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miércoles, 15 de marzo de 2017

Un paseo histórico por el Emboque de Luz

Tomada de: Habana Radio

11 de julio de 2016
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Centro Histórico de La Habana, Cuba, ,Emboque de Luz, Oficina del Historiador de La Habana, Patrimonio

Antiguo edificio del Emboque de Luz
Antiguo edificio del Emboque de Luz

A la presencia de la familia Luz deben su nombre la calle, el muelle y muchos de los establecimientos surgidos en este entorno, donde también confluyen las vías de Oficios, San Pedro y la Alameda de Paula. Don Antonio de la Luz y Do-Cabo, portugués de origen, fue el tronco de la familia Luzen Cuba, quien fundó además la Estafeta y por ello la calle Luz se llamó también del Correo. Uno de los descendientes fue Regidor y Correo Mayor de la Isla, José Cipriano de la Luz. En el sitio ocupado antes por un molino de su propiedad, construyeron los Luz una hermosa residencia erigida a todo lo largo de un costado de la plazoleta, hoy es el espacio que comprende el parque Aracelio Iglesias. Fue esta una estirpe distinguida y adinerada, siendo don Anselmo su figura más representativa. Aquí nació, en 1800, José de la Luz y Caballero, destacada figura de las letras cubanas, pedagogo y filósofo; considerado maestro por excelencia y formador de conciencias que exaltó el sentido de la nacionalidad cubana. En esta plazuela pasó su infancia Don Pepe, y su adolescencia cuando ingresó en el Seminario San Carlos y San Ambrosio.

Emboque de Luz, desde el mar
Emboque de Luz, desde el mar
El muelle de Luz fue una de las instalaciones que más movimiento y notoriedad otorgó a esta zona de la ciudad. Formaba parte de los espigones construidos en el siglo XVIII, al sur de la bahía para su tráfico interior, adonde arribaban pequeñas embarcaciones de remo y vela transportando pasajeros y productos de la otra ribera. En el extremo norte se habían ubicado los muelles de travesía destinados a la navegación ultramarina. A lo largo del tiempo todo este borde costero atrajo a sus proximidades las mejores casas, templos, comercios y plazas principales, conservando así su protagonismo entre los espacios urbanos de la centuria siguiente.
La importancia del muelle de Luz hizo que, en 1802, el asentista del tráfico de la bahía, Julián Guerrero, pidiera prórroga para continuar con esta función. Manifestó al Ayuntamiento la necesidad indispensable de alargar el muelle de Luz 15 o 20 varas y lo propio el de Regla, uno y otro de horcones gruesos y tablones “porque bajando la marea levantan los botes”. El contratista don José González, fue el mejor postor en el remate de las obras de los muelles de Luz y Regla, quien declaró concluidos los trabajos para octubre de ese año, los cuales fueron reconocidos por el maestro Juan Villarín.

Muelle de Luz, principios del siglo XX
Muelle de Luz, principios del siglo XX

Afirmaba el escritor Cirilo Villaverde en 1841 que, al cobrar importancia las localidades de Regla y Guanabacoa, la puerta de La Luz en la muralla de mar, se hizo “la más concurrida y transitada de la ciudad”. A ello contribuyó la popularidad del Santuario de Regla, así como sus antiguas y famosas ferias, por lo que a cualquier hora, con el fin de visitar esta población, se veía la bahía cubierta de botes repletos de pasajeros que se embocaban en el muelle de Luz, “el más cercano y el único entonces, para semejante uso”. No obstante, hacia mediados del siglo XIX el tropel de boteros y pasajeros por esta puerta decayó con la introducción de los botes impulsados por vapor.
El apogeo del neoclasicismo en el siglo XIX vino a ser, junto con las estructuras metálicas, una de las tendencias que dejaron una impronta determinante en la modernización del puerto habanero. Las obras levantadas en el siglo XX, en función de las instalaciones industriales, dieron continuidad al discurso empleado en el siglo anterior, en la misma medida que se enriquecieron con la aparición de nuevos lenguajes y la formación de diversas compañías dedicadas al tráfico de la bahía.

Muelle de Luz, 1905
Muelle de Luz, 1905

El mejor ejemplo lo constituyen las obras de la Havana Central Railroad Co. Incorporada el 4 de abril de 1905, bajo las leyes de New Jersey, Estados Unidos, esta empresa construyó líneas eléctricas entre La Habana, Güines y Guanajay, fabricó los muelles de madera y concreto reforzado en Paula, entre 1906 y 1908, y puso en funcionamiento los trenes eléctricos entre Regla y Guanabacoa.

Fachada y frente marírimo, planos de 1909
Fachada y frente marírimo, planos de 1909

Para los vapores ferries en la bahía esta compañía erigió en el antiguo muelle de Luz un nuevo edificio en 1909, el cual tenía dos salidas de circulación: para Guanabacoa y Regla, y para Matanzas y los Almacenes de Regla. Era una fábrica de dos pisos, levantada con una estructura férrea recubierta, a cuatro aguas, con el mismo material y el resto de mampostería. La fachada de la nueva estación se decoró con sencillez, pero sin poder eludir los elementos del código ecléctico en boga esos años. De allí, el uso en el mismo muro de platabandas, almohadillado y cabezas humanas en altorrelieve, de las cuales pendía una marquesina metálica colocada al centro del edificio. Sendos arcos rebajados presidían la entrada de los dos embarques. Tenía además dos espigones aledaños. Los planos estaban firmados por el ingeniero de vía y obras Philip Hammond y como contratistas trabajó la reconocida firma norteamericana The Snare &Triest Co.

Primera década del siglo XX
Primera década del siglo XX

Aunque el 1 de marzo de 1928 la Havana Central Railroad Co. se fusionó con los Ferrocarriles Unidos, estas instalaciones siguieron funcionando como fueron concebidas. Así, de la estación y emboque de Luz, como se le llamaba, o de Luz Ferries, según rezaba en la propia entrada de la edificación, continuaron saliendo las embarcaciones hacia la otra ribera.
En 1942, como figura en el Archivo de Amillaramiento, la estación de Luz aparecía arrendada a Juan Francisco Hernández Cortés para al atraque de las lanchas que hacían la travesía entre Regla, Casa Blanca y La Habana. Este señor pagaba por dicho alquiler $ 50.00 mensual, y por la cuota que le rebajan a $25.00, es que se conoce que le habían cedido dos terceras partes al Departamento de Incendios del Municipio para establecer allí un Cuartel de Bomberos para el auxilio del Puerto mientras durara el estado de Guerra.

Interior del Emboque de Luz, 1913
Interior del Emboque de Luz, 1913

Las Memorias del Departamento de Obras Públicas, en 1945, conservan imágenes de trabajos de remodelación en el antiguo muelle de Luz, lo que permite suponer que por esta época fueron trasladadas las salidas hacia Casablanca y Regla para un nuevo espigón inmediato que se construyó en ese año y para el anterior muelle de Caballería, respectivamente. Así, el Departamento de Incendios llegó a ocupar, a partir de entonces, todo el inmueble. De hecho, la nueva función que allí permaneció por décadas, hizo que al antiguo emboque de Luz se le conociera como Cuartel de Bomberos hasta la actualidad, cuando el desuso y el deterioro atentaron contra su integridad.

Emboque de Luz en el 2008
Emboque de Luz en el 2008

La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana propone un nuevo proyecto para devolverle a la otrora estación su utilidad y belleza. El objetivo principal de la intervención es restablecer la función original del inmueble como embarcadero para el atraque de las lanchas hacia el otro extremo de la bahía. De igual manera, la solución novedosa persigue mantener la estructura férrea preexistente, develada durante los primeros trabajos realizados en la obra, cuando se desconocían su existencia y sus valores ocultos en la albañilería.

Foto: Joel Guerra
Emboque de Luz, vista actual


El actual diseño pretende aportar una expresión diferente en diálogo con la antigua fábrica, de manera que la exponga y cualifique. Rescatar su importante enclave como espacio público a disposición de los ciudadanos, es otro de los propósitos del moderno proyecto que concibe, asimismo, la edificación como una pieza urbana dispuesta a ser recorrida y disfrutada en toda su extensión.

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