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miércoles, 15 de mayo de 2019

LA TIERRA, EL PLANETA DE LA VIDA


Carlos Benítez Villodres
Málaga (España)

La Tierra es un planeta y, por consiguiente, sin luz propia que recibe la energía del Sol.  Esta estrella es una de los cien mil millones de astros de la constelación llamada Vía Láctea. Una estrella roja, situada más cerca del borde externo de la galaxia que de su centro, y que no es ni de las más grandes ni, especialmente, distinta de otros muchos millones de estrellas similares a ella; pero de la que procede la energía que hace posible la existencia de los únicos seres vivos que conocemos en el Universo.
            La magnitud del Universo, formado por miles de millones de nebulosas similares a la Vía Láctea, es tan enorme que nos resulta imposible de imaginar.
            Al nacer la Tierra, hace unos 4600 millones de años, se produjo a la vez la formación de todo el sistema solar. Suponemos, aunque no es fácil saber cómo ocurrió, que masas de unos pocos kilómetros de diámetro llamadas planetoides, fueron chocando entre sí hasta formar, al cabo de unos cientos de millones de años un planeta del tamaño del actual. Su superficie estaba fundida y rodeada por una atmósfera formada por las grandes masas de vapor de agua y otros gases liberados por las rocas al colisionar.
            Al cabo de unas decenas de millones de años, la Tierra se había enfriado lo suficiente como para que gran parte del vapor se hubiera licuado formando los océanos. Los gases predominantes en la atmósfera de esa época eran el vapor de agua, el dióxido de carbono y el nitrógeno junto a hidrógeno, y monóxido de carbono que originaban un ambiente ligeramente reductor. 
            Hace al menos 3600 millones de años, en un océano primitivo que suponemos cargado con distintos tipos de moléculas orgánicas, aparecerían los primeros seres vivos, similares a las actuales bacterias.
            Surgieron después organismos capaces de hacer fotosíntesis, que comenzaron a producir el oxígeno que compone la atmósfera. Hace unos 1000 millones de años, la atmósfera ya era similar a la actual. Oxígeno y nitrógeno eran sus principales componentes y de reductora había pasado a oxidante.
            Nuestro planeta posee una atmósfera rica en oxígeno, temperaturas moderadas, agua abundante y una composición química variada. La Tierra se compone de rocas y metales, sólidos en el exterior, pero fundidos en el interior.
            También posee un campo magnético, una capa de ozono y una ionosfera que protegen la superficie terrestre de las radiaciones solares dañinas y del impacto de muchos meteoritos.
            La vida surgió 1.000 millones de años después. Aquí viven ahora millones de especies de seres vivos, incluyéndonos a nosotros, los humanos.
            Hace unos 700 millones de años se aceleró el ritmo de aparición de nuevos tipos de vida. Todos los grandes grupos de organismos que ahora conocemos: animales vertebrados e invertebrados, aves, plantas, fueron apareciendo en unos pocos cientos de millones de años. Durante el Paleozoico los seres vivos dejan de estar limitados a la vida acuática y conquistan el medio terrestre y aéreo.
            El clima terrestre es fundamental para los seres vivos e inertes. Por consiguiente, el cambio climático es el mal de nuestro tiempo y sus consecuencias pueden ser devastadoras, si no reducimos drásticamente la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, los impactos del cambio climático ya son perceptibles y quedan puestos en evidencia por datos como: El aumento de la temperatura global en 2016 fue de 1,1 grados, el mayor de la historia de la humanidad, la subida del nivel del mar, el progresivo deshielo de las masas glaciares, como el Ártico, etc.
            Fue, en 1961, cuando por vez primera el cosmonauta ruso llamado Yuri Gagarin, vio la Tierra desde el espacio. Al describir lo que veía comentó: "desde el espacio contemplaba una bonita vista de la Tierra, que tenía un precioso halo azul muy visible. Pasaba suavemente de un azul pálido a azul, azul oscuro, violeta hasta un negro absoluto. Era un cuadro magnífico". Desde entonces cientos de vuelos espaciales nos han familiarizado con la espectacular imagen del planeta azul, nuestro hogar. El único que conocemos que acoja vida. Por ello, La Tierra, es el planeta de la vida.
            Gracias al avance de la ciencia podemos no sólo conocer muchas características de nuestro planeta, sino que también conocemos detalles de la azarosa historia de este astro. Desde su formación en los orígenes del sistema Solar, hasta la actualidad, muchas cosas han cambiado en el planeta. Los choques con gigantescos meteoritos y otras catástrofes han dejado su huella, pero sobre todo la lenta pero continuada acción de la atmósfera, la hidrosfera; el desplazamiento de las placas y la importante actividad de los seres vivos son los que han modelado la Tierra tal como hoy la conocemos.
          Los humanos somos seres visuales y hemos inventado el dibujo. Desde la antigüedad se han elaborado mapas para representar la Tierra. Con la llegada de la fotografía, los ordenadores y la astronáutica, la superficie terrestre ha sido estudiada con detalle, aunque todavía queda mucho por descubrir.


(Del libro EL CANTO DEL RUISEÑOR. Editorial “Granada Club Selección”. Molvízar, Granada, 2019)

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