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Con la publicación de America antes de Cristo en la versión en ingles America, B,C. escrita por el por el profesor Barry Fell se ha. puesto de manifiesto que los navegantes Leif Ericksson y Cristóbal Colón fueron otros tantos que llegaron a nuestra América. Así, con dicha hipótesis, se descarta que tanto Leif Ericksson como Colón fueron los primeros en llegar al continente.
El autor del libro, Profesor Barry Fell, sostiene con algunos datos reales e hipótesis que hace cerca de 2,300 años habían navegantes que llegaban al continente americano procedente de Europa y que existieron colonias establecidas en nuestra América que representaron colonias estables por un período de tiempo estimable.
Por casi un siglo, algunos arqueólogos y otros hombres de ciencia, habían tratado de hallar la respuesta del origen de algunos edificios hechos de piedra hallados en la región nordeste de los Estados Unidos. En 1975, se hallaron inscripciones celtas de los primeros visitantes de este continente, en los edificios ruinosos del nordeste de los Estados Unidos. El nombre de dicha escritura antigua es el de "ogam" y era utilizada por celtas y celtíberos. Dicha escritura carecía de vocales y el uso de la misma data de casi unos mil años antes de Cristo. Cuando los fenicios se instalaron como comerciantes en la peninsula Ibérica (España y parte de Portugal) los fenicios agregaron las vocales al alfabeto "ogam".
De acuerdo con los estudios realizados al respecto y detallados en el libro que comentamos, hace más de 3,000 años navegantes celtas cruzaron el Atlántico desde España y Portugal y establecieron campamentos en Nueva Inglaterra y en Oklahoma. Otros navegantes hablando los antiguos dialectos vascos, fenicios y libio llegaron más tarde a la misma región. Hubieron colonias de dichos exploradores en Pennsylvania, West Virginia y Ohio, según relata el autor del libro.
Un hecho único interesante está en los rasgos faciales de los indios americanos del Mediano Oeste así como los del Nordeste los cuales no son tan asiáticos en sus rasgos faciales como los de otras tribus americanas.
Un hecho histórico importante es que cuando los indios Micmac del Nordeste americano fueron cristianizados alrededor del siglo XVIII por los misioneros católicos, los mismos escribieron el "Padre Nuestro" usando, jeroglíficos muy parecidos a los egipcios. Los misioneros no reconocieron los mismos y pensaron que era una escritura primitiva heredada. Esto demuestra que otros navegantes además de los celtas e ibéricos también visitaron la América en épocas muy remotas dejando como huella de su paso, su alfabeto o jeroglíficos.
Fueron los arqueólogos los que descubrieron la "Piedra de Davenport" la que al ser descubierta en 1874 trajo una serie conjeturas·y conflictos alrededor de su verdadero origen. Esta piedra fue hallada en una tumba india y se tuvo al comienzo como fraudulenta. El autor del libro,Profesor Fell, dice que la misma tiene el valor arqueológico que la famosa "Piedra Rosetta" hallada por el científico Champollion durante la invasión del ejercito napoleónico en Egipto, la cual ayudó a descifrar parte de los extraños jeroglíficos egipcios. La "Piedra de Davenport" en cuestión contiene datos astronómicos en tres idiomas antiguos, a saber, egipcio, ibero-púnico, y libio. Esta fue la clave para saber el significado de la escritura de los indios Micmac, los cuales sabían utilizar los jeroglíficos egipcios.
El comercio era la finalidad primordial de estos viajes a tierras americanas. Se basaba el mismo en pieles, minerales y otros artículos. Es necesario apuntar que Julio César se sintió atraído por las pieles que usaban los galos y tratando de saber de donde ellos la obtenían, creyó - según informes recibidos por sus espías que las mismas eran obtenidas en el territorio de las Galias, por lo que decidió expandir sus dominios y se lanzó a la conquista de dicho territorio. Es en el año 55 Antes de Cristo cuando César invadió por tierra y mar las Galias. Se enfrentó a la armada celta, cuyas naves estaban impulsadas por velas y no por remeros. Dichas naves estaban hechas para recorrer largas distancias utilizando la fuerza y dirección del viento y no, como las naves romanas y griegas que en muchos casos eran impulsadas por sus remeros. Las naves galas estaban reforzadas con planchas de hierro presentando un poderoso impedimento a las naves del César. Pero como la historia se escribe, contando con hechos fortuitos, el azar estuvo de parte de Julio César, y las naves celtas se vieron inmovilizadas por falta del viento propicio, y fue cuando las naves romanas utilizando el impulso de sus remeros cercaron una a una cada nave tomándolas por asaltó, ganando la batalla Julio César. Esta parte de la historia debe cerrarse con el comentario de que César al conquistar el territorio de las Galias comprobó que las pieles que usaban sus enemigos no eran proveídas en las Galías, sino que eran de un lugar remoto, al cual no pudo llegar Julio César.
Es después de la expansión militar romana que el tráfico se suspende en forma definitiva entre la península Ibérica y nuestra América. El hecho de perderse el contacto, fue lanzando al olvido las rutas marítimas que una vez unieron el territorio ibérico con el continente americano y esto duró por casi 1500 años, hasta que Colón, con noticias ciertas, con datos tomados de la tradición oral, con leyendas antiguas y con un alto sentido de aventura, retomó el camino que abriera las puertas olvidadas de nuestra América.
Así se hizo la historia antigua de la época pre-colombina. Estudios al respecto siguen haciéndose y tal vez conozcamos mucho más acerca de este asunto dentro de poco tiempo.
René León
René León
El torquetum permitía calcular la posición de los cuerpos celestes y ajustar la hora y la fecha. Este instrumento, compuesto de discos y placas fue abandonado cuando Galileo tuvo la idea del telescopio. Fue descrito primeramente por Claudio Ptolomeo en el siglo II pero parece que su primer constructor fue Jabir ibn Aflah (Al-Andalus, siglo XII).1 (Tomada de Wikepedia)
Una vez más D. René León destaca por lo magistral de sus artículos. Un verdadero placer leerlos.
ResponderEliminarUna vez más D. René León destaca por lo magistral de sus artículos. Un verdadero placer leerlos.
ResponderEliminarFelicito a Barry Fell por sus investigaciones
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