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jueves, 15 de marzo de 2018

LA ENSEÑANZA DE NUESTRA HERENCIA HISPANA EN AMÉRICA

Por René León


Hay veces que asombra oír hablar a personas supuestamente preparadas sobre la historia de los países de habla hispana, y cuando lo hacen es siempre en forma de crítica "disfrazada", de nuestra historia, literatura y gobiernos. Pero eso pasa por. la falta de conocimiento. 

En nuestros países la historia se comienzan en los colegios, desde los primitivos habitantes,y después de los primeros europeos que llegaron con el descubrimiento. Españoles, franceses, ingleses, holandeses. O sea que nuestros estudiantes aprenden la historia de sus países. Con toda las deficiencias que puedan tener los colegios, por falta de fondos para comprar materiales. Otras veces porque funcionarios falta de escrúpulos, usan sus fondos para apetecer sus vanidades o enriquecerse. Pero esos mismos defectos, no la falta de fondos, sino el uso mal debido de ellos pasa en los Estados Unidos.

Cuando uno va a los colegios en este país, la historia se comienza con Christobal Colombus (en latín) y le dicen que descubre América, pero él nunca puso los pies en este país. Ellos no le explican que el nombre viene de Americo Vespucci. Y sin más explicaciones saltan al año de 1606 y le hablan de The London Company, que le fueron dadas las tierras por Jaime I, en el sitio conocido por Plymouth Rock. Quedando en el olvido absoluto el esfuerzo por los conquistadores primero y después por los colonizadores, españoles, franceses e ingleses. Después muchos de esos alumnos se gradúan en las universidades sin conocimiento alguno, y muchas veces son enviados a nuestros países, sin conocer la historia y cultura del país donde han sido enviados. Los tiempos que desde la embajada de Estados Unidos de América, dirigían "los asuntos del país", ya pasaron de moda. La conciencia de nuestros pueblos va cambiando. Quizás podrá haber alguno que otro funcionario que se preste a su juego, pero van siendo pocos.

La sociedad de este gran país es "monolingüe" por tradición. Significa que muy pocos americanos han cultivado un idioma extranjero. Pero cuando van a nuestros países esperan que todos los empleados hablen inglés.  
Y ellos olvidan tener nociones de nuestra lengua. Los hispanos que han llegado a este gran país hablando un poco del idioma, le fue un poco más fácil encontrar trabajo. Pero también para poder mejorar, han tenido que ir a la universidad.

Cuando hablan de nuestros países, muchas veces lo hacen en forma despectiva. Quizás porque leyeron las novelas de Ciro Alegría, Azuela, Gallegos, García Márquez, donde pintan los defectos sólo de nuestros países, y no nuestras virtudes. Yo les puedo decir que tenemos muchas cosas buenas, tenemos riquezas, que son explotadas la mayoría por las grandes compañías extranjeras. O sea no somos unos muertos de hambre. Cuando hablen de nuestros países que no lo hagan en forma despectiva, donde siempre dicen las cosas malas. Que cuando hablen de España, no sólo piensen en el oro y la plata, que se llevaron para su país. Los franceses y los ingleses hicieron lo mismo aquí en América, y nadie habla de ellos. Toda conquista trae abusos, robo y sangre. Hitler cuando creía que iba ser el amo del mundo, mató a millones de judíos. Después de haberse llevado las obras de arte y todo lo de valor de los países ocupados por Alemania. Eso ha pasado no hace muchos años. Irak hizo lo mismo en Kuwait, y sin ir más lejos, la super potencia que fue la Unión Soviética, acabó en Europa, y nadie dice nada. De los indios de Norte América, sólo se habla de su "ferocidad", pero no de su cultura. Y fueron casi aniquilados, pero nadie pone el grito en las nubes, y si lo hacen, no se oye.

Esta gran sociedad que nos ha recibido afectuosamente, nos ha abierto los brazos, y nos ha dado mucha oportunidades. Pero lo que nosotros no podemos dejar nunca es alejamos de las decisiones políticas como sociales del país en que vivimos.

Tener nosotros un punto de vista más objetivo de nuestra necesidades, y hacerlo saber a la comunidad. Como minoría que somos hemos de saber situamos dentro del contexto socio-económico de la sociedad americana. Hacer valer nuestro peso cultural y nuestro valores profesionales dentro de una sociedad en la que "solamente el altamente cualificado puede sobrevivir". Y en nuestra manifestaciones culturales lucimos por nuestro colorido y alegría de vivir. Así somos y seremos debido a nuestro carácter y nuestra fe en Dios y en nuestra familia hispana.

LILLIAM MORO PRESENTA "EL SILENCIO Y LA FURIA" PUBLICADO POR EDITORIAL ULTRAMAR/ARTESMIAMI, INC.



MIAMI (14 de marzo, 2018) -- ArtesMiami presenta EL SILENCIO Y LA FURIA, de Lilliam Moro, el miércoles 21 de marzo, a las 8 p.m., en Books and Books de Coral Gables, 265 Aragon AvenueAida Levitan, Ph.D., Presidenta de ArtesMiami, comentó que "El poemario ha sido publicado por Editorial Ultramar, división Editorial de ArtesMiami, sin costo alguno para la poeta. La editorial publica un poemario cada año como parte de su misión de apoyar y promover a los poetas hispanos de Miami." La presentación es gratuita. Aida Levitan, Ph.D. y Luis de la Paz presentarán a Lilliam Moro, quien leerá algunos de sus poemas. Books and Books co-auspicia el lanzamiento del libro.

Lilliam Moro nació en La Habana, Cuba, en 1946. Estudió en el Instituto Pedagógico Makarenko y en la Facultad de Letras de la Universidad de La Habana. Perteneció al grupo de escritores de Ediciones El Puente y en 1965 su poemario El extranjero obtuvo el Primer Premio de Poesía en un concurso celebrado por las facultades de Letras de las universidades de la Isla. Fue profesora de Literatura. Salió de Cuba en 1970 y vivió en España más de cuarenta años donde se dedicó a la edición y las artes gráficas. Actualmente reside en Miami. 

Poeta, narradora y crítica literaria, realizó ediciones didácticas de clásicos de la literatura española. Su obra poética comprende La cara de la guerra (Madrid, 1972), Poemas del 42 (Madrid, 1989), Cuaderno de La Habana (Madrid, 2005) y Obra poética casi completa (Miami, 2013). Su poemario Contracorriente obtuvo el Premio Internacional de Poesía “Pilar Fernández Labrador” (Salamanca, 2017). En la boca del lobo fue Premio de Novela Villanueva del Pardillo (Madrid, 2004). 

Según el editor del poemario, el escritor y crítico Luis de la Paz, "Lilliam Moro nos regala en El silencio y la furia toda la sabiduría acumulada; por eso se acarician con más suavidad sus páginas." Añadió que "Sus poemas tienen una especial capacidad de sorprender: se arquean, crecen, se reelaboran en sí mismos, hasta taladrar al lector, quien queda absorto ante ellos. Hay que dejarse arrastrar por las palabras, por los versos que urden una trama intensa de furia, de mucha furia, circundada por el misterio que emana del silencio."

Los que apoyen a ArtesMiami como Benefactores ($200 al año) serán invitados a una cena con la poeta y el editor después de la presentación. Para más información sobre ArtesMiami y cómo apoyar a esta organización, visite su sitio web en www.artesmiami.org.

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Segundo Encuentro "ANUNCIO"





Editorial Universal - Radio Martí - Editorial Cubana

EL HAIKU


Carlos Benítez Villodres

Málaga (España)        

El haiku es la más apreciada forma poética japonesa, es la poesía del momento, donde la frescura y la espontaneidad son la expresión directa del instante, como una fotografía lírica. Por ello, se dice que el haiku es el arte de vivir y esculpir el instante. También suele decirse que es la transparencia de una emoción profunda ante la visión o el sentimiento de las cosas más sencillas de la vida. 

Según Matsuo Bashoo (1644-1694), considerado padre o el primer gran maestro de la historia del “haiku”, éste “es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento”. Bashoo a menudo utilizaba el haiku para plasmar pequeñas bromas y juegos de palabras como reacción a las normas poéticas más académicas. El fundador de esta arte poética estaba muy influenciado por el pensamiento de Chiang Tse, que rechazaba la artificialidad y el utilitarismo. Sostenía que las cosas aparentemente inútiles son las más valiosas, así como la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza. 

Los haikus de Bashoo son dramáticos con grandes cambios en el estado de ánimo que se expresan a través de la naturaleza. 

Ya en el siglo XVIII, Buson Yosa (1716-1783), que además de poeta era pintor, llevó el haiku a un grado de refinamiento sin igual. Sus poemas plasman un escenario luminoso en el que suceden prqueños milagros llenos de significado. Más que dar una descripción reaslista y superficial, este creador indaga en la esencia de las cosas. 

Issa kobayashi (1762-1826) fue otra de las grandes figuras del haiku. A la edad de trece años se trasladó a Edo, el actual Tokio, para trabajar. Fue aquí donde fue iniciada en esta arte poética, en el cual a menudo utilizaba palabras dialectales y conversaciones cotidianas. Sus versos celebran los placeres sencillos de la vida y el amor a la naturaleza. 

En el siglo XIX destacó Masaoka Shiki, renovador de haiku y defensor de Buson en detrimento de Bashoo, con cuya obra se mostraba crítico. Le achacaba falta de pureza poética y un exceso de elementos descriptivos que eran más propios de la prosa. 

En el siglo XX apareció una nueva escuela llamada Shinkeikoo, que apartó a los nuevos poetas japoneses del rigor de los haikus tradicionales. Los creadores de esta nueva hornada tendían a añadir un cuarto verso al haiku para dotarlo de mayor capacidad explicativa. 

Obviamente el poeta al escribir un “haiku” debe seguir unas normas de forma y contenido ya establecidas. Jane Reichhold publicó, en rumano, en el periódico “The Constanta Haiku Society Albatros”, 65 “reglas del haiku”. 

El “haiku” es, pues, un poema monoestrófico, de origen japonés (s. XVI), que suele tener casi siempre 3 versos, ausencia total de rima y una pauta silábica, 5/ 7/ 5//. Pero la estructura no es lo que caracteriza al “haiku”. Su propio creador, el samurai Bashoo cercano a la doctrina de Confucio y discípulo de Bucchoo, maestro zen, en muchas ocasiones no tuvo en cuenta la guía a seguir. La peculiaridad o idiosincrasia del “haiku” está en su contenido, aunque éste con el paso de tiempo a veces también pierde su esencia innata sin dejar de ser un “haiku”, como más adelante leeremos. Según la tradición, este escueto poema suele tener una palabra clave (“kigo”) que indica la estación del año a la que se refiere. 

Sobre el origen del “haiku” hay varios criterios. Una escuela de eruditos nipones dice que el “haiku” tuvo su vínculo primigenio en el poema, también de origen japonés, llamado “tanka”, o “waka”, o “haikai”, cuyo contenido era típicamente humorístico, jocoso, pero también podía describir los fenómenos naturales, lo singular de cada estación del año y la vida cotidiana de la gente. La silabificación de esta creación poética, formada por 2 estrofas, es la siguiente: 5/ 7/ 5// 7/ 7. Este tipo de poema surgió en Japón durante el periodo Nara (s. VIII), y es su primera estrofa (“hokku”) la que dio vida propia al “haiku”. Por otro lado, en Japón, por el influjo de la literatura china, apareció, en la época Heian (s. VIII al XII), el “renga”, que consiste en un conjunto de “tankas” encadenados con una retórica impactante y escrito por varios poetas al mismo tiempo. Este tipo de poema podía sobrepasar los 100 versos. Otra escuela de sabios japoneses expresa que la raíz del “haiku” estuvo en el “katauta”, un breve poema con una forma que oscilaba entre la métrica 5/ 7/ 5// y la 5/ 7/ 7//. 

Fuere como fuere el origen del “haiku”, lo cierto es que en todos los poemas reseñados aparecía el tópico de la “estación del año”, el mismo que ya en el s. XV se consideraba como signo específico de dicho poema. En este “haiku”, de Sogi (s. XV), predecesor de Bashoo, podemos observar lo que acabo de indicar:

Que ya es verano
no le digas, tormenta,
a los cerezos.

O en éste del propio Bashoo:

Se va la primavera.
Lloran las aves, son lágrimas
los ojos de los peces.



A veces, con la finalidad de ilustrar el “haiku”, el poeta realiza un dibujo o pintura (“haiga”), sin pretensiones de perfección. Precisamente su creador fue también el primer poeta que acompañó a sus “haikus” con ilustraciones. 

Entre los japoneses, se les denomina a los maestros creadores de “haikus” con el término “haijin”. Son “haijines” clásicos: Matsuo Bashoo, Yosa Buson, Kobayashi Issa, Masaoka Shiki, Uejima Onitsura, Ritsurin Issekiro, Arakida Morikate, Yamasaki Sokan, entre otros. Obviamente también las poetisas japonesas clásicas escribieron preciosos “haikus”. Entre ellas destaca Chiyo ni. Otras son: Den Sute-jo, Sonome, Shushiki, El Pai, etc. 

Con el transcurrir de los siglos, el contenido del “haiku” perdió su sustancialidad, no así el del “hokku”, como ya he reseñado. Poetas, como Masaoka Shiki, dejaron para este último poema su pulpa de siglos. Sin embargo, al “haiku” se le dio un estilo propiamente espiritual. “El `haiku´ es en sí mismo una unidad, dice Mario Benedetti, gran amante de los `haikus´, un poema mínimo y no obstante completo. De ahí su visión instantánea, su condición de chispazo, a veces su toque de humor o de ironía”. 

El “haiku” irrumpió justamente a principios del s. XX, con una fuerza arrolladora, en los países occidentales. Uno de los primeros en recoger la esencia de esta arte fue el poeta inglés B.H. Chamberlain, aunque su filosofía está más presente en los “imaginistas”, un grupo de poetas ingleses y americanos que decidieron adaptar y cultivar este tipo de versos.

Segundo Encuentro "ANUNCIO"






Editorial Universal - Radio Martí - Editorial Cubana

ETERNAMENTE UNIDOS

Lola Benítez Molina 
Málaga (España) 


“No rechaces tus sueños. ¿Sin la 
ilusión el mundo que sería?” 

Ramón de Campoamor 

Pura inocencia, de delicada y frágil belleza, un sol para el mundo… La maldad sempiterna te hizo perder ese candor en una época convulsa. Lara, la de los ojos tristes y una deplorable historia que contar. Borís Pasternak te inmortalizó, llevado por esa sensibilidad que parece ser que sólo los poetas albergan, y aquellos que con su mano plasman la belleza impoluta del momento, quedando detenido en el lienzo con su paleta de colores o que con su batuta dirige un concierto. Estas genialidades despiertan los más sublimes sueños y deseos. Instantes tan excelsos, pocas veces alcanzados, como lo hicieron los valses de Strauss, con los que da comienzo cada nuevo año en un intento de alcanzar lo extraordinario. 

Pero ¿quién inspiró al gran poeta y novelista ruso, Premio Nobel en 1958, a realizar su obra estrella: El Doctor Zhivago? Perpleja me quedé al conocer que tal musa, de ojos del color del mar, existió. Su nombre: Olga Ivínskaia, quien, desde su adolescencia, se sabía sus poemas de memoria y que se convertiría en la amante del escritor. Puro flechazo al coincidir ambos en la sede de una revista literaria de Moscú. Un cruce de miradas penetrantes, cautivadoras y de admiración, fue el detonante de unión para esas dos almas gemelas, pero como los entresijos de la realidad nunca son tan perfectos, la situación personal de cada uno y los momentos históricos, que son imborrables, los sometió a la lucha incesante, que no hizo sino acrecentar su amor. Borís, casado, nunca dejaría a su segunda esposa, Zinaída que, en su juventud, vivió una escena parecida a la que inspiró al poeta en su novela. 

Es bien sabido que aquello que dicta el corazón no hay batalla que lo aniquile. Tan grande es su fuerza y su latido y, por más que la razón actúe, llevará las de perder porque acrecentará el fuego de la pasión prohibida. Tal vez esto agrandó su amor e inspiró a Pasternak para escribir su genial obra maestra. Para Calvino, Doctor Zhivago, fue la gran novela rusa del siglo XX. 

Pasternak tuvo que rechazar el Premio Nobel, pero gozó de cierta inmunidad por ser el traductor de poetas de Georgia, la tierra de Stalin, y tradujo la segunda parte de Fausto. 

Con los años, Olga se convertiría, además de amante, en su secretaria y su correctora, como lo fueron otras esposas de escritores rusos: las de Tolstói, Dostoievski o Nabokov. 

El famoso escritor nos dejaría esta hermosa frase: “Aunque el artista es mortal como el resto de sus congéneres, la alegría de vivir que ha conocido es imperecedera un siglo después”. 

UNA ESTAMPA DE LA MEMORIA DE LA NIÑEZ EN CUBA CUANDO EN EL PAÍS SE VIVÍA AMABLEMENTE: EL “CEREGUMIL”

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             Roberto Soto Santana, de la Academia de la Historia de Cuba (Exilio)

Bernabé Fernández Sánchez fue un farmacéutico español que vino el mundo en Granada, en 1878, y que posteriormente se residenció en Montilla (Córdoba), adonde creó en 1907 la fórmula de un tónico alimenticio complementario que comenzó a venderse en esta última población en la Farmacia “Moderna” de Blanca Canivell Pascual, en la calle Corredera número 49, donde se despachaban unos gruesos y oscuros frascos con una sencilla etiqueta.
El éxito de ventas llevó al Sr. Fernández Sánchez a patentar su creación (en 1912) y a instalar una primera fábrica en Málaga (en 1921). En 1924 obtuvo  la certificación como laboratorio farmacéutico
Comercializado con el nombre de “Ceregumil”, alcanza medalla de oro en la Exposición de Palma de Mallorca, seguida de presentaciones exitosas en la Exposición y Feria de Muestras de Málaga (1924), en la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929), y en la Exposición Internacional de Perú (1949).
Los reconocimientos proseguirían con el transcurso de los años, al ser distinguida la Empresa, constituida mercantilmente como Fernández y Canivell, S.A., como Miembro de Honor de las Cámaras de Comercio de Buenos Aires (1959) y Venezuela (1973).
En Cuba, hasta el sobrevenimiento del régimen comunista en 1959, el “Ceregumil” –en la forma de jarabe que se adquiría en todas las farmacias- era un producto “estrella”, favorito de las madres de familia con el fin de suplementar las carencias alimentarias de los niños desganados. No resulta aventurado afirmar que dicho jarabe era conocido en prácticamente todos los hogares de la Isla, que se consumía sin efectos secundarios ni contraindicaciones de ninguna clase, y por supuesto se despachaba sin necesidad de receta médica.
El producto desapareció de la farmacopea popular como consecuencia de la estatización de todo el mercado mayorista y minorista del país, y el consiguiente cegamiento por mandato del Estado de toda posibilidad de continuar la importación, distribución y venta de este complemento alimenticio –y de cualquier otra mercancía o servicio, fuera agrícola, industrial o financiero- que durante el escaso medio siglo de la era republicana había sido tan popular.
En España y los demás países adonde el ofrecimiento y la venta de sus productos pudieron continuar su exitoso transcurso, la Empresa que tan buenos resultados había cosechado, en especial con el “Ceregumil”, ha proseguido hasta el día de hoy con la comercialización de éste y otros complementos dietéticos; a partir de 2009, desde una nueva fábrica dotada de instalaciones automatizadas, con las que ha actualizado sus procesos productivos, sin dejar de funcionar como una empresa familiar.
El recuerdo de éste y de otros muchos aspectos favorables previos a 1959 de la vida cotidiana en Cuba se conserva en el nostalgiario de los cubanos de la Diáspora, y en las hemerotecas y filmotecas a las que la población actual del interior del país tiene negado el acceso –con lo que los nacidos allí durante las seis últimas décadas desconocen la marca “Ceregumil”, al igual que todos los demás hechos configuradores de la existencia real de la población de hace tres generaciones, ya que esos hechos pretéritos se ocultan o distorsionan, o tranquilamente se niega su realidad-.
HMS Ajax (III)
Foto tomada de: HMS Ajax at Crete

En Tiempos de la Colonia en Cuba: Abusos cometidos contra los marinos del barco mercante “Ajax” de bandera Americana en noviembre de 1821 por las autoridades españolas en La Habana

René León

Por años los barcos de bandera de Estados Unidos de América fueron objeto de ataque por parte de las autoridades españolas en puertos de la América Hispana y en especial en Cuba. Justificación, que transportaban propaganda subversiva insitando a los criollos contra la corona, agitadores políticos, masones y armas para los movimientos de liberación en nuestro continente, contra España.

A continuación va a aparecer la protesta del capitán de la nave “Ajax” de Philadelphia, B.I.Shain, ante las autoridades de Washington County, en el Distrito de Columbia, en enero 9 de 1822. Queja que más tarde sería presentada ante el Presidente de la nación, James Moore. En carta de él a la Cámara de Representantes, informaba de los diferentes abusos cometidos contra los ciudadanos y barcos de Estados Unidos, por las autoridades españolas. Solicitando una moción de protesta ante los representantes de España. El 31 de enero de 1822 sería leída la moción ante la Cámara, siendo informado el congreso.

La denuncia del capitán B.I.Shain a su regreso a Estados Unidos, decía que estando fondeado en el puerto de La Habana la nave “Ajax”, el domingo 25 de noviembre de 1821, unos marinos españoles con la excusa de que necesitaban fuego para sus cigarros, subieron a bordo y trataron de llevarse detenido a uno de los marineros, con el pretexto de que hablaba español, y no se suponía que hubiera nadie como miembro de la tripulación de origen español. El capitán al momento de ocurrir los sucesos se encontraba en su cabina revisando los papeles para la partida al siguiente día en la mañana, de regreso a Estados Unidos. Sería informado por su ayudante Mr. Joynes de lo que estaba sucediendo a bordo con los marinos españoles. Dando motivo a una discusión y solicitando el capitán que bajaran a tierra. Se negarían estos, desenvainando sus espadas. Mr. Joynes cogiendo una vara, los bajaría a palo. Incitando estos luego a los trabajadores y vecinos cercanos de los muelles, llamando en su ayuda a otros marinos. Exigirían el arresto del capitán y su tripulación. Negando el capitán que hubiera violado ninguna ley, y que ellos estaban bajo la protección de su bandera. Al amenazar subir a bordo acompañados de otros marinos y dos oficiales, da comienzo una refriega donde Mr. Joynes da muerte a un marino español.

El oficial del puerto, conocido como el Celador del Mar, don Francisco Baro, trataba por todos los medios de mantener la paz, siendo llevado preso por los marinos insubordinados al cuartel militar de la ciudad. El capitán Shain sería herido de gravedad, siendo llevado al hospital. El barco fue tomado por los marinos españoles, quienes trataron de llevarse muchas cosas y otras fueron destruídas. De la tripulación, Mr. Joynes se salvaría tirándose al agua. Mr. Watson moriría de las heridas días más tarde, por no haber recibido atención médica en el hospital. Otro de los tripulantes vecino de Charleston, llamado Lucius, moriría dos días después. A un tal Cyno, le sería cortada una mano de un sablazo, más otra herida en la cara.

Al momento de ser llevado al hospital el capitán Shain, no sería atendido adecuadamente por el médico de guardia. El responsable de la compañía naviera que representaba el “Ajax”, don Francisco de Paula Hornillos, se llevaría a Shain para una casa que se especializaba en atender enfermos y donde se encontraba en ese momento el cirujano americano, Benjamín Huger, de Charleston, South Carolina, de visita para un tratamiento médico en la ciudad. Certificando que eran de gravedad las heridas, el 11 de diciembre de 1821. Habiendo jurado ante la Santa Biblia.

En la Deposición ante las autoridades don Francisco de Paula de Hornillos, coincidía con lo anterior declarado por el capitán. Hacía mención de sus gestiones ante el Capitán General de la ciudad.

Fueron muchos los casos en que las autoridades españolas violaron la bandera de barcos extranjeros. No podían quitarse de arriba la lucha por la liberación de los países de la América Hispana. La consigna de todos los criollos era ¡Patria y Libertad!

( documentación privada del autor )


Recuerdos de la “Ley Seca” en Estados Unidos de América.F


Foto tomada de: twistedsifter.com
Por:  René León

  La “Ley Seca”, conocida por la prohibición de vender bebidas alcohólicas en ciertos estados de la unión, entre el 17 de enero de 1920 y el 5 de diciembre de 1933. En octubre de este año fue aprobada la ley Volstead, que implementaba la Enmienda Se podía consumir vino de bajo alcohol de un 5%. Que da inicio a la venta de bebidas alcohólicas en un “mercado negro” de comerciantes ellos ligados a la más tarde famosa “Mafia italiana”. Época de fabricantes ilegales en las montañas de Carolina del Norte, Tenese y Georgia. Industria clandestina, que hoy en día siguen los fabricantes en su fabricación ilegal en las montañas de Carolina del Norte
  Los países que más se beneficiaron en este negocio de bebidas alcohólicas, fueron: Canada que se enviaba a través de la frontera y por mar. Cuba donde se enviaban en goletas de pescadores que llegaban a las costas de la Florida, dejaba su mercancía y regresaban a buscar más. Muchos de estos veleros fueron apresados por las autoridades americanas y cubanas. De las islas del caribe, recibían su buen rum. De Europa llegaban hasta alta mar los barcos, y era descargada las bebidas.
  El 21 de marzo de 1933 el presidente Roosevelt firmó el Acta Cullen-Harrison que legalizaba la venta de cerveza que tuviera hasta 3,2% de alcohol. Ese mismo año fue derogada la ley Volstead. Meses después se ratificó la Enmienda XXI a la Constitución de Estados Unidos. La nueva enmienda fue ratificada el 5 de diciembre de 1933 por el Senado de Estados Unidos.
En todo el país se celebró el fin de la Ley Seca.

     

CUALQUIER TIEMPO PASADO… ¿ FUE MEJOR ?

Foto tomada de: Utalca
                 
Por: Leonora Acuña de Marmolejo

Don Jorge Manrique el gran escritor y poeta español (1440- 1479) dijo en uno de sus versos: “...cómo, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor”; y este concepto puede ser muy controversial. Yo diría que esto es muy relativo. No debemos ser tan radicales en nuestros discernimientos, y sin tener que pegar en la indecisión, ser un poco elásticos en nuestras evaluaciones y determinaciones, no queriendo esto significar, reblandecimiento o inseguridad de criterio. Mejor aún, podremos pensar que cierto margen de pérdidas y ganancias en nuestro libro diario, afirma todavía más nuestros conceptos de los valores reales en la balanza de la vida.

Si volvemos nuestra reflexión por los laberintos del recuerdo remontándonos algunos años atrás, fácilmente recordaremos con nítidez de gestos, palabras y detalles, muchos pasajes que son verdaderas anécdotas; reminiscencias que enfrentadas al conocimiento y a la experiencia presentes, son ahora hasta hilarantes, mas nos han dejado cierta satisfacción al pensar para nuestro ego en un soliloquio íntimo: “Ahora es diferente; ahora me siento mejor” “…. Ahora puedo desenvolverme mejor”; o diremos un poco absortos: “¿Cómo me las arreglé?… No lo sé, pero sí sé que mi fe y mi optimismo me impulsaron a sacar mi barco adelante” Es así como nuestra idiosincracia latina funciona; porque somos optimistas y tesoneros en pos de nuestras metas.

Puede que en un principio nos falten los medios apropiados para alcanzar nuestros ideales, pero nunca nos falta la voluntad; una vez que tengamos el incentivo, un pequeño empujoncito nos puede impeler muy lejos y es entonces, cuando ya nada nos detiene para alcanzar nuestra estrella.

Por ejemplo, yo recuerdo cuando empecé a trabajar, diez días después de arribar a esta ciudad. De regreso de la oficina, localizada en Manhattan y todavía con el alma colgando del cielo de mi adorada patria, ensimismada nostálgicamente en los recuerdos de los paisajes colombianos, de los familiares y amigos que atrás dejaba, de las caritas esperanzadas de los alumnos de mi colegio Eugenio Pacelli -el que había fundado con tánto amor y entusiasmo allá en el barrio Versalles de Cali (Valle)- ; aturdida por el ruido ensordecedor del tren subterráneo al que no estaba acostumbrada y que se me antojaba por el estruendo, la mismísima cueva del infierno; desconociendo aún el intrincado sistema de los cambios de ruta, me desvié de la vía que debía llevarme a casa en la estación de Útica en Brooklyn. Me encontré extraviada en una tierra aún extraña para mí, y me sentí un tanto preocupada al pensar en el temor que podrían sentir mi esposo y mis pequeños hijos ante mi tardanza para regresar a casa después del día laboral.

Así, descorazonada, y confusa fui a parar a la estación terminal de aquella ruta en Flatbush (un barrio del Condado de Brooklyn), porque sin darme cuenta me pasé de la estación en donde debía apearme.

Viendo con desasosiego cómo durante el trayecto, el tren se iba alivianando de su carga humana , me encontré más de una vez ante la mirada inquisitiva del conductor, quien ya con su experiencia transportando gente de todas las partes del mundo, a lo mejor estaría pensando: “Esta tiene cara de perdida…”

Cuando el tren paró definitivamente y sus puertas se abrieron, yo me encontré con la única pasajera que quedaba: una anciana (cargada de maquillaje, cubierta de abalorios y emperifollada como estatua en andas en procesión de pueblo), quien se encontraba igualmente perdida porque dicho sea de paso, con el complicado sistema de trenes, aún muchos nativos y muy a su pesar, se desvían de sus rutas. 

Simultáneamente nuestras miradas curiosas y angustiosas se cruzaron; entonces ella me preguntó ansiosa: “Which is this station?". “Which is the train to Rockaway?” Estas preguntas consecutivas y formuladas en su perfecto inglés, para mi oído que aún rechazaba con una fidelidad canina otro idioma diferente al que diariamente escuchaba días antes en mi paradisíaca tierra natal, debieron poner en mi rostro una expresión lejana que ella debió captar inmediatamente, como cuando se habla acuciosamente a un sordo para luego saber por su mutismo que fueron vanas nuestras palabras, como palabras al viento. 

Pero lo mejor de la anécdota no fue esto. Intuyendo por su gesto inquisitivo lo que me preguntaba (más que entendiéndole), me apresuré muy orgullosa deseando poner en práctica el inglés que había aprendido en las aulas educativas de mi patria, y con un inglés bastante quebrado, de atroz acento, y de peor construcción tratando de imitar su natural acento, le repliqué: “Ai ron no. Ai am olso for equivoqueichon jier” (No sé. También estoy aquí por equivocación). Aún con cierta ingenuidad, pensé que esa había sido la mayor proeza de la cual los míos, al saberlo, se sentirían orgullosos.

Cuando la dama escuchó mi apremiante jerigonza, me miró como se mira algo grotesco salido del común de esta tierra de todas las razas humanas; de hito, en hito, recorrió mi humana geografía desde la cabeza hasta los pies, y con gesto de indiferencia, se dio vuelta como quien piensa: “Esta pobre alma de Dios no sabe ni en dónde está parada…”; y así quedé plantada allí en aquel estrecho pasillo que sólo tenía una salida, “mirando para San Felipe” como decimos en Colombia.

Tratando de seguir los pasos de la mujer como náufrago que se aferra al último madero de salvación, salí a la calle y quedé implorando al cielo pues la mujer desapareció en un santiamén, entre la multitud ajena a “mi tragedia”. Entonces, me encontré sola en medio de la gente que pasaba apresurada ignorante del “conflicto” en que me encontraba en aquel momento, con cara de niño de primer día de escuela.

Hoy, tras de más de 10 lustros, y más precisamente, en una soleada mañana estival, arreglando el jardín de mi casa en esta paradisíaca tierra de Long Island en donde resido desde 1.970, me asaltó el recuerdo de aquellos años cuando en el reducido apartamento de Brooklyn (donde viví inicialmente al llegar de mi país), trataba de cultivar algunas plantitas en el estrecho alfeizar de la única ventana que daba al patio interior, y que yo podía abrir con menos peligro de mi seguridad personal y de la de mi familia.

Recordé hasta con cierta melancolía, que cada mañana con la típica premura de las primeras horas, mi esposo o cualquiera de nuestros niños, sabedores de mi amor por el jardín, venía a prodigarle un poco de cuidados a los débiles y nada donosos exponentes. Pero a pesar de todos los inconvenientes, hacíamos de esto un ritual de cotidiana felicidad por cada brotecillo que advirtiéramos, aunque nunca llegaran a retribuír nuestros cuidados con su floración.

Ahora tengo, no un inmenso jardín, pero sí disfruto de amplias zonas verdes y me divierto cultivando toda clase de plantas: claveles, rosas, clemátides, geránios, petunias, lavandas etc que no sólo son muy fértiles, sino además, pródigas en flores como si estas quisieran reivindicarme por aquellas las mustias que nunca florecían. Además en el verano cultivo también una pequeña huerta con vegetales y plantas aromáticas; y como recompensa a mi amor por la tierra, en el otoño preparo encurtidos, los que aprendí a elaborar tras de unas vacaciones en Boston y en otros lugares de Massachusetts en donde esta labor es un verdadero arte. ¿Qué más puedo pedir? ¡Amo la naturaleza y los placeres sencillos y simples de la vida porque en estos reside un secreto de felicidad...Siempre busco el lado positivo de la vida y de mis semejantes; soy sencilla y tengo un alma bucólica y agreste, que me hace feliz! 

En la actualidad puedo decir con orgullo, que una vez, ya siendo bilingüe (que fue lo primero que me propuse conseguir en este país), pude hacer otra carrera en la Universidad de Farmingdale, N.Y. Hoy reconozco con satisfacción que he alcanzado las metas que me he fijado; mas preservando mis raíces de las cuales me siento muy orgullosa, desde un comienzo traté de aculturarme a la nueva sociedad, la de esta amable gran casa de puertas abiertas. 

He realizado ideales y he alcanzado progresos de diferente índole; he tenido el placer de hacerme de amistades maravillosas; conozco y puedo defender mis derechos. En esta forma, y con honestidad, amor y reconocimiento, puedo disfrutar mejor de todas las ventajas de esta tierra de promisión en donde ya he echado raíces con la prolongación de mi familia extendida que por matrimonios, se ha integrado a otras culturas como la alemana, la italiana, y la irlandesa. Somos ahora como decimos en casa: “las Naciones Unidas”. Los nuevos miembros, impelidos por el orgullo de mi ancestro español, se sienten muy orgullosos también y tratan de aprender de mi cultura y mi sagrado idioma cervantino; y con gran orgullo y placer he dedicado mis libros a los nuevos miembros consanguíneos de mi familia.

Ésta es una metrópoli de grandes progresos y oportunidades, mas como sus grandes similares, a veces dura, absorbente, y hasta cruel en determinadas circunstancias; es un sitio en el cual hasta el más inmaduro aprende a poner los pies en el suelo. Pero en donde si cada individuo no se supera, se automatiza convirtiéndose en un número más de Social Security; una ciudad en la cual si sólo nos anima el culto al “Dios Dólar” sin que nuestros actos volitivos nos encaminen con ambiciones altruístas (no, de competencia para derribar al más débil, sino de superación y de progreso individuales para funcionar como basamentos del gran edificio de una sociedad más humanitaria.), nos hundiremos pesarosamente. ¿ A qué entonces atribuírle la culpa de nuestra posible ineptitud y por consiguiente de nuestra inconformidad , a La Gran Casa que generosamente nos ha dado albergue y que nos deja en libertad para disfrutar en ella de lo mejor que pueda brindarnos?   

En esta tierra adquirimos experiencias maravillosas; pero ocurre que a veces por mirar con tanta testarudez hacia atrás, no vivimos la realidad del “aquí y el ahora”. Además como dice el refrán: “agua pasada no mueve molino.” En lugar de vivir añorando el ayer que ya pasó, reconozcamos con nobleza, entereza y gratitud hacia Dios, hacia la vida, y hacia esta tierra gentil, que todas estas vivencias nos van enriqueciendo anímicamente, y en una u otra forma, nos dejan un saldo a nuestro favor. Si obramos con la filosofía de mirar el aspecto positivo de las cosas; de amar, respetar, y perdonar a nuestros semejantes; y de vivir cada instante intensamente con lo mejor de nuestro presente sin dolernos inútilmente por lo pasado, e iluminando siempre nuestro camino con una sonrisa, tendremos una vida satisfactoria, fructífera y feliz. Hagámonos conscientes de que no necesariamente “cualquier tiempo pasado fue mejor... ”.

Cubana de Aviación

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Compañía Cubana de Aviación S.A.
Cubana Airlines logo.svg
IATA
CU
OACI
CUB
Indicativo
Cubana
Fundación8 de octubre de 1929
Aeropuerto principalAeropuerto Internacional José Martí
Flota34
Destinos35
Programa de viajeroClub Tropical
Página webCubana de Aviación S.A

Cubana de Aviación es la aerolínea oficial de Cuba. Su base de operaciones está en el Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana. Opera a distintos destinos entre América, Europa y Asia y fue la primera línea aérea de Latinoamérica en establecer vuelos regulares a Miami (el primero en 1945) y a Europa (en 1948). Fue la primera línea latinoamericana en utilizar aviones turbohélice sobre el Atlántico a finales de los cincuenta con sus Bristol Britannia en sus rutas a Madrid.

Historia



El Nuevo TU-204.

El 8 de octubre de 1929 fue creada la Compañía Nacional Cubana de Aviación Curtiss, S.A. (CNCAC), como una subsidiaria de la North American Aviation Inc., parte del Curtiss Aviation Group. Figuró entre las primeras aerolíneas que abrieron la era de los vuelos comerciales y se caracterizó, desde un inicio, por el continuo perfeccionamiento de sus servicios. Sus primeros aviones fueron aparatos Curtiss Robin (Thrust).
Para esta fecha fueron cuatro las aerolíneas cubanas existentes: Servicio Cubano de Aviación, Compañía Nacional Cubana de Aviación Curtiss, Líneas Aéreas de Cuba y Compañía Nacional Cubana de Transporte Aéreo. El Servicio Cubano de Aviación, la segunda empresa de aviación registrada en Cuba, fue fundada en septiembre de 1929. Esta compañía contó entonces con un Fairchild-71 de 6 pasajeros y un New Standard de 4 pasajeros, el primer avión del Servicio Cubano de Aviación.
El 30 de octubre de 1930 se efectuó el vuelo inaugural de la ruta La Habana-Santiago de Cuba por la Compañía Nacional Cubana de Aviación Curtiss, S.A. que transportó correo aéreo con un avión trimotor Ford que hacía escala en Santa ClaraMorón y Camaguey. En ese mismo año, el gobierno cubano concedió a la compañía el contrato para el Servicio Postal Aéreo.
El 12 de mayo de 1919 fue nombrado el primer avión propiedad del gobierno cubano como "Sunshine". En este avión el 29 de mayo de 1919 Agustín Parlá hizo el primer vuelo comercial a los Estados Unidos. Poco después, el 29 de junio, se tomaron las primeras fotos aéreas de La Habana, desde el mismo avión "Sunshine".
Aprovechando la bonanza económica del país, se constituyó en octubre de 1919 la primera empresa de aviación de Cuba, la Compañía Aérea Cubana (C.A.C), fundada por el millonario entusiasta de la aviación y hombre de negocios cubano, Aníbal J.de Mesa, quien empleó a Agustín Parlá como gerente general. Desafortunadamente, esta empresa dejó de funcionar un año y tres meses después, debido a la inesperada depresión económica de Cuba. La C.A.C tenía seis aviones Farman, traídos a Cuba en barco. Estableció varios servicios, como los de escuela con Farman F-40, vuelos de observación alrededor de La Habana, investigaciones y fotografía aérea. Volaba con Farman F-60 Goliath de La Habana a Santiago de Cuba, vía Santa Clara, Cienfuegos y Camaguey. En el mismo octubre, pero de 1920 la CAC inaugura la línea Habana-Cienfuegos-Santa Clara con dos vuelos de ida y vuelta semanales. Los precios por esta ruta eran de $50. y $70. de La Habana a Cienfuegos y Santa Clara respectivamente, y $25. entre estas dos ciudades villaclareñas de Cienfuegos y Santa Clara.

CURIOSIDADES LA HABANA – 1900.... LIMPIEZA DE CALLES

Imagen
De forma oficial, se conoce que consecuentemente con la ocupación de Estados Unidos de Norteamérica en los años 1898-1902 se establecieron las primeras ordenanzas para la limpieza y recogida de residuos en nuestro país.
A las pocas semanas de iniciada la intervención, en las principales ciudades se organizó y perfeccionó el servicio de recogida de basuras y limpieza de las calles. En la Habana, Santiago de Cuba, Matanzas y otras ciudades presenciaron asombrados como un ejército de barrenderos, medidores, constructores y funcionarios de salud pública invadían las calles y las casas en una gran campaña de higienización.
Durante los primeros años del siglo XX, se llevaron a cabo trabajos para el saneamiento del país en el cual, producto de la Guerra de Independencia de 1895, imperaba la destrucción y la insalubridad. La construcción de alcantarillados, la pavimentación de calles y el desarrollo de campañas de higienización con la eliminación de charcos pestilentes y viviendas ruinosas, así como la organización de limpieza de calles y la recogida de basura.
La “higienización civilizadora” promovida por las autoridades militares no se limitó solo a los espacios públicos. Lejos de ello, traspasó los umbrales de las casas para alcanzar incluso los rincones más privados. Hacia 1899, por citar solo algún dato, solo un 10% de las casas de La Habana y Matanzas tenían servicios sanitarios. Las piezas sanitarias fueron importadas en gran número de los Estados Unidos y vendidas a precios módicos, a fin de que los habitantes de la ciudad pudieran entrar en la “era moderna” con hábitos higiénicos renovados.

Pesados

DetallesEscrito por Emilio Roig de Leuchsenring Publicado: 30 Noviembre 1999 Visto: 3079
 Los individuos pesados están «en todas las carreras, profesiones y oficios. Vician y enrarecen la atmósfera que respiramos», refiere Roig en esta crónica, publicada por las revistas habaneras Social y Carteles.
De los individuos aquí descritos, exclama el cronista al final de su artículo: «¡Señor, Señor del mal de ojo, de brujerías, de los pesados, líbranos por siempre!».

Una de las mayores plagas que padecemos, es, sin disputa, la de los pesados. Los hay en todas las carreras, profesiones y oficios. Vician y enrarecen la atmósfera que respiramos; obstruccionan la vía pública, dificultando el tráfico; caen, como moscones, en nuestras casas a la hora de la comida; desprestigian el periodismo y las letras con sus aceitosas e ininteligibles producciones; han contribuido, con sus latosos e insoportables discursos, a que en Cuba conferencia y lata sean sinónimos; aguan, con su presencia, fiestas y paseos; salan las bodas y hasta los entierros; en los bautizos le hacen mal de ojo a los recién nacidos. Son, en una palabra, los causantes de que los automóviles choquen; a los tranvías se les acaben la corriente; haya ciclones; se interrumpa el tráfico en la calle del Obispo, el Paseo del Prado y otras avenidas…
¡Quiera el cielo que no acaben con la República!
De todas las infinitas variedades de pesados, una de las más interesantes en nuestra sociedad, es la de los rompegrupos, aunque bien pudiéramos afirmar que todos los individuos oficialmente reconocidos como pesados, tienen esa cualidad. Conocedora nuestra policía de esto, en los días de manifestaciones, mítines, huelgas, etc., para disolver rápidamente los grupos, manda siempre, con un resultado extraordinario, a los oficiales y vigilantes más pesados del Cuerpo: en el acto queda la calle sin una hormiga. Raras veces ha tenido el Jefe necesidad de personarse y realizar por sí mismo el despejo.
Y en ese poder de disociación que esta clase de individuos posee, estriba y se halla la causa oculta del fracaso, inexplicable a simple vista, de numerosas asociaciones y empresas. Se constituyen o comienzan a realizarse, con gran entusiasmo; en los primeros días o meses el éxito parece asegurado. Pero, de la mañana a la noche, y con mayor o menor rapidez, la empresa va decayendo, hasta que al fin muere. De hacérsele la autopsia, como a un cadáver, se encontraría que han sido uno o varios microbios patógenos malignos los causantes de esa muerte: uno o varios pesados que entraron a formar parte de la empresa o asociación. ¡La tierra les sea leve y San Lázaro nos valga!
El rompegrupos de sociedad, suele ser algún chiquito de ídem o conocido joven, o buen partido.
Todos habréis observado el curioso fenómeno que se produce al presentarse en cualquier sitio un tipo de éstos.
Nos encontramos en algunos de nuestros cafés de moda. Junto a una mesa, han tomado asiento varios amigos, con el objeto de descansar del largo paseo en automóvil que acaban de realizar. Piden unas copas y, entre sorbo y sorbo, se enfrascan en charla animada, interesantísima. Pero de repente, sus rostros se transfiguran; la palabra muere, balbuceante, en los labios. Unos a otros se miran expresiva y dolientemente, con esas miradas que se cruzan entre sí, en noche de velorio, los parientes del difunto.
De un fotingo* se apean dos jóvenes… (para qué te voy a decir los nombres, lector, si tú has pensado ya, seguramente, de entre tus conocidos, en cuatro o cinco). Se acercan a la mesa de nuestros amigos. Éstos, seca, aunque cortésmente, saludan.
Los del fotingo, sin más preámbulos, piden unas sillas y se sientan. Vuelven a cruzarse miradas los amigos. Al poco rato, uno de ellos dice: «Como ustedes saben, me tengo que ir. Nos veremos luego en la Acera». Y así, dando alguna excusa, se van retirando los demás. Se han quedado solos los del fotingo. Al cuarto de hora los amigos se reúnen de nuevo en el Louvre…
—¡De buena nos hemos librado! –exclaman– ¡Qué par de tipos!
De sobra te habrás dado cuenta, lector, quiénes eran los del Ford: ¡Dos pesados !
La escena anterior, se repite, con gran frecuencia, ya en los bailes, o en el teatro o en el paseo. Apenas llega un pesado a cualquier grupo, se disuelve… para reunirse, momentos después, los que lo formaban, en otro sitio.
Pero no siempre esta maniobra se realiza tan fácilmente. Las retiradas, según la táctica militar, requieren más inteligencia y estrategia, si cabe, que los avances y las acometidas. Y hay rompegrupos porfiados, que, aun haciéndoseles ver claramente que están estorbando, no se dan por aludidos. Todos conocen al famoso señor de los Voy contigo. Es una verdadera lapa, que cuesta gran trabajo quitarse de encima. Y no decimos nada del rompegrupos sinvergüenza, que explota su pesadez, convidándose, él mismo, a fiestas, comidas, etc. Hay un individuo que cuando se da alguna fiesta de importancia, tiene el descaro de llamar o escribirle al dueño de la casa, diciéndole que lo invite; o si no, va a buscar a algún amigo de esa familia y con él asiste a la recepción. Y es también muy popular otro sujeto, tan pesado, que ni aun poseyendo una máquina ha logrado nunca, a pesar de todos sus esfuerzos, que lo acompañen. Tal es el poder repulsivo de los rompegrupos.
Propongo a la consideración de la Secretaría de Agricultura, ordene, por un decreto, el traslado –si caben– de todos los pesados de la República, a la Ciénaga de Zapata. Así podría desecarse con gran facilidad toda aquella región, hasta ahora improductiva.
Sería una obra altamente patriótica.
¡Señor, Señor del mal de ojo, de brujerías, de los pesados, líbranos por siempre!
Amén.


* En Puerto Rico, Panamá, México y Cuba se daba el nombre peyorativo de fotingo al automóvil de marca Ford que se consideraba barato y de mala calidad. Este término dejó de usarse cuando salieron otras marcas al mercado, aunque se sigue empleando como sinónimo de coche viejo y desvencijado.
 
Emilio Roig de Leuchsenring
Historiador de la Ciudad desde 1935 hasta su deceso en 1964.