Por: René León
En la zona
de Trinidad y Sancti Spíritus, había una negra esclava gangá, conocida
curandera en esa zona. Ella se llamaba María Dolores Iznaga, pero sus clientes
y hermanos de raza la llamaban María Dolores de Cabarnao, por vivir en esa
finca. Su vida era servil a sus hermanos de raza y clientes blancos, que la
necesitaban, especialmente los criollos por no obtener su cura de los médicos
de pueblo. La finca se encontraba al
Norte de la ciudad Trinitaria. Era un pobre bohío lleno de hierbas, plumas, polvos
para los tratamientos de brujería y médicos.
Siempre se
encontraba lleno o de esclavos o de guajiros que la visitaban. Su fama se había
extendido por toda la comarca. Muchos médico del pueblo la habían acusado de
brujería negra, pero ella se burlaba de todas las acusaciones que se le hacían.
De que usaba los huesos de personas muertas para confeccionar sus polvos. Ella
había podido sobrevivir todas las acusaciones.
Otros decían
que la experiencia de ella la había adquirido en los barracones con los negros
brujos africanos. El nombre de ella fue adquiriendo fama y se fue extendiendo.
Venían a consultar con ella desde Sancti Spíritus y de más allá. Una de las
cosas importantes era su honradez, no engañaba a nadie. Su bohío era centro de
numerosas personas que la visitaban. Personas que habían sido abandonadas por
no poder los médicos mejorar su estado de vida. Iban allí para encontrar la
salud que otros le negaban.
Al principio
el bohío era visitado por sus amigos africanos de cualquier nación. Su fama fue
creciendo por toda aquella zona. Algo que no gusto a las autoridades españolas,
que decían que allí se reunían conspiradores criollos y espías de los mambises.
Entre las
cosas que se decía de ella, era que sabía del agua de un manantial que
proporcionaba cura a todos los enfermos y en especial a los niños. Curaba con
aplicaciones de saliva y con
aplicaciones del agua del manantial. Que con el tiempo fue conocido por La Poza de Ma. Dolores. Recuerdo haber
estado allí con mi hermano Emilio (†) en los años 1947 o 1949 en busca de unos
gallos finos, y el guajiro no las mencionó. El manantial tenía agua que era
utilizada por los vecinos.
Pero
volvamos a nuestra historia.
Pues bien
los españoles no podían permitir que se reunieran esclavos y otros en casa de
María Dolores. De los alrededores la visitaban, de la misma Trinidad, de las
fincas cercanas. Su negocio se puede decir, marchaba de lo mejor.
Las
autoridades españolas tomaron la decisión. Como estaba en su apogeo la guerra
de los Diez Años, aprovecharon para prender a Ma. Dolores y con unos veinte
negros que se encontraban en su bohío. Sería acusada de ayudar a los
insurrectos. Que el bohío era un centro de conspiraciones contra España. Se le
acusaba de Infidencia, que era ser condenada a la pena de muerte.
El 15 de
mayo de 1875 fue llevada a la Cárcel Ma. Dolores, y unos 20 cómplices. En el
registro de la propiedad no encontraron ningún tipo de armas; lo único
caracoles, hierbas, huesos de animales y pluma, las plumas eran de lechuza,
rosario, peonia; un altar donde se encontraban todos sus santos.
Entre sus
feligreses había uno que se llamaba Jesús Nazareno de 80 años. Un niño mestizo
Jesús Barrizonte, apodado el Niño Jesús. Fueron liberados el 19 de octubre de
1875. (Se salvaron).
Volvamos a
Ma. Dolores que fue acusada de infidencia. La plaza estaba llena todos los días
de esclavos libertos y criollos rogando por Ma. Dolores.
Pero
empezaron a pasar acontecimientos en la ciudad de Trinidad. Lo primero fue que
el que hacía de juez que había ofendido a Ma. Dolores en el juicio, amanece
enfermo de gravedad en su casa. Una
hemorragia cerebral. Aquí no termina la cosa. La noche anterior el cielo se
nublo, y dio comienzo una fuerte lluvia, con descargas eléctricas. Un bohío que
se había levantado frente al juzgado, cogió candela. El sargento pedáneo que
salió con unos voluntarios para perseguir unos mambises, se cae del
caballo, y se parte una pierna.
Las autoridades
nerviosas por lo que estaba sucediendo después de la detención de la curandera.
No sabían lo que iban hacer.
El tribunal
la acuso y la condeno a la pena de muerte, pasada por las armas. Al ser
notificada de la sentencia. Ma. Dolores, miro a los cabrones jueces y les dijo:
-A mí no mata nadie…Mis angelitos me viene a bucá y
me vá lleva…….
Desde el
alba las calles cercanas a la cárcel se encontraban llenas. La multitud se
dirigía a La Mano del Negro lugar
donde ajusticiaban a los condenados a muerte. Soldados con bayonetas guardaban
el orden, el pueblo estaba nervioso, los esclavos pedían por ella en su idioma
materno. Pasaba el tiempo, nadie sabía lo que pasaba. No se veía su figura
conducida en un carretón por la calle Las
Chanzonetas.
De pronto se formó una gritería. Se vio venir a un
oficial español con un pliego en su mano.
Todos se quedaron en suspenso.
-¡Perdón ¡ ¡Perdón!, …repetía el oficial
La bruja gangá se había salvado, de una muerte
injusta.
Todos recordaron el vaticinio de Ma. Dolores. El
pueblo se fue a sus casas.
Ma Dolores
le fue conmutada la pena de muerte por la de destierro, el día 14 de Marzo de
1876 fue conducida a La Habana; señalado para cumplir su condena.
Han pasado casi 150 años y la tradición mantiene
vivo el recuerdo de María Dolores Cabarnao.
Muy interesantes los trabajos de temas africanos del senor Leon. Pensamiento tiene buenos articulos
ResponderEliminarCaridad López
Orlando, FL
Gracias por leer mis trabajos.
EliminarLeon