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jueves, 1 de marzo de 2018

La Poesía Negra de José Sánchez Boudy



René León

© 76-51560
Impreso en España.Ediciones Universal, 1977

Portada: Escalera de la Vida
de René León


(El libro consta de 38 páginas)

Extractado

  José Sánchez Boudy  falleció en la ciudad de Miami el martes 2 de febrero de 2017, tenía 88 años. Era  un autor literario cubano, cuya obra alcanzó todos los peldaños de manifestación escrita. Boudy escribió cuentos cortos, novelas, ensayos críticos, artículos costumbristas en el  Diario las Américas, y tenía a su favor una colección de poesía de sabor africano y popular, que tiene el sello de la sensualidad y la musicalidad de sus imágenes como veremos más adelante.
  En él se reunía el criminalista que fue en Cuba con el literato de vocación y el periodista de certero enfoque. Era un salva guardador de las tradiciones criollas; un continuador de la tradición poética africana; un literato que elevó a la categoría literaria el habla popular de los negros cubanos.
  La obra de Sánchez Boudy es parte de esa obra poética afrocubana que nace  a la sombra del exilio, lejos de la patria y de los que al poeta le brindaron afecto y cariño. Su obra, es clara manifestación de una personalidad dinámica; siempre buscando nuevos horizontes por donde salir hacia el futuro inmediato; por eso, su poesía que se citará tiene esa vivencia y ese dinamismo que representa la idiosincrasia del autor.
  Como todo estilo poético, todo movimiento cultural, ya sea formado escuela estilística o llegando a ser un momento literario dentro de la vida artística y cultural de una nación, necesita un crítico que le defina. He elegido la opinión crítica de la profesora de literatura en el College Bennet en North Carolina. La doctora Hortensia Ruiz del Vizo (†); porque la misma viene vinculada desde Cuba a la literatura de tendencia afrocubana y dice:

  “Decían los romanos que toda definición era peligrosa. No se nos escapa esta verdad. Pero a pesar de ello diremos que poseía negra, negroide o negrista, como se le conoce, es la caracterizada por hacer al negro el tema de la misma. Pero mirándolo no como un ser humano que sufre o ríe. Esta poesía tiene diferentes variantes social, folklórica, mítica, etc., pero contiene una serie de elementos que le son propios, es decir, que no se encuentran fuera del campo de ella, como son: el ritmo musical, la imitación rítmica de los instrumentos de música típicamente negros, el uso de jitánforas, plasticidad, la gran utilización o voces africanas o voces parecidas a lo africano, o de sonido de la naturaleza que tengan semejanza con la lengua africana, la captación del movimiento de los bailes negros, el colorido, el tratar de recoger la sensualidad de los negros y la sexualidad”.Hortensia Ruiz del Vizo, Poesía negra del Caribe y otras áreas, Ediciones Universal, 1972.

Sensualismo y Musicalidad

  Es la condición de los poetas cubanos que se dedicaron a la poesía afrocubana a recurrir a la temática del sensualismo como preferencia de estilo poético, encerrado dentro de una escuela; la afrocubana. En toda la producción poética netamente afrocubana se observa esa línea paralela que corre junto al sensualismo de sus imágenes y su expresión musical en sus vocablos con fuerzas rítmica.
  Los poemas de Sánchez Boudy, que aparecen a continuación mantienen la temática del sensualismo, dentro del punto de vista del poeta. Como es sabida la poesía afrocubana es autóctona y es expresión e inspiración del autor que la produce en este caso. El poeta le canta al sensualismo de los personajes femeninos, negras y mulatas que aparecen en sus poemas.

Esa negra fuló

Esa negra fuló no lo es del Brasil.
Esa negra fuló no es de cielo de añil.
Esa negra fuló no es de Bahía.
Es de ron y tomillo. ¡Mira su algarabía;

Esa negra fuló ¡Mira su brincadeira!
Esa negra fuló ¡Mira su sentadeira!
¿Esa bola en Pará?
¿Y esa enorme cadeira
donde dicen cateira?

Esa negra fuló solo cubano.
¡Mira la brincadeira! ¡Mira la bola hermano!

  Sánchez Boudy mantiene el sensualismo de su poesía afrocubana siempre haciendo referencia  constante a las hermosuras de las mujeres cubanas sean éstas blanca o negras, hallando esta imagen en su poesía “Carnaval”. El va describiendo el baile de una manera sensual, donde sólo existen retorcimientos fogosos.

Todo es negro y la blancura
de giros vertiginosos.
Todo los pies sin reposo
todos son nalgas y cinturas.

Arrollan unos tras otros
en trajes multicolores,
Allí lo mismo es Dolores
la del picadero y potro
o el negrito limpiabotas
que vive en él Llega y Pón.

Porque allí todo es danzón
igualdad y carnaval
desde Holquín a Bejucal.

  Igual que otros poetas que cultivan el mismo tema, elige a la negra como personaje en el cual se encierra el sensualismo por su formas redondas y de sus caderas amplias, él se refiere a la parte más lúbrica de la mujer, a sus nalgas; a esa región glútea que brinca de contento en los movimientos de la rumba o del cha-chachá. Don Fernando Ortíz, refiriéndose a ese centro de atención sensual que representan  las caderas y las nalgas en la producción  de la poesía afrocubana en sus comienzos, dice:
  ”Este concepto estético de la negra nalguda y la atracción sensual de la mulata nalgueante no son tornadizo capricho de una moda chabacana, ni desenfadada travesura de poetas picarescos ante la mujer morena, sino imposición del realismo descriptivo de su anatomía y del vivo erotismo de la ondulante carnalidad de sus traseras pulpas.” Don Fernando Ortiz, Los últimos versos mulatos. Iniciación a la poesía afroamericana, Miami, 1973.

  En su producción primera el propio poeta introdujo dentro de la temática del sensualismo y la musicalidad de sus versos una serie de estampas populares africanas que sacó de los bailes de los descendientes africanos, que periódicamente ensayaban en los cabildos o casas-templos de éstos en la ciudad de La Habana. La musicalidad de los poemas de Boudy es un recuerdo de aquellas comparsas habaneras que compuestas por negros y mestizos salían todos los años a desfilar por el Paseo del Prado y ese cantar “alaalá-alaalá” es propio de aquellos comparseros. Los cuales cantan, bailan, arrollan, y sudan al mismo tiempo que explota la temática sensual en el poeta:

Los negros tienen saoco.
Los negros tienen bembé.
Los negros le dan al cuerpo.
Los negros echan un pie.

La mulata, se contorsiona.
¡Echa palante varona!

Tiene, los ojos en blanco.
¡Ochún, que le dio el santo!

 Suda, resuda el tamalero.
¡Canta, canta, caramelero!

El negro mete cintura.
¡Negro, no hagas diabluras!

Sudor, sangre, ron.
¡Toca, que viene el danzón!

Toma saoco caramelero.
Vamos detrás del timbalero.

Vamos detrás del tamalero,
de las nalgonas, del farolero.

Del farolero, de las nalgonas,
del timbalero.


  Las imágenes de sensualismo, envueltas en esa atmósfera de ron y tambor, dan un toque verdaderamente afrocubano a esa poesía nacida en el exilio, como añoranza de una tradición cultural que el autor mantiene viva a través del tiempo y gracias a su inspiración

  José Sánchez Boudy dejó una obra muy extensa donde incluía múltiples estampas del tema afrocubano. Su obra folklórica es de añoranza a un pasado  cubano en el orden literario cultural. Toda ella tiene mucha originalidad renovadora aunque mantiene la tradición cultural afrocubana, los poemas que aparecen pertenecen al libro Alegrías de Coco, agotado a los pocos meses,

Bibliografía:
 Moore, Woodrow W.  Cuba an her poets, Ediciones Universal, Miami, 1974.
Ortiz, don Fernando. “Los últimos versos mulatos”, Iniciación a la poesía afroamericana, Ediciones Universal, Miami, 1973.
Ruiz del Vizo, Hortensia. Poesía negra y del Caribe, y otras áreas. Ediciones Universal, 1972.
Sánchez Boudy, José, Alegrías de Coco, Edit. Boch, Barcelona, 1970.

Nota:Portada
 “La Escalera de la vida”, Simbolismo. En la escalera de la vida. Unos tratan de subir para llegar al final y otros tratan y tratan, pero no avanzan en la vida. Quedan estancados y no logran ningún éxito en su vida como escritor.

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