Los Generales José Miguel Gómez (a la izquierda) y Mario García Menocal (a la derecha). |
©2018 Por Roberto Soto Santana, de la Academia de la
Historia de Cuba (Exilio)
Con el sugestivo título “CRÓNICA CUBANA 1915 -1918 - La Reelección de
Menocal y la Revolución de 1917. La Danza de los Millones. La Primera Guerra
Mundial”, la Editorial Lex de La Habana publicó en 1955 esta obra retrospectiva,
de la autoría del cronista León Primelles.
Este comentarista dispone del texto completo de dicha obra, por lo que
no habla sobre la misma de oídas.
Déjese sentado, en
este prolegómeno, que León Primelles no figura ni relacionado ni citado en el
Índice de Nombres y Materias de la “Nueva Historia de la República de Cuba”, de Herminio Portell Vilá; ni en el
Índice Alfabético incluido en la obra en tres tomos “Cuba”, de Hugh Thomas; ni
tampoco en el “Diccionario de la Literatura Cubana”, compilado por el Instituto
de Literatura y Lingüística de la Academia [oficialista] de Ciencias de Cuba;
ni siquiera en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, en http://www.cervantesvirtual.com/ ;
ni en el sitio digital de la Biblioteca de la Real Academia de la Historia
(Madrid); y solamente con una breve mención bibliográfica como fuente
consultada, en el tomo VI, página 405 de la “Historia de la Nación Cubana”, La
Habana, 1952. Sus obras tampoco han sido reimpresas, y su ficha biográfica
parece no existir o haberse perdido.
León Primelles y su
hermano Arturo fueron hijos de una hermana del camagüeyano Emilio Jacobo
Agramonte y Piña (1844-1918), el que a su vez estaba casado con su prima
hermana Manuela de Agramonte y Suárez
Zamudio.
Ignacio (1841-1873, caído en el combate de
Jimaguayú) y su hermano Enrique Agramonte Loynaz eran primos hermanos de ambos
cónyuges.
Aunque León
Primelles fue autor de otras obras extensas, tales como “La revolución del 95
según la correspondencia de la delegación cubana en Nueva York”, 5 vols., La
Habana, 1932-1937; solo aparece mencionado en una nota de pie de página en la
edición de enero de 2009 de la Biblioteca Nacional José Martí, con esta
referencia: “en Crónica Cubana, refiere que entre
1919 y 1922 existieron tres publicaciones musicales, de irregular salida y
corta existencia: en 1919 Música, “tres veces al mes”,ocho páginas más
suplemento, director administrativo, Lino E. Cosculluela; en 1922; Música
Magazine, mensual, director, Lino E. Cosculluela y Revista Música, con
ocho páginas que incluían una pieza musical, director, César M. Carreras.”
En sus “Notas
Preliminares”, insertadas a manera de prólogo, este historiador dejó dicho que la
obra se había compuesto “con
el objeto y la esperanza de contribuir a despertar el interés por nuestra historia
reciente y de ayudar a su estudio.
“Para ello se han
agrupado los hechos expuestos, en primer lugar por año para cada uno de los
cuatro que comprende el tomo, y dentro de cada año en quince capítulos, según
la clase de actividad a que corresponden. Se ha tratado de abarcar todos los
aspectos de la vida cubana, y por lo tanto se encuentran en este libro los
elementos que generalmente forman parte de historias especiales, como
educación, literatura y arte, religión, derecho, medicina, etc. La parte política,
que constituye la casi totalidad de las historias en el sentido corriente,
ocupa en este libro aproximadamente la mitad del total.
“Las fuentes de
esta crónica son principalmente los diarios, revistas, informes oficiales y
otros impresos contemporáneos.”
La intención
historiográfica que movía aparentemente al autor era la de hacer una
compilación de hechos de relevancia histórica durante los dos años iniciales
(1913-1915) de la primera presidencia (1913-1917) del general mambí Mario
García Menocal, y el primer año (1918) de su segundo periodo presidencial
(1917-1921). Yendo más allá de ese objetivo declarado, el autor León Primelles
–quien se había alzado en armas en la Isla en abril de 1895, junto con Federico
Mendizábal y al lado del general Menocal, contra el régimen colonial español-,
salpicó de observaciones críticas este libro, desde la primera a la última de
sus 662 páginas.
Debe recordarse que
el general Menocal promulgó la primera
Ley de Divorcio que rigió en Cuba, en 1917, aunque pudiera ser que en
relación con ello tuviera en mente facilitar que su hermano Fausto García
Menocal se pudiese divorciar de su esposa Ángela García Vieta.
El primer país de Hispanoamérica en implantar el
divorcio había sido Guatemala, donde se reconoció la disolución del vínculo
matrimonial entre 1837 y 1877, a partir del Gobierno del
Doctor Mariano Gálvez, cuando fue emitido el decreto legislativo de fecha 19 de
agosto de 1837, que admitió el divorcio como una de las formas de la disolución
del vínculo matrimonial, o sea el divorcio vincular, en sus dos formas:
divorcio por mutuo consentimiento y divorcio por causa determinada, disponiendo
que los esposos que se divorcien por cualquier causa no podían ya reunirse ni
ser reconocidos en ningún concepto como tales esposos, más podía verificarse
entre sí un segundo matrimonio, pasado un año de pronunciado el divorcio.
Durante el gobierno del general Justo Rufino Barrios fue abandonada esa
postura, ya que el Código Civil de 1877 regresó a la definición de que divorcio
es la separación de los casados, quedando subsistente el vínculo matrimonial (Artículo
165).
Como dice la Tesis presentada en noviembre de
2005 a la Honorable Junta Directiva de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala por el Lcdo. Héctor
Enrique Terreaux Estrada, “Un giro radical se produjo con el decreto gubernativo número 484, promulgado
el 12 de febrero de 1894, cuando gobernaba el país el general José María Reina Barrios,
el cual redefinió la ley de divorcio basándose en que según la ley el
matrimonio es un contrato civil, y que por lo tanto una de sus consecuencias es
indudablemente la disolubilidad del vínculo legal , pues no siendo el
matrimonio obra de la naturaleza sino del mutuo consentimiento de las partes,
debe de considerarse destruido desde que faltan los motivos o causas
fundamentales que hicieron contraerlo, esa ley autorizo el divorcio,
reconociendo la separación de los cónyuges y el divorcio propiamente dicho, ya
por mutuo consentimiento, ya por causa determinada.”
Costa Rica ya había implantado el divorcio en
1886; y hubo que esperar hasta 1907
para que el tercero fuera Uruguay. Así es que Cuba fue el cuarto país hispanohablante del continente americano en
legislar en dicho sentido (a pesar de que el periodista Camilo Egaña, de
CNN Español, haya escrito en https://cnnespanol.cnn.com/2015/09/08/el-santo-divorcio/
que Cuba fue “el primer país latinoamericano en aprobar
una ley de divorcio en 1918”).
Menocal asimismo tuvo en su haber al desarrollo de
la industria azucarera cubana, la introducción de tecnologías industriales en
locomotoras y casetas de ferrocarril, el uso de
transbordadores para trasegar la caña de azúcar inicialmente recogida a
pie de plantación por las vetustas carretas de bueyes, y la construcción de
infraestructuras de transporte entre numerosas poblaciones –la Carretera
Central a través de toda la longitud de la Isla no existía, y no se hizo sino
entre 1927 y 1931, bajo la presidencia del general Gerardo Machado-.
En los albores de 1915, León Primelles –del que
queda la impresión que fue un comentarista muy consultado por otros cronistas e
historiadores, pero a quien apenas o casi nada se le reconoció públicamente
como fuente- decía que “Sólo el diario "El
Triunfo" es francamente oposicionista. "Heraldo de Cuba", aunque
liberal, no ataca al Gobierno. Todos los demás diarios habaneros simpatizan más
o menos abiertamente con la administración conservadora, y especialmente los
dos grandes diarios que tratan de ser imparciales en política, "El
Mundo", cuyos editoriales escribe Gastón Mora, y el "Diario de la
Marina", en cuya muy leída sección "Actualidades" el director
Don Nicolás Rivero hace frecuentes comentarios sobre la política en tono
familiar y franco.
“En la
repartición de premios del Colegio de La Salle, celebrada en el local del
centro de Dependientes (20 de junio), Mariano Aramburo pintó con negros colores
la situación de Cuba, diciendo entre
otras cosas: "muerta está entre nosotros la justicia, y a nadie se desdora
por faltar a su palabra, ni por usurpar los bienes ajenos. Nuestras
instituciones, así el Estado como el municipio, son la más activa escuela de
corrupción y delincuencia. Aquí se sabe añadir al sueldo legítimo diez o veinte
veces más de buscas criminosas, se dispone del tesoro público para comprar
ayudas y votos. Lamento que el señor Presidente de la República no haya querido
honrarnos con su presencia, pues traigo para él palabras que no oirá de
cortesanos aduladores".
Igualmente se hace eco Primelles
de que Gastón Mora -el editorialista de “El Mundo”- también dice con
frecuencia que si no fuera por la Enmienda Platt estaríamos en el estado
deplorable de Méjico, Santo Domingo o Haití. Esto es lo que piensan muchas
personas de ideas y sentimientos conservadores y antidemocráticas,
indudablemente la mayoría entre las clases altas.”
Por otra parte, en “El Triunfo” se da la noticia de que Menocal ha comprado, en $45,000, la
finca "El Chico", cerca de El Cano, a unos 20 kilómetros al S.O. de
La Habana.
Y
Primelles remata su relato de la corrupción política apuntando que “Desde su creación, la Lotería es
la principal fuente de los fondos de que dispone el Presidente para la
corrupción política y aprovechamientos ilícitos. Esto se hace en dos formas,
las colecturías y las botellas. La Ley de Lotería establece que para la
distribución y venta de los billetes, el Gobierno nombrará cierto número de
"colectors", los cuales tendrán el derecho de comprar los billetes
con un 3% de descuento sobre el precio para el público. Pero para darle más
valor a las colecturías, se imprime un número de billetes inferior al necesario
para satisfacer toda la demanda que existe al precio oficial, con el resultado
que el precio a que se venden es superior al oficial, y las ganancias de los
colectores mucho mayores que las previstas por la Ley. Las personas favorecidas
con un nombramiento de "colector" se limitan a ceder, mediante
precio, a las casas que realmente se dedican a la venta de billetes, su derecho
a comprárselos al Gobierno, al precio rebajado. La "Botella" o sueldo
cobrado como empleado, sin trabajar, se facilita en Lotería porque la Ley
establece que de los productos de ésta, podía dedicarse hasta un 12% a
personal, y este porcentaje es muy superior al que se necesita para cubrir el
trabajo realmente necesario en el Departamento.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario