Dibujo tomado de: Pinterest |
Era una noche de papel de estraza
La luna de cartón resplandecía
Y a lo lejos un acote se veía
Alumbrar una flor de calabaza
Anónimo
Era una noche de luz y tempestades
noche de sombras, de juego y de aventura
y yo tomo la pluma mientras dura
pues fue noche de todas las edades.
Hablábamos pues de sinceridades.
de cómo el lobo prefería la caza
de Campanita, Blancanieves, raza
que se comía ya en todos los cuentos
a gigantes, enanos, cenicientos,
era una noche de papel de estraza.
Era una noche tan chiquilicuatre
que no acierta a expresarse y confundida
se vino a engrandecer aquella herida
y corriendo, corriendo llegó al catre.
Antes de que la hicieran un mohatre
mientras la oscura noche aún dormía
Cenicienta bailaba y no entendía
porqué no, con un zapatito solo,
mas Cenicienta ya lloró su dolo,
la luna de cartón resplandecía.
Volvió corre que corre al santuario
donde bruja madrastra, trastornada
le hizo ver realidad desesperada
pues la esperaba con su relicario.
Y aún así, tenía la esperanza
de que un engaño dársele podría
hasta verla caer en agonía
sin zapato, sin traje palaciego
así, le sorprendió su largo ego
y a lo lejos un acote se veía.
Cenicienta volvió al cuento con esmero
había de cerrar su calentura
a pesar de madrastra con horrura
que vivía cual pájaro agorero.
El príncipe salió por el alero,
a Cenicienta le daría caza
y en su caballo galopó a la plaza
donde las brujas malas y desleales
ya sus ojos vidriosos e infernales
alumbran una flor de calabaza.
Isabel Díez Serrano
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