Sólo un Minuto
René León (Cuba)
En mi
caminar diario, sin rumbo fijo, a veces me encuentro con personas que me llaman
la atención; en especial mujeres que se distinguen de las otras; por su
caminar, su manera de vestir, o quizás por unos ojos atrayentes.
En ese
caminar, donde las horas pasan lentas; los momentos de silencio son tremendos;
parecen eternos. Amo sobre todas las cosas el vagar sin finalidad y sin rumbo.
Me he encontrado una mujer que me ha hechizado por un momento. No he hablado
con ella; sólo un pequeño saludo. Su rostro de belleza tenue. Ojos negros y
relampagueantes, tez morena; señorío en el gesto y en los ademanes; por otra
parte, el hecho de caminar sola. Figura esbelta; su cuerpo erguido; ya los años
van pasando por ella; su pelo castaño pinta canas, que le dan más personalidad.
Este tipo de mujer, es como la brisa de la tarde, que pasa rápida, y nos deja
su perfume peculiar; y su recuerdo en nuestro espíritu.
Y todo
esto en un minuto, que es nada en el tiempo. Nos parece que la conocemos desde
hace años. La examinamos; no es una de esas mujeres que cualquier hombre se
vuelve loco; es quizás su mirada, su manera de vestir, su boca sensual; sin darnos
cuenta vamos descubriendo en ella cosas que en otras no vemos. El tiempo va
discurriendo suavemente; sin notarse, como el agua de un manso río, que parece
que no se mueve y no cesa de correr. Unas palomas cruzan sobre nosotros en el
azul del cielo, con sus aleteos.
Todo en
un minuto. Vemos que tiene algo que no acertamos a explicar. Quizás sería la
pequeña sonrisa y el mirar de sus bellos ojos, que me brindó por un momento. Se
ha ido caminando, y me parece como si se llevara algo muy mío; me ha dejado un
vacío enorme en todo mi ser. Una mujer desconocida que se ha aparecido por un
minuto en mi vida; esta mujer única, que me ha dado un momento de alegría e
ilusión. En mi vida triste. Los dos frente a frente, mirándonos sin decir nada,
por sólo un minuto. Siento una angustia grande cuando evoco ese momento único,
que ya no volverá.
Y de
pronto, en un momento, nos damos cuenta de lo corto del tiempo; y sigo
caminando en el ambiente de la calle, de las personas que van y vienen. El
tiempo nos trae la visión de nuestra vida y de las ilusiones perdidas.
Amor en Primavera
Rowland J. Bosch (Cuba)
Amar sin ser amado inspira hastío.
Ha muerto ya la pesadumbre loca,
alguna vez al manantial le toca
recuperar el agua de otro río.
La niebla se disipa en el estío
al ver la luz que
su final provoca.
Tu amor como un rosal florido evoca
la primavera cuando pasa el frío.
Dulce y sutil se abre a tu presencia
con un destello
suave de inocencia,
la corola rosada de una flor.
La nitidez del alma representa
y el cristal de
tus ojos transparenta
la imagen verdadera del amor.
Versos
Blanca M. Segarra (Cuba)
Fue un esfuerzo aplastante
recordar que te olvidé
cuando el alma se me fue
por los labios al nombrarte.
Caminando en el olvido
tropecé con tu recuerdo
y me senté a releerlo
en el borde del camino.
Divagaba en el desgano
y me atropelló la prisa
de recordar a tu mano
dibujando mi sonrisa.
Puedo lograr que me olvides…
pero goza mi ego en que me añores
y por más que me ruegas y me pides
No te perdono, no, aunque me implores.
Amor Amor
Eliana Onetti
(†) (Cuba)
Espina verde,
llevo dentro.
Te siento siempre,
dardo certero.
Te pienso mucho,
martirio tenue..
Tibieza dulce,
te saboreo.
Y aunque me dueles,
tormento cierto,
quiero tenerte,
gentil infierno.
Herida leve,
vienes conmigo.
a todas partes
como cilicio.
Me martirizas,
Amor eterno,
con un martirio
¡que sabe a ccielo!
AMOR FRUSTRADO
Manuel I.
Aparicio Paneqe (Cuba)
Cuando se piensa en un amor distante
qe allá a lo lejos aminora el paso,
con prisa, a veces, se le alarga un brazo
qeriendo se detenga en ese instante.
La esencia disminuye lo fragante
del pétalo qe ya no se sujeta
a la flor qe amortigua su semblante
cuando el tiempo su término decreta.
Lontananza de amor qe languidece
tras una breve unión qe tumultuosa
resulta en un brebaje qe enloquece,
dejando en el sediento la penosa
renuncia a mitigar la sed qe crece
cuando su sequedad se hace angustiosa.
Amor en Lejanía
Antonio A.
Acosta (Cuba)
En cadencia de horizontes quiero orquestar mi pasión,
y así hallar consolación en los valles y los montes.
Un escuadrón de sinsontes saludará el nuevo día,
y allá por l serranía bajará un canto del cielo,
diciendo: “quiere a tu suelo mucho más en lejanía”.
Porque tu cuna está allí, tu savia y tu procedencia,
donde libaste la esencia de la escuela de Martí.
Y ungido en el frenesí que produce mi regreso,
elevo a mi Cuba un rezo en espiga de oraciones,
y en salmo de bendiciones llegue el chasquido de un beso.
Vivir sin ti
Orestes A.
Pérez (Cuba)
Porque son siglos
de desesperante espera
cada segundo
que transcurre
sin estar a mi lado.
Y porque vivo
contando anhelante
los minutos que faltan
para volver a verte.
Es por lo que
ya no sabría
vivir sin ti.
En Ti
Pedro A.
Briceño (Venezuela)
En el terruño de tus senos
descansan mis labios dormidos
en el delirio de tus besos
sueño en unir nuestros nidos.
En el caminar por tu cuerpo desnudo
se pierden mis dedos enloquecidos
en querer abrazarte hasta el fin del mundo
siento que el tiempo se nos ha ido.
En el cerrar de tus ojos con los míos
nos amamos sin prejuicio
en el juntar de tus labios
he perdido indefinidamente el juicio.
En el decirte sin complejos que te quiero
te he entregado completamente mi alma
y esperar que se abra el cielo
cuando tú me digas que me
amas.
Gracias
….. a
René
Alexandra
Witt (†) (Paraguay)
Si al mirar tus ojos
haces que mi corazón
se sienta
diferente,
si al escuchar tu voz
haces que me sienta segura,
y si al sentir tus manos
entrelazadas con las mías
haces que el tiempo
se haya detenido
en un momento maravilloso,
si me haces sentir tantas cosas
que explicarme no puedo
y hace por ello
que mis ojos vean
todo lo que me rodea
de un color diferente;
yo te digo “gracias”.
Gracias por dejarme
entrar en tu mundo
y por querer, tú,
ser parte del mío.
Yo vi volar las gaviotas
Emilio J.
León (†) (Cuba)
Yo vi volar las gaviotas.
Las vi danzar con gozo
por la corriente de aire
que asciende hacia el cielo
y descender chillando
hasta rozar el suelo…
Las vi al caer la tarde
sobre el mangle posadas
peinarse las blancas plumas
y con amoroso celo
juntar los curvos picos
en prolongado beso…
Las vi seguir la estela
de mercantes veleros
esperando confiadas
por el valiente marino
que regala a las aves
salmonetas y mochuelos…
Yo vi volar las gaviotas…
Las vi danzar con gozo
ante mis ojos abiertos
apoyada mi cabeza
en la húmeda almohada
de mi solitario lecho
Yo vi volar las gaviotas
ante mis ojos
abiertos
ante mis ojos
abiertos…
apoyada mi cabeza
en la húmeda almohada
de mi solitario lecho…
(Prisión de Isla Pinos, Cuba
Octubre de 1964)
PASEO
José Angel
Buesa ( † ) (Cuba)
Ese nombre borrándose en la arena
nada me dice en el atardecer;
y yo cruzo la playa con mi pena,
pero no piso el nombre de mujer.
Y hasta agradezco la llovizna leve
que humedece mis ojos junto al mar,
porque el llanto de un hombre, cuando llueve,
es una lluvia que aprendió a llorar.
Y llego a este jardín abandonado
que evoca en un perfume del pasado
las primaveras que tuvieron fin;
y en una pesadumbre compartida
van cayendo hojas secas en mi vida,
exactamente igual
que en el jardín.
Este adiós
Leonora
Acuña de Marmolejo (Colombia)
Este adiós que me deja sin acento
y me priva del gozo de tu risa,
es cual campana
sacudida aprisa
corta mi vida ya sin pensamiento
Este dolor tenaz, espina al viento
dolor de tu partida sin sonrisa,
es una mariposa que sin
brisa
se mece entre las
flores sin aliento.
Es pesar de mi
vida anonadada
e incapaz de
sentirse ya halagada,
sin aurora que alumbre en la mañana,
es sonido, dolor estremecido
del canto de un turpial adolorido
porque ha muerto la voz de la campana.
Como la Ola Marina
Clara A.
García (†) (Cuba)
Es una persona que encontré perdida,
que se encrespa furiosa de alcanzar
importancia y valores en la vida,
para nunca lograrlos, a pesar
que ya estaba llegando a la orilla,
sin llegar, como alcanza la ola la playa
retrayéndose al mar.
Es mejor ser un agua tranquila
que no puedan jamás abatar
ni corrientes, ni aires, materia podrida;
difícil en oleadas alcanzar,
porque son como playas prohibidas,
sin maldad y con fuerza, como el mar.
Última Rima
Juana
Borrero (†) (Cuba)
Yo he soñado en mis lúgubres noches,
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
con un beso de amor imposible,
sin sed y sin fuego, sin fiebre y sin ansias.
Yo no quiero el deleite que enerva,
el deleite jadeante que abrasa,
y me causan hastío infinito
los labios sensuales que besan y manchan.
¡Oh mi amado, mi
amado imposible;
mi novio soñado de dulce mirada,
cuando tú con tus labios me beses,
bésame sin fuego, sin fiebre y sin ansias!
¡Dame el beso soñado en mis noches,
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
que me deje una estrella en los labios
y un tenue perfume de nardo en el alma!
Mármoles sin retoño
Herminia D.
Abaceta (Cuba)
Desde la ventana que mira al invierno,
no sé por cuantos años
escudriño el horizonte..
Un sol tardío cumple a diario su ciclo,
tan pálido, a veces, que no sabría
si es sol moribundo o sombra naciente.
Las veredas del parque,
en su bata blanca,
semejan mármoles
sin retoño.
El aire raspa los vidrios
y, aunque no me
roza,
su frío tajante se prolonga en mí.
A mis espaldas,
siento las miradas del recuerdo
asediarme desde el vacío
de los marcos,
reclamando, quizás, un minuto al olvido.
Desafiante el techo se me encima…
regreso a la
ventana
y sigo escudriñando sin saber
si es realidad o sueño lo que vivo.
Canción de los siglos
Alfredo
Leiseca (†) (Cuba)
Más allá del dolor,
más allá del vivir
está el mensaje de los siglos
que permanece inmutable en el tiempo,
en todos los lapsos del infinito,
esperando el día verdadero
de todo manifiesto revelado
a los que vemos el porqué de todo lo venidero
que se acerca por montes y praderas
siguiendo el vivir de los designios,
esperando el porqué de la sangre
que clama por el vivir de lo eterno
para vivir la razón de los deseos,
para desear la raíz de nuestra esencia
que nos lleva por todo el universo,
dándonos el fruto de nuestra angustia
de vivir los siglos venideros
esperando la esencia de nuestra meta.
Tiempo sin verte
…….para
Alexandra (†)
René León (Cuba)
Hace tanto tiempo
que no te veo,
que me parece
que han pasado
días, semanas y meses
sin poder ver tu
lindo rostro, tu sonrisa,
y tus ojos.
Si pudiera
hablarte,
te volvería a decir
cuánto te quiero,
y me iría contigo
a compartir inquietudes,
y nuestros labios se unirían
en un beso ardiente
de un amor que crece.
Me iría contigo
en un andar,
andar sin rumbo,
y olvidarnos de las auroras,
y de los días tristes.
Esperando el nacer de
un nuevo día
y vivir las horas de nuestro
amor ardiente.
Así era el Corazón
Mercedes
Torrens de Garmendía (†) (Cuba)
Era un molino; era una rueda;
giraba hasta no más;
molía trigo y avena
sin cesar.
Un día se paró la negra rueda;
no quiso girar más
y no molió ni el trigo ni la avena,
ya nunca, nunca más.
Así mi corazón, la hora tras hora
¡ay! late sin cesar
Porque el Amor le manda; y late y late
Con ritmo siempre igual.
Y un día parará como la rueda;
no querrá latir
más;
aunque el amor le mande, nunca el triste,
su ritmo impulsará.
Tienen un no sé qué…
Hilda Norma
Vale (Argentina)
Tienen un no sé los días domingos,
de aromas olvidadas y de hiedra,
de esperanza de encuentro y despedida,
de parques, de
senderos y de ausencia.
Tienen un no sé qué los días domingos,
no sé qué de Alfonsina y Baldomero,
un no sé qué de barrios y veredas,
un no sé qué de citas y recuerdos.
Tienen un no sé qué los días domingos:
mi verso inmóvil y tu nombre quieto.
Mujer de Octubre
Carmen Hebe
Tanco (Argentina)
Para pensarte, consagro las palabras
en el remanso suave, huída de las nubes
en la palidez definida de la escarcha.
No me alcanzan los esmaltes del guijarro
ni las alforjas del sol –ya diseñadas-
en los pliegues de los azahares blancos.
¡Ay! Labradora de
mieses, deslumbrada
-si no vuelves- desvelos de mis aguas saladas
renacerán viejos moldes,
cavidades extrañas.
Te percibo creciendo niña de mimbre
en los surcos de las obsesiones
-no es nave dormida mi silente garganta-
y enlaza la proa de tus cabellos malva.
Quizás si te invocara ininterrumpidamente
con la fuerza que conjugan las anclas
de mis labios, las venas te regresen.
Tu Ausencia
Miguel de Varona Navarro (†)
(Cuba)
Si en esta bella tarde tuviera tu presencia
toda llena de paz, de luz y de armonía,
esta herida de amor, abierta por tu ausencia,
quizás se cerraría.
Pero aún sigue ausente
y, aunque tu hermosa imagen se eterniza en mi mente,
se aumenta mi neurosis –romántico pesar-
y siento en esta tarde
el deseo cobarde
de llorar…
Su Mundo
...a mi esposa Herminia
Mario Andino López (Chile)
Su mundo vive en cuarto quieto
primoroso y de cielo en confines,
bellas lámparas saciando de luz,
lemas filiales y adornos querubes.
Gama de ceras, figuras hieráticas
y juego caleidoscópico y dulces,
sutiles láminas de sueño infantil.
Su mente vive prístina, vive aparte
de los sordos ruidos en inviernos,
del crujido hinchando los veranos.
Ella vierte en su mano laborera
el sol de su alma sobre los tejidos
iluminando el cuarto de dulzores.
Brindemos!
Hortensia Munilla (Cuba)
¡Brindemos todos hoy por el Amor!
¡Por el Amor en todas sus fracciones!
¡Brindemos porque en nuestros
corazones
no se disfume su halo bienhechor!
¡Brindemos por su eterno resplandor!
¡Por sus inusitadas bendiciones!
¡Brindemos porque sus emanaciones
sean del Orbe cual eje propulsor!
¡Brindemos por la bienaventuranza
que da siempre el Amor con su bonanza
ya que fue concebido para el bien!
¡Brindemos juntos hoy por esa flama
que se le dice Amor cuando se aclama!
¡Brindemos hoy por el Amor! ¡Amén!
Adiós a Norma Suiffet
Francisco Henríquez (Cuba)
Norma Suiffet, en Uruguay, abur
exhala herida por letal chaveta
y en el cielo distante del planeta
el azul se nos vuelve más azur.
Su existir lo cercena este segur
devenido deprisa en una grieta
y en El Plata, su río, la poeta
recoge lirios de la cuenca Sur.
Se mustiaron tus citas, Uruguay,
sin recitales… Ya ni lunas hay
sobre las tejas del azul chalet…
Desdoblada La Urpila, mil urpilas
crecen en alas para las pupilas:
¡eres vuelo ideal: Norma Suiffet!
Amor de estudiante
Ileana Fleites-La Salle
(Cuba)
Siempre te amaré en silencio
aunque no lo sepas.
Y si lo sabes,
en silencio te amaré.
Todo mi infortunio de entonces
se tornó primaveral;
te conocí de estudiante
y ya no te pude olvidar.
Cambiaste toda mi vida
que tranquila estaba en paz:
entre suspiros y abrazos,
te acercabas más y más.
Rompí con las tradiciones
de antaño; y mucho más:
me sumí en la nostalgia
al no poderte olvidar
[Y continuaron los días
Y son muchos meses ya
Los que me traen tu recuerdo]
(-- Me vienen del más allá --)
¡Ay, qué amor de estudiante!,
que no me dejó pecar
para tornarse platónico
y durar una eternidad….