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viernes, 15 de noviembre de 2013

Estampas de Nueva York

Mario LLossas y Baldesogo (Cuba)

Estampas de Nueva York
Mario Llossas y Baldesogo (Cuba)
Nueva York, la llamada “Capital del Mundo,” tiene, como otra ciudad cualquiera, sus características especiales: Miguel de Unamuno, la identificó como “Una Selva de Asfalto” (tal vez por la desconfianza y el miedo); otros, por los heterogéneos grupos étnicos, la han nombrado “La Babel de Hierro”… Como sabemos, Babel, quiere decir confusión; no sé a qué paralelismo se refirieron cuando mencionaron parte de la cita bíblica. Aunque en horas de la medianoche se reducen notablemente las actividades, se puede afirmar que el ritmo en las operaciones laborales y algunos tipos de negocios no se detienen nunca, dando la impresión de que los habitantes de esta inquieta urbe no duermen.
Cuando hablamos de Nueva York, pensamos en Manhattan, la isla que fue adquirida de los indios por el equivalente de 24 dólares y que es hoy el nervio vital de la Nación por su Lonja de Comercio, mejor mercado de trabajo y otros justificados sitios de atracción turística.  A Manhattan, por ser una isla, únicamente arribamos a ella por debajo de la tierra (túneles y trenes), por distintos puentes o por el aire, a través de un servicio de helicópteros.  También hay un funicular o monorraíl aéreo que transporta pasajeros desde la calle 59 a la Isla Roosevelt y viceversa.  Algunas personas catalogan a determinadas zonas como las de más delincuencia; pero, en honor a la verdad, en cualquier sección del área metropolitana neoyorquina suceden, en mayor o menor grado, los mismos delitos.

La verdad escueta es que a la fabulosa ciudad de Nueva York no le domina el miedo ni la desconfianza.  En sus múltiples edificios, que le han ganado el calificativo de “La Ciudad de los Rascacielos”, se albergan universidades, hospitales, museos, etc., etc.  En Nueva York hay oportunidades para todas las personas con aspiraciones de progresar en su vida, existiendo los medios para ser feliz y obtener la meta anhelada. Cada cual encuentra lo que busca, y el futuro depende, exclusivamente, de la proyección de cada ciudadano.  Para fijar el concepto de la idea, le diré, en sentido figurado, que es lo mismo que si usted fuera a un aeropuerto, dispuesto a viajar, con entera libertad, el lugar al que usted arribara no sería la culpa del piloto del avión, ni de la compañía aérea, seria de usted la culpa, porque usted eligió la ruta y su destino…

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