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lunes, 15 de mayo de 2017

LA DAMA DE HONOR Y OTROS CUENTOS DE LEONORA ACUÑA

LEONORA ACUÑA DE MARMOLEJO

Lola Benítez Molina
Málaga (España)

Desde la primera vez que leí los poemas y cuentos de Leonora Acuña de Marmolejo quedé fascinada por su versatilidad tanto en prosa como en verso. Y, así, se puede comprobar en el conjunto de narraciones que compone “La dama de honor y otros cuentos” o las creaciones líricas de sus libros “Baraja de poemas” y “Del crepúsculo a la alborada”.
            Leonora Acuña de Marmolejo maneja el lenguaje como si de una bella sinfonía se tratase, con una musicalidad intrínseca, que solo está al alcance de unos pocos escogidos. Leerla a ella es sumergirse en la grandeza del Universo, es respirar la savia de un nuevo amanecer que no conoce de maldades ni inquinas. En esta bella recopilación podemos constatar la grandeza de su espíritu, su marcada sensibilidad y conocimiento del hombre y su sentir, así como su exquisito don para el manejo sutil de la palabra escrita, que transporta a lo más sublime que el arte puede alcanzar.“De todas las músicas que conducen al cielo, refiere Henry Ward  Beecher, la de un corazón enamorado es la que llega más rápido”, y, ciertamente, el corazón de Acuña de Marmolejo rebosa amor por la vida, por sus semejantes, por la literatura…
            Es de justicia hacer mención a sus excelsas y estudiadas descripciones físicas: “sus ojazos de color topacio, rasgados de mirada profunda y melancólica que lo miraban acariciantes”.
            Sus cuentos nos hacen reflexionar. Son fiel reflejo de la vida misma y, a la vez, nos enseñan cómo el destino juega a su antojo con la vida de los seres humanos. Un destino unas veces hermoso, otras, cruel, y otras…, inesperado. Así, dirá en “Sendero forzado”: ”mas… el destino que no perdona, le tenía una sorpresa reservada”.
            El amor se hace siempre presente, pero también el desamor y hasta dónde se puede llegar cuando éste se arraiga en nosotros, como en “La noticia funesta”.
En “El Reencuentro” nos habla del sentimiento de culpa, de la angustia, de la esperanza. En “Amor inolvidable” nos deleita con un hermoso amor inquebrantable, y nos hace ver que “el verdadero amor sobrepasa los años y los escollos”. Nos narra, como pocos saben hacerlo, situaciones de la vida cotidiana que nadie está exento de padecerlas. Nos ofrece una visión hermosa de las costumbres de los pueblos de su adorada Colombia, pero, también, de los prejuicios como en “El prematuro” o en “El amargo silencio”. En “La hora menguada” dedica un bello poema ante la inevitable pérdida: “Cerrando los ojos, la honda nostalgia / cruzando los mares me lleva hasta él: / él está muriendo de pesar sin mí, / y en su tarde triste él me ve llorar”. Este hondo sentimiento trae a mi memoria las célebres palabras de Víctor Hugo: “Los que padecéis porque amáis: amad más todavía; morir de amor es vivir”.
            Leonora Acuña de Marmolejo conjuga perfectamente la riqueza de su espíritu con la facultad de discurrir su entendimiento, combinación esta que sólo los grandes escritores, entre los que la incluyo, son capaces de conseguir y, posteriormente, expresar con un exquisito y exuberante lenguaje.

            Por todo ello, recomiendo la lectura de de “La dama de honor y otros cuentos” como un auténtico disfrute. No es un libro como tantos y tantos hay hoy día en el mercado, pues el contenido de esta obra penetra hasta los hondones más íntimos de nuestro ser y, desde sus simas profundas, nos llega la propia voz de su autora para darle sentido a la vida de cualquier ser humano y, al mismo tiempo, nos deleita, nos alecciona, nos enriquece.

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