Emilio Roig de Leuchsenring, en la ciudad de Trinidad, durante la celebración del VI Congreso Nacional de Historia, en 1947. |
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- Escrito por Celia María González Rodriguez
Publicado el 20 Agosto 2014
El Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, dejó inaugurada la exposición «Emilio Roig de Leuchsenring: eterno y paradigmático Historiador de la Ciudad», hoy viernes 22 de agosto, víspera del 125 aniversario del natalicio de aquel a quien debemos «algunas de las páginas más brillantes del análisis de la historia contemporánea de Cuba».
El onomástico de Emilito, como lo llamaban sus familiares y amigos, fue celebrado en el Palacio de Lombillo, ese pedazo de entresuelo que está ligado a su memoria y a su obra, por haber radicado allí, a partir de 1947, la sede de la Oficina del Historiador de la Ciudad, que él fundara en 1936.
Leal Spengler evocó la labor de su predecesor en esta y otras instituciones de la época, como la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales; la Comisión de Monumentos, Edificios y Lugares Históricos y Artísticos Habaneros; la Junta Nacional de Arqueología y Etnología y el Museo de la Ciudad. Estos centros —explicó— surgieron como una necesidad para defender una ciudad creciente y desafiada por una modernidad que comenzaba a acercarse al corazón de lo que fue su punto fundacional y que amenazaba con demoler edificios emblemáticos. De ahí la importancia del esfuerzo de Roig por lograr la declaratoria de Monumento Nacional para el conjunto de la Plaza de la Catedral, o su batalla por preservar la Iglesia de Paula.
En este, al igual que en otros empeños, Roig contó con el apoyo de sus amigos, «que fueron capaces de acompañarle en los Congresos Nacionales de Historia y en las tertulias semanales, en las cuales se debatía, sin aviso previo, un tema histórico. Esos grandes maestros de la historia, algunos de los cuales hoy ya nadie recuerda». Entre otros intelectuales, destacó a Enrique Gay-Calbó, «el más conocedor de los símbolos nacionales»; José Luciano Franco, «cuyo origen obrero había sido la base de sus estudios y de su vocación por Antonio Maceo»; Raquel Catalá, «una temprana luchadora por los derechos de la mujer», así como el matrimonio formado por Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo.
Antes de finalizar, Leal Spengler destacó la enorme valía de la exposición «Emilio Roig de Leuchsenring: eterno y paradigmático Historiador de la Ciudad», que muestra «los papeles y las fotografías que un día recibí de María Benítez», su compañera inseparable, así como «los libros con las dedicatorias, desde la muy bella, sencilla pero profunda que le hiciera Julio Antonio Mella a Emilito». Recalcó, además, que «la exposición ha sido preparada amorosamente por mis colaboradores de la Biblioteca Histórica, la Fototeca y el Archivo, particularmente por su especialista, la historiadora Natacha Moreira».
Según quedó manifestado por Leal Spengler, al inaugurar la muestra, esta exposición cobrará un carácter permanente, uniendo al Palacio de Lombillo con el Museo de Arte Colonial y otros espacios relacionados con el quehacer de Emilio Roig de Leuchsenring, «quien ha prevalecido más allá de la muerte y el olvido».
Vista de la inauguración de la exposición «Emilio Roig de Leuchsenring: eterno y paradigmático Historiador de La Habana», en el Palacio de Lombillo. Sobre estas líneas, imagen derecha: el actual Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, en la inauguración de la muestra por el 125 aniversario del natalicio de su predecesor.
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