JOAQUIN SUEIRO
El 15 de mayo del 2005 René León, historiador cubano, fue entrevistado por el ex preso político cubano, escritor e intelectual José A. Albertini en su programa de televisión del Canal 17 de Miami, “Cuba Y Su Historia”. El tópico del programa fue el reciente homenaje rendido al almirante español Pascual Cervera y Topete en el Castillo del Morro de Santiago de Cuba, donde el régimen castrista le erigió un busto en su honor, y lo inauguró en un acto de homenaje rendido en presencia de los descendientes del almirante, quienes habían sido invitados por el gobierno cubano para que asistieran al acto de inauguración.
En la entrevista, René, autor de un magnífico ensayo sobre la Expedición del Virginius (El Apresamiento del “Virginius” y sus consecuencias,(Tampa, Publicaciones Culturales René León, Número TX 5-385-092) 2001), recapituló los hechos de la masacre del Virginius perpetrada por el gobierno español en Santiago de Cuba en 1873, recalcando que la historia había olvidado al verdadero héroe de ese incidente, y le había acreditado a otro personaje inmerecidos honores por haber puesto fin a las injustas ejecuciones de miembros de la expedición y de la tripulación del buque filibustero por pelotones de fusilamiento que, según la historia, uno o algunos de ellos se le ordenó dirigir al entonces alférez Pascual Cervera.
Varias veces durante su entrevista mencionó René que el verdadero héroe de este incidente no fue el capitán inglés Sir Lambton Lorraine, sino el comandante naval estadounidense William B. Cushing.
Esa misma noche me puse en contacto con Alex Picarq, director del periódico electrónico La Nueva Cuba, preguntándole si el reciente homenaje al almirante Cervera en Santiago de Cuba había sido descrito en algún artículo de La Nueva Cuba. La respuesta fue que no, pero que se iba a investigar el hecho, y ya se escribiría un artículo al respecto. Alex me pidió que escribiera sobre el caso del Virginius y que se lo enviara para publicarlo en La Nueva Cuba.
Lo primero que hice fue indagar con el Canal 17 para ponerme en contacto con René León, pues a él no lo conocía personalmente. Después de días de espera, por fin recibí su teléfono, y me puse en contacto con él, explicándole sobre el artículo que me pedían escribir.
René me dio detalles del caso del Virginius por teléfono, y prometió enviarme más información por correo sobre el incidente. Me habló del oficial naval norteamericano William B. Cushing, dándome información que tenía sobre Cushing, sobre el cual estaba en el proceso de escribir un ensayo histórico en el cual aclaraba su involucración en poner fin a la masacre del Virginius.
Al darme esta información caí en cuenta de que René estaba hablando del oficial norteño, sobre quien el History Channel había emitido recientemente un programa de una hora. Le pregunté si había visto el programa, y René me dijo que no. En ese momento me di cuenta de qué eventos estaban coincidiendo unos con otros, y que había un hallazgo afortunado en todo esto relacionado con el comandante Cushing. René me dijo que su computadora se había descompuesto y sus investigaciones se habían interrumpido temporalmente debido a esa avería y a problemas de salud que lo tenían indispuesto en aquel momento. La vehemencia de René sobre la injusticia que la Historia le había hecho a Cushing me hizo decidir que mi artículo sería sobre Cushing y su presencia en Santiago de Cuba en 1873.
Le comuniqué a René que lo que yo investigara sobre Cushing se lo haría saber a él, y que mi artículo iba a basarse en los hecho históricos que René había descubierto, pidiéndole que sirviera de revisor de mi artículo antes de su publicación, a lo cual el accedió con la gentileza profesional que siempre ha demostrado para conmigo. Días después recibí de él, por correo, una copia de su ensayo sobre el Incidente del Virginius, así como otras excelentes publicaciones históricas suyas.
Mi artículo, William Barrer Cushing-Héroe Olvidado Por la Historia, fue publicado en La Nueva Cuba pocas semanas después. El artículo fue escrito gracias a la intervención de René como revisor y mentor, y escribirlo me dio un entendimiento de lo que tiene que laborar un historiador serio.
René León es ese tipo de historiador que laboriosamente acumula datos y fechas, chequeando y rechequeando lo que obtiene durante su investigación para después narrar en forma concisa aunque detallada lo que le demoró tal vez años de investigación obtener.
Esta labor de él sobre el comandante naval William B. Cushing ilustra su sentido del honor acerca de la verdad histórica. Tal vez sus conclusiones encuentren base para polemizar, en aquéllos que prefieren creer lo que se ha escrito hasta ahora, pero inclusive éstos tienen que admitir que hay relatos basados en narraciones de personas que, exponiendo sus prejuicios y opiniones, escribieron sobre hechos históricos basándose en mitos, cuentos y falsedades.
Nunca es tarde para corregir una injusticia de la Historia, y esta obra de René León se esmera en tal corrección histórica. Como dijera nuestro Apóstol José Martí, “Honrar, honra.”
Después de esta obra de René ¿qué le seguirá? Tal vez una investigación histórica sobre el personaje quien inició sobre este interesante asunto sobre William B. Cushing: el almirante español Pascual Cervera y Topete. La historia acusa a Cervera, falsamente según su bisnieto en un artículo publicado en La Nueva Cuba, de haber dirigido pelotones de fusilamiento durante la masacre del Virginius en Santiago de Cuba. Según su descendiente, el entonces alférez Pascual Cervera se encontraba destacado en Manila, Filipinas cuando los sucesos del Virginius ocurrían al otro lado del mundo en Santiago de Cuba.
Si hay alguien calificado para llegar a la verdad sobre si Cervera estaba en Santiago de Cuba o en las Filipinas durante el incidente del Virginius, esa persona es el eminente historiador, editor, poeta, y ensayista René León.