Por René León(†)
Imágenes
me llegan del ayer,
un sentimiento
del pasado
que me
invade
y llena
mi espíritu.
Amo la
eternidad de las cosas,
porque lo
que es eterno
nunca se
acaba,
vive en
nosotros por siempre.
Cuando
se recibe una impresión honda,
esa impresión
queda atrás
en el
tiempo
y se
esfuma en la lejanía.
Veo las
blancas nubes que pasan,
lentas por
un cielo
de azul
eterno
en el
sereno otoño.
Lo que
es eterno no puede acabar,
añoramos
el pasado y nos deja
un sentimiento
del ayer
que nos
invade y llena nuestro espíritu.
Añoró
el pasado,
el mar,
el cielo, todo lo que
nos
rodea,
en las
sosegadas tardes.
Los
recuerdos nuestros
al pasar
el tiempo
vemos cómo
perduran
en
nuestro espíritu.
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