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domingo, 1 de diciembre de 2019

Natividad




En una red de estrellas
se ha detenido el río de las horas.
Alguien me está llamando...
Sobre los árboles desnudos
paralizadas brisas cuelgan.
En espirales suben aladas melodías.
Todo el momento es mágico. Quietud.
Noche-buena. Ya viene...
¡Adoradle!
La luna se ha caído en el mar muerto
para ofrecer su abrazo,
el agua duerme y sueña con pañales
bordados con agujas y romero.
Hay un frú-frú de enaguas de una Virgen
temblándole los senos florecidos,
de gracia llena y encinta de un niñito
que ha de salvar al mundo y que ya llega.
Un cielo fulgurante recorta su figura
y el Niño reaparece de nácares rosado.
Siento en los rumbos de mi sangre
un júbilo vernal, miel, ambrosías
y mi cuerpo vibrante, fugitivo.
Alguien me está llamando...
Voy.

Un perfume de rosas ha sembrado el camino.

Por: Isabel Diez Serrano

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