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domingo, 15 de junio de 2014

Bienvenidos a Pensamiento

Vacaciónes Felices


1 comentario:

  1. Formamos parte de un grupo de laicos cubanos, adultos de ambos sexos, residentes en Madrid, comprometidos a seguir el itinerario de formación cristiana postbautismal del llamado Camino Neocatecumenal, que cuenta con la aprobación de la Santa Sede desde el 13 de junio de 2008 para su característico método de formación católica-. Este Camino pretende ayudar a las personas a pasar del secularismo o bien de una fe débil, costumbrista y poco comprometida con la vida ordinaria a una fe madura, reflexionada y comprometida con un cambio en la vida personal y participación en la vida de la Iglesia.
    Como agrupación de creyentes sinceros, animados por la única y sana ambición de mejorar nuestra actitud para con el prójimo, revitalizando la Fe y desplegando las buenas obras que deben constituir el imperativo moral de todo cristiano, vemos que en la Lectura bíblica recomendada para hoy 15 de junio se encuentra el relato del Evangelista Mateo en el que se dice (capítulo 5, versículos 33 a 37) que “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Habéis oído que se dijo a los antiguos: ‘No jurarás en falso’ y ‘Cumplirás tus votos al Señor’. Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir ‘sí’ o ‘no’. Lo que pasa de ahí viene del Maligno”.
    En la edición del 15/06/2014 de PENSAMIENTO, nos ha llamado la atención la apreciación por parte de Mauricio Vinent, incontestablemente justa pero incompleta, en su caracterización de la cubanía, de que “Sin España y el hervor del mestizaje no puede entenderse a José Lezama Lima, Alejo Carpentier, Guillermo Cabrera Infante o Nicolás Guillén, songoro cosongo de mamey, sorongo la negra baila bien, Súmense contradanzas y danzones, Ignacio Cervantes y Ernesto Lecuona, el mambo, el chachachá, el jazz afrocubano de Frank Emilio y el son del trío Matamoros y de Compay Segundo”.
    Y es incompleta porque omite el incontrovertible hecho sociológico –sentido mayoritariamente por la sociedad cubana en las distintas épocas históricas, desde que se produjo el fenómeno de la aparición mariana a los pescadores en la forma de la imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, incluso aunque alguien quiera presentar el hecho horro de todo trascendentalismo espiritual- de que esa creencia y ese sentimiento reverencial constituyen otro elemento igualmente indispensable, crucial y señero en el ‘ajiaco’ de nuestra nacionalidad, que diría Fernando Ortiz.
    Es decir, que más allá de las convicciones personales de cada ser pensante, la evidencia que el propio contenido de PENSAMIENTO transmite y deja (como lo hace en el poema de Leonora Acuña de Marmolejo “Amor y Primavera, en la edición del 15 de mayo de 2014, sobre el asombro admirado ante las maravillas de la Creación) revela que en cada uno de nuestros mejores bardos, músicos y pensadores en general ha latido como regla general el regalo divino del numen de la palabra y del sonido, pertinazmente con el trasfondo del reconocimiento implícito o explícito del Espíritu sin cuya intervención no surgen ni la materia, ni la inteligencia, ni el sentimiento. Para sostener esto, invocamos la autoridad de José Martí como espiritualista convencido.
    Por donde la Lectura bíblica de hoy viene a cuento porque, como dijo Dulce María Loynaz al recibir con 90 años de edad el Premio Cervantes de 1992, “Yo he vivido esta revolución como un paréntesis”, y esto nos alienta a manifestar categórica y contundentemente, y sin recurrir a juramentos, que a nuestra Cultura volverá a reanimarla el Espíritu en cuanto cese la actividad del Maligno que desde 1959 al día de hoy mantiene aherrojada la inspiración de los artistas y escritores y hasta lo más íntimo de las conciencias individuales, constreñidas a refrenar la expresión sin cortapisas de sus creencias religiosas.

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