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sábado, 1 de febrero de 2014

El bachiller Martín Fernández de Enciso. En busca de los sepulcros de Zenú




René León

Enciso era un conquistador que no tenía miedo a los indios y pensaba solo en riquezas.  Estando en Cartagena, le contaron que a unas 25 leguas de distancia, en la provincia de Zenú,  en sus montañas abundaba el oro fino, y que cuando empezaba la estación de lluvias el oro bajaba a torrentes y los naturales tendían sus redes para recoger las pepitas mayores, que eran del tamaño de un huevo.  Enciso, al saber eso, preparó una expedición.  Al mismo tiempo, Zenú era el cementerio de todas las tribus de la comarca, adonde llevaban sus muertos y los enterraban con adornos de oro.  Y como es natural la avaricia para allá se fue. 
Pensaba saquear los sepulcros; por otra parte, los indios eran infieles.  Al llegar se le presentaron varios caciques con sus guerreros.  Al principio trató de resolver la situación sin entablar combate con ellos, pero éstos se negaron diciendo que allí estaban sus muertos. 
Y Enciso les dijo que él no ofendía a los muertos pues ellos no eran cristianos y él no ofendía al Papa.   Los caciques le dijeron que aquel era su territorio, y que si alguna persona trataba d apoderarse o profanar el cementerio, ellos le cortarían la cabeza, y mostraron a Enciso una hilera de cabezas empaladas de aquéllos que habían tratado de profanar el cementerio.  Enciso atacó a los indios, los derrotó e hizo prisionero a uno de los caciques; tres de sus hombres murieron de las flechas envenenadas.
Al ver Enciso que había conseguido el oro que esperaba, se retiró con sus hombres por miedo a las flechas envenenadas.  Fue otra de sus fracasadas aventuras (ver: Suma de Geografía, Sevilla, 1519.  Relato del mismo Enciso).
Enciso había ido al Darién con Vasco Núñez de Balboa, pero por ser un hombre malo sin sentimientos y traidor, nadie tenía amistad con él.  Fue expulsado, y le dieron el peor buque que tenían los conquistadores, un desmantelado bergantín.  Embarcáronse con él diecisiete hombres.  Zarpó del Darién el 1ro de marzo de 1511, con rumbo a la Española.  Nadie lo volvería a ver, ni tampoco a sus hombres.
Según cuenta la historia, al pasar los años corrió la noticia de que unos españoles encontraron en el Sur de la provincia de Oriente, Cuba, una inscripción grabada en un árbol, que decía: “aquí feneció el desdichado Nicuesa.”  De esto se infiere que él y sus acompañantes desembarcaron allí, y murieron a manos de los indios.  El padre de las Casas dijo que no era verdad.  Pero les puedo decir que con la famosa Historia de las Indias del Padre Bartolomé de las Casas hay muchos errores y exageraciones sobre los indios.  Y yo lo considero como uno de los que crearon la Historia Negra de España en el Nuevo Mundo. 


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