Por María Eugenia Caseiro
“La
nube los destroza / y la mosca gobierna / el ritmo que se goza / en
una sola pierna.”
Lezama
Margarita García
Alonso, artista multifacética que ha realizado interesantes y a
veces controversiales obras de la plástica contemporánea cubana que
se edita fuera de la Isla, no sólo es dueña de un estilo
indiscutiblemente dinámico y de aspectos muy destacables dentro de
dicha labor, sino de una pluma ciertamente atrevida y a veces
insolente como nos demuestra en su novela La pasión de la reina era
más grande que el cuadro (Editions Hoy no he visto el paraíso,
2012). Tal vez el atrevimiento no sea otra cosa que esa manera audaz
y ya madura que tienen los artistas de enfrentarse a la crítica,
siempre imprevisible, la mayoría de las veces áspera. En tal
atrevimiento está implícito el riesgo, el riesgo que es además un
reto, y no hay artista que no saboree de antemano el reto y al que no
le invada la temeridad del riesgo.
Nuestra autora toma
el camino del riesgo, del reto que ella misma se impone con esta
novela, narrada en primera persona, “la reina”, quien nos deja
caer por el barranco de una faramalla monofásica y personal en que
una sola idea fija fundamenta toda la trama y para la cual, Margarita
García Alonso, la mujer siempre detrás del personaje, o detrás del
color, ha tenido que fabricar el protagonismo. La reina es
simplemente un peón del verdadero y único protagonista. Nuestra
autora se ha valido de su pericia al aderezar la substancialidad,
poniendo a “su reina”, al servicio del verdadero y único
protagonista de su novela, la fijeza.
Con gradaciones
blanquinegras sobre un tapiz monocromo y, ayudada por toda una serie
de ingredientes psicosomáticos que se compendian en lo que la propia
autora llama “neurastenia”, dispone una descarga que, yendo un
poco más allá de lo individual, coloca al interlocutor imaginario
en el estribo de su propia realidad dentro de otra de percepciones
contrapuestas.
La
reina crea universos de maquinaciones y la intriga es capaz de
alcanzarnos en nuestra butaca a punto intentar tasar los diferentes
universos creados por ésta que, a pesar de su realidad, concebida
desde enfoques paralelos de la misma, hace de todos ellos una
amalgama que por momentos pareciera querer a toda costa agotar la
paciencia de su consabido e imaginario interlocutor. Y es que Platón
dijo alguna vez “Donde
reina el amor sobran las leyes”.
Es precisamente en esos momentos en que la autora, al decir de
Lezama: “La
nube los destroza / y la mosca gobierna / el ritmo que se goza / en
una sola pierna.”,
representa también desde su estrato de invisibilidad, un personaje
maldito detrás de su reina, y va saboreando el riesgo, sacando
entramados de debajo de la manga, siempre girando sobre la fijeza, la
misma fijeza que se renueva una y otra vez para regresar al punto de
partida.
La obsesión
infra-prismática de la reina creada por Margarita García Alonso, es
un cúmulo de estados de fatiga amorosa, una red de sentimientos que
a su vez encarna la parálisis a nivel evolutivo de esos sentimientos
en una especie de encierro de quien ha sobrevivido el cañoneo y
lucha a su manera, aunque esa lucha vaya en contra de sí mismo, pero
que convierte en una especie de juego, obsequioso, de la suspensión
de los mundos paralelos para poder recrearlos a su antojo y navegando
en contra de su propia corriente de eufemismos, se abandona a una
psiquis de propensiones abstrusas.
La Pasión de la
reina era más grande que el cuadro, es un reto que la autora pone a
disposición de la crítica, pero sobre todo, que ha sido destinada a
lectores que habiendo vivido lo suficiente como para que la
ensambladura de un mundo creado no sea un tropiezo, vean en sus
páginas de obstinadas y discursivas aleaciones la puerta que un ser,
a pesar de toda contradicción, auténtico, ha dejado entreabierta
para explorar y conceptualizar un campo minado de fijezas.
Narradora y poeta cubana. Reside en Miami. Miembro
de la Unión de Escritores y Artistas del Caribe, de la Unión
Hispanoamericana de Escritores, de la Asociación Caribeña de
Estudios del Caribe y Miembro Colaborador de la Academia
Norteamericana de la Lengua Española (ANLE). Integra la Muestra
Permanente de Poesía Siglo XXI de la Asociación Prometeo de Poesía
y el Consejo Editorial de La Peregrina Magazine. Ha participado como
jurado en certámenes literarios. Ha obtenido reconocimientos por
dedicación a la difusión de la cultura. Premio José María Heredia
2007, Primer Premio Narrativa Artesanías Literarias 2008, Primer
Premio Poesía Carta Lírica 2011, entre otros. Ha publicado “Nueve
cuentos para recrear el café” en versión bilingüe, español y
francés, “ESCAPARATE, el caos ordenado del poeta”, que reúne
varias épocas de su poesía, y “Arreciados por el éxodo”, en
Imagine Cloud Editions 2013.
Sobre la autora: Margarita García Alonso.
Matanzas, Cuba, desde 1992 reside en Francia. Periodista,
poeta, y artista visual. Autora de diez poemarios, cuatro novelas y
de cuadernos de arte. Licenciada en periodismo de la Universidad de
la Habana. En Francia obtuvo el Máster en Industrias gráficas.
Posee numerosos premios de pintura, artes visuales y literatura.
Aparece en más de cinco antologías y variadas revistas. Premio de
la Taberna de poetas francesas en el 2006. Premio de la Fundación
cultural Miguel Hernández por su creación gráfica Pájaros azules
para el poeta, 2014. Su trabajo en el arte contemporáneo es
considerado Patrimonio de la Normandía. Ha sido facturada en la
Colección “Spotlight on France”, de la galería Saatchi- on
line, de Londres. Dirige la poco rentable, desconocida pero histórica
Editions Hoy no he visto el paraíso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario