René
León
Para
hallar la verdadera génesis del ritmo afrocubano conocido por
Guaguancó
hay que investigar seriamente en la producción musical de fines del
siglo XIV en la Cuba colonial de entonces. El Guaguancó
tiene raíces africanas que sembradas en el surco cubano dieron como
fruto el ritmo sordo producido por cajones y timbales de cuero, que
es la mejor forma de tocar el Guaguancó.
Su
temática es variada aunque predomina el desengaño y la denuncia
social. Los primeros guaguancoceros que se conocieron en la época
colonial pertenecían a la Sociedad Africana “Abakuáa” conocida
también por ñáñigos. Estos músicos improvisados se inspiraron en
hechos de la vida real. El primer Guaguancó
fue escuchado en las galeras del Castillo de El Príncipe a fines del
siglo XIX, pero no se puede alegar que ese ritmo musical quejumbroso,
tuvo su nacimiento en la Isla de Chafarinas donde iban a purgar su
delito de ser “abakúas” los miembros de esta secta africana que
tenían vida cultural y social en la Cuba colonial, y que estuvieron
perseguidos por las autoridades coloniales desde el año 1887. Ser
condenado a Chafarinas era ser enterrado en vida. La Isla de
Chafarinas no tenía prisiones coloniales sino un castillo colonial
pequeño, en donde vivía la guarnición local. Los reclusos eran
enviados a los barracones que estaban en el centro de la isla, en
donde se morían por inanición y devorados por fiebres tropicales.
Chafarinas era una isla más cercana de África que de Europa que
mantenía España, como prisión al igual que las islas de Ceuta y
Fernando Poo.
Muchos
cubanos blancos que expresaban su descontento contra las autoridades
coloniales fueron enviados a Chafarinas y allí se reunieron cubanos
con ansias de libertades políticas y “abakúas” con deseos de
libertades sociales. Negros y blancos se unieron en el cautiverio y
fue gracias a la llegada de algunos cubanos con conocimientos y
educación musical que se pudo salvar a tiempo esta producción que
hoy conocemos con el nombre de Guaguancó.
Don
Fernando Ortiz, etnólogo de fama internacional, en su libro Ensayos
etnográficos,
dice : “Al ñañiguismo, que aún vive en Cuba, debemos la
supervivencia del diablito,
y todavía suele verse por la vía pública en ocasiones de comparsas
y entierros, y aún puede asegurarse que en el propio presidio de la
República a veces se ha “bailado ñáñigo” con diablito
y todo,
como dicen los penados”. p.62.
Fiesta del Día de Reyes |
Escolástico
Gallardo refiriéndose a los desfiles, :”…no se os antoja que
estáis mirándole bailar el ó, ñaña-ó con aquellas contorsiones
semí frenéticas, que vuelven la cabeza muchedumbre de negritos
haraposos que se agitan á par suyo imitándole los movimientos y
acompañado con infernal y discordante coro al canto monótono y
salvage con él que compasa sus meneos”. Faro
Industrial de La Habana (6 de enero de1843.
En
Chafarinas se podía escuchar todas las noches los cantos
quejumbrosos de los negros cautivos que cantaban su dolor y su pena
por haberlos separado de los suyos que habían quedado atrás en la
Isla de Cuba. Los blancos cubanos escuchaban aquellos cantos tristes
y se unían en la manifestación del dolor a sus hermanos negros.
Cuando la dominación española llegó a su fin en Cuba, luego de la
Guerra de Independencia, algunos datos tomados por Don Luis de
Echegaray y Mendoza, trinitario-cubano de nacimiento, fueron salvados
y traídos a la tierra patria, en estos apuntes se hacía mención de
estos cantos afrocubanos a los cuales los negros mismos llamaron
Gua-Guan-Coo, sonido onomatopéyico producido por los propios
cantadores. Escribe Don Echegaray de esta forma:
Chafarinas,
1879, Año del Señor…
…anoche
tuvimos fiesta en los barracones… los negros que están cumpliendo
prisión en la isla entonaron sus quejumbrosos cantos al ritmo de
tambores improvisados hechos de cajones de madera y latas de
aceite…al principio del canto un solo cantador entona el ritmo y el
estribillo es repetido por los demás. Hay varios solistas que
participan en la improvisación, son como poetas que buscan en su
dolor la fuente de su inspiración… Es un canto triste. A ese aire
musical los negros le llaman Gua-Guan-Coo. Recuerdan en su canto
sucesos de la vida real ocurridos aquí o en la distante Patria.
El
investigador Raúl Martínez Rodríguez, en su estudio sobre la Rumba
y el Guaguancó,
dice que: “La rumba cubana, compuesta por toques, cantos, bailes y
pantomima surgió durante el colonialismo español mientras se
producía la expansión azucarera… Sus principales protagonistas
fueron los negros libres y sus descendientes, pertenecientes a
distintas étnicas africanas como la lucumí, ganga, arará y quizás
la más significativa de todas: la ganga, arará. De ellas se tienen
referencias históricas asociadas a esta música bailada desde los
siglos XVIII y XIX en sitios como barracones, dotaciones y caseríos
cercanos a los ingenios o fábricas”.La
Rumba,
La jiribilla, Año IV, mayo 21-27 de 2005
La
conocida escritora Fredrika Bremer nacida en Finlandia, en 1801, su
familia deciden trasladarse a Estocolmo, Suecia. Escritora de gran
talento y defensora de los derechos de las mujeres y de los esclavos.
En sus viajes alrededor del mundo, llegó a Estados Unido y se
asombró del trato de los negros y como las mujeres eran olvidadas y
tratadas. Por problemas d Salud decide viajar a Cuba, que sus
amistades en Charleston le recomiendan que la Isla es la mejor
medicina que ella podía tener. Llega a La Habana, Cuba. Le encantan
las comidas cubanas, y viaja a Pinar del Río, come con los
trabajadores cultivadores del tabaco, ve la vida de todos ellos donde
no existía separación. De La Habana va de visita a Matanzas. En
ella se queda asombrada del trato de los esclavos.
Ella
en sus cartas a su hermana Agatha le dice como era Cuba y lo
agradecida que estaba al clima y vida allí, pero le dice que en una
visita a una fiesta de bailes de los negros, saltando y bailando al
compás de los tambores, una pareja, un hombre saltarín y la esclava
que lo seguía con sus pasos rápidos. El sonido de los tambores.
Ella dice que le llamaban Rumba. Ella le comenta a su hermana:
“...los bailes de los negros libres del Cerro y el sonido brutal de
los tambores y sufre comenta tristemente, sobre la vida de los
esclavos hacinados y carecen de toda enseñanza religiosa”.
Don
Fernando Ortiz, habla de la descripción que Frederica Bremer, hace
de una rumba en la ciudad de Matanzas:
“El
baile se ejecuta siempre entre un hombre y una mujer, y representa
una relación de cortejo y coquetería, en la cual el amante expresa
sus sentimientos, en parte con un temblor tan grande en las
extremidades, que parece deshacerse, mientras da vueltas alrededor de
su dama como un planeta en torno al sol, y en parte con atrevidos
saltos y vueltas, muchas veces rodeando a su dama con ambos brazos,
pero sin tocarla”. Frederika
Bremer, Impressions
of America, New
York, 1853, vol.II, p.326. René
León.
Sensualidad y Musicalidad en la poesía afrocubana de , José Z.
Tallet. “La Rumba” y “Quintín Baraona”.
Según
Martínez Rodríguez, :” También existían otras danzas en parejas
muy eróticas nombradas de macuta o de yuka las que posiblemente
fueron la base de otros estilos de la rumba como el antiguo yambú y
el actual guaguancó de carácter más urbano”. (2)
Ya
en este siglo, en las abovedadas galeras del Castillo de El Príncipe,
los “abakuás” que cumplían prisión por delitos graves también
entonaban sus propios Guaguancó,
y daban rienda suelta a sus penas interiores. Recuerdo mis años de
preso político en Isla de Pinos en las Circulares, como algunos
negros y blancos presos se ponían a tocar en cubos canciones
africanas recuerdos de su niñez, y juntos todos allí participamos
en ese momento de alegría y tristeza a la vez en la prisión. Uno de
muy conocido y que se popularizado y que llegó hasta el exterior de
ese mundo de tinieblas, que es el presidio político, es el que
sigue:
Alalalaaa
Alalaaa.
Que
te vayas, que te vayas, que te vayas
No
vaya a ser, que se siente un penado
y
el se sienta envenenado
por
el veneno de tus lágrimas ramera…
No
me jures por tu madre que está muerta…
Quítate
tu disfraz carnavalesco oooooo.
Que
mujeres como tú canalla infame.
Sin
molestarme como a perra la despreciooo
Sin
molestarme como a perra la despreciooo
Alalalaa
Alalaaa
Que
te vayas, que te vayas, que te vayas…
Años
más tarde los que hicieron del Guaguancó
un
ritmo popular ciento por ciento fueron los matanceros. En Matanzas
hubo y hay una orquesta conocida por los Muñequitos
los cuales cantaban diferentes Guaguancó popularizando algunos,
cuyos títulos fueron conocidos por la radio-audiencia cubana: Los
Muñequitos, El Río Almendares, Ven aquí todos los meses, Mercedes,
etc.
Este
ritmo no se baila, más bien se escucha porque sus pasos son
extremadamente complicados. Sin embargo, hay bailadores de Guaguancó.
Sus pasos son completamente diferentes a los bailes de la rumba, el
cha-cha-cha o el son. El Guaguancó
ha perdido poco a poco su popularidad pero no está definitivamente
muerto, vive en el alma y la inspiración de muchos compositores
cubanos que viven en el exilio forzoso que todos compartimos. Su
origen es africano y su ambiente inicial fue el presidio,
primeramente en Chafarinas y más tarde en el Castillo de El Príncipe
y las Circulares de Isla de Pinos.
Tomado de: El Blog de Pedraza Ginori |
Que interesante articulo, siempre es bueno aprender algo de historia, les dejo esto a los investigadores https://www.youtube.com/watch?v=oXPORgmrfZM&list=PL7F892E24C6A8CBE7
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