un diseño del Morro i Punta, i la manera de que se podía poner la cadena á este puerto".

Más adelante seguía explicando:

"Todas las fortificaciones que se izieren en la Punta son de muy poco efetto estando el Morro abierto; mas si está fortificado e con pressidio i artillería, podra S.M. evitar muchos gastos que se ofreszen en los socorros que se invian de España, como los que vienen de Nueva España, los que se trahen son ecsessivos dispendios".

Sobre la cadena que Antonelli deseaba poner desde la Punta al Morro, dice:

"Después passa á azer la descripcion de él; como se ha de poner la cadena á la entrada del puerto e con este motivo dize: "Que ha de colocarse á la entrada del puerto i estar en lo mas angosto, que tiene de anchura sobre cuatrocientos y cincuenta pasos, la cadena ha de estar armada sobre tres navíos, los que han de tener alguna pólvora, brea, alquitrán y leña; en las dos gabias se han de azer como unas cajas y cuchillas de materiales de fuego artificial, y lo mismo en los penoles de las entenas, etc., etc., de modo que cuando el enemigo acometiese á la cadena con sus navíos á la vela, se han de pegar fuego á las naves"..."

Don Felipe, por la gracia de Dios, Rey de Castilla: "Por cuanto teniendo considera­ ción a lo que los vecinos y moradores de la villa de San Cristóbal de la Habana me han servido en su defensa y resistencia contra los enemigos, y a que la dicha ciudad es de las principales de la Ysla, y donde residen mi Gobernador y Oficiales de mi Real Ha­ cienda, deseo que se ennoblezca y aumente, por la presente quiero y es mi voluntad que ahora y de aquí en adenlante para siempre jamás la dicha villa sea y se intitule la ciudad de "San Cristóbal de la Habana de la dicha Isla de Cuba", y asimismo quiero que sus vecinos gocen de todos los privilegios, franquezas y gracias de que gozan otros vecinos de semejantes ciudaqes y que ésta pueda poner el dicho título, y lo ponga en todas las escrituras, autos y lugares públicos, y así se lo llamen los reyes que después de mi vinieran, a los cuales encargo que amparen y favorezcan a esta nueva ciudad y le guarden y hagan guardar las dichas gracias y privilegios; y mando a todos mis súbditos y naturales de los Reinos y de las dichas Indias, así eclesiásticos y seglares, de mi cualquiera dignidad preeminencia o calidad que sean, le llamen e intitulen a la dicha villa la ciudad de "San Cristóbal de la Habana", y que ninguno vaya ni pase contra este mi privilegio, el que hagan guar­ dar todas y cualesquiera Justicia de éstos dichos mis Reinos, y de los de nuestras Indias, como si en particular fuera dirigido a cualquiera de ellos, a quien fuere mostrado y pedido su cumplimiento, de lo cual mandé dar la presente firmada de mi mano, y sellada con el sello. En Eras, a 20 de diciembre de 1592. -Yo el Rey.- Yo Juan Vázquez Secretario, la hice escribir por su mandado".

Descripción del Castillo del Morro, que nos da Arrate:

"Sobre un alto peñasco que combate em­bravecido el mar, por su elevación dominando el puerto, la ciudad y las playas circunvecinas de barlovento y sotavento, está situada la gran "Fortaleza de los Tres Reyes", célebre en ambos orbes, en una punta que de la parte del Oriente sale a la misma boca o entrada de la bahía y cae al Nornoroeste, levantándose 35 ó 40 varas de la superficie del mar, que a veces furioso suele asa!tar tanta altura. Su fortificación es irregular, por no permitir otra el terreno o extensión del risco, y se compone de un medio baluarte formado en lo más angosto de la punta, el cual tiene en el ángulo saliente de un sublime torreón de doce varas de alto, que llaman el Morrillo y sirve de atalaya para vigilar las embarcaciones que se avistan y hacer seña con la campana del número de velas que se descubren, las que se manifiestan por unas banderitas que se fijan sobre la cortina que cae encima de la puerta del castillo, y mira a la población, distinguiéndose por el lado en que las colocan el rumbo o banda por donde aparecen, como ya expresé en el capítulo antecedente". (40)

Más adelante nos describe La Punta:

"Casi frontera a la del Morro, que está a la otra banda, y aunque inferior en todo a la de los Tres Reyes, es muy a propósito, por estar situada en terreno bajo, para batir más a la superficie la campaña de este lado, y para coger entre dos fuegos a los bajeles enemigos que emprendiesen tomar el puerto, que aunque se hace tan difícil por la estrechez de su canal, quiso ponerlo con esta defensa más arduo el arte; aunque algunos inteligentes en el de la fortificación no la han considerado tan conveniente como la supongo, lo que entendido en la Corte ha motivado varias providencias para su demolición; pero siempre han quedado suspensas, lo que obliga a creer que, con mejores informes, se ha calificado por nece­saria o a lo menos por útil".

Según De la Pezuela:

"Tejeda que durante su gobierno había recibido en recompensa de treinta y cinco años de arriesgados servicios la castellanía de Barleta en el reino de Nápoles y una encomienda en la órden de Santiago". (41)

Con la flota que llegaba a la Habana en julio de 1592 llegó el relevo de Tejeda, don Juan Maldonado Barnuevo, Caballero de Santiago. A su llegada revisó las fortificaciones y mandó a reparar los dos navíos que se encontraban en el puerto, para la vigilancia de las costas.

Relación de los soldados y oficiales en la guarni­ción de la Ciudad:

Pedro Arana en Noviembre 2 de 1593:

. "... La gente de guerra que ay en los fuertes e cibdad de la habana es la siguiente:

En el fuerte de La Punta. Ciento e quarenta personas enquentra el alcayde. 140

En el fuerte del Morro, ciento nobenta e ocho personas en el cual entra el alcayde. 198 En la Fortaleia. En la compañia del capitan antonio de guzman ciento i cincuenta e tres personas. 15 3

En la del capitan geronimo de herrera ciento e quarenta e nuebe personas 149. Son seys cientos e quarenta personas. 640".

Carta de Juan Maldonado al Rey. Noviembre 2 de 1593: "... Por ser lo que toca a la forti­ficacion destas fuerzas la materia de mas substancia que aora se puede ofrecesr en esta ysla no la e querido mezclar con las demas... embio las plantas (planos) de ambas fuerza y en ellas en todas las cortinas y angulas de los baluartes de los muros de los pies de altura que tienen las murallas que uno con otro en los baluartes y cortina de la parte de la tierra ques por donde esta la plaia puede ser conbatida... de la punta no digo nada porque aunque esta en la altura que vuestra magestad vera no es de ympor­ tancia que el morro y alli con la trinchera esta bien Reparada... los foriados que de las galeras se pueden sacar para las fabricas son por todos ciento y cincuenta... los negros de vuestra magestad son biejos y ynpedidos y son menester para hacer obras menudas como carbon y sogas y cestas... muy precisa que vuestra magestad mande traher aqui por lo menos ducientos negros que adelanta­ran muchos dias esta obra..."

Carta de Juan Maldonado al Rey. Dic ie m­ bre 1 de 1594: "... despues que la armada e flotas estan aqui se a passado alguna nescecidad de comida... don francisco coloma me scrivio que no avía estar quatro dias en este puerto proveyosele con mucha abundancia todo lo que 0 dixo avria menester e prov1ss10n e comida para armada e flotas quando se detuvieron un mes como las cosas se mudaron i esta tíerra es tan falta de todo que sino se le provee i por la mar no lo tiene de suyo... "

Cuando llegó Maldonado.. entre  sus prin­cipales órdenes estaba la de construir dos pinazas chatas de poco calado, para que pudieran fondear en todos los puertos y surgideros de la isla. Como el perseguir a los corsarios que se hablan establecido en lugares de la costa.

Según De la Pezuela, el lugar donde se constru­ían los barcos, era en el espacio de la ribera donde estaba el muelle de San francisco en el puerto.

En enero de 1594, Maldonado ordenó la cons­trucción de una trinchera en la caleta de Juan Guillén (San Lázaro):

"me pareció conbenia fortificar con una buena trinchera un paso de vna caleta questa en la mitad del camino de la chorrera que demas de que de suyo es buen desenbarcadero y comedo que es donde desembarcaron los franceses quando saquearon este lugar... la gente de guerra trabajando por compañías tres oras cada dia..."

En carta al Rey, francisco de Calona le infor­maba a finales de 1594 o principios de 1595 :

"la entrada des esta sobradamente defendida con la fuerza del morro porque qualquier navío que obiere de intrar con cualquier biento que aga para benir por la hondura se a de arrfmar foriosamente a ell... la artillería se puede defender la intrada pero aun con la mosquetería ara mucho daño... esta muy fuerte para lo que a la mar pero para en caso que el enemigo quissiere sitiarla por la parte de tierra en que dizen esta en defensa esta muy atras porque el fosso esta muy poco hondo... esta tanbien falta de artillería e que conbenia proveerla de algunas pieias".

El gobernador Maldonado informaba al Rey de una fuerte tormenta, que destruyó parte de las cons­trucciones de La Punta.

El 28 de agosto de 1595 salían de Plymouth con rumbo al Nuevo Mundo 27 navíos, con más de 2,500 hombres, al mando de Sir Francis Drake, y John Hawkins. Pero esta nueva expedición desde el princ1p10 vino con mala estrella. Cuando atacan a la fortaleza de San Juan de Puerto Rico, son derro­ tados, apoderándose los españoles de una nave y le destruyeron otra. Hawkins muere de fiebres. El gobernador Maldonado manda a preparar la ciudad para en caso de ataque. Drake se preparaba para atacar Portobello, pero muere de una fiebre de disentería, en el camarote de su buque "Defiance". Su cuerpo es lanzado al mar, en una caja de plomo, el 28 de enero de 1596. El resto de la flota se dirige hacia Cuba, al mando de Thomas Baskerville, segundo de Drake. Al sur de la Habana, en la Isla de Pinos, se enfrenta con una escuadra española al mando de Bernardino de Avellaneda. Siendo derrotados los ingle­ ses. Dejando algunos de sus barcos embarrancados frente a las costas de Isla de Pinos. La nave de Baskerville quedaría para siempre frente a la costa de Pinar del Río. Muchos prisioneros fueron a parar a los trabajos de las construcciones militares de la Habana. De la flota inglesa, sólo regresarían 8 naves a Inglaterra.

De la Pezuela nos da las primeras noticias sobre la industria del azúcar en Cuba:

"La principal de las exenciones protecto­ras del cultivo de la caña consistía en que los Ingenios ó fincas destinados á explotarlos no pudiesen ser ejecutadas por deudas ni en su conjunto, ni en los valores semovientes destinadas á ese ramo como los esclavos, los artefactos;, utensilios y animales. Los mismos propietarios de los ingenios para poner en fomento tan costosas fincas, no podían renunciar á ese privilegio que, á pesar de su injusticia, se consideraba indispensable entonces para dar impulso á una industria rural cuyos productos se vendían á la sazón en Europa á precios fabulosos. Ocasión hubo de rematarse en Sevilla de órden de la Contratación un cargamento de azúcar inferior, a doce pesos cada arroba.

En 30 de diciembre de 1595 accedió el Rey á la pretensión de Maldonado y del ayuntamiento. Pero deja suponer la circuns­tancia de no revelarse al público esa gracia hasta 1598, que no hubiesen llegado á la Habana hasta ese año los brazos necesarios para utilizar la concesión.

Aunque desde 1576 hubiese conseguido licencia Hernán Manrique para organizar un ingenio en los terrenos próximos á la capital, que se conocen hoy con el nombre de Ciénaga, no consta que la aprovechase, escaso entonces de brazos y comprometido en la obra de Zanja y otras atenciones. Después y antes que todos la tuviesen, emprendió el fomento de una finca de esa clase otro pudiente, Vicente Santa María, formando junto á la localidad que se llamaba hoy Puente de Chaves, el primer ingenio ordenado que pro­ bablemente conociese la isla. Luego le imitó el regidor Alonso de Rojas, deudo de los pobladores del mismo apellido, armando otro por los solares que hoy ocupa la barriada1 llamada de Buenos Aires, con los atrasados procedimientos de elaboración que se practicaban en esa época y que no rendían más que meladuras y azúcar inferior.

Pero así que en 1598 se hizo general la concesión, formó otro ingenio de una ex­ tensión mucho mayor en su hato de Guaicana­mar , á orillas de la bahía de la capital, el regidor Antón Recio , sin mejorar la elabora­ ción del dulce género. Quizá más dirigido por su interés personal que por el del país, influyó Maldonado para que el municipio mer­ cedase á su hijo los terrenos donde radican hoy los pueblos de Mordazo y Puentes Gran­des para formar otro ingenio superior á los demás de esta época.

Al mismo tiempo que con aquella con­cesion y los negros de la contrata de Reinel, se puso entonces la primera piedra al edificio de la riqueza azucarera de la grande Antilla, fomentáronse con rapidez varias haciendas del territorio de la Habana, sobre todo las de crianza de ganado, con las permanencias en el puerto de las flotas y bajeles que cada vez se hacían más largas, dando las tripulaciones y los pasajeros ocasión á un consumo y un gasto extraordinarios". (42)

Sobre el primer ingenio o trapiche que se levantó en la Habana, se cree fue en 1586 o 1588, en el barrio del Cerro, en la hacienda de las Cañas. Su nombre, La Prensa. Una de las calles que pasan por donde estaba conserva su nombre. Su constructor lo fue Juan Bautista Antonelli. Esta información aparece en la novela de José Antonio Echeverría: Antonelli, que fue publicada en 1850; basada en datos históricos.

De la Torre, nos da esta información sobre los ingenios:

"En 1576 se había concedido licencia para un ingenio junto al río de la Chorrera y de la ciénaga del Cerro. En 1580 ya había abundantes siembras de cañas y de tabacos por las inmediaciones de la Habana. En 1535 se había pedido la primera licencia para esta­ blecer un ingenio en la isla. En el Diario de Gobierno de la Habana, de 11 de Octubre de 1818, publicó el Pbro. D. Manuel J. Barreta, un anuncio inquiriendo cuál es hoy la finca en que en 1643 impuso una capella­nía impuesta por el capitán don Simón F. de Laitán, en tierras de l ingenio Santacruz, que lindaba con otro ingenio de don Antonio Rodríguez Tabaros, y otro titulado el Cerro, de la propiedad de don Juan Pérez de Oporto. Sirvió esta capellanía el Pbro. D. José Casi­miro de Aguiar, que murió en 28 de Marzo de 1801".

Cabildo. Octubre 22 de 1596: "...en la . villa de la havana a diez e siete dias del mes de octubre de mili e quinientos e nobenta e seys años el gobernador don juan maldonado barnuevo el contador agustin de mora el capitan francisco de roxas comisarios nombra­dos por el cabildo desta villa para señalar e fazer medida con las que ayan de medir las estancias e tierras que se obieren de conceder a los vezinos desta cibdad e demas personas que las pidieren e asimismo sirve de medida para las tierras que se obieren de bender entre los vezinos unos a otros... primeramente que aya una bara para medidas que se llame estados, la qual a de tener dos baras e una tercia de largo e la cantidad de tierra que este ocupare tendida por quatro partes en quadra que bendran ser quarenta e nuebe tercias o pies qua drados. .. se llaman estados ques lo que menester con cabida de tierra un montan de yuca que son siete pies por cada frente ... item avara otra medida que se llame obrada que a de tener cada una yncluso tres mil estadales de los arriba dicho... otra medida que se llame cavalleria la qual a de tener treynta e seis mil estadales de los dichos e doce obradas de las dearri va dichas e bienen a tener por frente ciento nobenta estadales de los dichos pies que son mili trescientos pies por cada frente..." (43)

El gobernador Maldonado, después de revisar los destrozos del huracán, que devastó el castillo de la Punta, informaba al Rey que había empezado las reparaciones el 1o. de septiembre y las había terminado el 23 del mismo mes. Según Irene A. Wright:

"Fabricó un poco más retirado de la orilla del mar que la obra demolida. Recogió y devolvió a su lugar los cañones con las ruedas y cureñas que pudo encontrar, y puso en condiciones las inundadas trincheras".

Carta al Consejo de Indias de Juan de Maldonado. Febrero de 1597: "... tanbien ynbio un modelo de la manera que se face la cadena para cerrar la voca deste puerto que sera fortisima e de mucha dura. las vigas son de beynte e dos pies de largo e casi dos en quadra. los nudos i engaces de yerro son tan fuertes que cada uno dellos ques lo que abraza dos vigas e los conchos e pernos pesan tres quintales. suplico a V.M. me avise...solo tratara de lo del cobre que como vuestra merced sabe es materia que a muchos años que se trata della y nunca se a puesto en el punto que conuiene queste para la fundicion de la artilleria yo e echo cien mili ensayos y como aca no ay maestres desta arte andamos en todo a ciegas de la forma que se a funido enbio la muestra suplico a vuestra merced solicite que alla lo bean honbres platicas del arte porque si en el estado que agora ba es bueno para la fundicion de artilleria tendra su magestad todo lo que de menester..." (44)

A finales del siglo XVI, la Habana iba tomando ya forma de una ciudad de importancia. Sus principa­ les edificios en lo que sería la Plaza de Armas, eran: el Castillo de la Fuerza; un poco más separado, la Parroquial Mayor, la Cárcel, la Aduana, la Casa del Gobernador, el Convento de los Franciscanos y el de Santo Domingo. Sus calles principales, la de Mercaderes y Oficios. A la entrada del puerto, El Morro y el Castillo de La Punta.

A finales del 1597 o principios del 1598, a peti­ción de negros libres que vivían en las afueras de la ciudad, y en Guanabacoa, se fundó una hermandad de Nuestra Señora de los Remedios. Otras cofradías participan y tenían derecho de reunirse, los días de fiesta, como el Corpus Christi, los apóstoles Pedro y Pablo, Santiago y San Cristóbal.

Los astilleros cada día trabajaban más, reparando las naves que venían a carenar y en la construcción de las nuevas naves, como la Nuestra Señora de la Concepción, de 180 toneladas, la Nuestra Señora del Rosario, de 300 toneladas, el Spíritu Santo, de 350 toneladas. Barcos de pequeño tonelaje, para el trans­porte de mercancías con la Florida, Campeche, y con las villas más apartadas de la Isla.

La siguiente descripción de la Habana, fue publi­ cada en 1846 por don José Joaquín García, donde dice que estas informaciones habían caído en sus manos por una rara casualidad:

"....un tomo manuscrito, roído de la polilla y tan apagada escritura por la humedad, mala tinta y transcurso del tiempo... "

Parece que había sido escrito por Hernando de la Parra, criado del gobernador Juan Maldonado, y continuadas por Alonso Iñigo de Córdoba, de 1596 a 1598. El libro había pertenecido a Diego de Oquendo, quien lo había tenido olvidado. Aparecen estas infor­ maciones en Protocolo de antigüedades, agricultura, industria y comercio, de Hernando de la Parra:

"San Cristóbal va progresando, no obstante los inconvenientes de piratas y el poco comercio. Esta población se está construyendo con mucha irregularidad. La calle Real, la de las Redes, la del Sumidero y la del Basu­ rero, es donde se fabrican las habitaciones en línea, las demás están plantadas al capri­cho del propietario, cercadas ó defendidas sus frentes, fondos y costados, con una muralla sobre de tunas bravas. Todas las casas de esta villa son de paja y tablas de cedro y en su corral tienen sembrados árboles frutales, de que resulta una plaga insufrible de mosquitos, más feroces que los de Castilla. Me han asegurado que un mancebo de la Nao de Antón Ruiz fué víctima de estos venenosos insectos. Los muebles consisten en bancos y asientos de cedro ó caoba sin espaldar, con cuatro pies que forran en lona o en cuero crudo, que por lo regular es el lecho de la gente pobre. Los pobladores acomodados mandan a Castilla el ébano y el granadillo, maderas preciosas que aquí abundan, y de allí le vienen construidos ricos dormitorios que llaman camas imperiales. En todas las salas hay un cuadro de devoción á quien le encienden luces por la noche para hacer sus plegarias ordinarias. Las familias se alumbran con velas de sebo que es abun­ dante en el país; los ricos usan velones que traen de Sevilla y alimentan con aceite de olivas. Después de cerrada la noche, nadie sale a la calle; y el que tiene que hacerlo por urgencia, va acompañado de muchos, armados y con linternas; así le exige el crecido número de perros jíbaros ó sea mon­teses que vagan por ella, y el atrevimiento de los cimarrones que vienen á buscar recur­sos en lo poblado.

Los utensilios de cocina son general­ mente de fierro, aunque los indigenas fabrican cacharros de barro que prefieren para condimentar sus alimentos particulares. El servicio de las mesas es de loza de Sevilla y de bateas y de platos que hacen de sus maderas. Los vasos de una madera bateada que llaman guayacán son hermosos, y se dice que sus leños tienen grandes y prodigiosas virtudes medicinales. Las comidas se aliñan aqui de un modo extraño que repugna al principio, pero habituándose luego tanto á ellas los europeos, que olvidan las de su pais y les dan preferencia. Una reunión de carnes fres­ cas y saladas, divididas en pequeños trozos que hacen cocer con diversas raices que estimulan por medio del pequeño pimiento cáustico (aji-ji-ji) y dan color con una semilla (vija), que vegeta espontáneamente hasta en los corrales de las casas; es el plato principal por no decir el único, de que se sirven estos primitivos habitantes. El maíz preparado de muchas maneras, es también otro de los alimentos predilectos del pais. El pan de casabe es insipido y desagradable al sabor, pero la costumbre, ó mejor dicho la necesidad, nos familiariza y muy breve lo encontramos excelente y nutritivo. Esta rangerfa se hace en los cortijos circunvecinos de una raíz venenosa que los indigenas llaman yu-cay. En unos parajes lo hacen mejor que en otros, ya porque no le estraen tanto la parte jugosa de la planta, ó ya porque saben también templar los hornos que el fuego trabaja por igual y quedan las tortas doradas y quebradizas como los bizcochos de Castilla.

Esta tierra es hermosa, sus campos conservan el verdor de la primavera todo el año, hay aguadas buenas y abundantes, los ganados se multiplican prodigiosamente; pero hasta ahora yo no veo en ellas los prospectos de ricas minas con que se alucinó nuestra imaginación. Si los proyectos en que se en­ tiende de hacer azúcar y de cultivar la hoja de tabaco prosperan en la Habana, elevada últimamente al rango de ciudad, tal vez se aumentará el tráfico, con las ventajas de su posición geográfica, se hará algún día la más rica e importante de las colonias de S.M. en el Nuevo Mundo.

Las lluvias y los huracanes se suceden unos a otros. Desde el día 1o. hasta el 24 de octubre no han cesado las aguas. Los pastos crecen con asombrosa admiración, las labranzas se levantan mágicamente. Aquí no se Conocen ni son necesarios los abonos, la naturaleza sólo trabaja y sin penalidades y fatigas que cuesta allá en Castilla el cul­ tivo de las mieses, se cogen dos cosechas al año. Los bosques de Cuba son frondosos y sus árboles de una construcción estraña para el europeo. La ceiba es el gigante de ellos, y aunque la madera es inútil, sus bra­ zos y follajes son bellos y pintorescos, el refugio más precioso contra los ardientes rayos de un sol abrasador. La fornida caoba, el elevado cedro, el ébano, el granadillo, el magestuoso coco, el guayacán, el ácana, el rompe-hacha, el coposo tamarindo, son leños hermosos, de valor y utilidad que por todos lados abundan y que en todos los terre­ nos vegetan con magestad y lozanía. En las costas del mar y sobre mismas arenas nacen unos arbustos que producen unas cerezas grandes que llaman icacóes, es en muchísima abundancia, las hay rosadas más o menos bajas, amarillas, blancas y negras, y como sus hojas son verdes semejantes á las del laurel, y la planta es bella y de proporcio­ nada figura, ofrecen a la vista del europeo un paisaje risueño y encantador. En las mismas playas abundan otros árboles que dan unas cerezas pequeñas (uvas del mar) y los parages cenagosos de ellas están sem­ brados de mangles y de un mortífero árbol que infesta las orillas de un fruto que llaman manzanillo, que envenena a los peces y en­ferma al hombre que se alimente de ellos. Es increíble el número de cangrejos que se cría en estas cercanías y el ruido que hacen de noche entrando en el poblado, buscando las inmundicias y asquerosidades. En Cuba todo es bello, nuevo y encantador para el que viene de otro hemisferio y se acostumbra a su vida pastoril. La caza es abundante, pero yo no encuentro aquellas aves de pico de plata y oro con plumages de esmalte que nos pintan en Castilla...

La pesca es abundante y aquí se crían muchos de los pescados que conocemos en Europa, pero no les encuentro aún a estos mismos aquel gusto y sustancias que a los de allá...

Los bailes y diversiones en la Habana son graciosos e extravagantes, conservan todavía en los primeros la rudeza y poco cultura de los indígenas, y en ... que comienza a levantarse. Hay en esta villa cuatro músicos que aisten a los actos a que se les llaman mediante un precio convenído. Son estos músicos: Pedro Almanza, natural de Málaga, violín; Jácome Viceira, de Lisboa, clarinete; Pascual de Ochoa, de Sevilla, violón; Micaela Ginez, negra horra, de Santiago de los Caballeros, viguelista; los cuales llevan general­mente sus acompañados para rascar el calabazo y tañir las castañuelas. Estos músicos siempre están comprometidos y para obligarlos a la preferencia es preciso pujarles la paga y además de ella que es exorbitante, llevarles cabalgaduras, darles ración de vino, y hacerles a cada uno, también a sus familia­res, además de lo que comen y beben en la función... y a este obsequio lo llaman propina de la función. Estos mismos músicos concurren a las fiestas solemnes de la Parro­quia que son las de San Cristóbal, San Marcial, Corpus...

En obsequio de nuestro Gobernador, los mancebos de esta población dispusieron una comedia la noche de San Juan, para cuyo efecto hicieron construir una barraca en las cercanías de la fortaleza, titulándose esta comedia "Los buenos en el cielo y los malos en el suelo". Era el primer espectáculo de esta clase que se hacía en la Habana y atrajo a todos los moradores. Hubo mucho alboroto durante la representación, porque la gente no acostumbrada a comedia, charlaba en voz alta y no quería callar, hasta que el gobernador le dirigió la palabra amenazando con el cepo al que no guardase el debido orden. La comedia se acabó después de la una de la mañana y la gente regustada quedó tan complacida, que insistió en que volviera a principiar.

... por la hechura de una ropilla entera de raso, lleva el maestro Aguilera que vive al lado del huerto del convento que se está fabricando, veinte escudos de oro...

Sólo hay dos boticas en este pueblo, la de Sebastián Milanés, calle Real, y la de López Alfara, cerca del Desagüe. No habrá en cada una de ellas cincuenta envases y las drogas están tan desvirtuadas, que el otro día presenciamos su ineficacia en unos cáusticos que dispusieron al escribano de mi amo. Las moscas operantes estaban pasadas y hechas polvos. Las medicinas que se consumen en el país vienen de Castilla y hasta que no se acaban no se hace nuevo pedido...

Mucho,  muchísimo progresan las siembras de caña de azúcar y del tabaco. Las cosas deben tomar en esta colonia un aspecto favorable con la consignación del situado de Méjico que  le ha señalado la piedad soberana.

Es preciso que este pueblo sepa apreciar la zanja de agua potable que ha construido a costo de tantos sacrificios para traerla a la ciudad y renunciar la gruesa y poco aseada con que nos proveía el río de la Jaguey. La fábrica de las casas particulares y habitaciones para el gobernador en la calle de las Redes, frente a la marina, van adelan­tándose y más se haría si hubiera operarios disponibles. (45)

Terminaba el siglo XVI, la ciudad contaba con una casa para el cabildo, aduana, hospital, cárcel, carnicería. El agua llegaba por la Zanja Real. Había un camino que iba hacia Matanzas. Otro que iba hacia la Chorrera, por el camino de la playa que pasaba por la caleta de Juan Guillén (San Lázaro), el otro por la Zanja. Otro camino que iba hacia Batabanó. Había una Parroquia Mayor, una ermita dedicada a Nuestra Señora del Buen Viaje, la del Humilladero, en el barrio de Campeche, la de San Sebastián. El convento de la orden de San francisco, convento de San Juan de Letrán. Las principales calles: la Real (Muralla), de Redes (Inquisidor), Sumidero (O'Reilly), Basurero (Teniente Rey), callejón del Chorro, el barrio de Campeche, comenzaba en el sitio que ocupa la iglesia de la Merced, se componía de un grupo de casas de guano. La Plaza de Armas o Nueva. Las construcciones militares eran: La Real Fuerza, el el Castillo de los Tres Reyes (Morro), de San Salvador (Punta). Habían unos astilleros para la construcción de naves. 800 vecinos, o 4,000 habitantes. Un obispo que la mayoría de las veces se extralimitaba en sus funciones. Una gran cantidad de misioneros que vaga­ban por la ciudad. Había panaderos, zapateros, aguadores, carpinteros, calafates, boticarios y bastantes negros cimarrones en los alrededores de la villa. Los indios naturales del pais, se habían extinguido casi completamente; sólo quedaban en Guanabacoa unos cuarenta de ellos. Había muchos negros libres y esclavos. Las construcciones militares, la mayor parte de sus trabajadores, eran prisioneros, cogidos en actos de piratería. El gobernador, al terminar el siglo, lo era don Juan Maldonado.

LISTA DE VECINOS

  La siguiente lista de los vecinos de la Habana, está tomada de todas las informaciones que sobre los primeros años de la villa se han escrito. De las actas del Cabildo, de las cartas enviadas a España por los miembros de la administración de la villa. De un informe enviado al Rey, por Diego Fernández Quiñones, el 12 de Diciembre de 1582, sobre los vecinos que se podían contar para la defensa de la Habana, que daba un total de 209 vecinos, 25 negros horros y 40 indios. En Guanabacoa con 11 vecinos y 46 indios. Al mismo tiempo informaba que no se podían contar con todos, porque sólo unos 150 tenían armas y estaban capacitados para pelear. El resto eran de los incapacitados. Según Melchor Sardo de Arana, en 4 de febrero de 1586, se podían contar para la defensa de la Fortaleza con 87 soldados y 4 artilleros. En estas listas no aparecen las mujeres de las villas.
  En esta lista aparece el nombre del vecino y el año en que aparece en los papeles de la villa. Incluye también la lista de los vecinos de la costa sur del primer asiento y después del de la costa norte, en el conocido por Pueblo Viejo (Chorrera), que acompañaron a Hernán Cortés en el viaje de la Conquista de 
 México. Se ha evitado repetir los nombres cuando aparecen en años posteriores. Como es natural, no fue posible conseguir todos los nombres de los vecinos, por la imposibilidad de conseguir las informaciones.


LISTA DE VECINOS

PRIMEROS VECINOS  AÑO  ( 1515-19)

Juan de Rojas ( Teniente Gobernador 1519 al 
  Gobernador 1538
Alcalde 1550

Pedro Blasco (Alcalde Ordinario 1550)

Antonio de la Torre 
Antonio de Reina 
Baltasar de Avila 
Francisco Martín (Expedición de Cortés) 
Antonio López 
Bernardo Nieto 
Juan Lobera (Alcalde de la Fuerza)
Juan de Inestrosa (Teniente Gobernador, año1530)
Juan Gutiérrez  (Expedición Cortés)
Calixto Calderón 
Bernardino de Soto 
Antonio de Rojas (Expedición de Cortés) 
Antón Recio 
Ambrosio Hernández 
Bartolomé Cepero 
Juan Núñez Sedeñó (Expedición de Cortéz) 
Sebastián Bravo 
Francisco Rojas 
Juan Díaz
Bartolomé Basago 
Tomás Daza 
Manuel Juan (Carpintero)
Domingo Alonso 

Jerónimo Rodríguez (Albañil)

Juan Jinovés (Exp. de Cortés) 
Francisco de Aguilera

Antón de Alonso 
Martín Ruiz 
Cristóbal Galindo
Francisco Pérez Borroto 
Reverendo Martín
Pedro Andrés 
Domingo de Córdoba
Domingo de Talavera ( Sastre) 
Francisco Ginovés
Cristóbal Velázquez 
Antonio de Zurita 
Francisco Mejía
Francisco Montejo (Exp. de Cortes.Adelantado de Yucatán)
Gari Caro (Exp. de Cortes)
Juan de Nájera (Exp. de Cortes)
Angulo (Exp. de Cortes)
Pacheco (Exp. de Cortes)
2 hermanos Martínez de Fregina
Pedro Barba (Teniente Gobernador 1519)
Juan Sánchez
"El Mozo"
Alfonso de Soto o Sotolongo (Exp. de Cortes)
Diego de Soto o Sotolongo (Exp. de Cortes)
Alonso González (Exp. de F.H. Cordova 1517)
Bernardo Iñiguez (Exp. de F.H. Cordova 1517)
Juan Sedeño Murió en 1530
Juan de Alía 
Juan Guillén (Exp. de Cortés)
Juan de Bazán
Francisco de Aguero 
Exp. de Cortés. Adelantado de Yucatán)
Pedro de Velázquez (Alcalde 1552)
Pedro de Villaroel (Alcalde 1519-1526)
Juan de Plan (Se cre vecino de los primeros años)
Juan Velázquez 
Diego de Castañeda 
Juan de Orbas 
Domingo de Quexo o Quejo ( Alcalde 1532)
Francisco de Madrid (Alcalde 1532)
Diego de Calzadilla (1523)
Hernando de Céspedes (1528)
Juan de la Torre (1529)
Francisco de Ledesma (1535)
Francisco Guerrero
Hernando de Soto (Gobernador 1539)
Isabel de Bobadilla (Esposa H. de Soto, Gobernadora interina)
Juan de Añasco (Contador)
Francisco o
Mateo Aceituno (Alcalde de la fuerza)
Gonzalo de Guzmán
Fray Miguel Ramírez
Gómez Arias
Hernán Ponce
Diego Maldonado (1540)
Francisco Hernández (Primer Artillero 1541)
Joanes o Juan de Avila (Gobernador 1545)
Doña Guiomar (Esposa del anterior)
Una negra llamada Rosario
Francisco Parada
Blás Velázquez ( Regidor 1541)
 Juana de Lobera
Hernando Florencia
Sebastián de Ledesrna (1546)
Miguel González Barreda
Miguel de Obregón ( Gobernador 1547)
Antonio Chávez ( Lic. Gobernador 1547)
Alberto Diez
Juan de Villafranca
Diego de Córdova (1550)
Alonso Hernández
Catalina "la horra"
Inés "la horra"
Fray Francisco de Ledesma (Vicario de la villa)
Dr. Gonzalo Pérez de Angulo (Gobernador)
Doña Violante (Esposa de Angulo)
Antón Hernández (Pregonero)
Francisco de Angulo
Alonso Aguilar ( Alcalde 1551)
Bartolomé Fernández ( Pregonero)
Pedro Sánchez
Francisco Yevenes
Antón -Esclavo de Juan de Rojas- ( Pregonero 1552)
Juan Gómez ( Barbero y Cirujano)
Gómez de Rojas
Manrique -(Hijo de Juan de Rojas- 1552)
Vasco Rodríguez
Francisco Gutiérrez
Diego López (1553)
37 negros esclavos
Rodrigo Martín (1554)
Gonzalo Rodríguez Hobero
Elvira de Bandadas
Martín de Ordaz
Carlos Florentino
Manuel Ruiz
Alonso de Ulloa ( Padre Dominico 1555)
Juan de Baena
Alonso Castaño
Leonor Costilla
Isabel Nieto
Constantín Martell
Licenciado Almendáriz
Antonio Crozo
Diego de Mazariegos (Gobernador 1556)
Francisco de Mazariegos -Sobrino­ (1556)
María de Lobera
Lorenzo M.artínez
Barba (Licenciado)
Juan de Emberas
Flamenco (Tambor 1557)
Pedro Flamenco
Andrés de Nis (Cura1558)
Bartolomé Sánchez (Encargado de la obra de la nueva Fortaleza)
Alonso Sánchez del Corral
Francisco Claros
Pedro de Ableztra
Melchor Rodríguez (1559)
Bartolomé Cepero
Inez de Gamboa
Diego de Zayas Bazán 1561
Bernaldino de Villapando (Obispo)
Cristóbal Benito
Cristóbal de Ribera (Cura)
Juana de Sona
Pedro Andrés (Artillero)
Magdalena Corbera (1552)
Francisco de Calona (Maestro de Cantería)
Diego Díaz Dávila
Hernán de Manrique
Juan Bautista de Rojas
Alonso de Rojas (1565)
Francisco García
Osorio Sandoval (Gobernador)
Licenciado Cabrera (Teniente Gobernador)
Juan de la Parra (Capitán de navío)
Gonzalo Gallego
Baltasar Barrera o Barreda (Capitán Alcaide de la Fuerza)
Pedro de Redroban
Diego de la Ribera y Cepero (Teniente Gobernador 1569)
Pedro Menéndez Márquez (Teniente Gobernador)
Juan Alonso
Juan Alonso de Nabia (1571 Teniente Gobernador)
Sancho Pardo Osorio (Teniente Gobernador 1571)
La Portuguesa
Cecilia "negra libre"
Isabel "la conga"
Susana "negra libre"
Beatriz Nisardo
Catalina Rodríguez
Luisa Milena
Eufrasia Pérez
Bartola "negra libre"
Beatriz "negra libre"
Matos "negro libre" 1566
Nicardo "negro libre"
Juan de Talavera
Francisco Acevedo
Quitería "negro libre"
Diego de López Durán (Luxan) 1567
Diego de Santillana (Gobernador)
Francisco Zayas (L ic. Tte. Gobernador 1568)
Bartolomé de Morales (Regidor 1582)
Alonso Suárez de Toledo
Catalina Hernández (Esposa de Antón Recio. 1568)
Adoptaron dos niños : Juan y María. Hijos de una aborigen del país)
Pedro Meléndez de Avilés (Gobernador)
Gaspar de Arteana (Procurador)
Alonso Alvarez de Toledo (cura)
Gamarra (cura Lic., Boticario y Medico)
Rodrigo Carreño (Regidor 1570)
Juan Vilabe "negro"
María Delgado
Juan Mazán "congo"
Isabel Sepúlveda
Margarita Gallega
Diego de Cabrera (Licenciado)
Pedro Meléndez Márquez (Gobernador)
Juan del Castillo
Juanes de Mendizabala (Cantero) 1571
Manuel Pérez (Cantero)
Pedro Irazábal (Cantero)
Francisco de Carazábal (Cantero)
Carne Gorda "negro horro" 1573
Pedro Castilla
Juan Martín (Pregonero)
Gabriel de Montalvo (Gobernador)
Fray Francisco Jiménez (1573)
Melchor Pérez Morrillo (Armero) (1574)
Gerónimo de Rojas Avellaneda (Maestra de campo 1582)
Bal tasar Rodríguez
Sebastián López
Manuel Díaz (Contador 1575)
Isabel Jiménez
Alonso (buzo horro)
Juan Gutiérrez
Gaspar Pérez de Borroto (Notario)
Fray Gabriel de Sotomayor (1576)
Ginés de Horta (Aguador)
Cristóbal de Sotolongo (Capitán)
Sebastián Fernández
Juan Cabreras
Domingo Recio
Francisco Moreno
Catalina de Ribera
Francisco Carreño (Capitán Gobernador) 1577
Fernando Alvarez
Alonso Gallego (Cocinero)
Antonio de Manrique
Luis Boto "portugués"
Francisco de Avalas (Capitán de infantería 1582)
Nicolás de Santi-Esteban (Licenciado)
Juan Ferrer de Vargas (Capitán)
Isabel Ferrer de Vargas
Fray Juan de Manzanilla
Alonso Rodríguez de Albor (Escribano)
Alonso Velázquez de Cuéllar (Capitán 1578)
Clavijo
Juan Díaz Aldeano de Mendoza (Cura)
Gaspar de Torres (Gobernador 1579)
Pedro Guerra de la Vega
Francisco Martín (Boyero)
Juan Hernández
Gerónimo Vaca Rengifo
Alonso Rodríguez "horro" (Buzo)
Gregorio López "portugués"(Albañil)
María de Quesada
Nicolás de la Calle (Huérfano)
Miguel Pérez (Carpintero)
Melchor Sardo de Arana (Capitán)
Teresa Aricot (Esposa del anterior)
Esteban Gutiérrez (Albañil)
Fray Francisco de la Cruz (Cura)
Diego Carvajal (Cura)
Juan Bautista Romano
Gerónimo Vázquez (Escribano)
Gaspar de Avila
Baltasar de Biera
Luis Rodríguez de Albor
Luis de la Merced
Gabriel de Luján (Gobernador) 1580
Juan de Minas Ceballos (Licenciado)
Jorge de Baeza Carvajal
Pedro de Arana (Contador) 1581
Antonio Rumbo (Barbero y Cirujano)
Francisco Calvillo
Vecinos en 1582
Diego Menéndez de Valdés  (Capitán)
Guillermo Vázquez (Escribano 1582)                                                   
Diego Fernández de Quiñones (Capitán)
Nicolás Jerónimo (Cura)
Alvaro Gómez
Juan Recio
Jorge Manrique
Francisco Manrique
Cristóbal López (Herrero)
Francisco Pérez de Borroto
Baltasar del Castillo (Regidor 1582)
Martín Regio o Recio
Juan Pérez de Borroto
Martín Calvo de la Puerta
Gabriel Calvillo
Francisco Peláez
Juan Ramírez (1582)
Juan de Consuegra
Francisco Ximénez
Pedro Rubio
Juan Mejía (Escribano)
Melchor Casas
Manuel Pérez Portugués
Gerónimo Martínez
Francisco López de Cabrera
Diego Herrera
Diego Miranda
Hernán Pérez del Castillo
Ambrosio Hernández "portugués"
Mateos Sánchez
Cristóbal Sánchez
Juan Gutiérrez Manibardo
Diego de Lara
Bal tasar Descalante
Gonzalo Vaca Rengifo
Baltasar de Rojas
Francisco Castilla
Gaspar Hernández
Pero Gutiérrez
Juan de Soto
Juan de la Lama
Pedro Serrano (Sastre)
Francisco Ortiz "meztizo"
Marcos de Carmona (Zapatero)
Sebastián Martín (Boyero)
Francisco Núñez "portugués"
Juan Narváez (Carpintero)
Luis Martín (Sastre)
Juan Bautista de Villaroel (Alguacil)
Alonso Martínez
 Martín Hernández de Segura (Maestro de escuela)
Francisco Ginovés
Juan Albitez (Pescador
Marcos de Carmona (Zapatero)
Francisco Ramírez 1582
Juan de Poras (Pescador)
Pedro de Zamora (Pescador)
Pedro Márquez "mestizo"
Diego de Rojas "mestizo"
Alonso de Molina
Francisco de Góngora "mestizo" (Zapatero)
Baltasar Alonso "mestizo" (Hombre de campo)
Ginés Rubio
Pero López "mestizo"
Juan de Quesada (Estanciero)
Melchor de los Reyes
Juan Sánchez Guillén (Hombre de campo)
Juan Bautista Pinzón (Pescador)
Pedro Martell "mestizo"
Cosme de Solís "mestizo"
Pedro Andrés "mestizo"
Antonio del Fino
Luys de Cartagena
Juan Sánchez (Hombre de campo)
Francisco de Yevenes "mestizo" (Carpintero)
Xristóbal Ramírez "mestizo"
Juan Méndez "mestizo" (Zapatero)
Juan de Lizao "mestizo" (Sastre)
Xristóbal Doría "mestizo" (Pescador)
Luys Gómez
Luys Delgado (Sastre)
Diego de Lara "flamenco"
Alonso Martín
Amador Hernández "portugués" (Tapiador)
Gómez Hernández "mestizo"
Juan González (Herrero)
Esteban de Matamoros "portugués"
Francisco Díaz (Boyero)
Pedro del Campo (Sastre)
Pedro Flamenco (Sastre)
Pedro de Molina "mestizo"
Lázaro de Orbe
Pedro Biscayno
Sebastián González "portugués"
Pero Hernández
Alonso Xuárez
Alonso Xuárez de Euia
Francisco Tejeda (Alguacil de la iglesia)
Diego Rodríguez (Platero)
Baltasar Hernández "portugués" (Carpintero)
Alvaro Hernández "portugués" (Carpintero)
Jerónimo de la Cruz (Carpintero)
Jusepe Rodrígue z (Zapatero)
Julián Hernández (Pescador)
Alfonso Lorenzo "portugués"
Bartolomé Hernández "portugués" (Boyero)
Domingo de Quejo "mulato" (Herrero)
Juan Fernández "portugués" (Carpintero)
Juan Gallego "portugués" (Pescador)
Francisco Hernández Santaren "portugués"
Diego Pérez (Pescador)
Juan Gallego "mestizo" (Carpintero)
Francisco de Santa María "mestizo" (Carpintero)
Pedro Viñales (Calafate)
Sebastián López (Hombre de campo)
Juan Miranda (Hombre de campo)
Pero Sánchez (Calafate)
Alonso Vibas de Sayabedra
Gerónimo de Carrión (Platero)
Hernán Rodríguez Tavares
Gregorio López "potugués" (Albañil)
Antón Martín Valdepeñas (Herrero)
Nicolás de Acosta (Hombre de campo)
Alonso de Aranda (Boyero)
Sebastián Hernández "portugués" (Estanciero)
Gaspar de la Fuentes "francés"
Antonio Salazar (Hombre de campo)
Antón Serano
Sebastián de Hevia (Platero)
francisco Nicolao "mestizo" (Hombre de campo)
Hernando Díaz (Sastre)
Bartolomé de Hortigosa "mestizo" (Hombre de campo)
Alonso Pérez (Zapatero)
Domingos Pereyra "portugués"
Rafael Nicolao "mestizo"
Antonio Corzo (Zapatero)
Domingo de Miza (Marinero)
Antonio Pérez "portugués" (Boyero)
Bartolomé López "mestizo" (Hombre de campo)
Diego de la Fuente (Zapatero)
Juan de la Cruz (Hombre de campo)
Esteban Jorge (Carpintero)
Francisco Carbillo
Juan Gómez Doviedo (Hombre de campo)
Alonso Díaz  (Marinero)
Hernando Ortiz (Zapatero)
Pero Gómez
Lope Hernández
Juan Alonso Toledano (Carpintero)
Vicente Crespo (Carpintero)
Bartolomé de León (Mercader)
Gonzalo Destrada (Mercader)
Diego de Prado
Francisco López(Mercader)
Diego de Luna
Diego Hernández de Luna (Mercader)
Bartolomé Rodríguez
Juan López
Luys Hernández
Juan Gutiérrez
Andrés Hernández
Luys de Herrera
Luys Navaro
Juan de Vílllonga "mulato" (Sastre)
Alonso Vázquez "mulato"
Francisco García (Calafate)
Juanes de Lica Herero
Felipe de la Cruz
Pero Sánchez
Martín González
Hernando de Orejón (Teserero)
Guillermo Adrián
Hernando de Vílchez
Pero López (Boyero)
Juan de Cárdenas (Barbero)

NEGROS HORROS 1582

Hernando de Salazar "moreno" Capitán de negros 1582
Alonso Rodríguez "negro" Buzo
Julián de la Tore
Diego de Rojas
Diego Hernández
Juan Gutiérrez
Gaspar de los Reyes
Francisco Melchor
Andrés Corea
Gonzalo de Rojas
Salvador Velázques
Antón de la Tore
Xristóbal Calderón
Hernán López
Julián Hernández
Gaspar López
Pedro Xuárez
Juan 'Portugués
Pedro Alonso
Pedro Martín
Bartolomé Núñez
Antón Pérez
Villalobos Hernando Biafara
Francisco Biafara
Alonso de Aguilar "mulato"


INDIOS 1582

Juan de Rojas
Francisco Tablares
Alonso Martín
Juan Alonso
Luys Velázquez
Juan Castillo
Pedro Azevedo
Juan Rodríguez
Juan Díaz
Andrés Sánchez
Pedro Vanderas
Gregorio Vanderas
Alonso Martín
Bartolomé Combas
Gaspar Combas
Domingo Torivio
Francisco Bazán
Francisco Martín
Alonso Mexicano
Domingo Sánchez
Diego de Soto
Juan de Soto
Francisco de Soto
Juan Velzquez
Francisco
Francisco Martín
Miguel hijo de Castillo
Juan Piache
Gaspar López
Juan Martín
Domingo Martín
Xristóbal
Alonso Díaz
LucasAlvarez
Hernando de Soto
Juan Santiago
Juan Garido
Juan Martel

VECINOS DE GUANABACOA 1582

Fragoso y tres hijos suyos
Francisco García Rondón
Hernando de Barbosa
Juan Gallego
Jusepe de Tores
Lope García
Blas Hernández
Andrés Ximénez

INDIOS VECINOS DE GUANABACOA 1582

Diego Martín (Capitán de indios)
Juan Mateo
Pedro Nieto
Antón Martín
Pedro Bazán
Alonso Bazán
Lucas Méndez
Lázaro López
Alonso Velázquez
Francisco Tablares
Juan Sánchez
Juan Guillén
Antón de Rojas
Jusepe Velázquez
Juan Graviel
Diego de Rojas
Tome Rodríguez
Gaspar Rodríguez
Francisco Martín
Xristóbal de Aguilar
Pero Velázquez
Domingo Mondades
Juan Mertel
Lucas de Rojas
Juan Gutiérrez
Diego López
Lucas de Sandoval
Juan Carmona
Felipe Martín
Juan Martín
Miguel Velázquez
Luys Costilla
Francisco Pérez
Martín Márquez
Rodrigo
Rodrigo Martín
Gaspar Márquez
Andrés González
Xristóbal García
Jorge Martín


VECINOS 1583

Diego Guillén
Fray Francisco de Ruedas
Fray Diego Correa
Pedro de Guevara (Capitán)
Francisco Pérez Barrientos (Cabo)
Pedro Asturiano
Alvaro Flores de Valdés (1584)
Gabriel de Luján (Gobernador)  (1584)
Alonso Suárez de Toledo
Pedro Guerra de la Vega (Gobernador interirn) (1585)
Gonzalo Guerra de la Vega (Contador) (1585)
Carlos de Aranza (Sargento Major) (1586)
Juan Gómez Alferez
Pedro Pertierri (Sargento)
Bias Palomares (Tambor)
Lorenzo Durán
Juan Garcia
Diego de Reyna
Alonso de Tirado
Gaspar de Quiñones
Baltasar Ortiz
Miguel de Valcárcel
Esteban de Soto
Francisco Pérez Abarca
Sebastián de Pedraza
Sebastián de Avila
Manuel Garcia
Pedro Zapata
Diego Suárez
Luys Laso
Francisco de Robles
Francisco de Olivares
Rafael de Mendoza
Bartolomé Ruiz
Martín de Saloguren
Juan de la Gama
Pedro de Herera
Juan Fral
Juan Ruiz de Aranda
Gaspar Hernández
Alonso Ruiz de Bides
Bartolomé Alonso
Juan Pérez
Diego Beltrán
Pedro Galaz
Bernabé de Solís
Antón García
Bartolomé Gómez
Juan Martín de Víllanueva
Rodrigo Burgos
Salvador Pérez
Pedro de Raya
Juan de Coces
Oracio Espinosa
Juan Pérez de Quirós
Jerónimo Rodríguez de Ordas
Bernaba de Armijo
Luys Básquez
Francisco de los Santos
Francisco López de Rites
Domingo de Lazábal
Pedro Gómez Gallego
Francisco Delgado
Juan Caballero
Domingo de la Rea
Albaro Gómez
Alvaro Agustín
Pedro Varón
Juan Ruiz Melero
Hernando Rodríguez
Pedro de Lezondo
Alonso González
Pedro Hernández Sayabedra
Juan de Torres Medrano
Gaspar González
Sebastián Rodríguez
Sebastián de Cubas
Andrés de Balencia

1586

Jerónimo Brabo
Martín López
Diego González
Gabriel de Rojas
Juan Sánchez
Asencio Pérez
Xristóbal Feo
Alonso García Vejarano
Nicolás de los Reyes
Alonso Pérez
Bartolomé Borlengo
Alonso Díaz
Domingo Hernández
Pedro Díaz
Manuel de Memaya
Alonso de Reyna
Maestre Jorge
Juan de Aguire
Nicolás Hernández
Bias Antonio
Miguel de Sumanya
Andrés Farfán
Juan Marino
Juan Cardin
Juan Rodríguez
Bal tasar Alemán
Nicolás de Celos
Pedro Hernández Frisando
Enrique de Jelanda
Juan Bautista Pinsón
Joan (Juan) de Texeda (Gobernador 1589) (1587)
Juan Bautista Antonelli (Ingeniero arquitecto) (1587)
Cristóbal de Roda (Ingeniero ayudante)
Isabel "negra horra de Biáfara" (1588)
Esperanza "negra horra de Biáfara" (1588)

1588

Francisco "negro Congo"
Melchor Cosas
Francisco Valverde
Alonso Sánchez (Alfere)
Diego López de Quintanilla (Alfere)
Juan Francisco de Guevara (Licenciado)
Juan de Maldonado Barnuevo (Gobernador 1596)
Vicente Santa María
Agustín Mora (Contador)
Pedro Almanza (musico violin 1598)

1598

Jácome Vicura (Musico)
Pascual de Ochoa (Musico)
Micaela Ginez (Musico)
Aguilera (Sastre)
Sebastián Milanés (Boticario)
López Alfaro (Boticario)
Juan Tamargo
Diego Ochoa
Francisco Ronquillo (Licenciado)
Pedro Alvarez de Ruesga
Pedro de Ochoa (Contador)
Diego Cabrera Betancut
Marcos de Varela Arceo (Tesorero)

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