Tomada de: Opus Habana
I
CAPITULACIÓN DE BAYAMO
ESCRITA POR DIONISIO NOVEL E IBAÑEZ JEFE DE LA FUERZA MILITAR QUE GUARNECIA BAYAMO
1. que por la heroica resistencia hecha, se nos declaraba prisioneros de guerra con los honores de la misma,
2. que se respetarían las vidas y haciendas, no solo de los que se hallaban en el cuartel, sino también de los que se encontraban fuera, siendo dependientes o adictos al gobierno,
3. que ninguno podría ser vejado ni maltratado,
4. que la tropa sería conducida a los depósitos con todo su equipo y vestuario,
5. que los oficiales conservarían sus espadas y asistentes,
6. que ninguno de los prisioneros podría servir de represalia, ni para embarazar las operaciones a sus compañeros de armas,
7. que todos los efectos correspondientes a los cuerpos habían de ser entregados bajo duplicado inventario para que terminada la guerra, fueran devueltos en la misma forma en que se encontraban, y concluía comprometiéndose los jefes y oficiales a no hacer uso de sus espadas ínterin no fueran canjeados o rescatados.
Fuente: Dionisio Novel e Ibáñez, Fernando Figueredo Socarrás y Antonio Miguel Alcover Beltrán: Bayamo 1868-1869. Toma, posesión y quema, 2da. ed. anotada e introducción por Ludín B. Fonseca García, col. Proyecto Memoria, ilus., Ed. Bayamo, 176 pp., Bayamo, 2013, p. 32-33.
II
CAPITULACIÓN DE BAYAMO
ESCRITA POR FERNANDO FIGUEREDO SOCARRÁS INDEPENDENTISTA CUBANO PARTICIPANTE EN LA ACCIÓN
1. Todos los individuos que están dentro del cuartel son prisioneros de guerra.
2. Todas las propiedades del ejército y del Estado, pasan a poder del ejército cubano.
3. Se respeta la vida de los prisioneros.
4. Los oficiales y jefes saldrán del cuartel con sus espadas, custodiados por oficiales cubanos, hasta el edificio que les servirá de prisión.
Fuente: Dionisio Novel e Ibáñez, Fernando Figueredo Socarrás y Antonio Miguel Alcover Beltrán: Bayamo 1868-1869. Toma, posesión y quema, 2da. ed. anotada e introducción por Ludín B. Fonseca García, col. Proyecto Memoria, ilus., Ed. Bayamo, 176 pp., Bayamo, 2013, p. 90.
III
CAPITULACIÓN DE BAYAMO
ESCRITA POR EL HISTORIADOR Y PERIODISTA ANTONIO MIGUEL ALCOVER
“Visto el carácter que ha tomado esta guerra, los considerables incendios de ayer, la excesiva superioridad de los enemigos que existen en el territorio, y en particular en esta población, en que según noticia excede de cuatro mil; no teniendo noticia de que se aproximen recursos y que es insostenible la defensa del cuartel por sus malas condiciones e inmensa dificultad de proveerse de víveres, agua y municiones, tanto más sensible en cuanto que dentro de él existía la caballería; teniendo también en cuenta que la retirada de esta fuerza sería de fatales consecuencias por el mal estado de los caminos y hostilidad constante que habían de sufrir; y teniendo también en cuenta lo infructuoso de la continuación de tan heroicos esfuerzos como se vienen haciendo desde hace diez días, y en particular en los dos últimos, más las consecuencias de epidemia en el cuartel al entrar en putrefacción los cadáveres, tanto de hombres como de animales; el teniente gobernador político militar que era de Bayamo, de acuerdo con todos los jefes y oficiales de la expresada guarnición, más el que había de sucederle en dicho destino, comandante Pedro Mediavilla y Núñez, conviene con el general de las fuerzas invasoras en la capitulación siguiente, con las que se encuentran conformes todos los jefes y oficiales de la guarnición.
Primera. En atención al heroico comportamiento de los vencidos quedan prisioneros de guerra con todos los honores de la misma.
Segunda. El vencedor se compromete a que sean respetadas las vidas, así como los intereses privados de los jefes y oficiales y tropas rendidos, así como de que no sean vejados.
Tercera. La tropa dejará las armas en el cuartel y saldrá con todo su equipo y vestuario para el depósito que se le designe, a excepción de los asistentes de los jefes y oficiales que continuarán al servicio de los mismos.
Cuarta. Los oficiales conservarán sus espadas.
Quinta. Ni éstos ni las tropas podrán servir de represalias para embarazar las operaciones de las armas españolas, caso de que continúe la guerra.
Sexta. Los efectos del batallón así como los del escuadrón quedarán depositados bajo inventario hasta que a la terminación de la guerra les sean devueltos.
Séptima. Los vencidos se comprometen por su parte a no hacer uso de sus armas hasta después de que fuesen canjeados como prisioneros de guerra.
Y en cumplimiento por una y otra parte de la referida capitulación lo firmaron por los vencedores el teniente general, segundo jefe del Ejército Libertador, y el teniente coronel, teniente gobernador político-militar que era de Bayamo a las once de la mañana del día 20 de octubre del año 1868. El teniente general Luis Marcano. El teniente coronel, gobernador político-militar, Julián de Udaeta.”
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