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martes, 30 de octubre de 2012

LA ETERNIDAD DE MARTI

ROWLAND  J. BOSCH


  José Martí vive y seguirá viviendo en nuestros corazones como el guía espiritual  de todos los cubanos de buena voluntad. Sus pensamientos, sus ideas y aforismos son tan claros y certeros que parecen axiomas de lesa patria.

  A medida que pasaban los años de República libre los historiadores y otros investigadores iban descubriendo, destapando la profundidad y veracidad de sus sentimientos amantes de la patria.

  Martí escribió en cierta ocasión en su cuaderno de notas:”Patria es eso, equidad, respeto a todas las opiniones y consuelo al triste”. En otra ocasión (En la República Española ante la Revolución Cubana) expresó: “Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”.

  Durante toda la era republicana el apóstol fue faro y guía de las juventudes y al calor de sus pensamientos se formaron las generaciones que con sus virtudes y defectos iban moldeando la patria que habría de ser orgullo de los cubanos.

  “Quien desee patria que la conquiste, quien no la conquiste viva a látigo y destierro, oteado como las fieras, echado de un país a otro, encubriendo con la sonrisa limosnea, ante el desdén de los hombres libres, la muerte del alma” y el trató de cumplir con todas sus promesas. “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.

  Los cubanos del exilio seguimos en deuda con él La lucha no ha terminado. El ha sido la inspiración del exilio. En Cuba lo han secuestrado y momificado queriendo elevar la figura del tirano para igualarla a la del héroe. Nada más falso. Su vida, su martirologio, lo eternizan.

  Martí dijo en una ocasión “Hay hombres de su tiempo y hombres de todos los tiempos” y Martí fue de las dos cosas.

  A los que hoy periodistas sin pudor (no mencionaré sus nombres)  tratan de enterrar al apóstol, les digo que no podrán. Si los años de vida que me queden me lo permitieran, iríamos a las tumbas de sus depredadores porque sabremos por seguro que no han de seguir en su obra nefasta. En cambio, al apóstol  no podrán enterrarlo porque su alma honesta nos continuará iluminándo siempre en este largo peregrinaje.

  No hay muchos Martí, es el único de América. Sólo cabe pensar como un hombre literato, políglota, poeta, periodista, abogado, pudo con su tesón, su inteligencia y su amor patrio prender la llama de una guerra redentora. Hubo un Washington, un Bolívar, un Lincoln, un San Martín y otros más pero ninguno de ellos llegó a realizar el polifacetismo del que  él dio muestras palpables.

  Bien dijo Rubén Darío, el inmortal poeta nicaraguense:“Yo admiro aquel cerebro cósmico, aquella vasta alma, aquel concentrado y humano universo, que lo tuvo todo: La acción y el ensueño, el ideal y la vida y una épica muerte y en América una segura inmortalidad”.

  Emil Ludwing, el historiador y biógrafo alemán escribió “Centenares de aforismos de Martí, serían por sí solos suficientes para convertirlo en el guía espiritual del presente momento del mundo”.

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