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viernes, 15 de agosto de 2014

LA TRAGICA NOCHE DE LOS CARICATOS HABANEROS. 22 DE ENERO DE 1869

El Teatro Tacon

Miguel de Varona Navarro (+) Cuba

El género teatral bufo -cómico y caricaturesco- después de haber obtenido notables triunfos en París y Madrid, tuvo en 1868 su primera compañía en La Habana. Se ha señalado que los Bufos Habaneros tuvieron su origen en los Bufos Madrileños de Francisco Arderías, parodia de los Bufos Parisienses de música alegre, mezcla de opereta y de can-can. Los Bufos Habaneros fueron creados y adaptados a nuestro ambiente popular por los autores Francisco Fernández y Joaquín Robreño, y por el constructor de los teatros Villanueva y Tacón, Miguel Nin y Pons, aunque de acuerdo con el escritor Francisco Ichaso se ha mencionado como constructor del Tacón a Francisco Marty Torrens. En el mismo 1868 se formó otro conjunto de bufos denominados Caricatos Habaneros. Bufo y caricato son apelativos procedentes de la ópera cómica italiana. En la ópera, bufo es el actor que hace el papel de gracioso, y caricato es el bajo cantante que representa el papel de bufo.

Ya había estallado la guerra independentista llamada de los Diez Años. Carlos Manuel de Céspedes y sus insurrectos se batían por la libertad de Cuba contra el ejército español. En la noche del 22 de enero de 1869, durante una función que celebraban los Caricatos Habaneros en el teatro Villanueva –representaban la obra “El perro huevero aunque le quemen el hocico” de Juan Francisco Valerio-, en el momento en que el actor Pepe Ebra exclamaba “¡Viva la tierra que produce la caña!”, los espectadores simpatizantes del patriota Céspedes gritaron “¡Viva! ¡Viva! ¡Viva Céspedes!”. Los españoles que asistían a dicha representación, contestaron “¡Viva España!”, y los cubanos, todavía más exaltados, “¡Muera España!”, Inmediatamente sonaron dentro del teatro varios disparos, originándose un tremendo tiroteo de fatales consecuencias tanto para el público como para los actores. La noche de los bufos, en esta oportunidad, fue ensangrentada despiadadamente. Al día siguiente de este dramático suceso, un joven de 16 años llamado José Martí publicaba en el semanario “La Patria Libre” – fue el único número que salió a la luz su primera obra teatral titulada “Abdala”.

En la revista española “Pipirijaina” (número 13, marzo-abril de1869) un periodista cubano escribe: “La noche trágica del 22 de enero vino provocada por el ambiente de insurrección que se vivía en la ciudad y por estar dedicada la función a beneficio de unos “insolventes”, alusión a Céspedes y sus tropas. Un día antes, un oscuro güarachero, Jacinto Valdés, en plena representación, había vitoreado a Céspedes desde el escenario.”

Después de 1883 el teatro bufo empezó a decaer por la falta de calidad en las obras de dicho género popular, en las que los diálogos y canciones eran de estilo chabacano y grosero. No obstante, el historiador de nuestro teatro lírico Edwin T. Tolón, “Teatro Lírico Popular de Cuba” dice que “por muy malas que sean esas piezas merecen que despasionadamente nos fijemos que fueron ellos (los bufos) los que lograron encontrar el lado “cómico” de nuestra vida social y llevaron a la escena los ritmos seductores de nuestra música popular y argumentos en pro de nuestra independencia.” 

Nota: Miguel de Varona Navarro, muere en el 2005, fue un escritor que investigó el origen de nuestro teatro, poeta y cronista. Ya van quedando pocos estudiosos de nuestras costumbres”.


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