Páginas

jueves, 1 de septiembre de 2016

Recordando a Pavarotti Il Grande Tenore


Rowland J. Bosch

  Bueno podemos decir que desde tiempos de Caruso ningún cantante de ópera había tenido tanta popularidad como éste italiano. El mérito mayor de Pavarotti es “haber revivido” el gusto y la pasión por la música lírica como ningún otro. Ni Franco Corelli ni D’Stefano. Citemos a Plácido Domingo quizás…José Carreras debido a su enfermedad, no pudo menos que aceptar la ayuda de los dos tenores citados.
  Hoy tenemos a Andrea Bocelli, quien a pesar de su falta de vista ha popularizado canciones, sonatas y otras tonadas atrayendo a personas aficionadas al “regatton, la bachata” y otras  “músicas” de gusto mediocre.
  Qué feliz me siento cuando alguien, entre mis amistades, me habla de música lírica. En parte ha sido culpa de la T.V, y la radiodifusión, al no transmitir programas de esta índole como se debiera.
  ¡¡¡Pavarotti ha muerto!!!...No fue quizás el mejor tenor del mundo pero sí el que trajo muchedumbres a escucharlo con voz lírico-ligera, la que a veces parecía a punto de quebrarse pero jamás ocurría: esto entusiasmaba al público, que respiraba alegremente al escuchar cómo la voz imposible surgía intacta de la suprema prueba.
 En el recital de los “Tres Tenores”, Pavarotti hizo una innovación en “O Sole Mio” que le ganó la admiración del público.
  Pavarotti era bien parecido (de cara) pero su voluminoso cuerpo, que oscilaba entre 300 y 400 libras de peso, no era ideal, por su figura, ni el tenor adecuado para un Radamés, un Manrico o un Rodolfo. Tal vez era más aceptable como Nemorino en el “Elixir de Amor” de Donizetti, de la que hizo una gran creación.
  Luciano Pavarotti muere casi a los 72 años. Había nacido en Modena, en el Norte Italiano. Hijo de un panadero a quien conocí personalmente y siempre acompañaba a su hijo a los recitales y demás actuaciones. Voz de tenor ligero, desde niño le inculcó al futuro cantante las condiciones necesarias para crecer en el mundo de la ópera. Hay que pensar que en Italia todos quieren ser cantantes, especialmente tenores…es el país del arte y la bella música.
 Pavarotti debutó con “La Boheme” de Puccine en Covent Garden y su alianza posterior con Joan Sutherland, la soprano coloratura australiana lo encaminó rápidamente al éxito, también Mirilla Freni, la soprano nacida en Modena, lo ayudaron extraordinariamente. El público tiende a juzgar a los cantantes por su predilección; ¿cuál es el mejor? Cosa imposible de hacer  ya que hay que distinguir que hay tenores de distintos timbres y no podemos comparar “manzanas con peras”. Por ejemplo, Pavarotti y Domingo son voces distintas, cada una está en su género. Luciano era un lírico pero aunque a veces se atrevía  LO “SPINTO”. Domingo por otra parte, es un tenor lírico-spinto a dramático. Pavarotti temía cantar “Aida” de Verdi por su fuerte tacitura.
  Hizo algunas películas como “Giorgio” de éxito discutible. No era un gran actor.
  Pavarotti nace en 1935 y entra al salón de la fama en 1961 con el disco “El Rey de los High C”, cuando su voz de 26 años estaba en el climax. Los años van mermando la capacidad del cantante y va perdiendo las notas altas. Luciano las conservó hasta los 60 años de edad.

  Amaba al público y era generoso. Ahora que partió de este mundo ha de estar seguramente cantándole al “Señor de los Cielos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario