René León Pintado por: José Bernardo Pacheco (Nando) 1999 |
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miércoles, 15 de agosto de 2018
Si se Acaba el Tiempo.. Novela
Roman Manrique de Lara. Comentario Eliana Onetti. (†)
Si Se Acaba El Tiempo, de Román Manrique de Lara... es una novela corta. Su técnica narrativa, a horcajadas entre una intención costumbrista y una acentuada tendencia realista, está llena de insinuaciones con las que el autor guía el desarrollo de la obra de la misma manera que las paletas impresionistas sugerían las formas: con simples pinceladas.
Se aprecia, desde luego, que el autor sabe perfectamente de dónde parte y hacia dónde se dirige, pero prefiere dejar al lector en libertad.
Por eso se abstiene de tomarle de la mano. Por eso solamente traza pautas generales. Por eso nos proporciona únicamente aquellos datos indispensables para hacer inteligible el desarrollo de la "Comedia Humana", siempre la misma y siempre diferente.
A veces, como en un divertimiento, hace una pausa para contarnos datos o hechos históricos; para -como en un diálogo- comentamos sus propias deducciones...
Y esos personajes desdibujados, perfilados a trazos gruesos, son seres vivos que nos conducen a la reflexión.
Actúan, piensan, sienten y viven como nuestros vecinos; como nuestros amigos; como nuestros enemigos...Como Usted...Como todos:
Contra toda lógica.
Paqui, tan razonadora cuando se trata de apreciar qué elementos en la vida de su hermano Jesús son los que le han convertido en un desgraciado, sigue siendo incapaz de analizar su propia vida de frustración e infelicidad.
Y Manolo, ruin y cobarde, se conforma sin embargo con su propia abyección sin siquiera darse cuenta de que "quien a hierro mata, por el hierro muere".
Cuando se acaba el tiempo...
¿qué podemos hacer? Ya, nada. Y ante lo irrmediable, ante la circunstancia cierta de que se nos ha acabado la Vida, sólo nos queda...
¿el Cielo?
Ésa es la interrogante que queda abierta a interpretaciones. A ti, lector, te toca desentrañarla.
Edil. Calíope. Apartado de correos 7/ 28970 Humanes de Madrid. España, 1998
Y Manolo, ruin y cobarde, se conforma sin embargo con su propia abyección sin siquiera darse cuenta de que "quien a hierro mata, por el hierro muere".
Cuando se acaba el tiempo...
¿qué podemos hacer? Ya, nada. Y ante lo irrmediable, ante la circunstancia cierta de que se nos ha acabado la Vida, sólo nos queda...
¿el Cielo?
Ésa es la interrogante que queda abierta a interpretaciones. A ti, lector, te toca desentrañarla.
Edil. Calíope. Apartado de correos 7/ 28970 Humanes de Madrid. España, 1998
LA ZARZUELA EN CUBA. VISTA PANORAMICA DE SU DESENVOLVIMIENTO
Rowland J. Bosch (†)
La zarzuela, después de las corridas de toros y el balompié, ha sido por muchos años el entretenimiento más popular de España. Al presente, por la evolución histórica de los pueblos, ha pasado a un plano menor y muy a pesar de los esfuerzos hechos por revivirla por muchos de sus amantes; nos ha dejado, no obstante, un hermosísimo legado histórico.
El nombre de "zarzuela", viene de zarza, el arbusto rosáceo cuyo fruto comestible es la zarzamora, y de la que estaba rodeado el Palacio Real español. En esta mansión, se celebraban funciones teatrales para distraer al rey y a su corte, pero también se presentaban obras, para complacer al pueblo y que se efectuaban en los jardines afuera del recinto real donde crecían las zarzas; de ahí su nombre. En la actualidad el palacio residencia del rey sigue siendo el "Palacio de la Zarzuela".
La influencia posterior de las óperas italianas y las operetas vienesas y parisienses, y la de las óperas bufas de Joaquino Rossini (1792-1868) como "El Barbero de Sevilla", hizo su entrada en el marco teatral madrileño, convirtiendo el teatro hablado o recitado en teatro musical, y de ahí surgió la zarzuela tal como la conocemos hoy. Se cuenta que para eliminar los peligros de improvisación en la voz del cantante, que eran usualmente inesperados, Rossini escribió todas las notas para las voces y esto constituyó una innovación que se convirtió en costumbre.
Foto tomada de: actuaragon |
Las zarzuelas tal como las conocemos hoy, son en general obras ligeras. Originalmente eran basadas en temas históricos o mitológicos. La primera zarzuela popular que refleja tradiciones españolas, así como diálogos, costumbres y ritmos musicales de la madre patria es "Las Segadoras" de Vallecas, estrenada en 1768, aunque desde 1628, ya se hacían presentaciones bajo el reinado de Felipe IV. Después de un oscurecimiento que duró más de cuarenta años, Manuel García, el gran tenor español, sus hijas también divas, y hasta el mismo Rossini, le brindaron su entusiasmo al género.
A diferencia de las óperas italianas, francesas y alemanas, el argumento de la zarzuela es en general ligero, cotidiano y de final feliz. Durante la década posterior a la revolución que destronó a Isabel II, en 1868, las zarzuelas fueron tan populares que en ese corto período de la historia se escribieron más de 1,500 zarzuelas. Muchas son sentimentales, humorísticas y a veces cómicas. Son por lo general nuevas creaciones e idealizaciones de estereotipos de la vida española, gitanos como "La Leyenda del Beso", soldados que regresan de América, indianos que regresan a la madre patria como en "Los Gavilanes" o héroes del siglo XIX, como en "Luisa Fernanda". A veces son mitos clásicos o eventos históricos adaptados como "La Corte del Faraón", aunque esto es menos común.
Los títulos indican la acción más bien la falta de una buena trama, por ejemplo "La Gran Vía", la avenida más famosa de Madrid. La acción casi siempre trata de conflictos amorosos, o románticos, celos, pasiones y alegrías. Los diálogos son a veces cursi, de menor importancia. La música es casi el todo, gracias a la inspiración de sus compositores, aunque a veces el libreto es escrito por escritores famosos como los hermanos Álvarez Quintero, con sus zarzuelas "La Reina Mora" y "Doña Clarines" o como Carlos Arniches con su "Alma de Dios" y "La Alegría del Batallón", con música de Serrano.
El término género chico se refiere a trabajos de trama más ligeros logrados en un acto o dos en contraste con el "genero grande" destinado a obras de tres actos.
La popularidad de la zarzuela se extendió por toda España y por extensión a Cuba desde los últimos 25 años del siglo XIX hasta los años 30 del presente siglo. Al comenzar la guerra civil española decayó después, caída de la que jamás se ha levantado. Muchos artistas buscaron refugio y se establecieron en los países hispanos parlantes en la otra ribera del Atlántico. Compañías de teatro y variedades españolas viajaron por los países americanos y dieron a conocer su arte y su cultura especialmente en Cuba, el Caribe, Venezuela y México.
Los libretos de las zarzuelas son a veces escritos en verso, aunque generalmente no lo son, y muchas veces el autor depende de la habilidad e intuición del intérprete para presentar el carácter; de lo que es típico "la morcilla", o sea la introducción de un chiste de época en la trama, que si bien provoca en general la hilaridad del público, no siempre es de buen gusto ni aceptado por los académicos.
Gonzalo Roig |
Puede decirse que la influencia de la música española en Cuba fue mucho mayor que en el resto de Hispanoamérica, motivada por el fuerte vínculo cultural con la Metrópoli cuya influencia se ha mantenido a través del presente siglo. Por otro lado, el africano trajo e introdujo sus ritmos y surgió una música autóctona formada por la amalgama de los distintos origines, además los franceses emigrados de Haití, hicieron también su aporte especialmente en la región Oriental de la Isla.
Ya por el año 1792 se estrenaron algunas zarzuelas en Cuba. Raro fue el año en que La Habana, durante el pasado siglo no tuvo una temporada teatral o músico teatral. En 1891 La Habana ya tenía dos teatros líricos, el Tacón y el Payret, dos de zarzuelas, el Albizu (para los peninsulares) y el Alhambra (frecuentado por los criollos) y el de Irijoa (después de Martí) con distintas variedades.
Quizás un obstáculo para el desarrollo de la zarzuela autóctona en Cuba ha sido la escasa producción de voces líricas, especialmente masculinas. Son pocos los nombres de tenores, barítonos y bajos del patio que descollaran en Cuba. Aunque muchas compañías líricas nos visitaban, los cantantes, en su mayoría italianos, preferían cantar en su idioma vernáculo, además de traer ya su propio repertorio. En 1928 se inauguró el teatro Auditorium que fue sede de Pro-Arte Musical, institución ejemplar gracias a la cual muchos artistas de fama mundial hicieron presentaciones en Cuba.
Entre los años 1 920 y 1 930 proliferan los Conservatorios de Música como el Hubert de Blank, Beniamín Orbón, Peyrellade, Conservatorio Municipal "Félix Alpizar" y surgen academias de canto como la de Lalo, Mariano Meléndez, Rafael Jardines, la de la yugoeslava Mariana de Gonich y otras.
El público cubano se aficionó a la zarzuela y se popularizaron las tonadas de "Los Gavilanes","Luisa Fernanda" y otras. En los años finales del 20 y en los años 30 florece el teatro lírico-cubano y entran en la historia de Cuba, los compositores Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona, Rodrigo Prats y Luis Casas Romero quienes compusieron bellísimas melodías del rango operístico. Se populariza la radio, divulgando la música de zarzuela al nuevo público.
Ernesto Lecuona, es el iniciador de la época más importante del teatro lírico en La Habana y del estilo costumbrista en sus zarzuelas. Cantantes valiosos que contribuyeron con sus bellas voces a popularizar las arias de las zarzuelas cubanas en boga, entre ellos: Rosario García Orellana, Hortensia Coalla, Maruja González, Rita Montaner, Esther Borja, Zoraida Marrero, Miguel de Grandy, Rosita Fornés, América Crespo y otros. Se dan a conocer nuevos cantantes líricos y otros contínuan en primer plano: Emma Kramer, Alba Marina, Ana M. Martínez Casado, Armando Pico, Martha Pérez, Manuel Alvarez Mera, y otros.
Pro-Arte Musical hizo mucho por la cultura musical. Gracias a esta institución ejemplar los cubanos pudimos conocer y escuchar personalmente a los más grandes divos, músicos y artistas famosos. Su última función fue el 23 de septiembre de 1967 con un programa de canciones cubanas en el antiguo Lyceum and Lawn Tennis Club. El Teatro Auditorium, su sede por muchos años, había sido confiscado por el gobierno castrista.
En el exilio son incontables los esfuerzos que se han hecho para mantener y divulgar nuestra rica musical lírica (unas de las más fértiles de América). Otros esfuerzos encomiables se han realizado en el Town Hall de Nueva York, en el Teatro Park de Union City, en la iglesia San Rocco de North Bergen y en la iglesia San Agustín por la Compañía Lírico Musical.
Y hay que pensar que hay en Cuba buenos músicos, artistas y cantantes los que confrontan dificultades de toda índole y esperamos en un no lejano día que la zarzuela resurja en Cuba (ya libre el país), porque el alma artística del cubano está allí, inviolada, y comenzar una nueva etapa de creación que incluya el placer de escuchar buena música y buenas interpretaciones por artistas del patio.
(Conferencia en el CCP Capítulo de New Jersey.XII Reunión de Primavera, sábado 27 de abril de 1996.En la foto el conferenciante, sentados Dres.Elio Alba Buffil y Esther Grey de Alba. Conferencia Extractada)
CHRONOS Y EL TIEMPO
Foto tomada de: Sendas del Viento |
Lola Benítez Molina
Málaga (España)
Qué sentimiento tan desgarrador debe tenerse cuando su sola presencia no es suficiente, y la calma ansiada se convierte en preferente. Si te hubieran advertido del desgarro penetrante de su paso, entonces, quizá el vaivén de las olas no te hubiese llevado a su antojo en un devenir incierto para todos.
En su navío, Chronos nos hubiese rescatado, y el tiempo, en su efímera presencia, te hubiese otorgado el mando en una falsa quimera de desafíos alcanzables. Si te lleva frente al malecón de las dudas, no soportarás el destierro y, por debajo de su vida, encontrará el lugar idóneo donde frenar las horas en un combate de incertidumbres nada loables. Solo la inocencia puede lograr tan altos vuelos y no sucumbir a su capricho. Todos lo tuvieron en cuenta y lucharon contra él, sin lograr el triunfo deseado, palpable, pero sí una frustración. Miradas de caricias a escondidas que nadie puede juzgar, con el desgarro de Chavela Vargas y el sentimiento de Leonard Cohen, que nunca hubiese quedado en una simple anécdota de desasosiego, y así bailaríamos hasta el final del amor. Esto, si te gusta, prometo concedértelo y que en el azul de tu cielo se vea reflejado.
Caminante no te quedes ahí porque él no se estremece, tal es su paso. Simplemente, acéptalo y no te aferres ni busques su coherencia ni su eternidad, pues en su andadura lo acompaña Ananké (la Inevitabilidad), que en la mitología romana era llamada Necessitas (“necesidad”). También se decía que era la madre de las Moiras que, en la mitología griega, conducen nuestro destino y al mismísimo Zeus.
Para Charles Darwin: “Un hombre que se atreve a perder una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida” y, para Franz Kafka “La juventud es feliz porque tiene la capacidad de ver la belleza. Cualquier persona que mantiene la capacidad de ver la belleza no envejece”.
Mucho se dice ahora de aprovechar el instante, el momento presente. Es cosa de sabios.
VIVIR LA VIDA COMO CRISTO LA VIVIÓ SER CRISTIANO
José Luis Linares del Río
Gráficas Anarol. Málaga, 2011. Págs. 88
COMMENTARIO:
Carlos Benítez Villodres
Málaga
Muchas personas de ayer y de hoy dicen que son cristianos porque creen en Dios, en Jesús, en el Espíritu Santo, en la Virgen María, en la Iglesia y en todo lo que esta conlleva.
Como bien sabemos, el cristianismo es la religión, a nivel mundial, con más de dos billones de adeptos, pero la mayoría de estos cristianos no tienen una idea clara de lo que significa “ser cristiano”. Solo en los Libros Sagrados encontramos lo que quiere decir “ser cristiano. “A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía”. (Hechos 11:26). En este versículo, la palabra “discípulos” quiere decir “alumno” o “aprendiz”, y el vocablo “cristiano” significa “seguidor de Cristo”. Por consiguiente, un auténtico cristiano es un seguidor y aprendiz de Jesucristo, es decir, “ser cristiano” implica esforzarnos por imitar el ejemplo de Cristo durante toda nuestra vida.
Por consiguiente, “ser cristiano” es creer en Cristo o aceptar a Jesús en nuestra alma y en nuestra vida. “Ser cristiano” consiste, pues, en seguir e imitar activamente a Jesucristo que ha entregado su vida, que se ha bautizado y ha recibido al Espíritu Santo, es decir, “ser cristiano” es revestirse de Cristo para vivir como Jesucristo vivió sobre la Tierra.
La persona, que es un verdadero cristiano, lucha constantemente contra la maldad que nos hace pecar y, con suma energía, trata de parecerse a Cristo para ser “perfectos, como vuestro Padre, que está en los cielos, es perfecto. (Mateo 5:48).
Aquel que dice “ser cristiano” debe demostrar, en medio del mundo y bajo un sol potente, que vive como Jesús vivió, realizando lo que Él hizo y soterrando lo que Él evitó llevar a cabo.
Es evidente que, si queremos vivir como Cristo, debemos estudiar profundamente su vida para saber lo que hizo y cómo vivió. “Sed imitadores de mí, como yo de Cristo”. (1 Corintios 11:2). “El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo”. (1 Juan 2:6). Jesús dedicó su vida a servir a Dios y a los demás. Siempre obedeció las Leyes y Mandamientos del Padre, además, su voluntad fue la de Dios.
San Pablo nos dice que para “ser cristiano” es necesario que nos equipemos de hombre nuevo y cambiemos el rumbo de nuestra vida siempre que este se aleje de Cristo: “si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:21-24).
El libro SER CRISTIANO del padre José Luis Linares del Río comienza con una oración a la Santísima Trinidad. Dicha plegaria dice: “Hoy, Dios Padre me ha llamado por mi nombre y me ha hecho hijo suyo por el Bautismo. Jesucristo, su Hijo Unigénito me ha sentado junto a mis hermanos a su mesa para alimentarme con su Cuerpo y Sangre. El Espíritu Santo ha puesto su morada en mi corazón para iluminarme y fortalecerme. Demos gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”.
Prosigue la obra con los “agradecimientos” a ciertos catequistas de Málaga y provincia, de Ecuador y de Perú, países en los que estuvo José Luis, que colaboraron con él.
Tras el apartado anterior, podemos leer el Prólogo, del cardenal Fernando Sebastián Aguilar. En él, se nos dice: “Estoy seguro de que este hermoso texto ayudará a muchos cristianos a reavivar su fe y centrar su vida en lo fundamental. (…) Conviene leerlo poquito a poco, pensando y repensando cada frase. Hay que paladearlo, como si estuviéramos chupando un caramelo. Os hará bien. Demos gracias a Dios”.
A continuación, en la Introducción, escrita por el padre José Luis, se nos manifiesta: “A los que siguen a Jesús desde el principio se les llamó cristianos (Hch. 11:26). Jesús de Nazaret, que murió y resucitó por nosotros y a quien Dios Padre hizo Señor y Cristo (Hch. 2:36), es el Camino, la Verdad y la Vida que nos conduce al encuentro con Dios Padre (Jn. 14:6). El que acepta a Jesús, sigue su palabra, continúa su misión y vive unido a Él, para poder dar fruto de buenas obras (Jn. 15:5).
El capítulo primero se titula “Seguir a Jesús supone reconocerlo como Señor”. En él se nos refiere: “Pedro exclama mientras lo sigue: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”, y Jesús le responde que “su afirmación no es fruto de su inteligencia, sino que es don de luz que el Padre le concede” (Mt. 16:16-18).
En la segunda sección, “Seguir a Jesús significa aceptar su proyecto”. En esta parte, leemos: “Jesús tiene un proyecto, una misión: anunciar y realizar el Reino de Dios. (Mc. 1:15).
Al comienzo de este tercer capítulo “Seguir a Jesús supone proseguir su estilo de vida”, se nos dice: “La misión y tarea del creyente en conformarse o, más bien, dejarse conformar a Cristo, tener su mismo estilo de vida en lo profundo, sus sentimientos, sus criterios sobre la vida, sus valores y modo de proceder…”.
“Seguir a Jesús es formar parte de su comunidad”, título que da paso al cuarto apartado. En su primera división, leemos: “La Iglesia es la comunidad que prolonga a Cristo en el tiempo, mantiene la memoria de Jesús, continúa predicando su proyecto, anuncia el Reino a los pobres, denuncia el pecado y va realizando la fraternidad y la filiación a la humanidad hasta hacer de ella la nueva humanidad, los cielos nuevos y la tierra nueva, donde existirá plena comunión entre Dios y los hombres. (Ap. 21).
El quinto y último capítulo titulado “Seguir a Jesús es vivir bajo la fuerza del Espíritu”, se nos manifiesta. “El Espíritu es esa potencia interior que armoniza su corazón con el corazón de Cristo y los mueve a amar a los hermanos como Él los ha amado… (…). El Espíritu es también la fuerza que transforma el corazón de la Comunidad eclesial para que sea en el mundo testigo del amor del Padre, que quiere hacer de la humanidad, en su Hijo, una sola familia”.
Concluye esta admirable y enriquecedora obra con tres secciones: “Sugerencias para preparar el momento de Oración”, “Oraciones” y “Letanías y poemas”
El libro está escrito en una prosa eficaz, directa y sencilla, perfectamente elaborada, gracias a la fe, al amor al prójimo, a la esperanza y a la solidaridad de su autor con todas las personas, ya sean creyentes o no, ornada, además, con una adjetivación sorpresiva y puntual. Las cinco partes o capítulos del SER CRISTIANO están expuestas con un lenguaje formal y circunspecto, claro y formativo, que mana de la habilidad del padre Linares del Río, que es capaz de enlazar lo abstracto del pensamiento con la mente del lector.
La planificación de los hechos, la estructura y el procedimiento narrativo de los mismos, el análisis exhaustivo y profundo de los textos, la firme consistencia de las ideas mostradas y de sus derivadas, el hilo que conduce dicha exposición... solean y enaltecen aún más esta obra ya de por sí sublime, la cual nos permite saber cómo ser un buen cristiano.
ANÉCDOTAS de Hombres Famosos
François-Marie Arouet (París, 21 de noviembre de 1694-ibidem, 30 de mayo de 1778), más conocido como Voltaire, fue escritor, historiador, filósofo y abogado francés, que perteneció a la masonería
La incredulidad religiosa de Voltaire
Paseaba junto a un amigo por la calle cuando se cruzarón con una procesión precedida por un Cristo crucificado, motivo por el cual Voltaire se quitó el sombrero en señal de respeto.
–Os creía incrédulo en materia de religión– le dijo su acompañante, sorprendido por el gesto
–Y lo soy– matizó Voltaire –Aunque Cristo y yo nos saludamos, no nos hablamos.
➤
Lo que molestaba a Cánovas
El presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo, recibió a unas mujeres que fueron a pedirle un favor, al mismo tiempo que éstas se disculpaban por ello:
– ¡Ay, don Antonio! Debe usted de estar harto de nosotras, porque no dejamos de pedirle cosas.
El político, conocido también por su fina ironía, contestó:
– Señoras, a mí las mujeres no me molestan por lo que me piden, sino por lo que me niegan.
➤
Un árbol que tapaba las vistas
El político izquierdista, George Clemenceau tenía una casita de campo donde acudía a descansar en vacaciones. En la casa contigua vivía un sacerdote y en el jardín de éste crecía un enorme y frondoso árbol que tapaban las vistas desde el jardín de Clemenceau.
Cierto día, el político solicitó al religioso que cortase el árbol que tanto le molestaba y el cura decía que lo había plantado en su juventud. Era tal la insistencia para que lo cortase que, finalmente, el vecino accedió.
Y, apenado, dijo:
-Que nadie diga que fui un obstáculo para que Clemenceau viera el cielo, aunque fuera de lejos.
EN RECUERDO DEL MAESTRO ERNESTO LECUONA
Foto de AllMusic.com |
Ponciano Blanco Couret (Cuba) - (†)
Ernesto Lecuona y Casado, legítima gloria musical cubana y uno de los más notables músicos de habla hispana, nació en la Villa de Guanabacoa y desde edad temprana dio muestras de lo que al pasar los años se habría de confirmar; su talento genial.
Encausado y dirigido por su hermana mayor Ernestina, también notable pianista y compositora, comenzó sus estudios de piano demostrando cualidades excepcionales en el aprendizaje de la ejecución, la armonía y la composición. Pudo el maestro Lecuona, de habérselo propuesto, ser uno de los más eximios pianistas de todos los tiempos, pues su mano izquierda de prodigioso alcance fue la admiración de los entendidos en materia musical. No lo quiso así el Maestro y aunque daba pequeños recitales pianísticos en sus conciertos ejecutando piezas propias y de otros compositores clásicos, se dejó ganar por la composición con la que logró triunfos jamás alcanzados por otro compositor latinoamericano.
Realizó el maestro Lecuona innumerables viajes al extranjero regresando siempre a su querida Cuba, lleno de nostalgias y ávido de contemplar su cielo y sus rumorosas palmeras a las que no se cansó de cantar en su vasta producción. Destacados fueron sus éxitos en New York, ciudad Méjico y Buenos Aires, donde su "Damisela Encantadora" hizo furor.
La Madre Patria, España, lo recibió en cada una de sus visitas como madre amorosa, agradecida a lo mucho que él le había entregado. Aún recuerdo aquellas noches de gloria en que con un conjunto de valiosos cantantes cubanos, estrenó Lecuona en el teatro de la Zarzuela, situado en la madrileña calle de Jovellanos, sus obras musicales "El Cafetal" y "El Batey". Al terminar la función al filo de las dos de la madrugada, el público asistente siempre al salir tarareaba por las calles las melodías del Maestro. La ciudad de Málaga supo rendirle homenaje como prueba de reconocimiento a su mundialmente conocida "Malagueña" . Hoy una céntrica vía de esa ciudad lleva el nombre de Lecuona. De la citada "Malagueña" se han hecho numerosos arreglos y es ejecutada por las más famosas orquestas del mundo.
Verdaderos acontecimientos artísticos y sociales constituían sus memorables conciertos nocturnos en los teatros Nacional y Auditorium de La Habana bulliciosa y alegre que fue. No hubo cantante que no soñara y anhelara ser presentado por Lecuona en sus conciertos como espaldarazo definitivo en su carrera.
Ideó el Maestro ofrecer una serie de conciertos a la temprana hora de la diez de la mañana en domingo; fueron muchos los escépticos que le vaticinaron un rotundo fracaso y le aconsejaban desistiera del propósito. Sin detenerse llevó Lecuona a efecto aquellos conciertos a teatros abarrotados, el público, su público delirante por la magia de su música lo seguía fuese cual fuese la hora de sus conciertos.
Cuántas veces contemplé al público de pie y enfervorecido, obligar con sus aplausos repetir hasta diez veces una bellísima y pegajosa canción estrenada en aquella ocasión. En su finca "La Comparsa" situada en Guajay, recibía con su habitual hospitalidad a todos y cuantos quisieran visitarlo. Su casa fue cita y reunión de todo cuanto brillaba en el mundo artístico cubano y mundial.
Su canción "Siempre en tema de la película del mi Corazón" le dio la vuelta al mundo como tema de la película del mismo nombre y tuvo el honor de musicalizar toda una película hecha en Hollywood. titulada "Carnaval en Costa Rica". Inmenso orgullo sentimos todos los cubanos de que la música de nuestro compatriota ocupe primerísimos lugares entre las de mayor difusión en los Estados Unidos. Baste mencionar algunos títulos:"Malagueña"."Andalucía",
" Karabalí ","María la O", "Siboney " y "La Comparsa", etc .
Sus operetas y zarzuelas inspiradas en temas cubanísimos enriquecieron la lírica nuestra:"Lola Cruz","Rosa la China","Julián el Gallo","María la O","La de Jesús María","La Guaracha Musulmana" ,"La Tierra de Venus", "Sor Inés" ,"Cuando la Habana era Inglesa" ,"L a Plaza de la Catedral " y un largo etcétera . Dejó Lecuona sin estrenar una ópera titulada "El Sombrero de Yarey " y la " Rapsodia Negra" para piano y orquesta, lo que nos da muestra de su fecundidad musical.
Tras de ofrecer a su público los últimos conciertos del Vedado, con los que se despidió de su Cuba con su corazón colmado de amargura por tantas desilusiones, para el temido y terrible exilio que lo privaba y tanto quería y que con su música había enaltecido.
A pesar de los homenajes en su honor, de los triunfos alcanzados y de las muestras de cariño y respeto que se le tributaban en cada uno de los países visitados, no se sentía feliz el Maestro, privado de su entrañable Isla, a la que él llamó en su canción "Bajo las Palmeras", "esme ralda entre zafiros. No podía, no se adaptaba Lecuona a vivir añorando, sus playas, sus arrollantes palmas y su cielo en perenne diáfano azul.
Cansado y enfermo entregó su alma al Creador en las Islas Canarias, que mucho le recordaban a su perdida Patria. Es altamente curioso que nacido Lecuona en una isla de exuberante y siempre verde vegetación , fuera a morir a otra isl a de similares características.
El re c uerd o del Maestro Ernesto Lecuona vivirá por siempre en el corazón de todo cubano agradecido y amante de lo bello y de lo bueno y su criolla y bellísima música seguirá ofreciendo al mundo la imagen inequívoca de lo que fue nuestra inolvidable Cuba.
El Tenorio de Correspondencia Secreta
- Detalles
- Escrito por Emilio Roig de Leuchsenring
Historiador de la Ciudad desde 1935 hasta su deceso en 1964.
Acerca de los artificios que se emplean en la correspondencia secreta –en ocasiones el único medio de comunicación entre los amantes–, y sobre los tenorios que se valen de este procedimiento para conseguir pareja, refiere el cronista en este artículo de costumbres.
«El tenorio de correspondencia es el gracioso de esta comedia humana», comenta Roig al hacer referencia a las dos variantes de este tipo pintoresco que se vale de misivas para lograr sus conquistas.
Gorón, el famoso jefe de policía de París, considera en sus Memorias, al hablarnos sobre la estafa por medio del matrimonio, la correspondencia secretade los periódicos, como el procedimiento más usual que se emplea para cometer esta clase de delitos, ya directamente por la persona que pretende realizarlos, ya por mediación de las agencias matrimoniales, ya también por los mismos periódicos que insertan esos anuncios.
Es preciso, dice, «haber estado durante algunos años encargado de seguir a los estafadores, para saber qué mágico influjo ejerce en los hombres y las mujeres la palabra matrimonio, y que sentimientos tan innobles despierta a veces en las almas. Es preciso reconocer además que en este género de estafa, como en casi todos, los estafados no suelen ser más dignos de consideración que los estafadores».
Uno de estos listos, o alguno de los ganchos de la Agencia, insertan en la sección de Correspondencia Secreta, un suelto redactado, más o menos en los siguientes términos:
«Señora distinguida, con algún capital, viuda y cansada de su soledad, desea encontrar caballero serio y de regular posición, o perteneciente a la industria o comercio, para casarse con él. Contestar a X. X. Lista de Correos».
«Caballero de cuarenta años fino y bien educado, jefe casa comercio, aburrido soltería, contraerá matrimonio con señorita o viuda sin hijos. No es exigente en dote, ni detalles de belleza, pues busca cariño y hogar. Dirigirse a Leante, Apartado 777».
Al reclamo de cualquiera de estos anuncios, acuden los incautos, sinvergüenzas, que sin reunir las condiciones exigidas, esperan ser ellos los que den el mico al anunciante. Comienza entonces una verdadera lucha entre compañeros de profesión, de la que resultará vencedor el más listo o el más afortunado. En otras ocasiones, hay infelices que caen en la red, atraídos por la bella perspectiva de un matrimonio de capital, y resultan miserablemente estafados.
Por último, existen periódicos –fuera de Cuba ¡por supuesto!– que tienen entregada su sección de correspondencia secreta a agentes, que explotan esa clase de anuncio como un negocio, publicando falsas solicitudes ya de matrimonios, ya de relaciones de cualquier otra clase, con el fin de que el público acuda al reclamo y se gaste el dinero insertando en la sección sus respuestas. El agente, como no le cuesta, hace que al aspirante sostenga larga correspondencia con la fingida dama o caballero. El importe de lo recaudado se distribuye, por partes iguales, entre la administración del periódico y el agente. ¡Y pensar que quienes realizan tales estafas, pretenden, cínicamente, seguir encauzando, como Cuarto Poder, la opinión pública, y erigirse en árbitros de la moral y honradez de los demás!
Hay, desde luego, muchas de estas correspondencias que son ciertas: novios y novias, que bien por oposición de las familias o por encontrarse distantes, no tienen otra manera de comunicarse. En nuestro archivo conservamos algunas muestras verdaderamente interesantes. Véanse estas tres: «Adolfo: Díganme si los paseos que da por frente a mi casa son por mí o por mi prima. María». «Reina: Hoy por la tarde pasaré por tu casa, procura estar en el portal, que si las circunstancias nos son favorables podemos hablar unos minutos! –Mongo». «Alicia. Vida mía, no he podido aun olvidar aquella noche. Quiero venir pasado mañana. Aleja guardiana. Automóvil esperará sitio acostumbrado. Lleva pantalón rosa. Ricardo».
En otras correspondencias, se desenvuelven numerosas intrigas matrimoniales, que tiene por base el famoso triángulo, como puede verse por las siguientes fichas que poseemos: «Ernesto. Es demasiado pronto para dar ese paso. Deja siquiera que pase clásica luna. No seas impaciente. Todo se andará. –Consuelo». «Apenado fiebre, consecuencia agitación y emociones excesivas ayer. Espero ansioso domingo. Deseo prolongue ausencia individuo. Granizado».
Facilita, así mismo, la correspondencia secreta, el modo de verse, comunicarse o darse cita dos amantes. Véanse las muestras, bastante expresivas: «Tirso. Conforme. De cuatro a seis. –Elena» –«Jacinto. Aprovecha esta noche, porque mañana voy a confesarme. Nena». –«M. S. Sigo mal. Busca manera enviar recursos, pues Coronel no ha venido. Contesta vía Sultana». –«Laura. Sube a las cinco. Desde aquí te veo con los gemelos. Tu puedes hacer lo mismo; no tengas cuidado; cuando yo vea que otra persona los tome, me ocultaré tras el muro. Mario». –«Nena: Recibí carta. Imposible. Piensa serenamente. Escríbeme hoy. Tengo carta, no puedo mandarla. Necesito verte solo una hora convencerte injusticia resolución. Contesta otra vía temprano. Ten mucho cuidado. Pensaba en ti solamente. Rubini».
A veces, que la vida es así, esas correspondencias dejan adivinar pavorosos dramas, hondas tragedias, de dolor y pobreza. Zamacois, en una de sus últimos artículos comenta el siguiente suelto que apareció en un periódico español: «Joven huérfana, educación esmerada, sabiendo tocar el piano, desea protección caballero respetable. Lista correos». ¡Qué intensa novela, llena de dolorosas y tristes enseñanzas, se oculta en esas líneas! Alguna de esas señoritas de «educación esmerada», inútiles para la vida, víctima de un sistema de enseñanza familiar, tan hipócrita como funesto, que de la noche a la mañana queda huérfana, en la miseria, sin saber valerse y busca en el protector desconocido, un alivio a su desgracia. Es el primer paso hacia un abismo que terminará probablemente en la sala de un hospital. ¡Y sus padres, descansarán «en el seno del Señor», satisfechos de haber dado a la hija amada, en el más aristocrático colegio de religiosas, una «esmerada educación».
El tenorio de correspondencia es el gracioso de esta comedia humana. Así como hay conquistadores que utilizan, para atraer a las mujeres, su caída de ojos, su automóvil, sus llamativos chalecos, sus saludos de largo metraje, el vistoso solitario o la cadena de dos ramales y hasta el lunar más o menos asturiano que adorna y embellece su rostro, el tenorio de correspondencia, se vale de ésta para realizar estragos entre damas y damitas.
Los hay de dos tipos.
Uno, es el señor acomodado, casi siempre de aspecto respetable, que en el tranvía, en el paseo o en el teatro, al divisar alguna mujer que le agrada y quiere hacer víctima suya, se dirige hacia ella, y ceremoniosa y correctamente, le dice casi al oído.
–Perdone mi atrevimiento? pero hágame el favor de leer mañana la correspondencia secreta de tal periódico. Allí podrá darse cuenta de la pasión que usted me inspira.
Al día siguiente, la dama con esa invencible curiosidad femenina, busca el periódico indicado, y encuentra efectivamente lo siguiente:
«Dama desconocida. Ayer la vi y quedé rendido de amor y admiración ante sus plantas. Mi corazón late ardorosa y precipitadamente. ¡La amo! Soy hombre de posición acomodada, grandes relaciones fino, cariñoso. Ofrezco hacerla la más feliz de las mujeres. ¿Quiere usted que entablemos relaciones? Reserva absoluta. Contésteme Apartado 44. Pepe».
Muchas mujeres no hacen caso. El tenorio vuelve a insistir una y otra vez, hasta que al fin, cansado, abandona la conquista y emprende otra nueva. Pero alguna contesta: se entable el idilio, que no sería raro terminase en matrimonio, pues para todo hay en la viña del Señor.
Otros tenorios desdeñan este procedimiento. No abordan en la calle a las damas. Como los grandes generales y políticos, actúan desde su gabinete de trabajo. Allí escriben sus correspondencias incendiarias, que envían a los distintos rotativos.
«Deseo intimidad con viuda joven. Placeres le sobrarán: Conteste interesada esta vía. Zaratustra».
«Joven peninsular, alto, grueso y educado, ocupa puesto importante casa de comercio, tiene algún capital, desea contraer relaciones matrimoniales con viuda o soltera rica. Mucha seriedad, contesta: Lista de Correos: Raoul N».
«Extranjero acomodado, busca señorita guapa, morena, compañía tardes y noches. Reservado. Lista correos 1917».
Al reclamo, acuden algunas mujeres y el tenorio realiza sus conquistas. Con frecuencia algún gracioso se interpone y hace pasar al conquistador las de Caín, tomándole el pelo y burlándose de él. Otras, es el mismo agente comercial de la correspondencia, sacándole los cuartos, hasta que se descubre el juego.
El tenorio está, además, atento a los menores reclamos que salen en los periódicos.
«Contraería relaciones íntimas con caballero reservado y simpático, dama casada que se encuentra triste a pesar de su elevada fortuna. Genzi».
«Una señorita libre, estudiosa, sin preocupaciones tontas, admitiría la amistad de un caballero que supiera interpretarla. Si llegábamos a congeniar emprendería viaje en su compañía para complementar nuestros idilios amorosos. –Caucasia».
Nuestro tenorio, lleva una lista detallada de todas las conquistas que tiene en cartera, con un balance diario de las altas y bajas. Desde luego, no anota los frecuentes engaños y desengaños que recibe en su carrera y las mermas que sufre su bolsa, para ir a engrosar la caja de los que explotan este negocio, que Gorón incluye entre las industrias del amor como una de las estafas más productivas e impunes por la dificultad de probar el delito y castigar a los culpables.
Es preciso, dice, «haber estado durante algunos años encargado de seguir a los estafadores, para saber qué mágico influjo ejerce en los hombres y las mujeres la palabra matrimonio, y que sentimientos tan innobles despierta a veces en las almas. Es preciso reconocer además que en este género de estafa, como en casi todos, los estafados no suelen ser más dignos de consideración que los estafadores».
Uno de estos listos, o alguno de los ganchos de la Agencia, insertan en la sección de Correspondencia Secreta, un suelto redactado, más o menos en los siguientes términos:
«Señora distinguida, con algún capital, viuda y cansada de su soledad, desea encontrar caballero serio y de regular posición, o perteneciente a la industria o comercio, para casarse con él. Contestar a X. X. Lista de Correos».
«Caballero de cuarenta años fino y bien educado, jefe casa comercio, aburrido soltería, contraerá matrimonio con señorita o viuda sin hijos. No es exigente en dote, ni detalles de belleza, pues busca cariño y hogar. Dirigirse a Leante, Apartado 777».
Al reclamo de cualquiera de estos anuncios, acuden los incautos, sinvergüenzas, que sin reunir las condiciones exigidas, esperan ser ellos los que den el mico al anunciante. Comienza entonces una verdadera lucha entre compañeros de profesión, de la que resultará vencedor el más listo o el más afortunado. En otras ocasiones, hay infelices que caen en la red, atraídos por la bella perspectiva de un matrimonio de capital, y resultan miserablemente estafados.
Por último, existen periódicos –fuera de Cuba ¡por supuesto!– que tienen entregada su sección de correspondencia secreta a agentes, que explotan esa clase de anuncio como un negocio, publicando falsas solicitudes ya de matrimonios, ya de relaciones de cualquier otra clase, con el fin de que el público acuda al reclamo y se gaste el dinero insertando en la sección sus respuestas. El agente, como no le cuesta, hace que al aspirante sostenga larga correspondencia con la fingida dama o caballero. El importe de lo recaudado se distribuye, por partes iguales, entre la administración del periódico y el agente. ¡Y pensar que quienes realizan tales estafas, pretenden, cínicamente, seguir encauzando, como Cuarto Poder, la opinión pública, y erigirse en árbitros de la moral y honradez de los demás!
Hay, desde luego, muchas de estas correspondencias que son ciertas: novios y novias, que bien por oposición de las familias o por encontrarse distantes, no tienen otra manera de comunicarse. En nuestro archivo conservamos algunas muestras verdaderamente interesantes. Véanse estas tres: «Adolfo: Díganme si los paseos que da por frente a mi casa son por mí o por mi prima. María». «Reina: Hoy por la tarde pasaré por tu casa, procura estar en el portal, que si las circunstancias nos son favorables podemos hablar unos minutos! –Mongo». «Alicia. Vida mía, no he podido aun olvidar aquella noche. Quiero venir pasado mañana. Aleja guardiana. Automóvil esperará sitio acostumbrado. Lleva pantalón rosa. Ricardo».
En otras correspondencias, se desenvuelven numerosas intrigas matrimoniales, que tiene por base el famoso triángulo, como puede verse por las siguientes fichas que poseemos: «Ernesto. Es demasiado pronto para dar ese paso. Deja siquiera que pase clásica luna. No seas impaciente. Todo se andará. –Consuelo». «Apenado fiebre, consecuencia agitación y emociones excesivas ayer. Espero ansioso domingo. Deseo prolongue ausencia individuo. Granizado».
Facilita, así mismo, la correspondencia secreta, el modo de verse, comunicarse o darse cita dos amantes. Véanse las muestras, bastante expresivas: «Tirso. Conforme. De cuatro a seis. –Elena» –«Jacinto. Aprovecha esta noche, porque mañana voy a confesarme. Nena». –«M. S. Sigo mal. Busca manera enviar recursos, pues Coronel no ha venido. Contesta vía Sultana». –«Laura. Sube a las cinco. Desde aquí te veo con los gemelos. Tu puedes hacer lo mismo; no tengas cuidado; cuando yo vea que otra persona los tome, me ocultaré tras el muro. Mario». –«Nena: Recibí carta. Imposible. Piensa serenamente. Escríbeme hoy. Tengo carta, no puedo mandarla. Necesito verte solo una hora convencerte injusticia resolución. Contesta otra vía temprano. Ten mucho cuidado. Pensaba en ti solamente. Rubini».
A veces, que la vida es así, esas correspondencias dejan adivinar pavorosos dramas, hondas tragedias, de dolor y pobreza. Zamacois, en una de sus últimos artículos comenta el siguiente suelto que apareció en un periódico español: «Joven huérfana, educación esmerada, sabiendo tocar el piano, desea protección caballero respetable. Lista correos». ¡Qué intensa novela, llena de dolorosas y tristes enseñanzas, se oculta en esas líneas! Alguna de esas señoritas de «educación esmerada», inútiles para la vida, víctima de un sistema de enseñanza familiar, tan hipócrita como funesto, que de la noche a la mañana queda huérfana, en la miseria, sin saber valerse y busca en el protector desconocido, un alivio a su desgracia. Es el primer paso hacia un abismo que terminará probablemente en la sala de un hospital. ¡Y sus padres, descansarán «en el seno del Señor», satisfechos de haber dado a la hija amada, en el más aristocrático colegio de religiosas, una «esmerada educación».
El tenorio de correspondencia es el gracioso de esta comedia humana. Así como hay conquistadores que utilizan, para atraer a las mujeres, su caída de ojos, su automóvil, sus llamativos chalecos, sus saludos de largo metraje, el vistoso solitario o la cadena de dos ramales y hasta el lunar más o menos asturiano que adorna y embellece su rostro, el tenorio de correspondencia, se vale de ésta para realizar estragos entre damas y damitas.
Los hay de dos tipos.
Uno, es el señor acomodado, casi siempre de aspecto respetable, que en el tranvía, en el paseo o en el teatro, al divisar alguna mujer que le agrada y quiere hacer víctima suya, se dirige hacia ella, y ceremoniosa y correctamente, le dice casi al oído.
–Perdone mi atrevimiento? pero hágame el favor de leer mañana la correspondencia secreta de tal periódico. Allí podrá darse cuenta de la pasión que usted me inspira.
Al día siguiente, la dama con esa invencible curiosidad femenina, busca el periódico indicado, y encuentra efectivamente lo siguiente:
«Dama desconocida. Ayer la vi y quedé rendido de amor y admiración ante sus plantas. Mi corazón late ardorosa y precipitadamente. ¡La amo! Soy hombre de posición acomodada, grandes relaciones fino, cariñoso. Ofrezco hacerla la más feliz de las mujeres. ¿Quiere usted que entablemos relaciones? Reserva absoluta. Contésteme Apartado 44. Pepe».
Muchas mujeres no hacen caso. El tenorio vuelve a insistir una y otra vez, hasta que al fin, cansado, abandona la conquista y emprende otra nueva. Pero alguna contesta: se entable el idilio, que no sería raro terminase en matrimonio, pues para todo hay en la viña del Señor.
Otros tenorios desdeñan este procedimiento. No abordan en la calle a las damas. Como los grandes generales y políticos, actúan desde su gabinete de trabajo. Allí escriben sus correspondencias incendiarias, que envían a los distintos rotativos.
«Deseo intimidad con viuda joven. Placeres le sobrarán: Conteste interesada esta vía. Zaratustra».
«Joven peninsular, alto, grueso y educado, ocupa puesto importante casa de comercio, tiene algún capital, desea contraer relaciones matrimoniales con viuda o soltera rica. Mucha seriedad, contesta: Lista de Correos: Raoul N».
«Extranjero acomodado, busca señorita guapa, morena, compañía tardes y noches. Reservado. Lista correos 1917».
Al reclamo, acuden algunas mujeres y el tenorio realiza sus conquistas. Con frecuencia algún gracioso se interpone y hace pasar al conquistador las de Caín, tomándole el pelo y burlándose de él. Otras, es el mismo agente comercial de la correspondencia, sacándole los cuartos, hasta que se descubre el juego.
El tenorio está, además, atento a los menores reclamos que salen en los periódicos.
«Contraería relaciones íntimas con caballero reservado y simpático, dama casada que se encuentra triste a pesar de su elevada fortuna. Genzi».
«Una señorita libre, estudiosa, sin preocupaciones tontas, admitiría la amistad de un caballero que supiera interpretarla. Si llegábamos a congeniar emprendería viaje en su compañía para complementar nuestros idilios amorosos. –Caucasia».
Nuestro tenorio, lleva una lista detallada de todas las conquistas que tiene en cartera, con un balance diario de las altas y bajas. Desde luego, no anota los frecuentes engaños y desengaños que recibe en su carrera y las mermas que sufre su bolsa, para ir a engrosar la caja de los que explotan este negocio, que Gorón incluye entre las industrias del amor como una de las estafas más productivas e impunes por la dificultad de probar el delito y castigar a los culpables.
JÓVENES
Foto tomada de: asobancaria.com |
Carlos Benítez Villodres
Málaga (España)
Yo creo en la juventud. En esa juventud llena de buenos propósitos, que sabe lo que quiere, pero que se haya ralentizada, impotente, en su travesía por los mares de la realización personal, porque la entretienen y la engañan, y a veces es olvidada, y a veces es azotada por las nevadas copiosas de la indiferencia de los que ya se alejaron de su influjo primaveral, de su luz, de su canto, de sus ansias de vida nueva.
La juventud, etapa clave en la vida de cualquier ser humano, camina en libertad, amenazada por el desempleo y otras alimañas, hacia el mediodía de su existencia. Un innúmero de chicos y chicas que ya inició, no hace mucho tiempo, su andadura por la vida, embriagado de anhelos, de esperanzas y, más aún, de pesimismo.
En estos jóvenes de hoy yo creo, a pesar de que los adultos poco o nada hagamos para ellos, decimos lo contrario, y menos todavía contemos con ellos, también manifestamos lo opuesto. Yo aguardo, sin detenerme, y deseo día a día percibir un presente, el mañana es de ellos y no de nosotros, de paz, de amor, de honradez y de graneros repletos y compartidos. Y digo “sin detenerme”, porque quien demora su caminar para intentar avistar el futuro, de alguna forma está perdiendo su presente, y yo no quiero extraviarlo. Este presente fue mi futuro y el de tantos y tantos jóvenes de mi generación. Una vida actual que, sin duda alguna, es mucho mejor que la pasada. Un presente del que, como hombre del pueblo y responsable que soy del mismo, todos los adultos lo somos, me avergüenzo, ya que hay, en él, una infinitud de hechos negativos, execrables.
Únicamente, trabajando y luchando todos a una, porque quien camina y combate solo se idiotiza y perece solo, podremos ir forjando día a día un presente con calidad de frutos y de semillas, aunque ciertos políticos e intelectuales de prestigio no actúen de este modo. Solo de esta forma nutriremos y enriqueceremos la vida para que el mañana surja con esplendor y prosperidad. No, no creo que los adultos de hoy hayamos conseguido un lugar y unas cosechas de las que nuestros jóvenes y nosotros mismos nos sintamos satisfechos. Yo no me resigno ni me doblego ante los actos y actitudes y situaciones, tan incongruentes como paralizantes, del presente. El conformismo es una forma de morir lentamente. Ya Honoré de Balzac nos lo advirtió: “La resignación es un suicidio cotidiano”. Y yo estoy a años luz de esta posición acomodaticia.
La juventud, riqueza temporal del hombre, posee en su savia de primavera la energía, la fecundidad y la transparencia capaces de crear caminos, esperanzas y metas nunca conocidas, que han de vitalizar y frutecer cada latido del mundo, cada paso, aún por dar, de la vida. Esto ha sido y es motivo de preocupación para muchos adultos, aunque no lo manifiesten. Por ello, tapian sus oídos, su mirada y hasta su sangre y sentimientos, creando barreras difícilmente de salvar por los nuevos e intrépidos corredores.
La inmensa mayoría de nuestros jóvenes sabe que es más fácil vivir con la sonrisa en los labios que con la espada en la mano. Ella es la que sabe vivir su riqueza. Pero a veces la actitud de los que ya perdieron su juventud, y deambulan por las órbitas del egoísmo, la avaricia y el engaño, hiela esa sonrisa con las armas de la incomprensión e insolidaridad. Estos individuos no quieren entender que cada generación necesita un credo nuevo, un credo no impuesto por la sociedad adulta, sino elaborado por los jóvenes, según sus convicciones, deseos, aspiraciones… “Cada edad tiene, dice Nicolas Boileau, sus placeres, su razón y sus costumbres”. Las tenemos los adultos y las tienen también nuestros jóvenes. Por consiguiente, no es justo que intentemos dirigirlos hacia los mismos campos, por donde ayer nosotros caminábamos bajo el aliento del infortunio o de la ventura, según cada uno y sus circunstancias, pero siempre desde el verdor alegre e innato de los años juveniles. Tengamos, pues, siempre presente que el mismo respeto y tolerancia que exigimos que ellos, los jóvenes, tengan con nosotros hemos de sentir, en nuestros adentros, y practicar cada día con ellos. Si esta reciprocidad se diera mayoritariamente…, ¡qué distinta sería la vida en el mundo!
EL HAIKU
Foto tomada de: Epíteto 1esod iesramonllull |
Carlos Benítez
Villodres
Málaga (España)
El haiku es la más
apreciada forma poética japonesa, es la poesía del momento, donde la frescura y
la espontaneidad son la expresión directa del instante, como una fotografía
lírica. Por ello, se dice que el haiku es el arte de vivir y esculpir el
instante. También suele decirse que es la transparencia de una emoción profunda
ante la visión o el sentimiento de las cosas más sencillas de la vida.
Según Matsuo Bashoo (1644-1694), considerado padre o el primer gran
maestro de la historia del “haiku”, éste “es simplemente lo que está sucediendo
en este lugar, en este momento”. Bashoo a menudo utilizaba el haiku para
plasmar pequeñas bromas y juegos de palabras como reacción a las normas
poéticas más académicas. El fundador de esta arte poética estaba muy
influenciado por el pensamiento de Chiang Tse, que rechazaba la artificialidad
y el utilitarismo. Sostenía que las cosas aparentemente inútiles son las más
valiosas, así como la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza.
Los haikus de Bashoo son dramáticos con grandes cambios en el estado de
ánimo que se expresan a través de la naturaleza.
Ya en el siglo XVIII, Buson Yosa (1716-1783), que además de poeta era
pintor, llevó el haiku a un grado de refinamiento sin igual. Sus poemas plasman
un escenario luminoso en el que suceden prqueños milagros llenos de
significado. Más que dar una descripción reaslista y superficial, este creador
indaga en la esencia de las cosas.
Issa kobayashi (1762-1826) fue otra de las grandes figuras del haiku. A
la edad de trece años se trasladó a Edo, el actual Tokio, para trabajar. Fue
aquí donde fue iniciada en esta arte poética, en el cual a menudo utilizaba
palabras dialectales y conversaciones cotidianas. Sus versos celebran los
placeres sencillos de la vida y el amor a la naturaleza.
En el siglo XIX destacó Masaoka Shiki, renovador de haiku y defensor de
Buson en detrimento de Bashoo, con cuya obra se mostraba crítico. Le achacaba
falta de pureza poética y un exceso de elementos descriptivos que eran más
propios de la prosa.
En el siglo XX apareció una nueva escuela llamada Shinkeikoo, que
apartó a los nuevos poetas japoneses del rigor de los haikus tradicionales. Los
creadores de esta nueva hornada tendían a añadir un cuarto verso al haiku para
dotarlo de mayor capacidad explicativa.
Obviamente el poeta al escribir un “haiku” debe seguir unas normas de
forma y contenido ya establecidas. Jane Reichhold publicó, en rumano, en el
periódico “The Constanta Haiku Society Albatros”, 65 “reglas del haiku”.
El “haiku” es, pues, un poema
monoestrófico, de origen japonés (s. XVI), que suele tener casi siempre 3
versos, ausencia total de rima y una pauta silábica, 5/ 7/ 5//. Pero la
estructura no es lo que caracteriza al “haiku”. Su propio creador, el samurai
Bashoo cercano a la doctrina de Confucio y discípulo de Bucchoo, maestro zen,
en muchas ocasiones no tuvo en cuenta la guía a seguir. La peculiaridad o
idiosincrasia del “haiku” está en su contenido, aunque éste con el paso de
tiempo a veces también pierde su esencia innata sin dejar de ser un “haiku”,
como más adelante leeremos. Según la tradición, este escueto poema suele tener
una palabra clave (“kigo”) que indica la estación del año a la que se refiere.
Sobre el origen del “haiku” hay varios criterios. Una escuela de
eruditos nipones dice que el “haiku” tuvo su vínculo primigenio en el poema,
también de origen japonés, llamado “tanka”, o “waka”, o “haikai”, cuyo
contenido era típicamente humorístico, jocoso, pero también podía describir los
fenómenos naturales, lo singular de cada estación del año y la vida cotidiana
de la gente. La silabificación de esta creación poética, formada por 2
estrofas, es la siguiente: 5/ 7/ 5// 7/ 7. Este tipo de poema surgió en Japón
durante el periodo Nara (s. VIII), y es su primera estrofa (“hokku”) la que dio
vida propia al “haiku”. Por otro lado, en Japón, por el influjo de la
literatura china, apareció, en la época Heian (s. VIII al XII), el “renga”, que
consiste en un conjunto de “tankas” encadenados con una retórica impactante y
escrito por varios poetas al mismo tiempo. Este tipo de poema podía sobrepasar
los 100 versos. Otra escuela de sabios japoneses expresa que la raíz del
“haiku” estuvo en el “katauta”, un breve poema con una forma que oscilaba entre
la métrica 5/ 7/ 5// y la 5/ 7/ 7//.
Fuere como fuere el origen del “haiku”, lo cierto es que en todos los
poemas reseñados aparecía el tópico de la “estación del año”, el mismo que ya
en el s. XV se consideraba como signo específico de dicho poema. En este
“haiku”, de Sogi (s. XV), predecesor de Bashoo, podemos observar lo que acabo
de indicar:
Que ya es verano
no le digas, tormenta,
a los cerezos.
O en éste del propio Bashoo:
Se va la primavera.
Lloran las aves, son lágrimas
los ojos de los peces.
A veces, con la finalidad de ilustrar el “haiku”, el poeta realiza un
dibujo o pintura (“haiga”), sin pretensiones de perfección. Precisamente su
creador fue también el primer poeta que acompañó a sus “haikus” con
ilustraciones.
Entre los japoneses, se les denomina a los maestros creadores de
“haikus” con el término “haijin”. Son “haijines” clásicos: Matsuo Bashoo, Yosa
Buson, Kobayashi Issa, Masaoka Shiki, Uejima Onitsura, Ritsurin Issekiro,
Arakida Morikate, Yamasaki Sokan, entre otros. Obviamente también las poetisas
japonesas clásicas escribieron preciosos “haikus”. Entre ellas destaca Chiyo
ni. Otras son: Den Sute-jo, Sonome, Shushiki, El Pai, etc.
Con el transcurrir de los siglos, el contenido del “haiku” perdió su
sustancialidad, no así el del “hokku”, como ya he reseñado. Poetas, como
Masaoka Shiki, dejaron para este último poema su pulpa de siglos. Sin embargo,
al “haiku” se le dio un estilo propiamente espiritual. “El `haiku´ es en sí mismo una unidad, dice
Mario Benedetti, gran amante de los `haikus´, un poema mínimo y no obstante
completo. De ahí su visión instantánea, su condición de chispazo, a veces su
toque de humor o de ironía”.
El “haiku” irrumpió justamente a principios del s. XX, con una fuerza
arrolladora, en los países occidentales. Uno de los primeros en recoger la
esencia de esta arte fue el poeta inglés B.H. Chamberlain, aunque su filosofía
está más presente en los “imaginistas”, un grupo de poetas ingleses y
americanos que decidieron adaptar y cultivar este tipo de versos.
(Del libro POR LOS CAMINOS DE DELTZUL, 2014)
Academia de la Historia de Cuba
Foto tomada de: Academia Historia Cuba Exilio Blog |
La creación de la Academia de Historia de
Cuba fue dispuesta por el presidente de la República José Miguel Gómez mediante
el decreto 772 del 20 de agosto de 1910, a sugerencia de Mario García Kohly,
entonces Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes. Fue adscrita a la
Secretaría de Instrucción Pública y Bellas artes. Sus obligaciones fueron de
salvar, libros, documentos, obras de artes, todo lo relacionado a las artes e
historia de Cuba. Fueron nombrados un total de 30 Académicos de número, con
residencia en la Habana, quienes debían seleccionar otros 30 Académicos
correspondientes en el resto del país o en el extranjero. Fueron puesto ciertos
requisitos para los electos. Se le confería de modo permanente, o con algunas
condiciones. La elección de un Presidente y la redacción de un reglamento. Un
promedio de edad 45 años y no mayor de 64 años. El mayor de ellos lo fue
Fernando Figueredo de 64 años y el más joven Fernando Ortiz, de 29 años. Entre
sus primeros acuerdos, fue la de cooperar con la Sociedad Económica de Amigos
del País.
Según Enrique José Varona la primera persona
en gestionar la fundación de una Academia de Historia después de la
independencia fue Francisco de Paula Coronado, siendo secundado por Vidal y
Morales y Néstor Ponce de León.
A continuación van aparecer los treinta
miembros fundadores:
·
Francisco de Paula Coronado y Alvaro.
·
Rafael Fernández de Castro y Castro.
·
Ramón Meza y Suárez Inclán.
·
Rodolfo Rodríguez de Armas.
·
Enrique Collazo y Tejada.
·
Alfredo Zayas y Alfonso.
·
Fernando Ortiz Fernández.
·
Raimundo Cabrera y Bosh.
·
Sergio Cuevas Zequeira.
·
Domingo Figarola Caneda.
·
Eusebio Hernández y Pérez.
·
Ezequiel García Enseñat.
·
Álvaro de la Iglesia y Santos.
·
Ramón Roa y Garí.
·
Pedro Mendoza Guerra.
·
Orestes Ferrara y Marino.
Otros académicos
de número
·
René Lufríu y Alonso.
·
Joaquín Llaverías.
·
Antonio L. Valverde.
·
Francisco González del Valle.
·
Salvador Salazar y Roig.
·
Emeterio S. Santovenia.
·
José A. Rodríguez García.
·
José Antonio Cosculluela.
·
Carlos M. Trelles y Govín.
·
Manuel Márquez Sterling.
·
Carlos Manuel de Céspedes y Quesada.
·
Roque E. Garrigó.
·
José Manuel Pérez Cabrera.
·
Gerardo Castellanos.
·
Diego González.
·
Emilio Roig de Leuchsenring.
·
Carlos Márquez Sterling.
·
Benigno Souza y Rodríguez.
·
Gonzalo de Quesada y Miranda.
·
Federico de Córdova y de Quesada.
·
Enrique Gay Calbó.
·
Jorge Mañach y Robato.
·
Cosme de la Torriente.
·
José María Chacón y Calvo.
·
Pánfilo D. Camacho y Sánchez.
·
Manuel I. Mesa Rodríguez.
·
Juan J. Remos y Rubio.
·
Ramiro Guerra y Sánchez.
·
Enrique Loynaz del Castillo.
·
Manuel Isidro Méndez.
·
Elías Entralgo y Ballina.
·
Miguel Ángel Carbonell.
·
José Manuel Carbonell.
·
Luis A de Arce.
·
Gabriel García Galán.
·
José Conangla Fontanilles.
·
José Luciano Franco.
·
Luis Felipe Le Roy.
·
José Andrés Martínez Fortún y Foyo.
·
Francisco J. Ponte Domínguez (elegido en 1957).
·
José M de Ximeno.
·
Carlos M. Raggi Ageo.
·
José Rivero Muñiz.
·
César Rodríguez Expósito .
·
José Luis Vidarrueta.
·
Julio Morales Coello.
·
Juan Jerez Villarreal.